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De pocas frutas se sacan tantos productos beneficiosos para la salud como del
coco: se puede beber el agua que guarda en su interior o se puede comer la
pulpa fresca y, mediante una serie de procesos sencillos, de esta se pueden
obtener aceite, manteca, leche y harina. ¡6 alimentos en 1 y muchas opciones
para incluírlos en la cocina! Además de las flores de la palmera se saca el azúcar
de coco y una interesante salsa. ¡Ya son 8!
Es más pobre en hidratos de carbono (16%) que las harinas de cereales (70%)
pero, en su lugar, aporta mucha fibra (un 40% del peso, por un 12% de la harina
integral de trigo) y el doble de proteínas (26% por 13%).
La harina de coco es más grasa que la de cereales, pero si se usa en las cantidades
apropiadas no tiene por qué provocar ningún exceso.
Reduce el colesterol
El 75% de las grasas del coco son saturadas, del tipo que se asocia al colesterol
elevado, pero su riqueza en ácido láurico produce que no solo no eleve el
colesterol malo, LDL, sino que lo reduce y aumenta el bueno, HDL según un
estudio publicado en The Philippine Journal of Cardiology.
Más allá de los estudios bioquímicos están las pruebas históricas. El coco ha
formado parte de la alimentación básica de los pueblos del Océano
Pacífico que apenas conocieron el colesterol elevado, la obesidad, la diabetes o
los infartos cardiacos o cerebrales hasta que modificaron su dieta tradicional.
Su aceite es antimicrobiano
Por otra parte, los estudios sugieren que posee acción antimicrobiana, antiviral
y antimicótica, por vía tanto interna como externa. Se puede usar como aceite
corporal en infecciones por hongos o bacterias. En países tropicales como
Tailandia se emplea para cocinar porque soporta bien las altas temperaturas.
El coco en la cocina
Para saber si un coco está en buen estado basta con agitarlo. Si al moverlo se oye
el agua es que está fresco. A la hora de abrirlo conviene retirar el agua haciendo
un agujero con un cuchillo afilado en uno de sus tres ojos.
Al adquirir el agua de coco lista para consumir hay que tomar ciertas
precauciones. No todas las aguas de coco que se comercializan son igual de
puras. De hecho, el agua pura de coco, a la que se le pueden atribuir beneficios
para la salud, es aquella recién sacada del fruto o envasada adecuadamente, sin
añadidos.
A muchos productos que se comercializan como tal se les suele añadir ácido
ascórbico (vitamina C) como conservante, e incluso edulcorantes y otros aditivos.
Tampoco es agua de coco auténtica la que procede de concentrados.
La pulpa del coco se puede utilizar para preparar originales recetas. Se puede
incluir como ingrediente principal en un primer plato, incorporar en batidos
nutritivos y saludables y, por supuesto, es ideal para dar un toque exótico en
postres de todo tipo.