Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Diplomado en
Psicogenealogía y
Transgeneracional
Escuela astroconstelaciones
Cecilia Garcia Robles Mayo 2020 a enero 2021 www.astroconstelaciones.com
Clase 6: Temas
• Parentalización
• Movimiento interrumpido
• Apego infantil
• Heridas de la infancia
Christian Fléche
Conflicto programante
Conflicto estructurante
Conflicto desencadenante
CP CD
5 años 45 años
Consultamos la última fecha en la que la persona vivió esa situación difícil, separación,
enfermedad, drama, accidente, pérdida de hogar, etc.
Ejemplo: Rita se separó a los 44 años y a raíz de esto desencadenó una profunda
depresión. Podemos investigar las fechas cíclicas dividiendo hacia atrás:
• 44/2= 22 años
• 22/2= 11 años
Le pregunto si le pasó algo a los 5 años y medio (puede ser 5 años, 6 años). Dice que
no recuerda, pero la madre le contó que a esa edad su padre se fue de casa.
• Cuarto ciclo…
Los ciclos biológicos mostrarán la repetición cíclica del trauma. No podemos cambiar el
pasado, pero podemos cambiar la percepción del evento traumático.
Los CBM funcionan en la mayoría de los casos, pero no en todos. En otros casos,
podemos pedir a la persona que contacte con el conflicto de su vida adulta, que
conecte con la emoción, y que recuerde un momento en la infancia en el que
experimentó esta emoción.
La persona realizará picos altos y bajos de alegría y tristeza a lo largo de su vida. Los
más bajos serán los momentos más complejos, y los picos más altos pueden ser los
momentos alegres que aporten los recursos que necesita.
Parentalización
La obligación del adulto es cuidar del menor, educar, proteger, dar cariño… NO AL
REVÉS.
Se lo comienza a tratar al niño como un adulto (para ciertas cosas). Su psique es aún
infantil. Pierde su rol de hijo y asume un rol de padre
Cuando algo ocurre que corta este flujo descendente del amor, se produce una
inversión, donde los hijos dan a sus padres, poniéndose en el lugar de padres de sus
propios padres, o de parejas de sus padres.
Por lo común, no es un solo padre el que elige al hijo que será parentalizado, sino todo
el sistema familiar.
• El sentimiento de culpa que sienten por hace que se les dificulte independizarse
del hogar, mudarse a otra ciudad, casarse, ya que es interpretado como un
abandono para los padres. Esto será mayor cuánto más mártires sean los
padres. Se obtura la verdadera autonomía.
• El cuidador de los padres (el hijo bastón, el bastón de la vejez). Su vida debe ser
sacrificada para ayudar a sus padres, contenerlos, y asegurarse que estarán allí
para cuidar de ellos en la vejez. En muchos casos, sin casarse ni vivir una vida
propia.
• El hijo sano. Al menos uno debe permanecer sano. Debe cumplir con todos los
sueños frustrados de sus padres. Es el que termina una carrera universitaria, es
el que tiene un trabajo estable, el que tiene una vida tipo.
Sacrificarse por la familia produce méritos contables. La víctima familiar obtiene una
ganancia secundaria de su rol.
Cuando una persona cuyo movimiento amoroso hacia la madre y hacia el padre fue
interrumpido muy tempranamente más adelante quiere ir hacia otras personas, en
especial hacia una pareja, en el cuerpo surge el recuerdo de la interrupción temprana, y
sube el dolor. Entonces, en lugar que esa persona vaya hacia el otro comienza un
movimiento circular. En aquel punto en el cual podría avanzar, dobla hacía la derecha o
hacía la izquierda y vuelve al mismo punto. Allí surge nuevamente el miedo, vuelve a
girar y vuelve a llegar al mismo punto. Ese movimiento circular caracteriza el
comportamiento neurótico."
John Bowlby fue un psicoanalista de origen británico quien desarrolló la Teoría del
Apego, observando los casos de hospitalismo (como un síndrome depresivo infantil)
tras la segunda guerra mundial. Muchos niños habían quedado huérfanos y cuidados
por enfermeras, pero aunque sus necesidades físicas fueran satisfechas, un número
demasiado alto de niños y niñas lactantes morían o desarrollaban graves trastornos
psicológicos.
El llanto es la forma que tiene el niño de expresar su malestar, que es decodificado por
los padres. Por lo tanto, no sólo proporcionan lo materialmente necesario, sino que
ponen palabras e intención a las necesidades inespecíficas del bebé. Enmarca su
malestar y esto es lo que permite que pueda contactar y reconocer sus emociones.
Cuando estos no logran dar cuenta en tiempo y forma de este auxilio, se produce una
angustia y una desilusión.
A esto Margaret Malher denominó bajada del tono, ya que los niños comienzan a
perder interés en el ambiente. Disminuyen sus interacciones con el entorno y se
produce una introyección de la libido, como si estuvieran ocupados en su mundo
interno más que el externo.
5 estilos de apego
En función a cómo hayan respondido las figuras de apego a las necesidades físicas y
emocionales del lactante, se establecerá el estilo de apego infantil.
Hay una tendencia a mantener el estilo de apego de la infancia durante la vida adulta,
aunque las experiencias vinculares durante la infancia, adolescencia y adultez puede
afectar los estilos vinculares.
Apegos inseguros pueden pasarse generación tras generación sin ninguna elaboración.
Esto tiene como consecuencia que nos vinculamos con nuestros hijos desde nuestro
propio niño herido, no desde un adulto sano.
Hasta que no sanemos nuestro niño herido muy difícilmente seamos padres capaces
de alojar a nuestros hijos.
Apego seguro:
Apego ansioso:
En la vida adulta tendrá mucho temor en las relaciones, estará atento a que el otro no
se vaya, no lo abandone. Hay mucha conexión con sus emociones, pero especialmente
al miedo a ser abandonado. Se vuelven dependientes emocionales. Sentirá que da
todo en las relaciones, pero el otro no lo hace. Siente inferioridad respecto al amor que
recibe del otro.
Apego evitativo:
Apego ambivalente
Apego desorganizado
Este fue el último en ser descripto en 1999. En este estilo no hay una predominancia de
un único estilo de apego. Por momentos se muestran ansiosos, otras veces, iracundos.
En otros casos depresivos. Incluso, pueden no responder de ninguna manera. La figura
de apego (normalmente casos de psicopatología y drogadicción) tiene un
comportamiento errático ante el pequeño. Son hogares violentos, abusivos,
trastornados. Envían mensajes contradictorios (dicen algo con las palabras, pero
expresan otra cosa con el cuerpo). Este estilo de apego muestra la confusión del niño
en relación a cómo el padre reaccionará.
Heridas infantiles
Durante la infancia hemos vivido experiencias muy dolorosas que dejaron profundas
huellas a lo largo de nuestra vida.
Estas huellas son invisibles, y por lo tanto, serán desatendidas como adultos.
Los dolores que nuestros padres no pudieron superar de las propias heridas infantiles
con sus padres, las viviremos a través de dolor, de angustias, de miedos, de enojos.
Solemos tener las mismas heridas que nuestros padres, ya que nos pasan sus propios
dolores no sanados a través de creencias, castigos, conductas disfuncionales, etc. Este
ciclo se repite ya que en nuestros hijos proyectamos la infancia que tuvimos o no
pudimos tener (tanto sea que la repitamos igual o la reparemos en el opuesto)
Esto crea corazas físicas y máscaras que usaremos para defendernos. Las corazas se
presentarán en el cuerpo, donde quedará nuestro yo verdadero atrapado.
Las máscaras son las formas que encontramos de protegernos del mundo exterior. A
mayor herida, mayor máscara.
Esto nos lleva a la victimización y a adoptar roles de salvadores para sentirnos valiosos
y queridos. Si somos necesarios, el otro no nos dejará.
Se sintieron no aceptados por sus padres. Esto está directamente vinculado al PSG,
especialmente cuando el hijo se siente no deseado por alguno de sus padres, o si sus
padres deseaban un hijo del otro sexo, o padres que ellos mismos se rechazan o han
sufrido rechazo de sus padres. También de padres muy exigentes o despectivos por
sus hijos.
Herida de humillación
El niño percibe que sus padres se avergüenzan de él. A veces, por algún “defecto”
físico, psicológico, o intelectual; otras veces, porque lo comparan con hermanitos,
primos u otros niños.
Herida de injusticia
Normalmente, de niños tuvieron padres muy exigentes, rígidos, fríos, con altísimas
expectativas. Había poco reconocimiento y valoración. Nunca era suficiente para esos
padres. Eran perfeccionistas y le remarcaban los defectos constantemente. Se sienten
inútiles. Suelen sentir preocupación, impotencia y soledad.
Herida de traición
Sintieron que los padres los traicionaron, y generó no sólo una desconfianza en sus
padres, sino también un sentimiento de no ser digno o merecedor de amor. Suelen
sentir mucha ira y frustración.
Por lo tanto, tenderán al control. Sienten que no pueden bajar la guardia, que en
cualquier momento serán traicionados por el otro, que no pueden confiar. No toleran la
incertidumbre. Ponen altas expectativas en los demás, pero no tienen los mismos
estándares consigo mismos.
Este material pertenece al Diplomado de Psicogenealogía y Transgeneracional dictado entre mayo 2020 y enero
2021. Prohibida su reproducción o adaptación total o parcial.