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Cuaderno de los Guardianes de Océano

Seudónimo : Javel

Poema 1 - La pregunta

El otoño es rojo.

Infinitas…las hojas lo son.

También hay frutos rojos y

siento que los cielos deberían serlo.

Me invaden los recuerdos de antiguos tiempos.

Cae la lluvia, gris…lenta...

Y con ella vuelven las preguntas…

Nunca supe por qué vinimos a Océano…

Y nos quedamos en él.

Tal vez los más ancianos lo sepan,

pero no nos lo dirán.

No quieren hablar de ello.

En un pasado remoto

algo sucedió

que todos prefieren olvidar;

como si así,

en esa antigua forma

de ocultar las cosas,

pudiésemos llegar a ignorar algún día

todo lo extranjeros que somos.

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Océano no es feo,

pero lo hicimos un mundo duro.

Sé que nosotros lo hicimos así y

que no podía ser de otro modo.

Pero a veces siento como una

nostalgia de algo que no conozco

y quisiera vivir en un lugar amable

bajo los cielos.

También sé que nunca

será posible, y eso, si es así,

convengamos que lo hace

aún más deseable.

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Poema 2 - Las reglas

Nunca preguntes

por qué no tratamos

de ponernos en contacto.

No te lo dirán y

se espera que ya lo sepas.

Sigue las Reglas

en la medida de lo posible.

Han sido hechas

pensando en sobrevivir.

Está claro que siempre

viviremos en Océano.

Estamos aquí, anclados,

tal vez refugiados,

inmigrantes sin quererlo,

ocultos y ¿discretos?

Intenta seguir las instrucciones:

No te muestres diferente,

No los toques,

No les hables,

No interfieras mucho,

pues también se sabe que algo harás,

porque no se puede

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vivir tanto tiempo

sin sentir curiosidad.

Pero no te olvides jamás

de las experiencias anteriores

y de todo lo que ya pasó.

Y nunca les digas que

este mundo tan azul,

en los viejos mapas

que antaño poseímos

ya se llamaba Océano.

No te lo creerán.

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Poema 3 - Las ruinas

Ciudad de altas torres,

qué hago aquí

yendo como voy

por tus desiertas calles?

Para llegar

he atravesado playas

de colorida arena,

en el olvido de los pasos

que un día la marcaron.

Bajo soles amarillos

y dorados,

he caminado despacio

entre pájaros y espuma.

Sólo el sonar del mar y,

en la sombra,

gaviotas de un tiempo lejano...

En otra ciudad olvidada,

contra un rojo cielo volaron aves

que, ahora diferentes,

nos son

no conocidas,

no vistas,

no recordadas.

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Y esta noche,

esta noche no hay luces

y en lo alto

las estrellas forman dibujos

que mi memoria no registra.

Después de tantos años,

¿Dónde están los que habitaron

los grises edificios sin ventanas,

los Constructores?

¿Por qué he tenido

que llegar en estos días

yo solo, a esta ciudad

abandonada, despoblada, muerta...?

¿Por qué siento que debo

caminar la costa del mar oscuro,

pisar polvo que fue calles,

sentarme en plazas desiertas

al lado de fuentes ya secas?

¿Será que alguna vez estuvimos

aquí, los dos, cuando el amor era el día,

el sol, el agua y las estrellas?

Puede que haya sido…

Puede que azul, tu memoria me haya traído…

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Poema 4 - Anhelo

Quiero solamente volver

al hogar que antaño era mío,

al helado, fino y tenue

aire de las cumbres...

Volver a volar en las noches de luna

sobre anchos y silentes mares oscuros,

con sólo la tibia luz de las pantallas

a mis costados y,

tras el duro cristal,

los mundos de los otros.

Quiero Ignorar que somos

pobres refugiados,

a veces también

con razón castigados.

Mas yo, condenado por azar a

permanecer aquí este Proceso,

siento aún nostalgia de mi antigua vida.

Algún día volveremos al hogar

y retomaremos como un rito

las costumbres perdidas

que nos hacían sentir cómodos y seguros.

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Algún día volveremos al hogar,

a las máquinas,

bien hechas y sin fallas,

sin necesidad de ocultar las diferencias,

sin razón para no mostrarnos como somos.

Volveremos a vivir

noches estrelladas,

oscuras noches sin luna

o refulgentes noches color de nácar.

Algún día volveremos a casa,

Cuando por fin, todo esto termine.

Y no olvides que hasta entonces

Océano será nuestro hogar.

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Poema 5 - Los Guardianes

Abandonados y Guardianes

de este mundo extraño

sólo nos resta esperar

que pasen las noches y los días..

Recorreremos, mientras tanto,

los hilos de la telaraña del tiempo

buscando alternativas ignotas

para nuestras vidas repetidas.

No nos está permitido

cruzar de Océano

a los desconocidos mundos

que aguardan a los hombres del milenio

Sabrán que estamos aquí,

lo negarán y tal vez

de nada habrá valido

el secreto de la espera.

Somos guardianes olvidados

de un estudio secreto...

Somos cuidadores de una línea posible,

escondidos y ocultos

modificamos la Historia

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y nos divertimos con sus reyes

mientras el soplo de los tiempos

se lleva los recuerdos y

nos acecha un incierto futuro

que no sabemos si vendrá.

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Poema 6 - Nostalgia

En una noche azul como una espada

volé sobre silenciosas aguas negras

y caminé sobre playas de oscura arena fina

y por un momento único,

-sólo por uno- sentí que de nuevo

todo era mío.

Volví a recorrer mis pasos

y a seguir mis huellas en los siglos,

en aquellos días en que estábamos solos,

nosotros los Guardianes,

a la vista de la luna,

a la luz de las estrellas,

sobre selvas y montañas,

recorriendo los desiertos.

Nosotros, ahora ocultos entre los hombres.

Nosotros, ahora en las cumbres nevadas.

Sé que nunca más, nunca, volveré al hogar.

...pero cómo lo extraño, a veces…

y siempre en otoño.

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Cuando todos los tiempos se hayan ido

¿Acaso regresarán los constructores

de este mundo azul y extraño

de plantas verdes

y sangre roja?

¿Será que acabados los milenios

veremos algún día

nuevamente los oscuros

cielos de coral y

sentiremos el placer de nadar en el agua espesa,

al fin solos?

¿Qué raros dibujos formarán

entonces las estrellas,

en ese vacío negro dónde antes

moraban los antiguos dioses?

Ah, que cansados nos encontramos

ante las ofrendas impropias y

ante la impiedad belicosa

de estos torpes guerreros ignorantes...

¿Y, cuánto tiempo, cuánto,

deberemos estar aquí todavía?

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Poema 7 - Las reglas ( II )

En realidad son serias y

graves las Instrucciones

para los Observadores en Océano.

Algunos no las cumplen y mueren.

Revivirlos es difícil y

hay veces que no lo logramos.

Así, de este modo ahora somos menos y

es más monótona

nuestra oculta vida secreta.

Lo que es diferente muere.

No debemos mostrarnos diferentes,

dice el Manual,

pero eso... no siempre es fácil.

A lo largo de los siglos,

por puro aburrimiento,

hemos hecho cosas prohibidas

que desconcertaron a la gente…

Tenemos muchos casos

de esos en los archivos.

Cuando no podemos salir

y despierta en el Corazón del Alma

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la primitiva necesidad del fuego,

encendemos los hogares y

nos sentamos a leer las viejas crónicas

de los errores cometidos.

Entonces nos reímos,

y sabemos que está mal,

que no deberíamos hacerlo.

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Poema 8 - Uno de los impiadosos se lamenta:

Otra vez hemos venido

en peregrinación al Santuario.

Otra vez en otoño,

pisando crujientes hojas

amarillas, rojas y marrones,

hojas muertas…

Pero el Alma hace que

procuremos el silencio,

porque otra vez hemos llegado

a implorar el Equilibrio

con ofrendas de flores secas

y oraciones escritas sobre sedas…

¿Hasta cuándo el otoño penderá

sobre nosotros como una espada,

una espada sin poder

para aplacar la cólera

de los dioses insolentes?

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Poema 9 - Un Guardián se lamenta:

Quien no ha visto a los dioses

desconoce su poder.

El que no sabe del mar

no imagina su existencia.

Aquí en Océano hay dioses y mar

¡Oh, sí que hay mar..!

Y nosotros que fuimos arrojados

a los vientos del tiempo y de la noche

a veces no los vemos.

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Poema 10 - Un Guerrero recuerda:

Cuando llegaron

las negras tropas imperiales

el silencio de la oscuridad

se volvió más quieto que nunca y

en los rostros pardos se cerraron todos los gestos.

No hubo más viento

ni aromas otoñales nos cercaron.

Todo esperaba por esos callados guerreros

que avanzaban sin respuesta,

como un río de obsidiana,

duro y enorme.

Desde altas troneras los vimos

subiendo dunas desiertas.

Tres días y tres noches aguardamos

en la ciudad de la colina.

Nunca supimos que ocurrió luego con ellos.

¿Acaso hicimos algo?

No lo sé…

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Poema 11 - Reflexión del Decano de los Guardianes

En la cúspide de nuestro poder

hemos perdido el talento para el amor

y observamos admirados a los que lo poseen.

Los admiramos extrañados, mas no los envidiamos.

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Poema 12 - Recuerdo a la Diosa

Caminé el silencio de desiertos y

oscuros corredores,

abriendo puertas

de cuartos vacíos de ella.

Cuando la encontré

sólo la alumbraba el fuego

de un alto trípode de bronce…

Tenía en la mano un

labrado vaso de cobre y

el cabello negro, suelto.

Eres bella, Inanna,

y bajo las estrellas,

tu cabello espeso

relumbra azul

como mis armas en la noche y

el filo del cuchillo que tuve otrora…

Eres bella, Inanna,

y siempre vuelves,

una y otra vez

a revolotear en mi memoria.

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¿Sabrán ellos

cuando caminas airosa

por sus viejas calles,

rodeada por tus doncellas,

que en verdad eres una Diosa?

¿Que aunque te muestres tan feliz

si extiendes tus manos

puede, ¡ Ay!, tan fácilmente,

brotar el fuego de tu enojo?

¿Lo sabrán?

No lo creo.

Ellos de ti sólo saben que

eres muy bella, Inanna...

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Poema 13 - Cuando te decían Ishtar

Entré al santuario

donde se hallan,

en bronce oscuro,

altas como un hombre,

las cabezas de los héroes.

Formaban en el centro

un círculo alrededor de

la Placa de los Dioses,

donde la estrella Lasur

está grabada.

En la penumbra fresca oí

el correr del agua.

Tras los altos vidrios

de la ojiva,

el verde tranquilo

de un jardín,

silente,

iluminado.

A veces,

Ishtar lleva una piedra Lasur

pequeña, colgada de su cuello…

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y al verla recobramos

la esperanza de

obtener de allí los datos..

pero cuando sube a ver a Anu,

jamás la olvida, y así

nunca sabremos

adónde está la estrella.

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Poema 14 - Amor

Eres bella, Inanna.

Cientos de años

para amarte

no son pocos años.

¿Qué haremos ahora

que preguntarán nuestros nombres?

¿Les diremos que no sabemos

qué es eso?

Ya no podremos andar tan

fácilmente por las calles

de las ciudades del mañana.

No hemos sido cuidadosos…

estamos en todas sus leyendas,

canciones olvidadas cantan tu belleza,

con distantes recuerdos

de tu piel húmeda de mar,

tus trenzas bordadas

de oro diminuto

y tus ojos, que no los miran

mas que al pasar

porque sabes que eres una Diosa.

Siempre te han reverenciado.

Pero eres demasiado diferente...

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Eres demasiado bella, Inanna.

Ya no podrás caminar entre

ellos, ni aún sola,

lo sabrán, Inanna...

lo sabrán…

y no podemos permitirlo.

En verdad no podemos, mi Diosa…

Somos un secreto,

somos los Guardianes.

Ahora sólo te queda

el entretenimiento del Amor

y de las duras guerras...

Y no otra cosa,

porque te lo repetiré de nuevo,

eres demasiado bella Inanna..

Y yo, yo siempre seré el que he sido,

acá estoy, y siempre estaré.

Yo cumplo las reglas.

Pero tú, ven, dame la mano

volvamos al hogar

de las altas cumbres.

Ya hemos conversado esto

cuando bajamos a la Casa de Invierno,

cuando nos miramos a los ojos

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por encima de hogueras de hojas secas…

Hija de Anu,

sé mi Asherah para siempre.

Te lo estoy pidiendo, Inanna,

yo te amo,

verdaderamente,

tus ojos iluminan mi oscuridad,

tus recuerdos mi memoria…

y hace cientos de años que te amo.

Habitas mis sueños, ayer,

hoy y mañana también…

Me acompañas en las noches esas

en que el recuerdo de tus manos, tu piel

y tus perfumes me invaden el dormir con preguntas

y sueño que a mí regresa tu sabor a miel…

El humo del sándalo, del incienso y la mirra…

todo se junta mientras contemplo

las cumbres nevadas

la nieve flotando en el silencio

supremo de las montañas,

estas montañas que elegimos…

estas cumbres en las que vivimos…

Eres demasiado bella, Inanna.

Inanna mía. Inanna.

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