Árbol de mi alma
Como un ave que cruza el aire claro
Siento hacia mí venir tu pensamiento
Y acá en mi corazón hacer su nido.
Ábrese el alma en flor: tiemblan sus ramas
Como los labios frescos de un mancebo
En su primer abrazo a una hermosura:
Cuchichean las hojas: tal parecen
Lenguaraces obreras y envidiosas,
A la doncella de la casa rica
En preparar el tálamo ocupadas:
Ancho es mi corazón, y es todo tuyo:
Todo lo triste cabe en él, y todo
Cuanto en el mundo llora, y sufre, y muere!
De hojas secas, y polvo, y derruidas
Ramas lo limpio: bruño con cuidado
Cada hoja, y los tallos: de las flores
Los gusanos del pétalo comido
Separo: oreo el césped en contorno
Y a recibirte, oh pájaro sin mancha
Apresto el corazón enajenado!
Copas con alas
Una copa con alas: quién la ha visto
antes que yo? Yo ayer la vi. Subía
con lenta majestad, como quien vierte
óleo sagrado: y a sus bordes dulces
mis regalados labios apretaba:?
Ni una gota siquiera, ni una gota
del bálsamo perdí que hubo en tu beso!
12
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
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15
Me gustas cuando callas porque estás como ausen te,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.Como todas las cosas están
llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma ,
y te pareces a la palabra melancolía.Me gustas cuando callas y estás
como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.Déjame que te hable
también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.Me gustas cuando
callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
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Soneto 22
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angola, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desme dido.
Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
RUBEN DARIO
Amo, amas
Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
El ser y con la tierra y con el cielo,
Con lo claro del sol y lo oscuro del lodo;
Amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.
En la estancia de la noche
sola yo, soy una estrella.
Sola yo, soy una estrella
en un ángulo de la luna.
Los arados
Cae
la hora, ya
oscurecida.
No hay viento
que junte
los cabellos. El remo hunde las manos
en el agua mansa, rareza
de este crepúsculo.
La pequeña nave
deslizante, roza
el pétalo.
Y en las orillas,
sombra y hojas
nos recuerdan.
Coyoles Central
Los culpables,
sacan del mar
ballenas muertas.
DEFINIENDO EL AMOR
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
DEFINICIÓN DE AMOR
¿Rogarla? ¿Desdeñarme? ¿Amarla
¿Seguirla? ¿Defenderse? ¿Asirla? ¿Airarse?
¿Querer y no querer? ¿Dejar tocarse
ya persuasiones mil mostrarse firme?
Carlos F. Gutiérrez (1861-1898), autor de Piedras falsas (1898), uno de los primeros
poemarios publicados en el país, y de la novela Angelina (1898), unos de los
primeros esbozos en este género en el país cuyos temas predominantes son el
amor, la muerte, la locura, la honra, el destino trágico y se caracteriza por su color
local, el culto a la naturaleza y el gusto por los contrastes. Escribió, además, sin
título, el que es considerado como el primer cuento en la historia literaria de
Honduras.
Marco Aurelio Soto (1846-1908), autor del cuento "Cabañitas", Ramón Rosa (1848-
1893), autor del cuento "Mi maestra escolástica", más emparentado con el género
de las memorias que con el de cuento.
Lucila Gamero (1873-1964) publicó 9 novelas, entre las que destacan Amelia
Montiel (1892), Adriana y Margarita (1893) y Blanca Olmedo (1908).
Siglo XX
En el siglo XX destacan narradores como los siguientes:
Óscar Acosta, con una obra poética de gran valor literario y un único libro de
cuentos, El arca, publicado en Perú en 1956, que rompe con los moldes del
realismo costumbrista imperante en esa época en Honduras.
El narrador Ramón Amaya Amador es autor de Prisión Verde, novela con la que se
inaugura la literatura del realismo social dentro del país, es otro de los autores
importantes. Marcos Carías, Eduardo Bähr, Galel Cárdenas, Roberto
Castillo, Ernesto Bondy Reyes y Julio Escoto, son algunos de los más importantes
narradores de finales del Siglo XX en Honduras.
Roberto Sosa (poeta) (Yoro, 18 de abril de 1930 - Tegucigalpa, 23 de mayo de
2011) es una de las figuras más importantes de la literatura hondureña de finales
de este siglo y principios del siguiente. Autor de obras importantes como Los
pobres (1968), que obtuvo el Premio Adonáis de Poesía en España, y Un mundo
para todos dividido (1971), que ganó el Premio Casa de las Américas en Cuba, lo
sitúan como uno de los poetas más importantes no sólo de Centroamérica sino de
Latinoamérica.
Siglo XXI
En el siglo XXI ha surgido varios autores destacados en todos los géneros literarios,
como Marta Susana Prieto, con una saga de novelas históricas; Ernesto Bondy Reyes,
con varios libros de cuentos y dos novelas de corte policial; Dennis Arita, con los libros
de cuentos Final de invierno y Música del desierto; Mario Gallardo, con los cuentos
de Las virtudes de Onán, además de La danta que hizo dugú, una recopilación de
cuentos de la tradición oral garífuna de Masca, y dos antologías de cuento
hondureño; Felipe Rivera Burgos, con los cuentos de Para callar los perros; Giovanni
Rodríguez, autor de varios libros de poesía, cuento, novela y ensayo; Raúl López
Lemus, que publicó Entonces, el fuego y Perro adentro; Darío Cálix, autor de una
novela, Poff, y de los cuentos de El último tango en San Pedro, y Samuel Trigueros,
autor de la novela breve Una despedida.
Uno de los escritores más activos de los últimos años es Bayardo de Campoluna que
arrancó con su proyección en la narrativa con sus libros El Hijo Bastardo del
Diablo (2012), novela romántica contemporánea ambientada en España y Honduras;
y Límite Difuso, una colección de relatos que van desde el thriller psicológico hasta lo
erótico y sobrenatural.
Entre los poetas destacan Leonel Alvarado, autor además de una biografía del poeta
Edilberto Cardona Bulnes; Marco Antonio Madrid, José Antonio Funes, Samuel
Trigueros, Mayra Oyuela, Rebeca Becerra, Fabricio Estrada, Salvador Madrid y Jorge
Martínez.
Durante los últimos años la literatura hondureña ha cosechado importantes premios
regionales, como ser el Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán 2013, por
Leonel Alvarado con su libro de poesía Xibalbá, Texas; el Centroamericano de Novela
Mario Monteforte Toledo 2014 por Raúl López Lemus con Alguien dibuja una sombra; y
los Juegos Florales de Quetzaltenango, Guatemala, 2006 y el Premio
Centroamericano y del Caribe de Novela Roberto Castillo 2015, por Giovanni
Rodríguezcon el libro de poesía Las horas bajas y la novela Los días y los muertos,
respectivamente. Denia Nelson Moncada fue galardonada con el primer lugar del
premio Terra Austral, en Sidney, Australia en 2004, con el testimonio El regreso de una
wetback; Azucena Ordoñez Rodas, cuyo libro Romance de Lunhabella fue
reconocido como el Libro del año 2017 en Miami, USA. Otro premio internacional
reciente el de Luis Fernando Lezama, otorgado por la Fundación García Márquez en
Colombia por su cuento "Bañar al bebé".