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DUELO Y MELANCOLIA – FREUD

Freud en Duelo y Melancolía (1917) explica cómo se inscribe la pérdida de objeto, y utiliza
el concepto de la identificación para poder pensar estos dos estados. Freud define a
el:DUELO: como una una reacción frente a la pérdida (real o afectiva) de un objeto amado,
que puede ser real (como una persona) o abstracto (como la libertad, la patria, el ideal). Es
un afecto normal (no es un estado patológico) por lo cual no es necesario ir a análisis, ni al
médico. Se supera con el tiempo. Características:
- La persona pierde el interés por el mundo exterior.
- Pérdida de la capacidad de escoger a un nuevo objeto de amor.
- Desinterés por cualquier trabajo productivo que no tenga relación con la memoria del
muerto.
- Entrega incondicional al duelo. 0 preocupación por otros propósitos, intereses. - El
mundo se ha vuelto pobre y vacío. Trabajo del duelo: Es un proceso ICC (El proceso ICC en
Psicología se refiere al conjunto de operaciones y mecanismos psíquicos que se desarrollan en el sistema
inconsciente (ICC), que es una de las instancias o regiones del aparato psíquico según el modelo tópico de
Freud. El sistema ICC se caracteriza por ser el lugar de las pulsiones, los deseos reprimidos, los recuerdos
olvidados y las representaciones latentes que no pueden acceder a la conciencia por la acción de la censura. El
proceso ICC se rige por el principio del placer, que busca mantener el menor nivel de excitación posible en el
sistema, y por el proceso primario, que consiste en la libre asociación de ideas por medio de la condensación, el
desplazamiento y la figurabilidad12. El proceso ICC se opone al proceso secundario, que se desarrolla en el
sistema preconsciente-consciente (PCS-CC) y se rige por el principio de realidad, que busca adaptarse a las
exigencias del mundo externo, y por la lógica, que implica el uso del lenguaje, la negación, la contradicción y la
temporalidad2) , que consiste en el desasimiento de los lazos libidinales con el objeto que se
perdió. El objeto amado ya no existe más, por lo cual la persona debe quitar toda la libido de
sus enlaces con ese objeto. La persona no abandona rápidamente su posición libidinal, ni
aun cuando un sustituto se asoma. Esto puede alcanzar tal intensidad que puede producir
un extrañamiento de la realidad y una retención del objeto por vía de una psicosis
alucinatoria. Este proceso no es rápido, ni fácil. Sino que lleva tiempo, se ejecuta pieza por
pieza de manera lenta y dolorosa, con un gran gasto de tiempo y de energía de investidura,
y entretanto la existencia del objeto perdido continúa en lo psíquico. Desde clase: Es un
proceso identificatorio (parcial), ya que en el trabajo del duelo se traducen identificaciones
(con el objeto). Se incorpora algo del objeto de forma icc. También es una pérdida narcisista
ya que se pierde el lugar que ocupaba uno mismo en el otro. Una vez cumplido el trabajo
del duelo, el yo vuelve a ser libre y desinhibido de los lazos libidinales. Es libre para cargar
otro objeto. Existen DOS FORMAS para tramitar el duelo: 1-OBSESIVA: cuando la persona
se reprocha a sí misma (o a otros) por la muerte, pérdida del objeto. El modo de transitar el
duelo es culpándose a uno mismo y/o a los otros.. Ej: “si hubiese llamado a la ambulancia
antes”. “la mataron los médicos”.2-HISTÉRICA: El modo de transitar el duelo es
estableciendo una equivalencia o similitud. Ej: “si mi mamá murió de cáncer, yo
seguramente voy a morir así”. La persona “se paga con lo mismo”. Nota: en el duelo todo es
ICC. Menos la pérdida que es cc: se sabe que se perdió al objeto. “No hay nada icc en lo
que atañe a la perdida”.
MELANCOLÍA: Es una desazón profundamente dolorosa. No es un afecto o un proceso; es
una estructura. La melancolía se halla fuera del campo de la neurosis: por eso es
patológica. Se da un distanciamiento máximo entre el Ideal del yo y el Yo, por lo que éste
último se ve empobrecido.Características: (las mismas que el duelo, excepto por dos). - La
persona pierde el interés por el mundo exterior. - Pérdida de la capacidad de amar. -
Desinterés por cualquier trabajo productivo. -Rebaja en el sentimiento de sí, que se
exterioriza en autorreproches, autodenigraciones. Lo cual se extrema hasta una delirante
expectativa de castigo. - El yo se empobrece y se vacía.La melancolía se
caracteriza por el delirio de Insignificancia, constantes autoreproches y autodenigraciones al
yo, una rebaja del sentimiento de sí. (QUE EN REALIDAD SON HETEROREPROCHES).
El melancólico describe a su yo como indigno, se hace reproches, se denigra, castiga.
Consecuencias de la melancolía: Sufren de insomnio, repulsa del alimentos, hay un
desfallecimiento de la pulsión que aferra a los seres vivos a la vida, una desmezcla
pulsional. (narcisismo primario). En la melancolía se puede hablar de una pérdida
inconsciente. El melancólico no sabe qué se perdió, O aun cuando es notoria la pérdida, el
enfermo sabe a quién perdió, pero no lo que perdió en él. Pérdida narcisista grave (p.ej.:
perder el lugar del hijo con la muerte del padre). Esto es diferente en el duelo en el cual no
hay nada inconsciente en cuanto a la pérdida. El objeto perdido es el yo mismo, por una
regresión libidinal al estadio del narcisismo primario, en elque el yo y el objeto de amor son
uno solo. El estudio de la melancolía permitió a Freud analizar la constitución íntima del yo.
Se produce en la melancolía una bipartición en el yo: Una parte del yo que se contrapone a
la otra. Una parte del YO queda identificada con el objeto perdido de una manera total (“La
sombra del objeto cae sobre el Yo”) Es una identificación narcisista;Otra parte del YO: la cc
moral o instancia crítica, la cual critica a la otra parte del yo. Esta parte también tiene
autonomía en otras situaciones, Freud establece que hay fundamentos para separar
permanentemente esta parte, del yo. Heteroreproche: Si se escucha detenidamente al
melancólico, las más fuertes críticas a sí mismo se adecuan muy poco a su persona.
Muchas veces, con leves modificaciones, se ajustan a la persona que el melancólico ama.
Se disciernen autorreproches como reproches contra un objeto de amor, que desde éste
han rebotado sobre el yo propio.
RECONSTUCCION DEL PROCESO Hubo una elección de objeto; el cual se perdió y hubo
un sacudimiento del vínculo con el objeto. No sucedió el resultado normal, el trabajo del
duelo. La investidura del objeto fue poco resistente, fue cancelada, pero la libido libre no se
desplazó a otro objeto, sino que se retiró al yo. Allí sirvió para establecer una identificación
total del yo con el objeto resignado. La sombra del objeto cayó sobre el yo. Entonces el yo
pudo ser juzgado por una instancia particular como un objeto, el abandonado. “En el duelo,
el mundo se ha hecho pobre y vacío; en la melancolía, eso le ocurre al yo mismo”.En la
melancolía la Conciencia moral (ideal del yo) critica a una parte del yo que fue modificado
por una identificación total narcisista con el objeto perdido. La pérdida del objeto desembocó
en una pérdida del yo, hay un conflicto entre el yo y el objeto amado, bipartición del yo
crítico y el yo alterado por la identificación. Finalmente, la melancolía hace el mismo trabajo
que el duelo. Pero mientras el duelo debe permitirle al sujeto renunciar al objeto perdido,
para poder así reencontrar su propia investidura narcisistay su capacidad de desear
nuevamente, la melancolía, al llevar al sujeto a renunciar a su yo, lo lleva a una posición de
renunciamiento general, de abandono, de dimisión deseante, que da cuenta del fin de la
melancolía: el pasaje al acto suicida, generalmente radical. La identificación narcisista con
el objeto es sustituta de la investidura de amor, (en mis palabras: la libido que teníamos en
el objeto que se perdió se vuelve una identificación narcisista con el objeto) lo cual trae
como resultado que el vínculo de amor no deba resignarse a pesar del conflicto con la
persona amada. El hombre no abandona de buen grado una posición libidinal. Corresponde
a una regresión desde un tipo de elección de objeto al narcisismo originario.Así, la
investidura de amor del melancólico en relación con su objeto, ha experimentado un destino
doble: en una parte, ha regresado a la identificación, pero en otra parte, bajo la
influencia del conflicto de ambivalencia, fue trasladada hacia atrás, hacia la etapa del
sadismo más próxima a ese conflicto. Si el amor por el objeto no puede resignarse, se
refugia en la identificación narcisista: el odio se ensaña con ese objeto sustitutivo,
insultándolo, denigrándolo, haciéndolo sufrir, ganando en este sufrimiento una satisfacción
sádica.Se vuelve hacia la persona propia. La hostilidad recae sobre sí mismo. Freud dice
que algunas melancolías se curan, otras vuelven y otras (casos mas raros) se convierten
en MANÍA. La manía, es un triunfo por parte del yo. Sólo que queda oculto para el yo eso
que él ha vencido y sobre lo cual triunfa. La manía, no tiene un contenido diverso de la
melancolía. Ambas afecciones pugnan con el mismo complejo, el YO probablemente
sucumbe en la melancolía. Mientras que en la manía, lo ha dominado o lo ha hecho aun
lado. En la manía el yo tiene que haber dominado el sufrimiento de la pérdida de objeto
quedando emancipado de él y emprende con hambre voraz nuevas cargas de objeto.
Desde clase: En la melancolía hay una distancia extrema entre YO e IDEAL DEL YO; En la
manía, no hay distancia ente YO e IDEAL del YO, el yo esta incluido dentro del ideal del yo,
y queda excento de toda critica. Las tres premisas de la melancolía son en suma: La
pérdida de objeto Ambivalencia (motor del conflicto) Regresión de la libido al yo ANEXO:
(epec).Punto de vista tópico. La representación cosa inconsciente del objeto es abandonada
por la libido, pero en realidad esta representación se apoya en representaciones singulares
(sus huellas inconscientes), y la ejecución de ese quite de libido no puede ser un proceso
instantáneo sino como en el caso del duelo un proceso lento, que avanza poco a poco. Con
el desarrollo de la obra freudiana, dentro de la última teoría de las pulsiones (oposición
entre pulsiones de vida y pulsiones de muerte) se pondrá en evidencia la unión de la libido y
la agresividad. En la fase de organización oral de la libido, el dominio amoroso sobre el
objeto coincide con el aniquilamiento de este.
En la fase maníaca, el sujeto goza Y siente alegría, euforia, júbilo y una sensación de
triunfo que rebalsa su psiquismo y ocupa todo su pensar. Este estilo expresivo constituye el
paradigma normal de la manía. La manía es un triunfo pero queda en ella oculto, como
sucede en la melancolía, eso que el Yo ha vencido y sobre lo cual triunfa.Freud aborda el
mecanismo de la manía desde dos orientaciones. La primera, la impresión psicoanalítica,
según la cual en la manía el Yo celebra la emancipación del objeto causa de su dolor moral,
como si el Yo del sujeto venciera al objeto en la pugna por la conservación de su
narcisismo. El resultado de este triunfo puede ser explicado desde la segunda orientación
propuesta por Freud, esta es: la orientación económica. En el pasaje de la melancolía a
la manía, se libera un quantum libidinal que durante el período de la enfermedad estuvo
asignado a la investidura de dolor. Al liberarse la libido, ésta queda a disposición del sujeto
para la búsqueda de nuevas investiduras de objeto. En términos económicos, se cancela un
gasto psíquico importante mantenido por largo tiempo quedando éste disponible para
múltiples descargas. Así, el júbilo maníaco es el efecto de tal cancelación y de la
conversión de la energía liberada en afecto. La pregunta obligada que surge en Freud a
partir de estas orientaciones es por qué al final del duelo no debería darse un estado de
excitación maníaca? Y la respuesta, poco esclarecedora, es proporcionada por Freud en
términos económicos y tópicos.El factor tiempo tiene una función en el proceso del duelo
que es necesario comprender. El desasimiento de la libido de las investiduras de objeto es
de una ejecución lenta, como indica Freud “una ejecución pieza por pieza”, en cada escena
se va produciendo una verificación de que el objeto no está más. En términos tópicos, la
representación-cosa (inconsciente) es abandonada por la libido. Tal representación contiene
múltiples huellas mnémicas y también de ellas la libido debe retirarse. Todo este proceso no
es inmediato, insume un tiempo determinado, tras el cual el Yo se deja llevar por la
satisfacción narcisista y el gasto psíquico se ha disipado. Así Freud conjetura acerca de la
diferencia entre el final del duelo y el estallido maníaco sólo en función del tiempo que
insume el desasimiento de la investidura libidinal y sus efectos económicos.

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