Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
NUEVAS TEORÍAS
DE LA DEMOCRACIA
De la democracia formal
a la democracia deliberativa
Oscar Mejía Quintana1 y Carolina Jiménez2
12
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
1 Profesor Titular, exdirector del Departamento de Ciencia Política y director del Centro de Investigaciones Jurídicas y
Políticas de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor
Asociado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes. Filósofo (U. Nacional), Maestría y Doctorado en
Filosofía Moral y Política (Pacific University, Los Angeles). Obtuvo un (post)Doctorado en Filosofía del Derecho en el
Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia.
2 Politóloga del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia. Candidata a la Maestría en
Estudios Políticos del IEPRI. Docente Ocasional del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de
Colombia y Miembro del Grupo de Investigación Theseus que actualmente adelanta el proyecto Elites Intelectuales y
Reformas Estructurales.
13
N uevas teorías de la democracia
E
n las últimas décadas ples aproximaciones teóricas, que a
hemos asistido a una través de la formulación de modelos
reconfiguración global del normativos de democracia, buscan
orden social, económico, político y cul- avanzar en la construcción de nuevos
tural. De un modelo de desarrollo sus- proyectos de sociedad sustentados en la
tentado en la producción industrial, en potencialidad del poder constituyente
el Estado de bienestar como motor de contemporáneo y en los sujetos colec-
crecimiento, y en la democracia liberal tivos (políticos o sociales) como sujetos
como fuente de legitimidad, pasamos a capaces de catalizar su proyección
un modelo fundado en la liberalización emancipatoria.
de los sistemas financieros, en la con- Es por esto que el propósito de
tracción de las funciones estatales y en este artículo es analizar la plausibili-
la democracia neoconservadora de dad de la diversas teorizaciones sobre
mercado. El proyecto político del neo- la cuestión democrática desde una
liberalismo modela de este modo, un perspectiva postliberal como la de
nuevo proyecto de sociedad en el cual Rawls, socialista como la de
el individuo y el mercado se erigen Habermas y postsocialista, tal como se
como los protagonistas de los procesos presentan en las propuestas de la
de integración moral, política y econó- democracia radical posthabermasiana de
mica. Así, el mercado se constituye en la tercera generación de la Escuela de
el mecanismo superior de regulación Frankfurt, de la democracia real de
social y la precondición de cualquier Negri y Hardt en el marco del capita-
democracia, y el individuo deja de ser lismo global, de la democracia disputato-
entendido como resultado de un com- ria del republicanismo postmoderno,
promiso social, para entenderse en el y de la democracia de liberación de
marco de las relaciones de intercambio. Touraine, definiendo con ello un
Tenemos entonces que el pro- marco normativo que posibilite dar
yecto político del neoliberalismo cuenta de los procesos contestatarios
configura la democracia como una en curso, así como infiriendo de allí,
democracia capitalista, expropiada de no solo eventuales tendencias objeti-
sus dimensiones utópicas y normati- vas que permitan prefigurar estrate-
vas en nombre del mercado y de la gias frente al capitalismo global
eficiencia. Se configura así una demo- neoliberal, sino también y ante todo,
cracia de corte neoconservador que una concepción de resistencia o deso-
despolitiza el concepto de ciudadanía, bediencia civil –incluso insumisión-
deslegitima la intervención del como defensa activa de la constitu-
Estado, acota el terreno de la política, ción, a ser tenida en cuenta por los
libera a la economía de las interven- tribunales constitucionales en sus pro-
ciones políticas, deteriora lo público y cesos de adjudicación. En esta línea el
en últimas destruye el sentido norma- escrito busca avanzar en la identifica-
tivo y emancipatorio de la democra- ción de lo que hemos denominado
cia. Frente a esta problemática que “puntos de fuga de la democracia”,
plantea la democracia liberal (formal) para referirnos a las construcciones
a las sociedades contemporáneas, en teóricas que rebaten el escenario de la
14
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
15
N uevas teorías de la democracia
16
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
17
N uevas teorías de la democracia
18
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
Mouffe (1999), por otro, completando social, expone a todos los individuos
así una geografía conceptual con direc- que se hallan en situaciones de debili-
tas consecuencias en los modelos de dad a las presencias desnudas de los
democracia y de adjudicación constitu- mas fuertes”.
cional, así como del papel potencial de
los tribunales constitucionales en las 2.4. Dualismo
sociedades contemporáneas que es y democracia de liberación
imprescindible esclarecer. Finalmente, la cuarta opción se
El concepto de democracia dis- ubica dentro lo que en la sociología
putatoria, en una de sus más comple- francesa se conoce como teorías del
tas formulaciones, tiene lugar en la dualismo, las cuales intentan mediar en
obra de Philippe Pettit (1999) la relación entre la estructura y el suje-
Republicanismo: Una teoría sobre la liber- to. Alain Touraine (2001) en su obra
tad y el gobierno. Para el autor, que se ¿Qué es la democracia? problematiza el
ubica en el debate de la libertad en concepto de la democracia en la
sentido positivo (o de los antiguos) y modernidad, y sugiere un modelo nor-
negativo (o de los modernos), resulta mativo de la democracia. El concepto
fundamental distinguir un tercer tipo de democracia de liberación surge tanto en
de libertad, a saber, la libertad como respuesta a la democracia liberal fun-
no dominación, la cual es entendida dada en el principio del utilitarismo,
ya no en términos de autodominio o como a la democracia republicana fun-
ausencia de interferencia, como lo dada en palabras de Touraine en la eli-
hiciesen las anteriores nociones, sino minación de las particularidades.
en términos de ausencia de servidum- En el mismo sentido, Touraine
bre. En resumen, una democracia dis- crítica la propuesta postliberal de
putatoria sigue las pautas deliberativas Rawls, al considerar que en su búsque-
de toma de decisiones, de forma que da por una síntesis entre el problema de
incluye a las principales voces de la la unidad (libertad) y la pluralidad
diversidad presentes y responde apro- (igualdad), termina premiando y revin-
piadamente a las quejas contra ella dicando el individuo utilitarista. En
formuladas. Con esto, es claro que tal efecto, Touraine considera que no
tipo de democracia se distingue de las puede existir un principio central entre
democracias pluralistas de los grupos estos dos escenarios, sino por el contra-
de interés. Al exigir que quienes rio, se debe abogar por la búsqueda de
toman las decisiones públicas las combinaciones y compromisos que
tomen de manera transparente y fun- permitan articular el problema de la
dándose en consideraciones neutrales, racionalidad instrumental/unidad y la
el republicanismo descarta aquellas identidad cultural/diversidad. Del
corrientes para las que para el mejor mismo modo, considera que la demo-
modo de organizar las cosas públicas cracia discursiva habermasiana, no logra
es disponer de un marco acorde con resolver el problema entre lo particular
las razones de los grupos particulares. y lo universal, debido a que no acepta
En estos casos, afirma Pettit la idea del sujeto. Desde esta óptica
(1999:266), “el hacer de las preferen- Habermas resultaría premiando la
cias desnudas el motor de la vida acción política de la comunidad por
19
N uevas teorías de la democracia
3 Al decir de Touraine, Habermas buscaría desde lo particular llegar a lo universal, trataría en últimas volver a encontrar el
universalismo partiendo de las culturas y personalidades particulares (ver Alain Touraine, 1994: 330-336).
20
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
21
N uevas teorías de la democracia
22
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
4 Esta opción mínima daba cuenta de un régimen con autoridades elegidas mediante sufragio universal en una competen-
cia regular y regulada, un derecho de asociación e información que aseguraba la libre participación ciudadana, el respeto
a las minorías y la lealtad a la institucionalidad.
5 Se habla de democracias delegativas debido a su: 1) alta discrecionalidad presidencial; 2) gobierno por delegación más que
por representación; 3) audiencia electoral pasiva frente acciones gubernamentales; 4) tendencias plebiscitarias; 5) fuertes
componentes carismáticos del Presidente, 6) sentidos de urgencia, susceptibles de manipulación político-administrativos;
y, 7) orientación cesarista del Ejecutivo.
23
N uevas teorías de la democracia
6 En éste escenario, los procesos constitucionales jugaron un papel estratégico para el caso latinoamericano; ya que se encon-
tró en la promulgación de una nueva Constitución el mejor mecanismo de legitimación de la nueva formula política de
estabilización. Los procesos constituyentes movilizaron de este modo y mediante el uso narrativas de transformación social,
la idea de la emergencia de un nuevo mito fundacional que cerraba el ciclo de fallas estructurales que había agobiado la
región por más de tres décadas. En éste sentido, podemos afirmar que la matriz del proyecto político neoliberal estuvo pre-
sente en todos los textos constitucionales surgidos durante las décadas del ochenta y el noventa en América Latina.
24
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
crisis de legitimidad del Congreso pro- democrática que Colombia tenía fren-
ducto de su incapacidad para atender te a sí, en el momento presente y futu-
las demandas sociales. ro” (Valencia 1990: 84 ).
En éste contexto, la legitimación
5.1. Las narrativas del nuevo pacto político, por parte del
de la democracia participativa constituyente primario, permitiría la
En éste escenario, la democracia consolidación de una verdadera cultura
colombiana se erigía como una demo- democrática para Colombia. La consig-
cracia excluyente, elitista y parcamente na era un Estado democrático y plura-
representativa, en la cual los ciudadanos lista, y una Sociedad civil participativa,
eran vistos como sujetos pasivos del democrática y pacífica. La convocación
proceso político, limitando su papel a la a la ANC se configuraba de este modo
práctica sincrónica de las elecciones en un nuevo mito fundacional que
libres. De hecho, la creciente pérdida de cerraba un ciclo de fallas estructurales
legitimidad de los partidos políticos tra- mediante el uso narrativas de transfor-
dicionales, el fortalecimiento e incre- mación social.
mento de la acción insurgente, aunado De esta manera, la Carta Política
a la autonomía del movimiento popular del 91 se erigió como la salvadora de la
con respecto a las fuerzas políticas tradi- sociedad colombiana, como el aconte-
cionales, crearon un contexto favorable cimiento perfecto para la construcción
para que se empezara hablar de la aper- de un nuevo modelo de sociedad acor-
tura del régimen político (Múnera de con una nueva eticidad democráti-
1999). En consecuencia, se empezó a ca. No obstante, después de un poco
consolidar en el imaginario político más de una década surge el interrogan-
nacional la idea de la democracia parti- te de ¿porqué este nuevo pacto político y
cipativa, como la única salida viable a la este discurso de la democracia participativa
crisis del régimen político colombiano. no lograron recomponer los fragmentados
De tal suerte que la convocatoria a una lazos de solidaridad de la sociedad colom-
asamblea nacional constituyente se con- biana?, y por el contrario asistimos a un
virtió en el espacio privilegiado para déficit democrático, a un vaciamiento y
crear y consolidar un real espacio de despolitización de la democracia, a una
articulación institucional. profunda fragmentación de la concien-
De éste modo, los diversos acto- cia pública-política, en últimas a una
res sociales y políticos convergían en la sociedad donde reina la desconfianza y
idea de la importancia de convocar a la falta de solidaridad entre ciudadanos
una ANC. La importancia de la consti- que deberían haberse constituido con
tuyente radicaba de este modo, en el la Carta del 91 en los grandes ciudada-
papel de tabla de salvación que tenía nos virtuosos.
(Buitrago 1990). En efecto, la caracte-
rística principal de la constituyente, era 5.2. Aproximaciones teóricas al
que se proyectaba como un verdadero problema de la democracia
tratado de paz, y de paz democrática, Múltiples y de diversos órdenes
entre todos los colombianos. De esta han sido los estudios que han abordado
manera, lograba erigirse como “la el problema de la democracia en
única iniciativa política nacional y Colombia. Durante la década de los
25
N uevas teorías de la democracia
7 Ver entre otros, los trabajos elaborados por los investigadores del CINEP sobre democracia y conflicto, publicados en la
revista cien días vistos por CINEP (No 1-12); de igual forma los trabajos de la Revista Foro (No 8-13) y Análisis Político.
26
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
8 Hegemonía entendida en términos Gramscianos como "La Dirección Política, Intelectual y Moral".
27
N uevas teorías de la democracia
28
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
29
N uevas teorías de la democracia
30
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez
31