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I. INTRODUCCIÓN.
El paso de la dictadura franquista a la democracia se conoce como “la Transición". Es un periodo difícil y
complejo que abarca desde 1975 a 1978 (para otros autores hasta 1982) y supone el paso de una "democracia
orgánica" a un democracia moderna. En este proceso destaca la Constitución de 1978, única Constitución de
la historia de España que se realiza a través del "consenso", así como el papel que juega el Rey en todo este
proceso.
El gobierno Arias
El rey opta por mantener como presidente del Gobierno a Arias Navarro. Pero impone como ministros a
franquistas moderados, como Fraga, y una serie de políticos jóvenes, como Adolfo Suárez, que pronto se
manifiestan a favor de la apertura. En consecuencia, el gobierno se caracteriza por las contradicciones entre
Arias y sus ministros reformistas. Mientras el primero lanza continuos mensajes inmovilistas en sus
apariciones públicas, los ministros discuten y preparan un proyecto de reforma (inspirado por Fraga) que,
aunque en lo básico mantiene el sistema franquista, provoca un rechazo frontal por parte del “bunker” (=los
inmovilistas).
En enero de 1976, una oleada de huelgas sacude al país, afectando a más de medio millón de trabajadores.
Aunque en la base está la negociación de los convenios laborales, (en una situación económica de crisis y paro
crecientes), los motivos políticos están detrás. El tímido indulto de diciembre no ha alcanzado más que una
pequeña parte de los miles de presos políticos, y la petición de Amnistía (=indulto, perdón)se convierte en la más
coreada en manifestaciones y actos públicos de la oposición.
La situación se hace explosiva en Euskadi. En Vitoria, donde una huelga general de la industria acaba con la
muerte de cinco obreros y un centenar de heridos. (En los días siguientes, Vitoria es un auténtico campo de batalla. El
entierro de las víctimas es acompañado por una impresionante y tensa manifestación). Otro hecho grave ocurre en
Montejurra, cuando pistoleros carlistas de ultraderecha asesinan a dos militares del carlismo democrático en
una concentración, sin que las fuerzas del orden presente hagan nada por detener a los culpables.
Tras estos acontecimientos, la imagen reformista del gobierno, y sobre todo de Fraga, ministro de
Gobernación, queda completamente desprestigiada.
La legalización del PC
Tanto los franquistas intransigentes como la cúpula militar han convertido su negativa a aceptar al PCE en un
símbolo de la resistencia al cambio. Pero es claro que es necesario legalizar a los comunistas antes de las
elecciones, si se quiere que estas sean aceptadas como legítimas por la opinión pública española e
internacional.
El 1 de abril el gobierno decreta la disolución del Movimiento. Y el día 9, previa comunicación a los
ministros militares, se hace pública la legalización del Partido Comunista. Pese a todas las precauciones, el
impacto es tremendo. Mientras los comunistas celebran alborozados la noticia, en el Ejército se produce un
gran descontento y sonido de sables, pues asiste incrédulo a la puesta en la escena política del mayor
enemigo del franquismo. El Rey tiene que mediar para calmar los ánimos. A pesar de ello, la tensión política
y militar es muy grande, con dimisiones sonadas como la del ministro de Marina.
(Días después se legalizan las centrales sindicales. También se acelera el regreso de los exiliados, entre ellos Dolores Ibárruri, “ la
Pasionaria”).
El proceso constituyente
La idea del gobierno de UCD es presentar un proyecto breve y elaborado en muy poco tiempo por expertos
en derecho constitucional próximos a sus posiciones, pero ocurre todo lo contrario, sale un proyecto largo y
dilatado en el tiempo debido a la actitud del PSOE y PCE, que desean constitucionalizar el mayor número
posible de derechos y libertades.
Se crea una Comisión Constitucional que es la encargada de elaborar el proyecto. Los integrantes de esta
comisió,n conocidos como los "Padres-Redactores", son: por UCD Gabriel Cisneros, Miguel Herrero de
Miñón y José Pedro Pérez Llorca, el socialista Gregorio Peces Barba, el aliancista Manuel Fraga, Miquel
Roca por la Minoría Catalana y Jordi Solé Tura por el PCE. Quedan excluidos los nacionalistas vascos que,
de este modo, argumentan que ésta no es su Constitución.
Tras muchas polémicas la ponencia termina su proyecto en abril de 1978. El proyecto de Constitución es
aprobado por las Cámaras en octubre con la abstención del PNV y el voto en contra de 5 diputados de AP
(Alianza Popular) y uno de Euskadiko Esquera.
El Referéndum se celebra el 6 de diciembre de 1978. La nueva Constitución obtiene el voto de 2/3 de los
españoles que pueden votar, (en el País Vasco la abstención es importante, ya que el PNV la había aconsejado).
La Constitución de 1978
La Constitución de 1978 es la novena del constitucionalismo español, pero presenta unas características
totalmente distintas a las anteriores por la palabra mágica y clave de la transición: el consenso. Un consenso
admitido por el gobierno y la amplia mayoría de la oposición decidida a que el pasado no condicione el
presente. Además hay que tener en cuenta la coyuntura política, ya que no existía ningún partido con mayoría
absoluta que pueda imponer sus principios.
En ella, el Estado se define como democrático y social (calificativo arrancado por la izquierda pero que no llega a
"república de trabajadores" de la Constitución del 31) de Derecho, basado en los principios de igualdad, libertad y
pluralismo político. La forma del Estado es la Monarquía Parlamentaria. Y se recogen una amplia lista de
derechos y libertades, una de las más completas del constitucionalismo reciente, con derechos de tipo social
e incluso con la posible intervención del Estado en economía para corregir las desigualdades
(imposiciones estas últimas de socialistas y comunistas). Fija la mayoría de edad en los 18 años, declara la
libertad religiosa y prohíbe la pena de muerte.
Políticamente, configura un estado con una nítida división de poderes. El poder legislativo lo forman dos
Cámaras (Congreso de los diputados y Senado) de elección popular directa, con 4 años de duración.
El nombramiento del Presidente del Gobierno corresponde al Congreso, a través de la votación de
investidura, y se establece el control parlamentario sobre la acción del Ejecutivo
El Poder Judicial por su parte, corresponde a jueces y tribunales, y se establecen un Tribunal Constitucional
como máximo órgano jurisdiccional.
Por último, señalar que la Constitución, actualmente vigente, ha sido modificada en dos ocasiones: la
primera, cuando se produce la incorporación de España a la Unión Europea, para autorizar el voto en
elecciones municipales de los vecinos de origen comunitario (1992). La segunda hace unos años (en 2011),
cuando se modifica el artículo 135 para establecer que el pago de la deuda pública sea lo primero frente a
cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales.