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Adolfo Suárez impulsó varias actuaciones clave para la reforma política del régimen franquista, incluyendo la Ley para la Reforma Política de 1976 y la Ley de Amnistía de 1977. La Ley para la Reforma Política permitió la legalización de partidos de oposición y sindicatos, así como la celebración de las primeras elecciones democráticas en 1977. La Ley de Amnistía perdonó delitos políticos durante el franquismo pero también impidió la persecución de crímenes de la dictadura. Estas leyes, junto con
Adolfo Suárez impulsó varias actuaciones clave para la reforma política del régimen franquista, incluyendo la Ley para la Reforma Política de 1976 y la Ley de Amnistía de 1977. La Ley para la Reforma Política permitió la legalización de partidos de oposición y sindicatos, así como la celebración de las primeras elecciones democráticas en 1977. La Ley de Amnistía perdonó delitos políticos durante el franquismo pero también impidió la persecución de crímenes de la dictadura. Estas leyes, junto con
Adolfo Suárez impulsó varias actuaciones clave para la reforma política del régimen franquista, incluyendo la Ley para la Reforma Política de 1976 y la Ley de Amnistía de 1977. La Ley para la Reforma Política permitió la legalización de partidos de oposición y sindicatos, así como la celebración de las primeras elecciones democráticas en 1977. La Ley de Amnistía perdonó delitos políticos durante el franquismo pero también impidió la persecución de crímenes de la dictadura. Estas leyes, junto con
PREGUNTAS EBAU (respuestas redactadas siguiendo los descriptores)
31.- Describe las actuaciones impulsadas por el Presidente de Gobierno Adolfo
Suárez para la reforma política del régimen franquista: Ley para la Reforma Política de 1976, Ley de Amnistía de 1977, etc. Tras la muerte de Franco, el rey Juan Carlos optó por mantener como jefe de gobierno a Arias Navarro, y logrando que se nombrara Presidente de las Cortes a Torcuato Fernández-Miranda, más partidario de reformas que Arias Navarro. La oposición se había ido organizando, y en verano de 1974 se creó la Junta Democrática, que incorporaba al PCE, el PSP, el PTE (Partido del Trabajo de España), el Partido Carlista (su rama izquierdista), CC.OO. e independientes (además de otras pequeñas organizaciones); en 1975 los socialistas promovieron la Plataforma de Convergencia Democrática, en la que participaron también pequeños grupos de centro derecha y centro izquierda (ID, USE..) y nacionalistas moderados y grupúsculos de extrema izquierda (ORT, MC), además de la UGT. Ambas organizaciones acabarían fusionándose en la Coordinación Democrática (“Platajunta”) en marzo de 1976, que reclamaría la apertura de un período constituyente, apostando claramente por la ruptura total con la legalidad franquista. El rey y parte de los reformistas del régimen comenzaron a ampliar los contactos con dirigentes de la oposición moderada. Los titubeos iniciales del rey en cuanto a qué camino tomar parecieron despejarse, tal y como demostró en su discurso efectuado ante el Congreso durante su visita a Estados Unidos, cuando se manifiesta partidario de una monarquía parlamentaria. Las crecientes discrepancias entre el rey y Arias Navarro se saldaron con la dimisión de este último, y su sustitución por Adolfo Suárez. Aunque proveniente del régimen, supo adaptarse a los nuevos tiempos, y propuso la Ley para la Reforma Política (LRP), entendida como una reforma desde la legalidad (reforma, por tanto, frente a la ruptura defendida por la oposición). Dentro de su propuesta se encontraba una amplia amnistía por delitos de opinión y de intencionalidad política. Suárez logró que las Cortes franquistas aprobaran el proyecto de Ley para la Reforma Política, aunque suponía el fin de la dictadura. Los partidos de la oposición se mostraron recelosos, pero en el referéndum celebrado sobre la LRP, el respaldo popular fue mayoritario, lo que fortaleció a Suárez, y obligó a los partidos de la oposición a buscar el acuerdo. Pese a que desde ese momento comenzó a establecerse un mayor diálogo entre gobierno y oposición, fueron muchos los problemas a los que hubo que enfrentarse; en particular, a los intentos de desestabilizar el proceso de democratización, tanto por parte de la extrema derecha como de la extrema izquierda (GRAPO). Un elemento fundamental en el proceso democratizador fue la legalización del PCE; a cambio, el PCE se comprometía a, rompiendo con su legado, aceptar la monarquía y la bandera bicolor. La decisión de Suárez que no gustó ni a los militares ni a buena parte de los sectores reformistas provenientes del franquismo. Sin embargo, fue una decisión que permitió otorgar una mayor legitimidad a las elecciones de junio de 1977. A estas pudieron presentarse todos los partidos, excepto aquellos que llevaban el término "republicano" en su nombre. La legalización del PCE allanó el camino para convocar las elecciones generales democráticas, celebradas en junio de 1977, y de las que saldría ganadora la Unión de Centro Democrático (UCD), partido creado en torno a Suárez por reformistas del régimen y sectores de la oposición moderada. La primera tarea de esas Cortes sería la redacción de una Constitución (que vería la luz en 1978). Una de las primeras leyes aprobadas será la Ley de Amnistía (1977), por la que se amnistiaban todos los delitos de naturaleza política ocurridos durante el franquismo pero que, al mismo tiempo, amnistiaba todos los crímenes cometidos por la dictadura, por lo que se impedía la persecución de los mismos por los tribunales democráticos. Para muchos, fue una "ley de punto final", que ha permitido la impunidad de los crímenes franquistas. En paralelo, el gobierno de Suárez se tendrá que enfrentar a una complicada situación social y económica, a la que se tratará de buscar solución mediante los Pactos de la Moncloa, un conjunto de acuerdos económicos y políticos que buscaban tanto dar respuesta a la crisis económica como sentar las bases de lo que sería un embrión del Estado del bienestar.