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Platón

Se le conoce principalmente por haber sido el primer filósofo en presentar una obra
de manera más o menos sistemática. Entre sus ideas más importantes están: la
teoría de las formas (o teoría de las ideas), la alegoría de la caverna y el famoso
dualismo platónico que divide al mundo en un ámbito sensorial y uno inteligible.
En el 387 a. C. fundó la Academia, una escuela filosófica que perduró por 900
años y en la que se enseñó matemáticas, medicina, retórica y astronomía, entre otras
disciplinas. Al día de hoy la Academia es considerada de manera unánime como la
primera universidad de Occidente.
La filosofía de Platón fue recopilada en distintas obras, conocidas generalmente
como “diálogos platónicos”. Esto es así por la forma en que están articuladas, que
responde a la estructura de un diálogo. En ellas son presentados, a través de distintos
personajes, los conceptos e ideas platónicos.
Divididas por la tradición según la época en que fueron escritas (juventud, madurez y
vejez), la mayoría cuenta con Sócrates como personaje principal. Solo la Apología de
Sócrates, que expone la defensa de este ante el tribunal que lo condenó a muerte, no
está escrita en forma de diálogo.
Ver además: Conocimiento filosófico
Vida de Platón
Platón nació en Atenas alrededor del año 428 a. C. y murió a la edad de 80 años, en
la misma ciudad, en el 348 a. C. Hijo de Aristón y Perictíona, se crió junto a sus tres
hermanos (Adimanto, Glaucón y Potone) y un medio hermano, Antifón, hijo de su
madre y Pirilampo, un antiguo amigo de Pericles. Su familia venía de una clase
acomodada y aristocrática, descendiente del antiguo rey Codro por parte de su madre,
sobrina de Critias.
Platón fue originalmente llamado Aristocles, pero recibió el apodo de “Platón” por
tener una contextura física grande. Según Diógenes Laercio, al apodo se lo dio su
profesor de gimnasia y se traduce como “aquel que tiene anchas espaldas”.
Formado originalmente en las artes como la pintura, la poesía y el drama, antes
de conocer a Sócrates Platón frecuentaba a Crátilo, filósofo que lo introdujo en las
ideas del devenir heraclíteo. Aristóteles sostiene que la teoría de las ideas surge del
cruce entre la imposibilidad heraclítea de conocer y la búsqueda socrática de una
definición de las cosas.
A la edad de veinte años conoció a Sócrates. Desde ese momento, y hasta la muerte
de su maestro, frecuentó constantemente su círculo, y se volvió discípulo y amigo
cercano del pensador. La mayoría de las obras de Platón colocan a Sócrates
como principal interlocutor, en el rol de maestro y guía de aquellos con quienes
conversa, discute y frecuenta. Aun cuando se discute el nivel de fidelidad del Sócrates
platónico (es decir, al Sócrates descrito por Platón) al Sócrates histórico, es innegable
el hecho de que Platón fue quien más lo conoció y el mayor de sus discípulos.
Sócrates falleció en el 399 a. C. Platón tenía entonces 28 años y, tras la muerte de su
maestro, viajó a Sicilia e Italia, donde entró en contacto con eleatas y pitagóricos,
escuelas que lo habrían influenciado notablemente.
Luego de su viaje por Sicilia, y tras ser vendido como esclavo por el tirano Dionisio y
rescatado por el cirenaico Aníceris, Platón regresó a Atenas y se instaló en las
afueras, donde compró una finca y fundó la Academia. Esta funcionó como
escuela y universidad tal como se estiló hasta la Edad Media, es decir, como centro de
actividades académicas y religiosas, donde se celebraba culto a los dioses y se
instruía a todo aquel que se acercara a formarse bajo su tutoría.
En la Academia y durante veinte años Platón tuvo como discípulo a Aristóteles,
considerado su mejor y más disruptivo alumno.
Platón falleció en el 347 a. C., a la edad de 80 años, en la ciudad de Atenas, luego
de dedicar los últimos años de su vida a la enseñanza y la formación de jóvenes
pensadores, amigos y políticos.
Aportes de Platón
La teoría de las ideas
La teoría de las ideas o teoría de las formas es uno de los aportes a la filosofía más
importantes hechos por Platón. A grandes rasgos, establece una distinción marcada
entre lo percibido a través de los sentidos y lo que es posible conocer por medio
del intelecto, que son las ideas o formas de las cosas. La palabra “idea” viene del
griego eidos (εἶδος) y puede traducirse por “forma”, “aspecto”, “tipo” o “especie”, según
quién la utilice.
La presentación más exhaustiva de esta teoría está en el Parménides, una de las
obras platónicas consideradas del período de vejez. También aparece una
explicación más accesible en la República, a través de la alegoría de la caverna.
Sea en uno u otro, la distinción se realiza entre el mundo visible de los sentidos y el
invisible o inteligible, donde habitan las ideas.
 En el mundo visible están las cosas que conocemos por medio de los
sentidos. Estas cosas son como imágenes o huellas de las formas o ideas de
las cosas del mundo inteligible, que es inaccesible por medio de los sentidos.
 En el mundo inteligible están las ideas de las que los objetos sensibles son
copias. Las ideas son el objeto de estudio de la dialéctica como ciencia
suprema, y los objetos sensibles se les parecen porque, según Platón (y de un
modo poco claro), “participan” de las ideas y se les asemejan de modo
imperfecto, degradado.
Una de las mayores críticas hecha a la teoría de las ideas fue propuesta por el mismo
Aristóteles, discípulo de Platón. Aristóteles sostuvo que, si bien es cierto que la
esencia de las cosas, como su forma, es lo que las define, la forma no puede
considerarse como algo independiente a las cosas. Para Aristóteles, la forma está
inseparablemente unida a la materia, y junto a ella constituye la sustancia.
La alegoría de la caverna
El Mito de la caverna ejemplifica cómo funciona el mecanismo de acceso al
conocimiento.
La alegoría de la caverna es una alegoría, es decir, una representación literaria
simbólica cuya función es pedagógico-filosófica. Junto a la alegoría del carro
alado, es la más importante en la historia de la filosofía. Relata la historia de ciertos
prisioneros, que nacieron encadenados dentro de una caverna donde solo podían ver
la pared de fondo, sobre la que se proyectaban las sombras del mundo real.
Platón introduce la alegoría de la caverna al principio del VII libro de la República para
explicar la situación en la que se encuentra el humano en relación al
conocimiento. En este texto se describe la forma en que se puede captar tanto el
mundo sensible (a través de los sentidos) como también el mundo inteligible (a través
del alma, ya que como ella, todo en el mundo inteligible es eterno e inmortal).
Según Platón, los prisioneros que habitan la cueva, encadenados desde su
nacimiento, solo pueden ver las sombras que una fogata, escondida detrás de un
muro, refleja contra el fondo de la caverna. Estas sombras se producen gracias a
unos hombres que circulan por un pasillo portando distintos objetos. Los prisioneros,
sin saber de dónde vienen las sombras, creen que son la verdad de las cosas.
Lo que sostiene la alegoría de la caverna es que si alguno de los prisioneros fuera
liberado y volviera su vista hacia la luz de la hoguera, se enfrentaría a una
realidad más perfecta, que es la causa de la realidad de las sombras. Una vez que
haya sucedido esto, el prisionero podría escapar al exterior de la caverna, donde vería
un mundo más perfecto, hasta verse obligado a ver directamente hacia el sol. Este, sin
embargo, lo dejaría ciego si quisiera volver a la caverna y liberar a sus compañeros,
quienes no harían otra cosa que burlarse de él y, según Platón, serían capaces hasta
de matarlo (en una clara alusión a lo que le pasó a Sócrates).
Existen distintas interpretaciones sobre la alegoría. Platón mismo ofrece una hacia
el final del libro VI y en el VII de la República. Las explicaciones posibles son
epistemológicas (el conocer), ontológicas (respecto al ser), educativas y hasta
políticas. Todavía hoy estas interpretaciones son fuente de discusión.
El dualismo platónico
El dualismo platónico es una forma de pensar el conjunto cuerpo y alma como
separados. Lo característico en Platón es que este dualismo se extiende a una
división del mundo entre lo perfecto y lo imperfecto. Si lo perfecto es aquello inmortal,
imperecedero, eterno, inmutable y necesario, lo imperfecto es lo temporal, mudable y
corruptible.
Esta partición del mundo da como resultado un mundo sensible y un mundo
inteligible. El mundo sensible es el mundo imperfecto, formado por la materia, al que
está sometido el cuerpo. Todas las cosas que existen en el mundo sensible están
hechas a modo y semejanza de lo perfecto, representado por las formas en el mundo
inteligible. Este se relaciona con el alma, y es el lugar donde habitan las cosas
semejantes a ella: como el alma, las ideas son eternas, inmutables y necesarias.
De esta separación se desprende la idea platónica de que el cuerpo es cárcel del
alma y que, tras el fin del cuerpo, el alma es libre y perfecta una vez más hasta volver
a encarnar en un cuerpo distinto.
También se observan otras consecuencias o lecturas posibles respecto al dualismo,
como sus implicancias en el conocimiento: según el dualismo platónico, la opinión (que
es la forma del conocimiento sensible) se opone a la episteme (que es el conocimiento
inteligible). A esta forma de pensar el conocimiento se la conoce como dualismo
epistemológico.
También se puede ver cómo se desprenden rasgos aún más profundos del dualismo
ontológico (el dualismo que explica la separación de la realidad en dos mundos), como
el problema de la participación entre ambos mundos, o el problema del dualismo
antropológico, por ejemplo, que piensa al ser el humano como un compuesto de
cuerpo y alma y se pregunta cómo es esto posible.
Obra de Platón
Se supone que todas las obras de Platón se conservan hasta la actualidad.
Todas ellas, excepto la Apología de Sócrates, están escritas en forma de diálogo. Más
allá del tema o de la pregunta que compete a cada una, la mayoría de las obras
plantean una explicitación del método socrático, mostrado a través de las
conversaciones entre Sócrates y distintos interlocutores encarnados en personas de la
época o pensadores famosos de aquel entonces.
Aunque algunos están basados en hechos reales, muchos de los diálogos
platónicos son una ficción ensayada por Platón con el objetivo de dar el escenario
necesario para exponer sus distintas tesis e ideas fundamentales. Narradas en forma
de mitos o alegorías, estas ideas se relacionan con la inmortalidad del alma (expuesta
en el Fedro), el mito de Eros (presentado en El Banquete) el ejemplo del esclavo y la
reminiscencia (que aparece en el Menón), entre otros.
Si bien es cierto que estas obras son el conjunto de escritos publicados en vida, no
deben considerarse las enseñanzas explícitas de Platón. Que se narren en forma de
diálogo y a través del recurso del mito y la alegoría nos indica que, en todo caso, lo
que allí encontramos es material a ser interpretado. Platón, además de publicar sus
obras, enseñaba de manera oral en la Academia, por lo que se considera que hay
una enseñanza escrita, que figura en los diálogos, y una enseñanza oral, que
posiblemente estaba dedicada a la exégesis (o interpretación filosófica de todas sus
ideas), reservada para aquellos que se consideraban sus alumnos.
Platón creía que el lenguaje escrito era solo una copia del lenguaje hablado, y que la
voz era, para él, el acceso directo a la inteligencia y el conocimiento acumulados
en el alma, que era inteligible. Esta tesis interpretativa se apoya en el Fedro, así como
en otras obras de Platón, como la Carta VII, donde afirma que algunas cosas no se
pueden expresar en palabras. No obstante, el hecho de que Platón abogara por una
enseñanza oral no quita mérito ni prestigio filosófico a todas sus obras publicadas, un
legado que nos llega al día de hoy.
Entre las obras más importantes de Platón encontramos:
 La Apología de Sócrates. Es el único texto platónico que no está escrito en
forma de diálogo, y presenta el juicio y la defensa de Sócrates antes de que
sea condenado a tomar la cicuta.
 Gorgias. Es un diálogo que presenta las ideas platónicas respecto a la
retórica, la política y la justicia.
 Menón. Es el texto en el que aparece por primera vez la enseñanza de la virtud
y la idea del conocimiento como reminiscencia.
 Fedón. Es un texto que trata sobre la inmortalidad del alma, tesis defendida
por Sócrates antes de morir, ya en prisión.
 El banquete. Es un texto en el que, durante un banquete o cena entre amigos,
se discutea sobre qué es el amor, sus diferentes mitos y el ascenso erótico que
propone Sócrates como camino a la belleza.
 La República. Consiste en una reflexión sobre el concepto de justicia y cómo
se expresa en el ser humano. Aparece también la famosa alegoría de la
caverna, del sol, y otros mitos y metáforas.
 Fedro. Este diálogo se centra en las ideas de amor, belleza y el destino del
alma. Presenta la alegoría del carro alado para explicar la visión platónica del
alma.
 El Timeo. Es uno de los últimos diálogos escritos de Platón, donde expone
cuestiones complejas en torno a la cosmología y la física, como la formación
del universo y de los seres vivos.
Etapas del pensamiento de Platón según sus obras
El trabajo filosófico de Platón, a través de sus diálogos, se suele dividir en cuatro
grandes períodos:
 Período socrático (393-389 a. C.). En esta etapa, Platón difundió algunas de
sus tesis basadas en las enseñanzas de Sócrates. En ellas aborda conceptos
como la mentira, la piedad y la amistad. Algunas de sus obras publicadas
durante este período fueron: Apología a Sócrates, Critón o El deber, Ion o De
la poesía, Lisis o De la amistad, Cármides o De la Sabiduría y Protágoras o
Los sofistas.
 Período de transición (389-385 a. C.). En esta etapa, Platón fundó la
Academia, que resultó clave para profundizar y desarrollar ciencias como la
matemática y la astronomía. Abordó teorías basadas en las enseñanzas de
Sócrates y de Pitágoras, y desarrolló conceptos propios acerca de la
inmortalidad del alma, la virtud y el lenguaje. Algunas de sus obras publicadas
durante este período fueron: Hipias mayor, Gorgias, Menéxenes y Menón.
 Período de madurez (385-361 a. C.). En esta etapa, que fue su etapa más
destacada, Platón desarrolló sus ideas en torno a la inmortalidad del alma,
la Teoría de la reminiscencia (que afirmaba la existencia de ciertos
conocimientos innatos en el ser humano), la Teoría de la dialéctica
ascendente (que consistió en el perfeccionamiento de la mayéutica de
Sócrates y contemplaba la relación causa-efecto de lo observado), el concepto
del amor (que se opuso al “amor platónico”) y su filosofía política. Algunas de
sus obras publicadas durante este período son: La República, Fedro,
Fedón y El banquete.
 Período de vejez (361-347 a. C.). Durante su vejez, Platón hizo una
exhaustiva revisión de la Teoría de las ideas. Esta teoría postula una dualidad
de la realidad entre el mundo sensible (lo que perciben los sentidos), y el
mundo inteligible (lo que se puede comprender por medio del intelecto).
Además, exploró conceptos relacionados con la naturaleza y la medicina.
Algunas de sus obras publicadas durante este período fueron: Parménides,
Teeteto, Sofista y El político.

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