Está en la página 1de 20

C olombia Internacional 62, jul - dic 2005, 12 - 31

NUEVAS TEORÍAS
DE LA DEMOCRACIA
De la democracia formal
a la democracia deliberativa
Oscar Mejía Quintana1 y Carolina Jiménez2

recibido 31/01/06, aprobado 28/02/06

12
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

El proyecto político del neoliberalismo configura la democracia como una


democracia capitalista, expropiada de sus dimensiones utópicas y normativas en
nombre del mercado y de la eficiencia. Se configura una democracia restringida, de
corte neoconservador, que despolitiza el concepto de ciudadanía, deslegitima la
intervención del Estado, acota el terreno de la política, libera a la economía de las
intervenciones políticas y deteriora el alcance y sentido de lo público. Frente a esta
problemática el propósito del escrito es analizar la plausibilidad de la diversas
teorizaciones sobre la cuestión democrática desde una perspectiva postliberal (Rawls),
socialista (Habermas) y postsocialista tal como se presentan en las propuestas de la
democracia radical de la tercera generación de la Escuela de Frankfurt, de la
democracia real de Negri y Hardt, de la democracia disputatoria del republicanismo
postmoderno, y de la democracia de liberación de Touraine. En esta línea el texto
identifica igualmente los “puntos de fuga de la democracia” acercándose a las
teorizaciones que exploran el potencial emancipatorio de ésta, donde se destacan los
trabajos de Agamben, Zizek y Virno.

Palabras clave: Democracia neoliberal, democracia postliberal, democracia


deliberativa, democracia radical, democracia real, democracia disputatoria

Neoliberalism conceives of democracy in capitalist terms, deprived of its utopic and


normative dimensions in the name of the market and efficiency. The resulting
political model, restricted and neoconservative in nature, depoliticizes the concept of
the citizen, negates state intervention, narrows the political environment, frees the
economy from political interventions and deteriorates the meaning and reaching of
the public sphere. Given this problematic, the article analyzes the plausibility of
distinct theoretical reflections on democracy from a postliberal (Rawls), socialist
(Habermas) and postsocialist perspective, based upon the Frankfurt School’s third
generation discussions of radical democracy, Negri and Hardt’s analyses of real
democracy, postmodern republicanism’s disputatory democracy, and Touraine’s
liberation democracy. In this vein, the article also identifies democracy’s “escape
points” by examining this model’s emancipatory potential through authors such as
Agamben, Zizek and Virno.

Keywords: Neoliberal democracy, postliberal democracy, deliberative democracy,


radical democracy, real democracy, disputatory democracy

1 Profesor Titular, exdirector del Departamento de Ciencia Política y director del Centro de Investigaciones Jurídicas y
Políticas de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor
Asociado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes. Filósofo (U. Nacional), Maestría y Doctorado en
Filosofía Moral y Política (Pacific University, Los Angeles). Obtuvo un (post)Doctorado en Filosofía del Derecho en el
Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia.
2 Politóloga del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia. Candidata a la Maestría en
Estudios Políticos del IEPRI. Docente Ocasional del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de
Colombia y Miembro del Grupo de Investigación Theseus que actualmente adelanta el proyecto Elites Intelectuales y
Reformas Estructurales.

13
N uevas teorías de la democracia

Introducción las últimas décadas han surgido múlti-

E
n las últimas décadas ples aproximaciones teóricas, que a
hemos asistido a una través de la formulación de modelos
reconfiguración global del normativos de democracia, buscan
orden social, económico, político y cul- avanzar en la construcción de nuevos
tural. De un modelo de desarrollo sus- proyectos de sociedad sustentados en la
tentado en la producción industrial, en potencialidad del poder constituyente
el Estado de bienestar como motor de contemporáneo y en los sujetos colec-
crecimiento, y en la democracia liberal tivos (políticos o sociales) como sujetos
como fuente de legitimidad, pasamos a capaces de catalizar su proyección
un modelo fundado en la liberalización emancipatoria.
de los sistemas financieros, en la con- Es por esto que el propósito de
tracción de las funciones estatales y en este artículo es analizar la plausibili-
la democracia neoconservadora de dad de la diversas teorizaciones sobre
mercado. El proyecto político del neo- la cuestión democrática desde una
liberalismo modela de este modo, un perspectiva postliberal como la de
nuevo proyecto de sociedad en el cual Rawls, socialista como la de
el individuo y el mercado se erigen Habermas y postsocialista, tal como se
como los protagonistas de los procesos presentan en las propuestas de la
de integración moral, política y econó- democracia radical posthabermasiana de
mica. Así, el mercado se constituye en la tercera generación de la Escuela de
el mecanismo superior de regulación Frankfurt, de la democracia real de
social y la precondición de cualquier Negri y Hardt en el marco del capita-
democracia, y el individuo deja de ser lismo global, de la democracia disputato-
entendido como resultado de un com- ria del republicanismo postmoderno,
promiso social, para entenderse en el y de la democracia de liberación de
marco de las relaciones de intercambio. Touraine, definiendo con ello un
Tenemos entonces que el pro- marco normativo que posibilite dar
yecto político del neoliberalismo cuenta de los procesos contestatarios
configura la democracia como una en curso, así como infiriendo de allí,
democracia capitalista, expropiada de no solo eventuales tendencias objeti-
sus dimensiones utópicas y normati- vas que permitan prefigurar estrate-
vas en nombre del mercado y de la gias frente al capitalismo global
eficiencia. Se configura así una demo- neoliberal, sino también y ante todo,
cracia de corte neoconservador que una concepción de resistencia o deso-
despolitiza el concepto de ciudadanía, bediencia civil –incluso insumisión-
deslegitima la intervención del como defensa activa de la constitu-
Estado, acota el terreno de la política, ción, a ser tenida en cuenta por los
libera a la economía de las interven- tribunales constitucionales en sus pro-
ciones políticas, deteriora lo público y cesos de adjudicación. En esta línea el
en últimas destruye el sentido norma- escrito busca avanzar en la identifica-
tivo y emancipatorio de la democra- ción de lo que hemos denominado
cia. Frente a esta problemática que “puntos de fuga de la democracia”,
plantea la democracia liberal (formal) para referirnos a las construcciones
a las sociedades contemporáneas, en teóricas que rebaten el escenario de la

14
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

democracia liberal como potencial para el desarrollo institucional de la


emancipador de los sujetos sociales y democracia e inaugurando con ello un
políticos, donde se destacan los traba- proyecto alternativo, similar al de
jos de Agamben, Zizek y Virno, entre Habermas, que hoy se inscribe en lo que
otros. ha dado por llamarse democracia delibe-
Para su desarrollo el texto se rativa. La Teoría de la Justicia representa
estructura en cuatro momentos: “La una crítica de carácter postliberal a la
Democracia consensual y discursiva”sugiere democracia liberal decimonónica y fun-
una aproximación crítica a los plantea- cional, oponiendo al modelo de demo-
mientos teóricos de Rawls y Habermas cracia de mayorías un modelo
sobre la democracia. El segundo consensual donde la posibilidad de deso-
momento “El Horizonte de la democracia bediencia civil deviene un puntal estruc-
deliberativa” expone las cuatro propuestas tural de la legitimidad del sistema y el
más destacadas sobre el horizonte de la reconocimiento y subsunción de la disi-
democracia deliberativa. El tercero titu- dencia el imperativo, moral y político,
lado “Puntos de fuga de la democracia” del ordenamiento.
devela algunas aproximaciones teóricas Para ello concibe un procedi-
que encuentran en el escenario demo- miento de consensualización, la posi-
crático una legitimación del orden ción original, de la que se derivan, en
social existente y bajo esta crítica propo- condiciones simétricas de libertad e
nen un replanteamiento del problema igualdad argumentativas, unos princi-
de la democracia. El cuarto momento pios de justicia que orientan la cons-
“Transiciones, democratizaciones y democra- trucción institucional de la estructura
cias en América Latina” presenta de básica de la sociedad, a nivel político,
manera general el retorno de la demo- económico y social (Rawls 1979).
cracia al subcontinente y expone las Con la publicación del libro Political
tendencias de discusión que sobre el Liberalism (1997), Rawls representa la
problema de la democracia y la demo- asunción crítica de los argumentos
cratización han surgido. El quinto comunitaristas, mediado por la lectu-
momento“La despolitización de la demo- ra tanto de Hegel, y sus conceptos de
cracia colombiana” problematiza la confi- reconciliación y eticidad, como de la
guración elitista y plebiscitaria de la tradición republicana, y su concepto
democracia colombiana. de deliberación ciudadana, permitién-
dole su ruptura definitiva con el libe-
1. La Democracia Consensual ralismo doctrinario y su concreción
y Discursiva de un modelo de sistema político
normativamente incluyente donde,
1.1. Crítica Consensual sin embargo, el acento en la posibili-
a la Democracia Liberal dad de la desobediencia civil se ve
Los planteamientos de Rawls en reemplazado por la capacidad de con-
Teoría de la Justicia (1971), constituyen sensualización política del sistema.
un audaz intento por fundamentar una
nueva concepción de la moral, la polí- 1.2. La Democracia Discursiva
tica y el derecho, y de sus relaciones El programa de investigación de
entre sí, con sustanciales connotaciones Jürgen Habermas, desarrollado a lo

15
N uevas teorías de la democracia

largo de su vida en tres grandes modelos normativos de democra-


momentos teóricos, responde a dos cia en conflicto en la actualidad, opo-
propósitos centrales: primero, la refun- niendo al modelo de democracia
damentación epistemológica del mate- liberal representativa y al modelo de
rialismo histórico con base en el democracia republicana directa un
análisis de las condiciones reales de modelo de democracia radical fundado
emancipación que se evidencian en el en lo que denomina un modelo socio-
capitalismo tardío y, segundo, articula- lógico de democracia deliberativa de
do con ello, la reconstrucción normati- doble vía (Habermas 1999: 231-246).
va de la legitimidad en las sociedades
complejas. A este proyecto responde 2. El Horizonte de la
tanto su teoría de la acción comunicati- Democracia Deliberativa.
va, en donde se inscribe su reconstruc- Lo que el estado del arte ha
ción racional del lenguaje y su ética acuñado como “democracia deli-
discursiva, como, posteriormente, el giro berativa”, se ha multifurcado en
hacia la reconsideración normativa del varias interpretaciones desde los dife-
estado democrático de derecho desde la rentes paradigmas jurídico-políticos
perspectiva de una democracia radical contemporáneos. En esto se origina
cuyo propósito se inscribe en moderar la que encontremos versiones de la
tensión entre facticidad y validez que misma en Rawls, el republicanismo y
mimetiza la colonización sistémica del el neomarxismo angloamericanos y
mundo de la vida que fractura y cosifica europeo, y el marxismo analítico y el
a las sociedades contemporáneas. utilitarismo, entre otros (Sandel 1996;
En efecto, en Facticidad y Validez Gutmann 1996; Elster 1998; Bohman
Habermas fundamenta este nuevo 1996; Benhabib 1996).A esta tipología
paradigma discursivo-procedi- normativa subyace paralelamente una
mental del derecho, así como un variante sociológica que podríamos
modelo normativo de democracia radi- descomponer en dos versiones dicotó-
cal, el cual complementa en muchos micas y, en apariencia, mutuamente
aspectos el paradigma consensual de excluyentes, con pretensiones prácti-
John Rawls (Mejía 1996). El giro que cas más que teóricas. De una parte, un
representa su propuesta de un paradig- modelo sistémico derivado inicial-
ma discursivo del derecho constituye el mente del planteamiento funcional,
reconocimiento de que los procedi- que abreva en las teorías de Parsons e
mientos jurídicos, en tanto sus conteni- Easton, que alcanza su máxima expre-
dos garanticen la multiplicidad de sión en la teoría de sistemas luhman-
perspectivas del mundo de la vida, niana y del que pueden rastrearse
puede ser el elemento más eficaz para proyecciones –tanto descriptivas como
rehacer el lazo social desintegrado propositivas- en los planteamientos de
desde una posición dialogal que supere Dahl, Beck y Buchanan; cuyo desarro-
los límites del paradigma monológico llo apenas dejamos sugerido
de la modernidad (Hoyos 1995; Baynes (Luhmann 1994; Dahl 1991; Beck
1995; Bohman 1994). 1999; Buchanan 1975).
Es en este contexto donde Es por esto, que el propósito de
Habermas expone los tres grandes este apartado, es adentrarnos en cuatro

16
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

propuestas que se inscriben, sin duda, pensamiento marxista en general, no


en ese polisémico espectro pero que solo el heterodoxo, y en qué términos
rápidamente se van diferenciando de las la reflexión postsocialista puede asi-
propuestas conservadoras y liberales, milarla como propia, sin concesiones
bosquejando unas posibilidades de al pensamiento burgués liberal.
acción e interpretación políticas y Dubiel ubica en la estrategia
constitucionales más complejas. política de la desobediencia civil, el
camino para acceder a la consolida-
2.1.Teoría Crítica ción de una verdadera sociedad
y democracia radical democrática. La desobediencia civil,
La primera opción es la repre- reivindica el carácter abierto e inaca-
sentada por la tercera generación de la bado del proyecto democrático y ve
Escuela de Frankfurt que indudable- en el ciudadano el sujeto político que
mente profundiza la propuesta haber- debe impulsar el camino hacia la con-
masiana de una democracia radical, solidación de verdaderos regímenes
bastante sistémica pese a la significati- democráticos. La desobediencia civil
va crítica que hiciera del abandono de es así un dispositivo simbólico que
la cuestión democrática por parte de produce dos efectos fundamentales.
Marx reivindicándola desde el anar- De un lado, plantea demandas demo-
quismo (Habermas 1998: 589-618). cráticas a los actores políticos (autori-
En efecto, su propuesta, basada en un dades, parlamento, tribunales de
modelo sociológico de política deli- justicia) y al público en general en
berativa de doble vía termina estando situaciones caracterizadas por el pre-
más cerca de Luhmann, vía Teubner, dominio de proyectos elitistas y abu-
que de Bakunin, obviamente por el sos del poder. De otro, crea un
excesivo cuidado habermasiano de no espacio público para la formación de
apostarle a propuestas normativas que opinión y voluntad ciudadanas de
no estén solidamente afianzadas en cara a un proceso de autolegislación
estudios empíricos y sociológicos, democrática.
pero igualmente por un exagerado Una sociedad en la que la deso-
realismo político y la necesidad de bediencia civil asume su lugar legíti-
proponer modelos plausibles y no mo en la producción y defensa de un
meras utopías irrealizables (Offe orden realmente democrático, se erige
1995; Wellmer 1996; Dubiel 1997). como una república democrática, en
Pero esa carencia de utopía sin la cual el espacio público expresa los
duda es rescatada por la tercera gene- acuerdos políticos sobre cuestiones
ración de la Escuela de Frankfurt. generales de la sociedad y en donde se
Offe (1990), Wellmer (1996), Dubiel desarrolla un nuevo equilibrio entre
(1993; 1997; 2000) y Honneth (1997) autonomía individual y responsabili-
retoman la bandera de la democracia dad solidaria, configurando nuevas
radical para radicalizarla (valga la formas de solidaridad – solidaridad
redundancia) y mostrar –hasta donde postradicional – que permiten la
sus propias condiciones históricas y refundación democrática del estado
sociales lo permiten- hasta qué punto social, es decir, la democratización de
la cuestión democrática es propia del la democracia liberal.

17
N uevas teorías de la democracia

2.2. Globalización y democracia real logra satisfacer los cánones reconocidos


La segunda opción la representa de una teoría revolucionaria, de un
la propuesta de Negri (2003), poste- nuevo Qué Hacer? para los tiempos del
riormente desarrollada en Hardt, de imperio global, lo que si muestra es qué
una democracia real o absoluta, en la línea es el sistema global y qué se ha hecho
de Spinoza. De nuevo aquí es necesario en términos de contestación frente al
diferenciar la propuesta inicial de mismo, sin lograr inferir de ello un
Negri que constituye una radiografía marco conceptual que determine los
del poder constituyente en la moderni- parámetros tanto por comprender teó-
dad y el giro que representan Imperio y ricamente la situación actual como
Multitud (Negri 2001; 2004), respecti- para proyectar las tendencias contesta-
vamente, en la medida en que los últi- tarias con las que poder enfrentarla.
mos constituyen una reflexión sobre el
capitalismo global y las posibilidades 2.3. Republicanismo
efectivas que la multitud, en tanto suje- y democracia disputatoria.
to político emancipatorio, y la demo- La tercera opción a explorar,
cracia real puedan tener en el contexto determinante hoy en día en la com-
mundial. prensión de la teoría política y consti-
Frente al estudio socio-histórico tucional contemporánea e igualmente
que representa Poder Constituyente en la concreción de marcos normativos
(Negri 1994) mostrando la maduración que permitan proyectar líneas de
paulatina que la multitud adquiere acción, es la del republicanismo
como sujeto emancipatorio durante (Gauchet 1989; Kiegel 1996; Renaut
toda la modernidad, Imperio pretende 1999; Mesure 1999). Definir los alcan-
–por primera vez desde el estudio clá- ces del mismo, sus diferentes matices y
sico y sistemático de Lenin sobre el su proyección en la teoría jurídica y
imperialismo, en la línea que posterior- política contemporánea es un objetivo
mente desarrolla Trostky y, con él, la IV colindante que debe ser esclarecido
Internacional sobre el capitalismo glo- dado que son varias las tendencias que
bal- diagnosticar el carácter que la pueden distinguirse a su interior.
sociedad capitalista postmoderna En efecto, pueden observarse
adquiere en tanto sistema imperial y la por lo menos dos ramificaciones en la
plausibilidad emancipatoria que en ese tradición republicana: una, que se ha
contexto puede tener la multitud, sin denominado “neorrepublicanismo”, se
mucho éxito dadas las críticas que tiene identificaría con su vertiente anglosajo-
específicamente esta última como cate- na, donde, sin embargo, pueden distin-
goría que da razón de una nueva subje- guirse tres versiones: la del humanismo
tividad revolucionaria. cívico de Pocock (1975), la del republi-
De ahí el interés de Multitud por canismo liberal de Skinner (1990) y la
resolver los vacíos de Imperio, desafor- republicana radical de Pettit (1999;
tunadamente de nuevo, sin lograr defi- 2004).Y, en la otra ramificación, la fran-
nir con precisión, al menos coparlante, lo que podría denominarse
teóricamente, los contornos y proyec- “postrepublicanismo” que igualmente
ciones de este como sujeto revolucio- admite varias versiones, la de Ferry y
nario (Borón 2002). Pero si el texto no Renaut (1990), por un lado, y la de

18
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

Mouffe (1999), por otro, completando social, expone a todos los individuos
así una geografía conceptual con direc- que se hallan en situaciones de debili-
tas consecuencias en los modelos de dad a las presencias desnudas de los
democracia y de adjudicación constitu- mas fuertes”.
cional, así como del papel potencial de
los tribunales constitucionales en las 2.4. Dualismo
sociedades contemporáneas que es y democracia de liberación
imprescindible esclarecer. Finalmente, la cuarta opción se
El concepto de democracia dis- ubica dentro lo que en la sociología
putatoria, en una de sus más comple- francesa se conoce como teorías del
tas formulaciones, tiene lugar en la dualismo, las cuales intentan mediar en
obra de Philippe Pettit (1999) la relación entre la estructura y el suje-
Republicanismo: Una teoría sobre la liber- to. Alain Touraine (2001) en su obra
tad y el gobierno. Para el autor, que se ¿Qué es la democracia? problematiza el
ubica en el debate de la libertad en concepto de la democracia en la
sentido positivo (o de los antiguos) y modernidad, y sugiere un modelo nor-
negativo (o de los modernos), resulta mativo de la democracia. El concepto
fundamental distinguir un tercer tipo de democracia de liberación surge tanto en
de libertad, a saber, la libertad como respuesta a la democracia liberal fun-
no dominación, la cual es entendida dada en el principio del utilitarismo,
ya no en términos de autodominio o como a la democracia republicana fun-
ausencia de interferencia, como lo dada en palabras de Touraine en la eli-
hiciesen las anteriores nociones, sino minación de las particularidades.
en términos de ausencia de servidum- En el mismo sentido, Touraine
bre. En resumen, una democracia dis- crítica la propuesta postliberal de
putatoria sigue las pautas deliberativas Rawls, al considerar que en su búsque-
de toma de decisiones, de forma que da por una síntesis entre el problema de
incluye a las principales voces de la la unidad (libertad) y la pluralidad
diversidad presentes y responde apro- (igualdad), termina premiando y revin-
piadamente a las quejas contra ella dicando el individuo utilitarista. En
formuladas. Con esto, es claro que tal efecto, Touraine considera que no
tipo de democracia se distingue de las puede existir un principio central entre
democracias pluralistas de los grupos estos dos escenarios, sino por el contra-
de interés. Al exigir que quienes rio, se debe abogar por la búsqueda de
toman las decisiones públicas las combinaciones y compromisos que
tomen de manera transparente y fun- permitan articular el problema de la
dándose en consideraciones neutrales, racionalidad instrumental/unidad y la
el republicanismo descarta aquellas identidad cultural/diversidad. Del
corrientes para las que para el mejor mismo modo, considera que la demo-
modo de organizar las cosas públicas cracia discursiva habermasiana, no logra
es disponer de un marco acorde con resolver el problema entre lo particular
las razones de los grupos particulares. y lo universal, debido a que no acepta
En estos casos, afirma Pettit la idea del sujeto. Desde esta óptica
(1999:266), “el hacer de las preferen- Habermas resultaría premiando la
cias desnudas el motor de la vida acción política de la comunidad por

19
N uevas teorías de la democracia

encima de la acción política del sujeto como potencial emancipador del


–como productor de si mismo-3. Según poder constituyente contemporáneo,
el planteamiento de Touraine, la idea de ya que ven los regímenes democráti-
la democracia de deliberación propues- cos, la expresión más acabada de la
ta por la escuela de Frankfurt resultaría dominación burguesa. Aquí se desta-
ubicando a la comunicación y la parti- can los trabajos de Giorgio Agamben,
cipación como fundamentos últimos Slavoj Zizek y Paolo Virno.
del proceso democrático, en contravía
de los fundamentos reales de la demo- 3.1. Agamben: democracia
cracia, a saber: la libertad y la acción y estado de excepción
creadora del sujeto. Giorgio Agamben (2003) desa-
La democracia de liberación no rrolla una crítica a las sociedades libe-
estaría definida como en Habermas por rales contemporáneas, a partir de la
la participación ni por el consenso, sino figura del “Estado de excepción”.
por el reconocimiento de las diferencias Según el planteamiento de éste autor,
y el respeto de las libertades individuales el estado de excepción se ha converti-
y la diversidad.Así, el objeto principal de do en la forma permanente y paradig-
la democracia sería el de permitir a los mática del gobierno durante el siglo
individuos, a los grupos y a las colectivi- XX, de tal suerte que se ha erigido
dades convertirse en sujetos libres, pro- como la forma de gobierno por exce-
ductores de su historia, capaces de unir lencia de los estados democráticos. La
en su acción el universalismo de la razón excepción se ha vuelto la norma, y a
y la particularidad de una identidad nombre de ella se ha invocado la pro-
colectiva (Touraine 2001). Este modelo tección de los valores liberales.
de democracia al decir de Touraine le La teoría de la excepción pro-
permitiría a la sociedad ser una y diversa puesta por Agamben, se levanta de esta
a la vez, resolvería el problema entre uni- manera contra la democracia, al consi-
versalismos y particularismos; en últimas derarla como la estrategia de la legiti-
sería la expresión más acabada de la polí- mación política de la dominación. La
tica del sujeto. democracia no es otra cosa que la mas-
cara de la más pura dominación totali-
3. Puntos de Fuga taria; la democracia encuentra en la
de la Democracia excepción y en el totalitarismo el
Las distintas aproximaciones modo y la manera de garantizar su nor-
teóricas expuestas en el apartado ante- malización y actualización; por tanto, la
rior han develado un panorama bas- excepción se constituye en un meca-
tante amplio sobre la posibilidad de nismo interno de los regimenes demo-
encontrar en la democracia un escena- cráticos. De hecho, la democracia
rio de emancipación para los sujetos liberal como una forma del estado de
políticos y sociales. Sin embargo, exis- excepción ha hecho de la vida humana
ten algunas teorizaciones que recha- la nuda vida –vida desnuda-, la existen-
zan el escenario de la democracia cia humana despojada de todo valor

3 Al decir de Touraine, Habermas buscaría desde lo particular llegar a lo universal, trataría en últimas volver a encontrar el
universalismo partiendo de las culturas y personalidades particulares (ver Alain Touraine, 1994: 330-336).

20
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

político. En efecto, el Estado democrá- social y política. La democracia liberal,


tico de derecho, a nombre del derecho no es otra cosa que la formula política
niega el ordenamiento jurídico, suspen- para la legitimación del orden social
de toda la legalidad, desprotege al ciu- existente, un orden que genera genoci-
dadano en nombre de su protección, dio y masacres. En efecto, la democracia
legitimando de este modo la muerte se erige como el constituyente ontoló-
como última garantía del manteni- gico positivo del orden existente, un
miento del orden político. Se configu- constituyente que castra, que impide,
ran de este modo unos regímenes que despolitiza, que niega y destruye el
democráticos en donde el soberano no antagonismo social y político. Es por eso
es el pueblo sino el gobierno; unas que no se puede caer en la trampa
democracias protegidas por la excep- democrática, no se puede ni siquiera
ción que generan su ruina, puesto que aceptar la consolidación de una demo-
el “uso sistemático del estado de excep- cracia deliberativa como muestra de
ción conduce a la liquidación de la emancipación social, ya que esta acepta
democracia” (Agamben 2003:18-19). y cae en la lógica legalista del poder
El quid del problema de la dominante.
democracia liberal, está en que ella El escenario de la democracia
acepta la dominación, la nuda vida y el como campo de lucha y reivindicación
homo sacer para garantizar su supervi- del constituyente primario, no es más
vencia. En éste marco, la democracia no que una alternativa virtual. No es otra
permite agenciar proyectos de emanci- cosa que la aceptación de la domina-
pación social y política, y por el contra- ción por la posibilidad de cambio, así
rio solo conduce a la reproducción del como lo expresa Zizek (2004:165) “lo
orden social existente. Es por esto, que que la referencia a la democracia entra-
la apuesta es por la apertura de un espa- ña es el rechazo de los intentos radicales
cio para la acción humana, para la de salir, de arriesgarse al corte radical, de
acción política, la cual no es otra cosa seguir la tendencia de los colectivos
que la acción que corta el nexo entre autogestionados en áreas fuera de la
violencia y derecho. Es decir, un nuevo ley”. Desde esta perspectiva, la búsqueda
mundo que garantice el fin de la nuda de la utopía exige una completa nega-
vida y el reino de la vida humana. ción del espacio social existente, requie-
re de un rechazo total del enemigo, de
3.2. Zizek: la utopía de la pospolítica escapar al horizonte de la política
Slavoj zizek (1992) problematiza democrática, ya que solo en el escenario
el concepto de democracia como signi- de un cambio verdadero y radical es
ficante amo en la actualidad. Según éste posible encontrar los modos de practicar
autor, la democracia se ha presentado la utopía pospolítica
como el mejor régimen político para la
sociedades liberales, generando el imagi- 3.3.Virno: Del éxodo a la construcción
nario de una falsa apertura, que esconde de la esfera pública no estatal
de este modo, el problema de la domina- Virno (2003) nos propone un
ción e imposibilita de paso la búsqueda análisis de las sociedades contemporáne-
de escenarios alternativos que propen- as y de sus posibilidades de emancipa-
dan realmente por la emancipación ción en el escenario que ha denominado

21
N uevas teorías de la democracia

como postfordista. Para el autor, el nuevo pleno, en la despedida fundadora de la


estadio del capitalismo global resulta República (Virno 2003:100-107).
siendo bastante paradójico, puesto que su
principal recurso productivo, a saber el 4.Transiciones,
“General Intellect” se constituye en el Democratizaciones y
punto de fuga para la emancipación de Democracias en América Latina
los sujetos sociales y políticos. En efecto, Las últimas décadas del siglo XX
Virno considera que el servilismo hacia presagiaban el nacimiento de una
el trabajo del que es objeto el pensa- nueva época para el subcontinente
miento, es el eje fundamental para rede- Latinoamericano; los fuertes desequili-
finir la práctica política, esto debido a brios económicos y los altos niveles de
que el “General Intellect” es el fundamen- ingobernabilidad, por los que atravesa-
to de una cooperación social más amplia ban los regímenes políticos del Centro y
que la específica del campo de trabajo. el Sur de América inducían a cambios en
Así, de un pacto de obediencia hacia el el modo y las maneras como hasta el
Estado, mediado por la relación “General momento se habían conducido los regí-
Intellect”/Trabajo transitaríamos a la menes de la región.
constitución de una esfera pública autó-
noma, en donde el intelecto estaría al 4.1. Debates y perspectivas de la
servicio de la acción política: una forma democracia en América Latina.
radicalmente nueva de democracia. Durante las décadas del ochen-
La apuesta es entonces, para que ta y el noventa del siglo XX, el tema
la Acción política desarrolle el carácter de la democracia se ubicó como eje
público del Intelecto por fuera del tra- central del análisis político de la
bajo, y esto solo es posible, a través de región. Los primeros trabajos sobre la
una política de la multitud postfordista cuestión democrática, se centraron en
que sea capaz de construir espacios los procesos de transición de los regi-
políticos del intelecto común: Una menes autoritarios hacia los democrá-
República de la Multitud. La multitud, ticos. Así se estructuró todo un
no es otra cosa que una forma de exis- corpus teórico sobre el problema de
tencia política que persigue de una la transición.
manera activa y creativa la construc- Uno de los trabajos más destaca-
ción de unas nuevas formas de vivir la dos y que ha cobrado más relevancia
democracia, una democracia no repre- en América Latina es el desarrollado
sentativa y extraparlamentaria, que por Schmitter y O´Donell (1991);
niega el problema de la unidad política estos autores identifican los factores
–Estado- y la voluntad general - centrales que causaron la crisis de los
Pueblo-. Esta nueva multitud no es un regímenes autoritarios en la región y,
torbellino de átomos a los que todavía en este marco, analizan los diversos
les falta unidad, sino la forma de exis- momentos que marcan el transito de la
tencia política que se afirma a partir de dictadura a la democracia, a saber: dic-
una unidad radicalmente heterogénea tadura – dictablanda – democradura –
con relación al Estado: el intelecto democracia. De éste esquema se infie-
público. En éste escenario, el éxodo se ren dos grandes momentos dentro del
constituye en el modelo de acción proceso de construcción de regímenes

22
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

democráticos, uno de descomposición habían configurado regimenes de


del régimen (dictadura – dictablanda) democracias electorales, caracterizadas
y un segundo momento de consolida- por un manejo tecnocrático del pro-
ción (democradura-democracia). En el ceso político.
mismo sentido encontramos los estu- De igual manera, O´Donnell
dios de Garretón (1987), quien explica (1997) caracteriza las democracias de
el transito de los regimenes autorita- la región como democracias delegativas5,
rios a los democráticos -democratización este tipo de democracias generan una
política-, a partir de dos procesos cen- negación de lo público y de la efecti-
trales, por un lado, la crisis interna o de va legalidad del Estado democrático.
descomposición del régimen y, por Por su parte Giovanni Sartori (1990),
otro, la reacción y movilización de la categoriza las democracias de la
sociedad civil frente a los horrores de región como unas democracias confusas,
la dictadura. otros autores como Blanquer han
Estos estudios sobre la transición caracterizado las democracias latinoa-
democrática en América Latina, care- mericanas como democracias autorita-
cieron de una aproximación crítica al rias, democracias incompletas, democracias
problema de la democracia liberal for- para los privilegios, democracias plebiscita-
mal, y en últimas terminaron legiti- rias y personalistas.
mando una lectura procedimentalista Frente a estas realidades, en los
de la misma. En consecuencia, más que últimos años los estudios se han cen-
propender por una democratización trado por una parte, en los obstáculos
real y efectiva de los regimenes políti- que plantea para el desarrollo de las
cos de la región, terminaron avalando democracias latinoamericanas la pre-
el proyecto político de una democracia sencia del régimen económico neoli-
neoconservadora de mercado. beral (Garretón 1999; Töpper 1994;
A partir de estos estudios, se Kaufman 1995; Borón 2003;
inició un amplio debate en América Stolowicz 2005), y por la otra, en la
Latina sobre el tipo de regímenes que importancia que tienen la sociedad
habían resultado de la transición. A civil, la ciudadanía, los movimientos
juicio de algunos autores como sociales, la esfera pública, entre otros,
Lechner (1999), quizá, los profundos en la consolidación de auténticos regí-
trastornos que habían generado las menes democráticos (Canclini 1995;
dictaduras en las sociedades latinoa- Hopenhayn 2001; Strasser 2000;
mericanas habían conducido a la con- Panfichini 2002; Gaitán 1996;
solidación de regimenes parcamente Sosnowski 1999). Estos planteamien-
democráticos, al decir de éste autor, se tos permiten pensar, crear y recrear en
había optado una “definición mínima todas sus dimensiones la problemática
de la democracia”4. En síntesis, se democrática en América Latina.

4 Esta opción mínima daba cuenta de un régimen con autoridades elegidas mediante sufragio universal en una competen-
cia regular y regulada, un derecho de asociación e información que aseguraba la libre participación ciudadana, el respeto
a las minorías y la lealtad a la institucionalidad.
5 Se habla de democracias delegativas debido a su: 1) alta discrecionalidad presidencial; 2) gobierno por delegación más que
por representación; 3) audiencia electoral pasiva frente acciones gubernamentales; 4) tendencias plebiscitarias; 5) fuertes
componentes carismáticos del Presidente, 6) sentidos de urgencia, susceptibles de manipulación político-administrativos;
y, 7) orientación cesarista del Ejecutivo.

23
N uevas teorías de la democracia

4.2. Retorno a la democracia de regímenes democráticos se garantiza


latinoamericana. el establecimiento de una nueva for-
Paralelo a los procesos de estabi- mula de estabilización política, necesa-
lización y ajuste económico que se ria para el óptimo desarrollo de los
adelantaron durante las décadas del mercados.
ochenta y el noventa, América Latina En consecuencia, los regímenes
asistió hacia la consolidación de regí- políticos y económicos latinoamerica-
menes democráticos, dejando atrás las nos se estructuraron bajo los mismos
experiencias autoritarias que habían postulados: el de la democracia liberal y
signado el devenir del subcontinente la economía de mercado. De esta
desde la década del sesenta. Los nacien- manera el proyecto político del neoli-
tes procesos de democratización beralismo configura en América Latina
encontraron en la fórmula de las refor- “democracias tecnocráticas de corte
mas estructurales el canal más adecua- delegativo”, en las cuales la especializa-
do para la consolidación de unas ción y la racionalización se erigen
sociedades pluralistas e incluyentes. De como los valores supremos para la toma
tal suerte que la apertura económica y de decisiones; de tal suerte, que la
la puesta en acción de las fuerzas del nueva ciudadanía queda relegada del
mercado garantizarían una apertura proceso participativo, para permitir que
política y la consolidación de auténti- los cuerpos dirigentes “deliberen sabia-
cos regimenes políticos democráticos6. mente”.Así el problema de la goberna-
De éste modo la puesta en bilidad, la eficiencia y la estabilidad
acción de las tecnologías políticas del política se superponen a las lógicas par-
neoliberalismo, se erigían como las ticipativas, incluyentes de las auténticas
garantías últimas para el pleno desarro- democracias participativas.
llo de las golpeadas sociedades latinoa-
mericanas. Tenemos entonces la 5. La despolitización de la
manifestación de como las poderosas Democracia colombiana
fuerzas que predican el mercado libre El final de la década del ochenta
son las mismas que empujan la demo- y los inicios de la década del noventa
cracia liberal trabajando en simbiosis en Colombia estuvieron marcados por
interdependiente. Esta simbiosis se una profunda crisis en materia política,
expresa en el modo y la manera como económica y social. La crisis política se
el Estado del capitalismo global expresaba y se agudizaba por la perma-
encuentra en la consolidación de regí- nente ausencia de una izquierda legal
menes democráticos un poder unifica- democrática, por el fortalecimiento de
dor, legitimador, articulador, integrador una estructura clientelista del poder
de los individuos en la nueva estructu- que no lograba representar los intereses
ra social. Es decir, con la consolidación del conglomerado social; aunado a la

6 En éste escenario, los procesos constitucionales jugaron un papel estratégico para el caso latinoamericano; ya que se encon-
tró en la promulgación de una nueva Constitución el mejor mecanismo de legitimación de la nueva formula política de
estabilización. Los procesos constituyentes movilizaron de este modo y mediante el uso narrativas de transformación social,
la idea de la emergencia de un nuevo mito fundacional que cerraba el ciclo de fallas estructurales que había agobiado la
región por más de tres décadas. En éste sentido, podemos afirmar que la matriz del proyecto político neoliberal estuvo pre-
sente en todos los textos constitucionales surgidos durante las décadas del ochenta y el noventa en América Latina.

24
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

crisis de legitimidad del Congreso pro- democrática que Colombia tenía fren-
ducto de su incapacidad para atender te a sí, en el momento presente y futu-
las demandas sociales. ro” (Valencia 1990: 84 ).
En éste contexto, la legitimación
5.1. Las narrativas del nuevo pacto político, por parte del
de la democracia participativa constituyente primario, permitiría la
En éste escenario, la democracia consolidación de una verdadera cultura
colombiana se erigía como una demo- democrática para Colombia. La consig-
cracia excluyente, elitista y parcamente na era un Estado democrático y plura-
representativa, en la cual los ciudadanos lista, y una Sociedad civil participativa,
eran vistos como sujetos pasivos del democrática y pacífica. La convocación
proceso político, limitando su papel a la a la ANC se configuraba de este modo
práctica sincrónica de las elecciones en un nuevo mito fundacional que
libres. De hecho, la creciente pérdida de cerraba un ciclo de fallas estructurales
legitimidad de los partidos políticos tra- mediante el uso narrativas de transfor-
dicionales, el fortalecimiento e incre- mación social.
mento de la acción insurgente, aunado De esta manera, la Carta Política
a la autonomía del movimiento popular del 91 se erigió como la salvadora de la
con respecto a las fuerzas políticas tradi- sociedad colombiana, como el aconte-
cionales, crearon un contexto favorable cimiento perfecto para la construcción
para que se empezara hablar de la aper- de un nuevo modelo de sociedad acor-
tura del régimen político (Múnera de con una nueva eticidad democráti-
1999). En consecuencia, se empezó a ca. No obstante, después de un poco
consolidar en el imaginario político más de una década surge el interrogan-
nacional la idea de la democracia parti- te de ¿porqué este nuevo pacto político y
cipativa, como la única salida viable a la este discurso de la democracia participativa
crisis del régimen político colombiano. no lograron recomponer los fragmentados
De tal suerte que la convocatoria a una lazos de solidaridad de la sociedad colom-
asamblea nacional constituyente se con- biana?, y por el contrario asistimos a un
virtió en el espacio privilegiado para déficit democrático, a un vaciamiento y
crear y consolidar un real espacio de despolitización de la democracia, a una
articulación institucional. profunda fragmentación de la concien-
De éste modo, los diversos acto- cia pública-política, en últimas a una
res sociales y políticos convergían en la sociedad donde reina la desconfianza y
idea de la importancia de convocar a la falta de solidaridad entre ciudadanos
una ANC. La importancia de la consti- que deberían haberse constituido con
tuyente radicaba de este modo, en el la Carta del 91 en los grandes ciudada-
papel de tabla de salvación que tenía nos virtuosos.
(Buitrago 1990). En efecto, la caracte-
rística principal de la constituyente, era 5.2. Aproximaciones teóricas al
que se proyectaba como un verdadero problema de la democracia
tratado de paz, y de paz democrática, Múltiples y de diversos órdenes
entre todos los colombianos. De esta han sido los estudios que han abordado
manera, lograba erigirse como “la el problema de la democracia en
única iniciativa política nacional y Colombia. Durante la década de los

25
N uevas teorías de la democracia

ochenta, los estudios sobre la demo- aseguraban que la Carta del 91 no


cracia cobraron especial auge impul- había logrado su objetivo principal
sados en buena medida por los que era el de la consolidación de una
acontecimientos internacionales, pero auténtica democracia participativa;
de igual modo por las problemáticas incluso, muchos de ellos aseguraban
particulares. Los primeros trabajos que por el contrario se habían confi-
indagaban sobre las consecuencias gurado democracias plebiscitarias, pacta-
autoritarias y antidemocráticas que das, elitistas, despolitizadas (Sarmiento
había generado el Frente Nacional en 1997; Dávila 1997; Restrepo 1998;
el régimen político colombiano; al Gutiérrez 1998; Múnera 1999).
decir de muchos autores el pacto Finalizando los noventa y entrado el
político del bipartidismo había confi- nuevo siglo, los estudios sobre la
gurado un régimen elitista, clientelis- democracia dieron un nuevo giro, y
ta y excluyente (Vásquez 1989; aunque algunos trabajos continuaban
Hoskin 1989; Murillo 1989; Chernik explorando la problemática relación
1989; Dávila 1991; Ayala 1996). entre democracia y constitución,
Frente a estas realidades, a fina- muchos de ellos fueron mas allá y
les de los ochenta surgieron numero- empezaron a indagar sobre el papel de
sos estudios que invitaban a construir los nuevos sujetos políticos y sociales
una auténtica democracia en en la consolidación de una auténtica
Colombia7 (Fals 1990, Sánchez 1991). democracia participativa para
En éste contexto el escenario de la Colombia. Algunas investigaciones
ANC cobró especial relevancia. Se usaron como marco referencial las
inicia de este modo en la década de los teorías de los nuevos movimientos
noventa una serie de estudios sobre el sociales, así como los modelos norma-
problema de la Democracia y el nuevo tivos de democracia (Mejía 1998;
régimen constitucional colombiano, Uribe 2001; Pizarro 2003; Moncayo
muchos autores encontraban en la 2004; Orjuela 2005).
promulgación de la nueva constitu-
ción, el mejor escenario para la conso- Conclusión
lidación de una auténtica democracia Pese a las posturas críticas y con-
en Colombia (Valencia 1990; Pizarro testatarias de las diversas teorizaciones
1992; Cepeda 1993; Dugas 1993; que hemos abordado, el punto donde
Moncayo 2002). interesan a los Estados constitucionales
Sin embargo, a mediados de la democráticos contemporáneos, es en la
década y ante la grave crisis política y posibilidad de inscribirse en lo que
social que agobiaba al régimen, surge podríamos denominar, con José
una segunda ola de estudios sobre la Antonio Estevez (1994: 139-150), la
democracia y la constitución, que defensa activa de la constitución y
cuestionaban la posibilidad de demo- los derechos fundamentales a través de
cratizar el régimen a partir de una ilu- la figura de la desobediencia civil e,
sión constitucional. Estos estudios incluso, -en lo que por supuesto sería

7 Ver entre otros, los trabajos elaborados por los investigadores del CINEP sobre democracia y conflicto, publicados en la
revista cien días vistos por CINEP (No 1-12); de igual forma los trabajos de la Revista Foro (No 8-13) y Análisis Político.

26
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

una posición controvertible en cuanto les y excluyentes. En otras palabras, un


ello supondría la asimilación sistémica sujeto colectivo capaz de movilizar una
de las mismas- de insumisión ciudada- transformación radical que permita el
na. En otras palabras, la relevancia que cambio de la Hegemonía actualmente
estas posiciones tienen para la realidad en crisis.
de los Estados constitucionales es que,
pese a que se inscriben las cuatro, en Bibliografía
especial la frankfurtiana y las negri- Agamben, Giorgio. 2003. El estado
hardtiana, en las versiones más radicales de excepción. Homo Sacer II, I. Valencia:
de la democracia radical, sus posturas Pre-textos
permiten fundamentar la posibilidad
de asimilación constitucional de la disi- Ayala, César. 1996. Resistencia y
dencia en sus diferentes formas, incluso oposición al establecimiento del Frente
la armada, como un intento legítimo Nacional. Bogotá: Universidad Nacional
de participación política sistemática- de Colombia, Facultad de Ciencias
mente excluida que brega por penetrar Humanas, Ed Produmedios
ese espacio vacío del poder que no
puede sino pertenecerle a todas las eti- Baynes, Kenneth. 1995.
cidades y sujetos políticos por igual y "Democracy and the Rechsstaat" en
que encuentra en la Constitución y , Stephen White (Ed.) Habermas,
sobretodo, en el tribunal constitucio- Cambridge: Cambridge University Press.
nal, su principal aliado en ese propósi- 201-232
to.Actualizando así, en forma efectiva y
real, por no decir que política, lo que Beck, Ulrich. 1999. La Invención de
Gargarella (2005: 11-16) llama el cons- lo Político. México: F.C.E.
titucionalismo radical.
Es en este complejo marco Benhabib, Seyla (ed.) 1996.
donde tiene que examinarse la posibili- Democracy and Difference. Princeton: P.U.P.
dad del poder constituyente actual y el
carácter que la lucha por la democracia Bohman, James. 1994. Law and
puede tener en la sociedad global. Es Society Review.Volume 28, N. 4
por esto, que pese al creciente desen-
canto democrático al que asistimos, es Bohman, James. 1996. Public
necesario trabajar en torno a la cons- Deliberation. Cambridge (USA): MIT
trucción de un nuevo paradigma Press
democrático que defienda la posibilidad
de combinar igualdad social, diversidad Borón, Atilio. 2003. Estado, capita-
cultural y democracia participativa. La lismo y democracia en América Latina
Utopía posible de una alternativa real Buenos Aires: CLACSO
exige la capacidad de construir una
nueva Hegemonía8 y poner fin a la Borón, Atilio. 2002. Imperio &
reproducción de poderes instrumenta- Imperialismo, Buenos Aires: Clacso

8 Hegemonía entendida en términos Gramscianos como "La Dirección Política, Intelectual y Moral".

27
N uevas teorías de la democracia

Buchanan, James. 1975. The Limits Fals Borda, Orlando. 1990.


of Liberty. Chicago: University of Chicago “Democracia Participativa y Constituyente”.
Press En: Revista Cien Días Vistos Por Cinep. No
13.. Bogotá: Octubre
Cepeda, Manuel José. 1993.
Introducción a la Constitución de 1991. Hacia Un Ferry, Luc y Renaut, Alain. 1990.
Nuevo Constitucionalismo. Bogotá: Presidencia Filosofía Política (T. III). México: F.C.E.
De La República
Gaitán, Pilar et.Al. 1996. Democracia y
Chernik, Marc. 1989.“Reforma polí- reestructuración económica en América Latina.
tica, apertura democrática y desmonte del Bogotá: IEPRI-CEREC
Frente Nacional” en:Vásquez Patricia et. Al.
La democracia en blanco y negro: Colombia en los García Canclini, Néstor. 1995.
años ochenta. Bogotá: CEREC Consumidores y ciudadanos: conflictos multicultu-
rales de la globalización. México: Editorial
Dahl, Robert. 1991. La Democracia y Grijalbo
sus Críticos. Buenos Aires: Paidós
Gargarella, Roberto. 2005. Los
Dávila, Andrés. 1997. Democracia Fundamentos Legales de la Desigualdad.
Pactada: El Frente Nacional y El Proceso Buenos Aires: Siglo XXI
Constituyente de 1991 En Colombia. Tesis
Doctoral,Bogotá:Ciencias Sociales FLACSO Carretón, Manuel. 1999. Democracia y
democratización. México: UNAM
Dubiel, Helmut, et. Al. 1997. La
Cuestión Democrática. Madrid: Huerga y Carretón, Manuel. 1987.
Fierro Editores “Democracia, Transición y consolidación”.
En Reconstruir la política. Chile: Editorial
Dubiel, Helmut. 2000. La Teoría Andante
Crítica:Ayer y Hoy. México: Plaza y Valdez
Gauchet, Marcel. 1989. La
Dubiel, Helmut.1993. Qué es Revolution des Droits de l’Homme. Paris:
Neoconservadurismo? Barcelona:Anthropos Gallímard

Dugas, John. 1993. La Constitución De Gutiérrez, Francisco. 1998. La ciudad


1991: ¿Un Pacto Político Viable? Bogotá: representada. Política y conflicto en Bogotá.
Departamento De Ciencia Política, Bogotá: IEPRI-Tercer Mundo
Universidad De Los Andes
Gutmann, Amy y Dennis,
Elster, Jon. 1998. Deliberative Thomson. 1996. Democracy and Disagreement.
Democracy, Cambridge (UK): Cambridge Cambridge: Harvard University Press
University Press,
Habermas, Jürgen 1992. Faktizität
Estevez, José Antonio. 1994. La und Geltung. Beiträge zur Diskurstheorie des
Constitución como Proceso y la Desobediencia Rechts und des Demokratischen Rechsstaats.
Civil. Madrid:Trotta Frankfurt: Suhrkamp Verlag

28
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

Habermas, Jürgen. 1999. La Mejía, Oscar. 1996. "El paradigma


Inclusión del Otro. Barcelona: Paidós consensual del derecho en la teoría de la
justicia de John Rawls" en John Rawls, El
Honneth, Axel. 1997. La Lucha por el Derecho de los Pueblos, Bogotá: Facultad de
reconocimiento – Por una gramática moral de los Derecho, Universidad de Los Andes
conflictos sociales. Barcelona: Crítica
Mejía, Oscar. 1998. Derecho, legitimi-
Hopenhayn, M. 2001.“Viejas y nue- dad y democracia: desarrollo y conflicto de los
vas formas de la ciudadanía”. En Revista de paradigmas jurídicos en Colombia.
la CEPAL No. 73. Chile, abril. Universidad de los Andes. Bogotá: Ed.
TEMIS
Hoskin, Gary. 1989. “El pluralismo y
el desajuste de la democracia colombiana”. Mesure, Sylvie, et al. 1999. Les
En: Vásquez Patricia et. Al. La democracia en Critiques de la Modernité Politique. Paris:
blanco y negro: Colombia en los años ochenta, Calmann-Levy
Bogotá: CEREC
Moncayo, Víctor Manuel. 2004. El
Hoyos, Guillermo. 1995. "Etica dis- leviatán derrotado, Bogotá: Norma
cursiva, derecho y democracia" en Cristina
Motta (Ed.), Etica y Conflicto. Bogotá: TM- Moncayo,Víctor Manuel. 2002. “La
UniAndes Constitución de 1991 y el Estado de la
Nueva Era del Capitalismo”. En El debate a
Kriegel, Blandine. 1996. Cours de la Constitución. Universidad Nacional de
Philosophie Politique. Paris: Librairie Generale Colombia. Bogotá: ILSA. Ed. Unibiblos
Francaise
Mouffe, Chantal. 1999. El retorno de
Leal Buitrago, Francisco y Dávila, lo político (Comunidad, ciudadanía, pluralismo,
Andrés Clientelismo. 1991. El sistema político democracia radical). Barcelona: Paidós.
y su expresión regional. Bogotá:Tercer Mundo
Editores Múnera, Leopoldo. 1999.“Los estu-
dios sobre la participación en Colombia”.
Leal Buitrago, Francisco. 1990. Bogotá: Revista Análisis Político No 36.
“¿Quién cree en la constituyente?” En Enero- Abril
Revista Análisis Político No 10 Mayo –
Agosto de 1990. Bogotá Murillo, Gabriel. 1989.
“Presentación del texto”. En Vásquez
Lechner, Norbert. 1999. “Estado, y Patricia et. Al. La democracia en blanco y
sociedad en perspectiva democrática”. En: negro: Colombia en los años ochenta. Bogotá:
Papeles de Investigación CEREC

Luhmann, Niklas. 1994. Teoría Política Negri, Antonio. 1994. El Poder


en el Estado de Bienestar. Madrid:Alianza, Constituyente. Madrid: Libertarias

Luhmann, Niklas. 1999. Politique Negri, Antonio. 2003. El Trabajo de


et Complexité. Paris: Cerf Dionisos. Madrid: Ediciones Akal

29
N uevas teorías de la democracia

Negri, Antonio y Hardt, Pizarro, Eduardo. 2003. Una democra-


Michael. 2001. Imperio. Bogotá, D,C.: cia asediada: Balance y perspectivas del conflicto
Ediciones Desde Abajo armado en Colombia. Bogotá: Ed. Norma

Negri, Antonio y Hardt, Pocock, J.G.A. 1975. The


Michael. 2004. Multitud. Barcelona: Machiavellian Moment. Princenton: Princeton
Debate University Press

O’Donnell, Guillermo. 1997. Quesada, Fernando. 2004.Siglo XXI:


“¿Democracia delegativa?”, en: Un Nuevo Paradigma de la Política? Barcelona:
Contrapuntos: ensayos escogidos sobre autorita- Anthropos
rismo y democracia. Buenos Aires: Paidós
Rawls, John. 1971. Teoría de la Justicia,
O’Donnell, G. y Schmitter, P. México: F.C.E.
1991. Transiciones desde un gobierno autorita-
rio. Buenos Aires: Editorial Paidós Rawls, John 1997. Liberalismo Político.
Barcelona: Crítica
Offe, Claus y Schmitter, Philippe.
1995. “Las paradojas y los dilemas de la Rawls, John. 2002. La justicia como
democracia liberal” en Revista de Filosofía Equidad: Una Reformulación, Barcelona: Paidos
Política (No. 6), Madrid: CSIC. 5-30
Rehg, William. 1996. Between Facts
Offe, Claus. 1990. Contradicciones en and Norms. Contributions to a Discourse Theory
el Estado de Bienestar. Madrid: Alianza of Law and Democracy. Cambridge: MIT Press

Orjuela, Javier. 2005. La sociedad Renaut, Alain et al. 1999. Les


colombiana en los años noventa: fragmentación, Philosophies Politiques Contemporaines. Paris:
legitimidad y eficiencia. Bogotá: Uniandes – Calmann-Levy
Ceso
Restrepo, Darío. 1998. Eslabones y pre-
Panfichini, Aldo. 2002. Sociedad civil, cipicios entre participación y democracia. Bogotá:
esfera pública y democratización en América Cuadernos de economía Vol XVII No 28.
Latina: Andes y Cono Sur. México: F.C.E. 117-147

Pettit, Philip. 2004. Nuevas Ideas Sánchez, Rubén. 1991. “Estado y


Republicanas. Barcelona: Paidós democracia en Colombia”. En Los nuevos
retos electorales. Bogotá: CEREC
Pettit, Philip. 1999. Republicanismo:
Una teoría sobre la libertad y el gobierno. Sandel, Michael. 1996. Democracy’s
Barcelona, Buenos Aires, México: Paidós Discontent, Cambridge: Harvard University
Press
Pizarro, Eduardo. 1992.
“Colombia ¿hacia una salida democrática a Sarmiento Libardo. 1997. Colombia fin
la crisis nacional?”. En Análisis Político No de siglo: crisis de hegemonías y ecosocialismo.
17 Diciembre, Bogotá: IEPRI Bogotá: Ed. Ensayo y Error

30
O scar Mejía Quintana y C arolina Jiménez

Sartori, Giovanni. 1990. Teoría de la crisis y oportunidades. Caracas: Nueva


democracia. El debate contemporáneo. Buenos Sociedad. 101-120
Aires: Editorial REI
Touraine, Alain. 1994. Crítica de la
Skinner, Quentin. 1990. modernidad. México: F.C.E. Touraine, Alain.
Machiavelli and Republicanism. Cambridge: 2001. ¿Qué es la democracia? México: F.C.E.
Cambridge University Press
Uribe, Teresa. 2002. Las promesas
Sosnowski, Saúl. 1999. Una Cultura incumplidas de la democracia participativa.
para la democracia en América Latina. México: Bogotá: UNAL. ILSA. Ed. UNIBIBLOS
F.C.E.
Valencia, Hernando. 1990. “El
Haggard, Stephan y Kaufman, constituyente de 1990 y la constituyente de
Robert. 1995. “The challenges of consoli- 1991”, Bogotá: Revista análisis político No
dation” en: Diamond, Larry y Plattner, 11 septiembre – Diciembre
Marc (eds.) Economic reform and democracy.
Baltimore: The John Hopkins University Vásquez Patricia et. Al. 1989. La
Press democracia en blanco y negro: Colombia en los
años ochenta, Bogotá: CEREC
Stolowicz, Beatriz. 2005. “El posli-
beralismo y la izquierda en América Wellmer, Albrecht. 1996. Finales de
Latina”. En Espacio crítico (Bogotá) Vol. 1, Partida, Madrid: Cátedra
No. 2. II Semestre. Enero-Junio
Virno, Paolo. 2003. Virtuosismo y
Strasser, C. 2000. Democracia y desi- revolución. La acción política en la era del desen-
gualdad. Sobre la democracia real a fines del siglo canto. Madrid:Traficantes de Sueños
XX. Buenos Aires: CLACSO - ASDI
Virno, Paolo.2003. Gramática de la
Sunstein, Cass. 1990. After the Rights multitud. Para un análisis de las formas de vida
Revolution, Cambridge: Cambrige contemporáneas. Buenos Aires: Colihue
University Press
Zizek, Slavoj. 1992. El sublime objeto
Töpper Barbara. 1994. “El signifi- de la ideología. Madrid: Siglo XXI Editores
cado de la democracia política en el
marco de la propuesta de la CEPAL” en: Zizek, Slavoj. 2004. Violencia en
AA.VV. Cambio de rumbo en el Cono Sur: acto. Buenos Aires: Paidós.

31

También podría gustarte