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El Avaro

Marian:
Cristina:
Sady:
Laurent:
Gian:
Pérez:
Ángel:
Acto 1: (En el salón de la casa de Harpagón)
– Harpagón: (Mirando sus monedas) ¡Oh, mis preciosas monedas! Nada me
hace más feliz que contarlas una y otra vez.
– Cléante: (Entrando) Padre, quiero hablar contigo sobre un asunto
importante.
– Harpagón: ¿Qué sucede, hijo mío?
– Cléante: Estoy enamorado de Mariana y quisiera pedir su mano en
matrimonio.
– Harpagón: ¿Y qué fortuna tiene su familia?
– Cléante: No lo sé, pero eso no importa. ¡Lo importante es el amor!
– Harpagón: ¡Tonterías! Lo único importante es el dinero. No te daré mi
bendición.
(Entra Elisa)
– Elisa: Padre, yo también tengo algo que contarte. Estoy enamorada de
Valerio.
– Harpagón: ¿Otro pretendiente sin dinero? ¡Jamás! Casarán con quienes yo
elija, ¡y punto!
Acto 2: (En el jardín de la casa de Harpagón)
– Frosina: (A Cléante y Elisa) No se preocupen, jóvenes enamorados. Tengo
un plan para convencer a vuestro padre.
– Cléante: ¡Oh, Frosina! ¿En verdad podrás ayudarnos?
– Frosina: Claro que sí. Primero, les diré a Mariana y Valerio que vengan aquí.
(Entran Mariana y Valerio)
– Mariana: ¿Nos llamaron?
– Frosina: Sí, vamos a idear un plan para que Harpagón acepte sus uniones.
– Valerio: ¡Estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario!
Acto 3: (En casa de Señor Simón)
– Señor Simón: (A Cléante y Valerio) Tengo una idea para que Harpagón
acepte sus matrimonios. Necesitamos encontrar su tesoro escondido y
hacerle ver que el amor vale más que el dinero.
– Cléante: ¡Eso es genial, señor Simón! ¿Cómo lo haremos?
– Señor Simón: Tendremos que ver en los lugares más concurridos por tu
padre
– Valerio: Puede ser el bosque. Entonces, ¡pongamos manos a la obra!
Acto 4: (En el jardín de la casa de Harpagón, buscando el tesoro)
Señor Simón: (Cavando) Aquí esta!, ¡He encontrado el tesoro de Harpagón!
– Cléante: ¡Increíble! Ahora que tenemos el tesoro, debemos pensar en cómo
enseñarle a mi padre la lección.
– Valerio: Podemos decirle que el tesoro ha sido robado y ver cómo
reacciona.
– Elisa: (Entrando) ¡Esa es una idea estupenda! Así aprenderá que hay cosas
más importantes que el dinero.
Acto 5: (En el salón de la casa de Harpagón)
– Cléante: Padre, tenemos malas noticias. ¡Tú tesoro ha sido robado!
– Harpagón: (Desesperado) ¡No puede ser! ¡Era mi vida entera!
– Elisa: Pero padre, ¿no te das cuenta de que hay cosas más valiosas que el
dinero?
– Cléante: Es cierto. El amor y la felicidad de tus hijos deberían ser lo más
importante
(Entra Frosina con Patricia)
– Frosina: Señor Harpagón, he encontrado a Patricia, la madre de Mariana y
Valerio. Ella está dispuesta a casar a sus hijos con los suyos.
– Anselmo: Pero solo si usted aprende a valorar el amor y la felicidad de sus
hijos por encima del dinero.
– Harpagón: (Pensativo) Está bien, acepto. Entiendo que el amor de mis hijos
es más importante que el dinero.
– Cléante: Y padre, debemos confesarte algo: nosotros encontramos tu
tesoro y lo escondimos para enseñarte una lección.
– Harpagón: (Sorprendido) ¡Vaya! Entonces, he aprendido que no solo debo
valorar el amor, sino también la honestidad de mis hijos.
Todos: (Aplaudiendo) ¡Bravo, señor Harpagón!
FIN

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