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4.3. Aprendizaje y Memoria
4.3. Aprendizaje y Memoria
Aprendizaje y Memoria
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Aprendizaje y Memoria
Resumen de Redolar Ripoll, D. (2014) Neurociencias cognitivas. Versión adaptada para la Universidad
Técnica Particular de Loja. Editorial medica panamericana.
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Concepto actual de aprendizaje y memoria
El aprendizaje es una propiedad fundamental del cerebro que se
manifiesta de diversas formas mediante múltiples sistemas diferenciados
anatómica y funcionalmente. El entorno modifica nuestro comportamiento,
en tanto que es capaz de inducir cambios en nuestro sistema nervioso. Los
mecanismos principales por los que las experiencias modifican la conducta
se hallan íntimamente relacionados con el aprendizaje, ya que éste
constituye el proceso por el cual se adquiere nueva información o
conocimiento. Por su parte, la memoria constituye el mecanismo por el que
este conocimiento es codificado, almacenado y, más tarde, recuperado.
Aleksander Romanovich Luria definió la memoria como el grabado, la
retención y la reproducción de las huellas de la experiencia que permiten
acumular información.
A mediados de la década de 1980, Endel Tulving afirmaba que la
memoria es la habilidad de los organismos para retener y usar la
información adquirida, y a finales de la misma década, Larry R. Squire
consideraba el proceso de aprendizaje como la adquisición de nueva
información. Por otra parte, Bryan Whishaw (2002) postulan que el
aprendizaje es un cambio relativamente permanente en la conducta de un
organismo como resultado de la experiencia. Bryan Whishaw se refieren a
la capacidad de recordar las experiencias previas, por lo cual, la memoria
implica la fabricación de representaciones mentales, las que se denominan
huellas de memoria. Se presupone que dichas huellas implican cambios
estructurales y funcionales en el cerebro.
En definitiva, el proceso de aprendizaje y memoria conlleva una
modificación asociada a la experiencia, que puede perdurar más o menos en
el tiempo. En la actualidad, sabemos que ambos procesos implican una gran
diversidad de estructuras cerebrales que son capaces de funcionar
independientemente o en paralelo de forma cooperativa, sinérgica o
competitiva.
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Aprendizaje basado en la actividad asociativa de las neuronas:
aprendizaje Hebbiano
Donald Hebb demostró que la coincidencia entre la actividad
presináptica y postsináptica de las neuronas fortalece las interconexiones
entre ellas, lo cual se conoce como el principio de Hebb. Bajo este principio
se entiende que «la relación entre la neurona presináptica y la postsináptica
se puede ver alterada si la neurona presináptica forma parte en repetidas
ocasiones de la excitación de la neurona postsináptica» (Cuando el axón de
la célula 1 está espacialmente cerca del axón de la célula 2 y, por lo tanto,
puede contribuir a excitarla de forma repetida, la eficacia de la célula 1 para
excitar o activar a la célula 2 aumenta sensiblemente. De tales concepciones
se derivó la idea de que dos células que se hallan activas de forma
simultánea tienden a asociarse, de forma que la activación de una de ellas
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facilita la activación de la otra. En consecuencia, si dos neuronas que
activan una región determinada lo hacen al mismo tiempo, podrán
establecer conexiones con neuronas intermedias comunes, por lo cual, su
actividad irá indefectiblemente asociada. Es importante destacar que dicho
patrón de comunicación neural simultánea es clave en los mecanismos
fisiológicos asociados al aprendizaje y la memoria, como la potenciación a
largo plazo, y resulta esencial para explicar formas de aprendizaje basadas
en condicionamiento y aspectos del aprendizaje emocional. Este mecanismo
asociativo de la actividad neural como condición básica para la formación
de memorias y aprendizajes conocido como principio de Hebb ha quedado
resumido en la célebre expresión «las neuronas que disparan juntas, se
conectan entre sí».
En este sentido, un modelo general seguido por diversos autores se
basa en la hipótesis de la huella dual, la cual trata de explicar el proceso de
formación de memorias en dos pasos: en primer lugar, se daría un proceso
breve mediante el cual la experiencia genera un patrón de activación que
reverbera en los circuitos neurales que se han activado. Esta actividad
reverberante mantiene la información en la memoria durante un lapso de
tiempo breve. Si la reverberación alcanza un umbral determinado, se podría
formar una huella de memoria a largo plazo.
Puesto que las experiencias humanas no suelen codificarse en sinapsis
individuales, Hebb acuñó el término que conocemos como ensamblajes
neuronales, que son grandes grupos de neuronas que trabajan al mismo
tiempo, dado que se han activado de forma simultánea y mantienen
conexiones recurrentes. Esto permite llegar a representaciones completas
(recuerdos) a través de la activación de unos pocos elementos de la red
neuronal. La red completa constituiría la sede del depósito de memorias
distribuidas por un conjunto de neuronas y sus conexiones. Estímulos
específicos activarían elementos concretos de la red, y las conexiones
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recurrentes entre los elementos de la red permitirían su activación y el
acceso a la representación completa.
Dicha actividad en red implica que células distantes del cerebro puedan
trabajar juntas.
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más resistente a las alteraciones que cursan con déficit de memoria y al
envejecimiento normal.
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cambios en la densidad sináptica. La habituación a largo plazo se relaciona
con disminución del número de contactos sinápticos entre las células
sensoriales y las motoneuronas, hecho que demuestra que la depresión o la
ausencia de la función sináptica pueden determinar una pérdida selectiva
de sinapsis. Por el contrario, la sensibilización a largo plazo se relaciona con
un incremento del número de sinapsis. Ello sugiere que aumentos en la
respuesta a la estimulación sináptica pueden estar determinados por la
existencia de una mayor densidad de contactos sinápticos.
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El aprendizaje por priming genera cambios en la actividad de la
neocorteza, siendo independiente del lóbulo temporal medial.
La activación cerebral en el priming semántico involucra regiones
diferentes a las del priming perceptivo.
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(EI), puesto que la salivación se produce ante su mera presencia, siendo la
salivación la respuesta incondicionada (RI). El sonido del metrónomo es el
EC, inicialmente neutro, pero que, por asociación con la comida o EI, acaba
provocando la misma respuesta, es decir, la salivación, que en este caso es
la respuesta condicionada (RC) Tanto mediante estudios experimentales
lesionales como con técnicas de neuroimagen se ha puesto de manifiesto
que es el cerebelo la estructura principal en el condicionamiento de demora,
mientras que, en el condicionamiento de huella, además de la implicación
del cerebelo, es fundamental la participación de la formación hipocampal,
la cual sustenta la relación temporal entre el EC y el EI.
El condicionamiento instrumental u operante, cuyo máximo
representante fue el conductista norteamericano Burrhus Frederic Skinner,
es un tipo de aprendizaje en el que la consecuencia de una respuesta dada
por el individuo determina la probabilidad de que dicha respuesta vuelva a
producirse. En este caso, la asociación se produce entre una acción y sus
consecuencias y no entre dos estímulos como en el caso del
condicionamiento pavloviano. Skinner llevó a cabo sus investigaciones sobre
el condicionamiento instrumental fundamentalmente con palomas (también
con ratas) y estudió su capacidad de aprendizaje en la llamada caja de
Skinner. La caja de Skinner dispone de una palanca que, al ser presionada,
hace que aparezca comida en el comedero situado junto a ella. El animal
(inicialmente privado de comida y, por lo tanto, hambriento) aprende que, al
pulsar la palanca tiene comida disponible, lo que hace que la tasa de presión
de la palanca sea mucho más elevada que si no existiera la recompensa de
la comida. Así, la comida estaría actuando como un reforzador de la
conducta de presionar la palanca. Una vez que el animal ha aprendido esta
asociación entre la respuesta de presionar la palanca y la obtención de un
reforzador, es posible modificar su conducta.
Diferentes investigaciones han demostrado que tanto la asociación
entre la conducta y sus consecuencias como el establecimiento de la relación
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causal entre ambas dependen de la actividad del estriado dorsomedial (que
incluye el núcleo caudado y el putamen). Además de estas estructuras,
también están implicados en este tipo de aprendizaje los circuitos corticos
estriatotalamocorticales, dentro de los cuales la corteza prefrontal
desempeña un papel muy relevante. Esta implicación prefrontal es lógica,
ya que es precisamente la corteza prefrontal la que orienta y dirige la
conducta hacia los objetivos.
En el caso del condicionamiento instrumental, la función de la corteza
prefrontal facilita la automatización de las acciones en función de las
consecuencias que ya se han vivido, de modo que al encontrarse la persona
de nuevo ante la situación vivida o ante una situación similar no agote
recursos razonando sobre cómo debería actuar, puesto que ya tiene una
respuesta automatizada ante ella.
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modulan la velocidad y la precisión del aprendizaje. En cualquier caso, las
primeras veces que se realiza una acción, es decir, en los primeros ensayos
de práctica, la mejora en la ejecución aumenta de manera exponencial para
posteriormente enlentecerse a medida que va aumentando el número de
ensayos. Es decir, se aprende mucho más rápido al comienzo de la práctica
de un procedimiento, siendo más lento el perfeccionamiento de éste. Ésta es
la denominada ley de la práctica.
Al iniciar el aprendizaje de un procedimiento nuevo existe un gran
componente explícito, declarativo, pero éste va disminuyendo a medida que
se va automatizando el proceso. Respecto a la participación de los circuitos
cerebrales relevantes, el proceso de automatización progresiva va ligado a
una disminución en la participación de áreas corticales, especialmente
prefrontales, dando paso a un mayor control subcortical de los
procedimientos. Por ejemplo, cuando se está aprendiendo a conducir, la
corteza prefrontal evalúa constantemente la ejecución, con el fin de poder ir
adaptándola y mejorándola en función de los errores detectados. Según se
va consolidando el aprendizaje, esta área cerebral irá disminuyendo su
activación, dejando que el cerebelo y los ganglios basales tomen un papel
más activo, sin tanta supervisión cortical.
Para llevar a cabo cualquier acto motor es necesario que la corteza
prefrontal ejerza su función planificadora, seleccionando la estrategia más
adecuada para poner en marcha un movimiento determinado y decidir el
momento de inicio de éste en función de la información que posee sobre la
situación actual y las situaciones anteriormente vividas, decidiendo así cuál
es la mejor estrategia que se ha de seguir. Por su parte, la corteza premotora
elabora el plan motor, estableciendo la secuencia adecuada de movimientos
que se deben seguir para realizar la conducta.
Una vez desencadenado el acto motor, la corteza prefrontal va
recibiendo retroalimentación acerca de la adecuación del desarrollo del
programa motor. Esta función de monitorización prefrontal del desarrollo de
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la acción permite ir corrigiendo los posibles errores en la ejecución motora
y conduce a la elaboración de conductas finas y bien articuladas conforme
a las circunstancias contextuales.
Dentro de las áreas cerebrales implicadas en el aprendizaje y la
memoria procedimentales, las conexiones cortico estriatocorticales y cortico
cerebelocorticales desempeñan un papel determinante.
Se evidencian modificaciones cerebelosas de carácter morfológico,
hallazgos que están en la misma línea que los resultados encontrados con
técnicas de neuroimagen funcional que ponen de manifiesto modificaciones
de la actividad del cerebelo durante el aprendizaje de destrezas motoras (p.
ej., tareas de dibujo, aprendizaje de secuencias motoras, etc.)
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capacidad de adquisición de información que tiene un origen específico
temporal o que queda relacionada con circunstancias de la vida de una
persona (memoria autobiográfica).
La información episódica depende del contexto en el que se ha
adquirido, del tiempo, el espacio o las relaciones con otras personas y con
otras circunstancias. Las memorias formadas mediante este tipo de
aprendizaje son recordadas de manera consciente, de tal forma que parece
que se es capaz de volver a experimentarlas. Se trata de un tipo de
aprendizaje muy susceptible al olvido.
Por su parte, el aprendizaje semántico se refiere a la capacidad de
adquisición de la información que implica hechos sobre el mundo, sobre
nosotros mismos y sobre el conocimiento que compartimos con una
comunidad. Este tipo de información es relativamente independiente del
contexto temporal y espacial en el que ha sido adquirida. No se organiza en
torno a un período temporal específico y resulta menos susceptible al olvido
que la información episódica. Las memorias formadas mediante este tipo de
aprendizaje proporcionan una sensación de conocimiento más que un
recuerdo consciente de una información específica o de una vivencia.
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acontecimiento. El aprendizaje episódico se produce con una única
experiencia, y la información adquirida a través de diferentes episodios
vividos puede ir descontextualizándose y generalizándose, dando lugar a
conocimientos semánticos, los cuales se irán enriqueciendo
progresivamente con experiencias posteriores.
Una gran cantidad de trabajos investigación ha tratado de dilucidar si
la activación del hipocampo es mayor cuando una persona está aprendiendo
o recordando información episódica o semántica. Diversos estudios han
hallado que existe una activación selectiva del hipocampo cuando la persona
recuerda experiencias personales, pero no cuando se recuerdan sucesos
públicos, con una menor implicación personal, en los cuales un
conocimiento general es suficiente. Los casos de pacientes con amnesia
también han puesto de manifiesto que un daño limitado al hipocampo puede
hacer que la memoria episódica se vea alterada, mientras que la capacidad
para adquirir conocimientos semánticos puede encontrarse más preservada.
Por su parte, la memoria semántica constituye un extenso almacén de
conocimiento general sobre un gran número de ámbitos. Es la memoria que
permite a una persona saber cuál es la capital de Austria, cómo se llaman
sus sobrinos, quién era Cervantes, qué características tiene un perro o cuál
es la neuroanatomía de la memoria. Se trata, por lo tanto, de una
información que hace referencia al conocimiento compartido con otros y
proporciona una sensación de conocimiento más que de recuerdo. En
general, podemos decir que esta información carece de referencias
espaciotemporales específicas, por lo que es muy improbable que se
recuerde el momento y el lugar donde fue adquirida. Es de fácil acceso y
está organizada conceptualmente más que por el orden temporal de su
adquisición. Esta organización de carácter conceptual hace que los
contenidos aquí almacenados se relacionen unos con otros en función de su
significado, formando una inmensa red de conocimiento, con estructura
jerárquica.
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Además, este sistema de memoria es capaz de generar nueva
información a través de inferencias, es decir, crea nuevos conceptos, que no
han sido aprendidos explícitamente, a partir de la información de la que
dispone.
El aprendizaje y la integración de información semántica suele
producirse de forma gradual, ya que a partir de experiencias concretas el
individuo va generando conocimiento acerca de las constancias y
regularidades sobre el mundo que le rodea
El conocimiento semántico está representado en redes neuronales que
implican a toda la corteza cerebral.
Parece que la corteza cerebral puede mediar en la adquisición del
conocimiento semántico, mientras que el hipocampo lleva a cabo un
procesamiento adicional que contribuye a la construcción de redes de
memoria cortical, estableciendo relaciones entre las diferentes huellas
mnésicas de acuerdo con sus características comunes.
MEMORIA DE TRABAJO
La memoria de trabajo constituye una forma particular de memoria
explícita, y por lo tanto consciente, pero que no se engloba dentro de la
memoria a largo plazo.
La memoria de trabajo, también denominada memoria operativa, se
define como el mantenimiento temporal y la manipulación de información
recién percibida o recuperada de la memoria a largo plazo cuando ya no está
disponible para los sentidos, pero que es necesaria para dirigir la conducta
encaminada a la consecución de un objetivo.
La corteza prefrontal dorsolateral es la región que asume el control
general sobre las operaciones de memoria de trabajo en todas las
modalidades sensoriales (Ver clase Memoria).
Memoria de trabajo verbal
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La memoria de trabajo verbal ha sido ampliamente estudiada debido a
la importancia que posee para la comprensión y producción del lenguaje,
una capacidad de especial relevancia para el ser humano. La investigación
se ha centrado en los diferentes aspectos del lenguaje y ha profundizado en
el estudio de sus componentes fonológico, grafémico y semántico.
El modelo planteado por Baddeley, mencionado anteriormente,
propone la existencia de un subsistema en la memoria de trabajo, que él
mismo denominó bucle fonológico, que se encargaría del mantenimiento y
la manipulación de la información fonológica y articulatoria.
El Caso HM
Henry Gustav Molaison es el nombre del famoso H. M., quien padeció
una epilepsia resistente a fármacos a raíz de un accidente de bicicleta que
tuvo a los 9 años. Debido a la epilepsia que padecía, sufría convulsiones
parciales a las que posteriormente le siguieron convulsiones. Con el fin de
intentar poner freno a las agudas crisis que sufría, H. M. fue remitido a un
neurocirujano del Hospital de Hartford llamado William Beecher Scoville.
Tras la valoración, Scoville propuso la resección quirúrgica bilateral del
lóbulo temporal medial, puesto que el paciente no respondía al tratamiento
farmacológico. Esta resección implicó la pérdida de aproximadamente dos
tercios de su hipocampo y la amígdala.
La intervención quirúrgica tuvo su efecto positivo, al reducir sus crisis
epilépticas; sin embargo, como consecuencia de la resección, la memoria de
H.M. resultó devastada. La evaluación neuropsicológica realizada por la Dra.
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Brenda Milner reveló un cuadro profundo de amnesia anterógrada (v. texto
complementario siguiente).
Sus memorias inmediatas, a corto plazo, parecían preservadas; sin
embargo su memoria a largo plazo estaba muy deteriorada, si bien mantenía
recuerdos remotos previos a la intervención. H. M. era incapaz de formar
nuevos recuerdos, lo que le hacía vivir las experiencias de cada día como
algo siempre novedoso. Sin embargo, a pesar de sus dificultades de
aprendizaje, H. M. era capaz de adquirir nuevos hábitos y mejorar en tareas
que implicaban destrezas manuales, perceptivas o cognitivas. Al margen de
sus problemas de memoria, otras funciones cognitivas como su inteligencia,
percepción, motivación o personalidad resultaron intactas. Hasta el día de
su muerte el 2 de diciembre de 2008, H. M. vivió en una residencia en
Windsor Locks y fue objeto de numerosas investigaciones.
Incluso hoy en día su cerebro, cortado en secciones histológicas y
conservado en San Diego (California, EE.UU.), continúa siendo fruto de
numerosos estudios
Como resultado del estudio de este caso y de la comparación con otros
pacientes que presentaban lesiones similares, se pudieron establecer ciertos
principios básicos de la organización de la memoria:
• La memoria es una función cerebral sustentada por circuitos
cerebrales diferentes a los implicados en procesos cognitivos como la
percepción, la motivación o la personalidad.
• La información puede ser mantenida en una memoria a corto plazo
antes de convertirse en una memoria a largo plazo.
El lóbulo temporal medial no es el repositorio último de las memorias
a largo plazo.
• Finalmente, se llegaría asimismo a disociar una memoria para hechos
y sucesos (memoria explícita) de una memoria para hábitos y destrezas
(memoria implícita), independiente de la función del lóbulo temporal medial.
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Tradicionalmente, se consideraba que el responsable de las
alteraciones mnésicas era el hipocampo, pero a partir de casos como el de
H. M. se observó que las lesiones limitadas al hipocampo únicamente
afectaban al almacenamiento de recuerdos nuevos a largo plazo. De ello se
dedujo que el hipocampo tiene un papel fundamental en el almacenamiento
inicial de la memoria a largo plazo, pero esta implicación es temporal y se
produce al inicio de aprendizaje, ya que el almacenamiento de la información
se transfiere posteriormente a otras regiones corticales. Así, los pacientes
con una lesión hipocampal pueden, en general, recordar o aprender sucesos
recientes, aunque son incapaces de formar nuevas memorias a largo plazo.
Por lo tanto, parece que el problema es que no son capaces de transferir la
información desde los sistemas de memoria a corto plazo a los sistemas
mnésicos a largo plazo, afectando así a la consolidación de la memoria. Por
este motivo, los recuerdos que han sido almacenados con anterioridad no se
pierden cuando hay una lesión hipocámpica, es decir, no se produce
amnesia retrógrada, lo que pone de manifiesto que el hipocampo no es un
almacén permanente de información.
Con respecto al papel que desempeña la corteza cerebral en el proceso
de aprendizaje, es fundamental conocer que los recuerdos surgen de la
actividad de redes neuronales ampliamente distribuidas por toda la corteza
cerebral. Estas redes forman las denominadas huellas mnésicas, y se
forman por la estimulación conjunta de diferentes neuronas a partir de un
mismo acontecimiento, de manera que quedan interconectadas a través de
sinapsis formando una red. Así, una neurona o un grupo de ellas pueden
formar parte de diferentes redes neuronales y, por lo tanto, pueden estar
implicadas en diferentes recuerdos, lo que facilita la capacidad de cambiar
de un recuerdo a otro se produzca de manera ágil, ya sea consciente o
inconsciente.
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