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SIGNIFICADO DEL MITO DE LA CAVERNA DE PLATÓN EXPLICACIÓN RESUMIDA

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SIGNIFICADO DEL MITO DE LA CAVERNA DE PLATÓN

RESUMEN EXPLICATIVO

El filósofo griego Platón, explica en su reconocida obra La República, que existen dos niveles de
saber: la opinión y el conocimiento. Las declaraciones o afirmaciones sobre el mundo físico o
visible, incluyendo las observaciones y proposiciones de la ciencia, son sólo opinión. Muchas veces
las opiniones tiene muy buenos argumentos que la fundamentan , pero otras no, y nunca ninguna
de ellas debe ser considerada como un conocimiento verdadero. El verdadero conocimiento o
saber nace desde la razón pura, en vez de la experiencia observable. La razón, utilizada de la forma
debida, conduce a ideas que son ciertas y los objetos de esas ideas racionales son los universales
verdaderos, las formas eternas o sustancias que constituyen el mundo real. Antes de entrar al
analisis del significado del Mito de la Caverna, haremos un breve paseo por esa época del mundo
griego.

ANTECEDENTES: Entre los años 500 y 300 a. C, Grecia, y en concreto Atenas, vivió una época de
prosperidad económica, política y cultural. Con la defenestración de la dinastía de Pisístrato en el
510 a. C., los atenienses se adentraron en un periodo de democracia que duró 200 años. Para los
atenienses, la democracia se regía por los ideales de la libertad y la igualdad; en sí, la palabra
significa «gobierno del pueblo» y «demos» aludía a la ciudadanía. Esa ciudadanía no solo incluía a
los residentes en Atenas, sino también a los habitantes de la inmensa llanura litoral que rodea la
ciudad, Ática, si bien no se extendía a las mujeres ni a los esclavos.

Existían tres órganos principales de gobierno: el Areópago; el Consejo de los Quinientos, un grupo
electo, y la Asamblea, que actuaba como foro de debate y daba al pueblo voz política. Tal vez todo
ello propiciara el florecimiento de la teoría política; no en vano, algunos de los mayores filósofos
de la historia, entre ellos Sócrates, Platón y Aristóteles, vivieron en esta época.

Hasta el siglo VII (a. C.) los griegds habían explicados los fenómenos de la naturaleza como
consecuencia de la acción de dioses poderosos; basándose en ideas religioso-mitológicas creían
que seres sobrehumanos producían las tempestades, los huracanes, las fases y los eclipses de la
luna, etcétera. Pero desde el siglo VI (a. C.) diversos pensadores—apartándose de las
concepciones religiosas—comenzaron a indagar el por qué y el cómo de las cosas que rodean al
hombre y, por propia reflexión, trataron de solucionar los más grandes problemas que. sobre el
mundo y la vida surgen en la mente humana.

Guiados por un poderoso anhelo de verdad aparecieron los filósofos, es decir, los «amantes de la
sabiduría«. No eran investigadores o profesores sostenidos por ej. Estado, sino hombres que
vivían para la filosofía y no de la filosofía.»

Los grandes filósofos: En la Atenas de Pericles vivió Sócrates, considerado por el oráculo deifico
como el hombre más sabio de Grecia. Junto con Platón y Aristóteles, este hombre notable influyó
de un modo decisivo en la trayectoria del pensamiento humano. Sócrates no escribió nada, pero
podemos conocer sus enseñanzas a través de las bellas palabras de Platón, que escribió La
República, uno de los mejores esquemas para una sociedad ideal elaborados por el hombre.

Sócrates (470-399 a. C). nacido en Atenas, es una de las figuras más destacadas de la filosofía
griega. Aunque no escribió nada, la posteridad, conoce su persona, su carácter y «sus doctrinas
por el cariño y la estima que le profesaron su ilustre discípulo Platón y su gran admirador
Jenofonte.

Su máxima preferida fue: «Conócete a ti mismo«. La filosofía de Sócrates era aplicable a todas las
personas, pues para él la verdad se hallaba en el fondo de los espíritus y cualquiera podía llegar a
descubrirla.

Empleaba el «método socrático» que consistía en dirigirle a un individuo continuas preguntas


hasta que éste se convencía de que ignoraba lo que pretendía saber; luego, por medio de
ejemplos prácticos tomados de la vida corriente, lo guiaba para que por sí solo llegase al
conocimiento de la verdad.

En el año 399 (a. C.) fue acusado ante los tribunales de Atenas de corromper a la juventud e
introducir nuevos dioses. Encerrado en la cárcel, sus amigos le ofrecieron liberarlo, pero se negó.
Fue condenado a muerte y no quiso apelar la sentencia. Con gran entereza bebió el veneno oficial
—la cicuta— y murió lentamente, rodeado de sus desconsolados discípulos, mientras afirmaba
que, a pesar de la destrucción del cuerpo, el alma del hombre vivirá eternamente.

Platon filosofo griego


Platón

Platón, discípulo de Sócrates, es uno de los personajes claves de la historia de las ideas. Las
estructuras y concepciones mentales de Occidente quedaron marcadas por las obras, escritas en
forma de diálogos, de este filósofo griego. Sus tesis filosóficas estaban vertebradas en torno a su
teoría de las ideas, que expuso, por medio del famoso mito de la caverna, en La República.

En sus bellos «Diálogos» dejó escrita la doctrina de su maestro y expuso los fundamentos de su
propia filosofía. Fue el creador del idealismo al afirmar que el hombre alcanza la realidad por
rpedio de las Ideas, pues son ellas, y no los elementos materiales, las que dominan el universo.

Aristóteles (384-322 a. C.) nació en Macedonia y vivió en Atenas, donde fue durante dos decenios
discípulo del anciano Platón. Fue un verdadero sabio y utilizó la ciencia para llegar al conocimiento
de la verdad. Estudió la Anatomía y ia Fisiología, y llegó a descubrir el proceso de la respiración; en
Zoología estableció una clasificación de los seres vivientes y también fue el creador de la Lógica o
ciengia que se ocupa del razonamiento. Este ilustre pensador ejerció poderosa influencia en la
cultura occidental y sus obras fueron base de numerosísimos trabajos filosóficos posteriores.

EXPLICACIÓN PRÁCTICA DEL MITO DE LA CAVERNA:

Para el pensador griego, VIVIR significa ir en busca de aquello en lo que uno cree y enfrentarse a
preguntas fundamentales. Para él, no es vida la que se vive en «piloto automático», una vida sin
opinión propia, repitiendo las ideas y opiniones sostenidas por los padres, los maestros y los
amigos. Ciertamente, puede tratarse de una forma de existencia, pero no es una vida.

Platón aborda este tema en su largo diálogo La República, en el cual, además de muchas de las
ideas platónicas esenciales, explora cómo debería ser una sociedad ideal. A semejanza de
Sócrates, Platón creía que la mayoría de las personas viven en la ignorancia la mayor parte del
tiempo; lo peor de tal situación es que no saben siquiera que son ignorantes.

De entre las muchas imágenes y analogías que utilizó el filósofo griego Platón, posiblemente el
mito de la caverna sea la más célebre: aparece en el libro VIl de La República, una obra
monumental en la que investiga la forma del Estado ideal y su gobernante ideal, el filósofo rey.
La justificación de Platón para dar las riendas del gobierno a los filósofos se encuentra en un
pormenorizado estudio en torno de la verdad y el conocimiento, y en este contexto es donde
interviene la alegoría de la caverna.

Mito de la Caverna de Platon

Imagina que toda tu vida has sido prisionero en una caverna. Tienes las manos y los pies
encadenados, y la cabeza sujeta de modo que sólo puedes ver la pared que queda enfrente.
Detrás de ti hay una llama, y entre tú y el fuego una pasarela por la que tus captores desplazan
estatuas y todo tipo de objetos. Las sombras que proyectan en la pared estos objetos son lo único
que tú y tus compañeros de cautiverio habéis visto siempre, lo único de lo que habéis hablado y en
lo que habéis pensado. Esas sombras son la única realidad que han conocido.

Sus habitantes no saben que han tomado las sombras por objetos reales; creen conocer la
realidad, aunque de hecho están viviendo en la oscuridad, tanto en sentido figurado como en el
literal.

A medida que desarrolla la alegoría, Platón nos pide que imaginemos que alguien entra en la
caverna, quita los grilletes a un prisionero y lo conduce al exterior, a la luz del Sol. ¿Cuál crees que
será la reacción del prisionero liberado? Enceguecido por el brillo del Sol, probablemente lo
primero que hará será correr hacia la seguridad de la caverna. Necesitará tiempo y paciencia antes
de que sus ojos se acostumbren a la luz y a ver las cosas tal como realmente son. Sin embargo, una
vez que lo haya conseguido, el prisionero comprenderá con claridad que lo que había tomado por
conocimiento no era más que puras sombras.

De regreso a la caverna, el prisionero explica a los demás la «realidad», pero seguramente


encontrará oposición. Sus antiguos compañeros continúan creyendo que las sombras son la
realidad. Ahora que escuchan una versión nueva y extraña estarán convencidos de que quien la
expone se ha vuelto loco. «¿No dirán», se pregunta Platón, «que el otrora prisionero, después de
haber ascendido al exterior, regresó con los ojos tan arruinados que ni siquiera valdría la pena
intentar subir y salir de la caverna? Y si pudieran, ¿no apresarían y matarían a cualquiera que
tratara de liberarlos y sacarlos de las profundidades de la caverna?».

La vida ordinaria, sostiene Platón, es como la vida dentro de la caverna. De ella había escapado
Sócrates y a ella nunca quiso volver. Los humanos somos prisioneros que vivimos en un mundo de
supuestos no comprobados, que confiamos en los sentidos como fuentes de información acerca
de la realidad y que creemos que sólo es real lo que podemos ver, oír, tocar, gustar y oler.

Quizá Platón también deseaba hacer notar cuan fuerte es el poder del grupo sobre el pensamiento
del individuo. Si a todos nuestros amigos les gusta o disgusta algo, si nuestros compatriotas
suponen las mismas cosas o si nuestras pautas familiares nos han convencido de que sólo hay una
forma de hacer las cosas, entonces tal vez vivamos muy a gusto con esas preferencias, supuestos
pautas. Lo anterior puede parecer inofensivo cuando se trata de comer un pollo la noche de
Navidad o de no poner los codos sobre la mesa, pero resulta verdaderamente peligroso cuando se
trata de confiar en los sentidos y no en la razón, si se acepta como real y verdadero lo que
nosotros vemos y lo que »todos saben». en vez de buscar la verdad por uno mismo. Por eso Platón
advierte: si las sombras se toman por realidad, las certezas obtenidas se habrán basado en
información incorrecta e inadecuada.

EL MITO APLICADO AL SABER: Si quieren una alegoría de la condición humana, que se refiera
especialmente al saber y a la ignorancia, entonces imaginen a algunas personas viviendo en una
caverna. Ellos han vivido ahí desde que nacieron, han sido encadenados, obligados a sentarse en
una sola posición y a ver un punto fijo. Al final de la cueva hay una salida al mundo exterior que,
por supuesto, los prisioneros desconocen.

Arriba y detrás de ellos, arde un fuego, y entre el fuego y los prisioneros, detrás de un muro que lo
oculta de su vista, hay un camino que cruza la caverna. La gente pasa por detrás del muro
cargando estatuas humanas y figuras de animales y plantas esculpidas en piedra o madera, y a
veces conversan entre sí.

El fuego proyecta sombras de esas imágenes sobre la pared que ven los prisioneros y estas
sombras, acompañadas por el sonido intermitente de las voces, son la única realidad que los
prisioneros conocen. Ninguno de ellos puede recordar otra, ésa ha sido siempre toda la verdad
sobre el mundo…

Esta alegoría describe la condición humana. La caverna es el mundo que se nos revela por medio
de los sentidos, apenas iluminado por la luz del fuego y lleno de sombras que confundimos con la
realidad. La salida de la cueva, a la luz solar, representa el ascenso del alma a la vida intelectual: la
vida de la mente y el camino de la razón. Utilizando las herramientas del intelecto, llegaremos
finalmente a la idea del Bien, que es la fuente de todo lo bello y lo correcto y que, en verdad,
también es el único terreno confiable para la conducta moral.
Será fácil comprender por qué aquellos que han visto las cosas como realmente son, usando
plenamente los poderes intelectuales, no estarán dispuestos a volver al mundo profano de los
intercambios humanos. Alguien así podría parecer tonto entre las sombras de las cortes legales y
la hipocresía de la vida cotidiana. Pero haríamos bien en recordar que aquellos que creemos
desorientados podrían en realidad estar moviéndose de las tinieblas a la luz y no de la luz a las
tinieblas .

Y deberíamos tener mucho cuidado de quien nos reímos, no sea que nos convirtamos en los felices
prisioneros que se afierran fieramente a su ignorancia y se burlan de lo que no comprenden.

Fuentes Consultadas:

Raíces de la Sabiduría Edit. Cengage Learnning Helen Buss Mitchell

Enciclopedia Temática Familiar Grandes Figuras de la Humanidad Editorial Cadyc

Historia del Mundo Para Dummies Peter Haugen

HISTORIA José Cosmelli Ibañez Edit. Troquel

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