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Dame la mano y seamos amigos otra vez
y maldigamos juntos a quien se equivocara.
Por favor responde mi nota, tu respuesta curará
mi depresión. Oh, amor, te envío zalemas…
tantas como las estrellas y pájaros volando.
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Cuando ella camina con sus doncellas
su belleza es una luna entre faroles oscilantes.
2. Al Qalfat - (Córdoba +915)
¡Oh, esposa de Ahmad Ibn Abd Rabbi hi!
Voy a salir de viaje:
Ven a despedirme
A escondidas de (tu marido) Abu Umar.
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El hombre inteligente
¿qué puede esperar, en una época
en que los pies ocupan el lugar de la cabeza?
3. Abu al-Ala al-Ma’arri - (Siria +973)
El acontecimiento más singular en la vida:
(Dios no es olvidadizo,
ni rompe sus promesas),
dos en la cama se convierten en tres.
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El alma arrojada del cuerpo
llora el recuerdo que deja atrás.
Una paloma herida en vuelo gira tristemente
el cuello y ve su nido destruido.
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Tú decías que tenemos un sabio creador
y yo repliqué tienes razón, pero mira,
tú afirmas que Él no conoce lugar ni tiempo.
Tales términos, por todo lo que sabemos, podrían ser
un idioma secreto: lo que equivale
a decir que no podemos pensar recto.
4. Ibn Suhayd. - (Córdoba +992)
Cuando, llena de su embriaguez, se durmió,
y se durmieron los ojos de la ronda,
me acerqué a ella tímidamente,
como el amigo que busca el contacto furtivo con disimulo.
Me arrastré hacia ella insensiblemente como el sueño;
me elevé hacia ella dulcemente como el aliento.
Besé el blanco brillante de su cuello;
apuré el rojo vivo de su boca.
Y pasé con ella deliciosamente,
hasta que sonrieron las tinieblas,
mostrando los blancos dientes de la aurora.
5. Wallada - (poeta mujer, Córdoba + 994)
A pesar de sus méritos, Ibn Zaydum ama
las vergas que se guardan en los calzones;
si hubiera visto el pito en las palmeras,
se habría convertido en pájaro ababil
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Tu apodo es el hexágono, un epíteto
que no se apartará de ti
ni siquiera después de que te deje la vida:
pederasta, puto, adúltero, cabrón, cornudo y ladrón.
19. Abu Al Qasim Al Manisi
(Sevilla, siglo XII)
La mano de los vientos realiza finos trabajos
de orfebre en el río, ondulado en mil arrugas.
Y siempre que ha terminado de forjar
las mallas de una loriga,
la lluvia viene a enlazarlas con sus clavillos.
20. Ibrahim Ben Utman
(Córdoba, Siglo XII)
Disculpa
No me tachéis de inconsecuente porque mi corazón
haya sido apresado por una voz que canta:
Hay que estar serio unas veces y otras dejarse emocionar:
como la madera, de la que sale lo mismo
el arco del guerrero que el laúd del cantor.
28. Shakîr Wa’el
(Irán 1232-1260)
La soledad
es oír cómo se apagan las estrellas
sobre el firmamento en desorden de tu pelo.
Y la tristeza
un ventarrón vacío
que al amanecer se vuelve caricia.
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Nada hay más superficial que una caricia, pero qué profundidades alcanza, como las
huellas de las gaviotas en la arena
que la marea desliza hacia los fondos marinos.
Caricia es también tu mirada
la brisa de tus pensamientos
el jardín de tu pelo
tu manera de retirar el cuello
tus hombros de luna en sombra
tus pezones en la tormenta de tus vestidos
el oasis en reposo de tu ombligo
las riberas mayores y menores de tus labios
tus muslos fluviales
la pulpa frutal de tus rodillas
tus pies tus dedos tus uñas de colores
y tu sonrisa también que rompe el cielo.
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Durante muchas noches
no verte
fue como estar ciego
el olor oscuro de los árboles
en mis sábanas
susurros de alborada
en las ventanas
la estrella polar helándose
en tu pubis
y la vida remota
como una cascada de hierro
porque tu silencio
llenaba mi silencio
ruidosamente
entre la gente.
29. Muahmmud Ibn Al-Mahad
(Bagdad, 1252)
Dentro del mundo perceptible
hay otro cosmos que se mueve
como la garra del tigre
entre las hojas que agonizan.
De igual modo la imagen
de la amada tiembla
debajo de tu piel.
30. Shabestari
(Irán 1288-1340)
El «no-ser» es un espejo;
el mundo, la imagen reflejada en él;
y el hombre, como el ojo de esa imagen
en la que se oculta la Persona invisible.
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Apura aquel vino cuya copa es
el rostro de la Amada,
y su vaso,
los ojos ebrios del bebedor.
PEQUEÑA ANTOLOGíA
31. Oh mi Señor,
Si yo te adoro
Por temor al Infierno, quémame en el Infierno.
Si te adoro
por esperanza del Paraíso, impídeme alcanzar sus puertas.
Pero si te adoro
Sólo por tí mismo, otórgame entonces
La belleza de tu Rostro.
Un Poema de RABI'AH BENT KA'B (s.X)
(Aunque sus nombres se parezcan, se trata de 2 poetisas distintas,
y aunque sus nombres sugieran un estado de ánimo o un tipo de
carácter, puedo asegurarles que en persa "rabia" no significa lo mismo.)
34. CUARTETO
El que roció mil mundos con color
¿Cómo podría Él comprar la pintura de "Tú y yo"?
Colores, colores- nada sino capricho y fantasía;
Él es incoloro, y uno debe adoptar Su tinte.
CUARTETO
Ellos dijeron sé paciente, la paciencia traerá frutos.
Supongo que lo hará, pero en otra vida.
He pasado toda mi vida siendo paciente.
Necesitaré otra vida para cosechar los frutos.
36. CUARTETO
Lo que nunca existió
No deja en la mano
Sino viento
Mientras que "la realidad"
No ofrece más que imperfección
Y fracaso;
Siendo ése el caso
Uno sólo puede soñar
Acerca de lo que nunca ha sido
Y en cuanto a qué es "la realidad"
Recuerda: no existe.
De JAMALUDDIN MOHAMMAD ISFAHANI (m. en 1192)
37. CUARTETO
Separado de ti he dicho que temía por mi vida.
Ahora, unido contigo, sigo temiendo.
Ayer temía las lenguas de mis enemigos.
Hoy le temo a los ojos de mis amigos.
De 'UBAYD-I ZAKANI (1300-1371)
CUARTETO 1
Aquel que construyó los cielos e hizo las estrellas
y diseñó la mente y el alma para hacer la humanidad
Ató todos los hilos del ser en un nudo
Y luego perdió la hebra que envuelve esta maraña cósmica.
CUARTETO 2
Señor, de tu gracia lo único que espero es esto-
mantén próspero el reino de mi placer
aparta de mí la calamidad de la castidad
y mantén lejos de mí al condenado arrepentimiento.
38. GHAZAL
La rosa vino como una novia
a la fiesta en la glorieta de las rosas.
¿Dónde está el elocuente ruiseñor? ¡Déjalo que cante su can-
cion!
¡Corazón! No sufras a causa de la partida; el mundo
contiene tanto pena como dicha, espina y rosa, foso y pico.
Estoy doblado como un arco por la pena, pero no digo adiós
a los pensamientos de cejas como arcos
y ojos que disparan flechas.
A causa de tu enrulado beso, mi corazón está aturdido.
Con vacilante corazón pongo mi rostro
sobre tu umbral, no sólo ahora, sino por una eternidad
de fuego y dolor.
Áspero y suave son lo mismo en el modo de Hafiz.
¿Qué importan cumbre y valle para un pájaro?
39. INVOCACIÓN
Nuevo halconero
Enséñale al corazón
La caza del pensamiento
Enseña
Al ruiseñor de la lengua
A invocar el nombre;
La lengua
(Ese pez
En la fuente de la boca)
Saboreará el gusto
De la divina
Rememoración.
El teriacal del Corazón:
Repetir y repetir
"No hay otro Dios que Él"
-pero el corazón
debe permanecer despierto-
de lo contrario
no es otra cosa que alboroto.
Nutre el espíritu
Con la rememoranza-
Sólo entonces el corazón encuentra paz en el Nombre,
Su Nombre
Escrito en el
Libro de la Unidad,
La eterna
Alquimia
De la Felicidad.
CUARTETO
Si venir hubiese sido de mi elección, no hubiese venido.
Si irme fuese de mi elección, ¿me iría acaso?
Mejor si esta ruinosa morada nunca me hubiese visto,
no venir, no permanecer, no irse.
39.1. CUARTETO
En una mano el Qur'an, en la otra una copa de vino,
a veces obedeciendo las reglas, a veces rompiéndolas.
Aquí estamos en este mundo, verdes y crudos,
no rotundamente paganos, ni totalmente Musulmanes.
40. EL NENÚFAR
42. CUARTETO
42.1. CUARTETO
Estoy hundido, hondo en la profundidad de un mar de miseria,
perplejo, como una ostra perlada, sin mano ni pie.
El Cielo, en orden de atrapar la perla* real,
hace añicos el caparazón de ostra de mi corazón.
43. Poema
Soñé que el Bienamado entraba en mi cuerpo,
sacaba una daga,
e iba en busca de mi corazón-
no pudo hallarlo.
De manera que clavó en cualquier parte.
Desperté
sintiendo esto como una bendición.
Dije,
"Oh dulce Bienamado,
eres el refugio de mi alma."
Él dijo: "Si me perteneces a mí,
no hables de tu propia alma."
Yo dije, "¿Porqué me sajas
con tus filosas palabras'"
Él dijo, "Mis palabras no podrían herirte
si no estuvieses enamorado de tí mismo."
¡No soy más que una pluma en las manos del escritor,
No más que una pelota golpeada por un bate!
Adonis
Adonis
Rostro cerrado
A un amigo
Quién entonces
Hegazi
con nuestros semejantes antes de la edad del cobre: cuántas criaturas hemos
herido
con las armas talladas en los huesos de nuestros hermanos, para dejar
para las gentes de la gacela por lo que hemos hecho los veneros, cuando
que recitaba nuestra marcha entre las anémonas de estos lugares tan hermosos.
El viento nos hace girar, oh amor, caemos presos cerca del lago.
Aligeramos el culto de la adoración, dejamos los dioses a los pueblos de las dos
riberas.
Llevamos a los más jóvenes de ellos con las provisiones de camino, y luego
Cerca de los arroyos leemos nuestras huellas: ¿hemos pasado por aquí? ¿Fuimos
nosotros
nos pisa los talones para que apresuremos el paso hacia el alba del amor, oh
Darwish
Gritaré: “Padre