¶ E – 20-800-A-10

Anatomía y fisiología del esófago

J.-M. Prades, A. Asanau
El esófago es un conducto musculomembranoso que transporta los alimentos desde la
hipofaringe hasta el cardias gástrico. Consta de tres partes: cervical (5 cm), torácica
(16 cm) y abdominal (3 cm). Está constituido por una mucosa plegada, una submucosa
laxa con abundantes glándulas, y una muscular potente, circular y longitudinal,
recubierta por una fina adventicia. Su vascularización arterial escalonada procede sobre
todo de la aorta y su vascularización venosa se caracteriza por la presencia de
anastomosis portocavas del tercio inferior; su profuso drenaje linfático explica la linfofilia
de los carcinomas esofágicos; su inervación procede tanto del sistema parasimpático
(nervios vagos) como del simpático. El hiato esofágico del diafragma constituye un
conducto de 5 cm, que es una auténtica banda muscular contráctil, considerada como
un esfínter externo. Los medios de fijación de la unión esofagogástrica son esenciales
para la estática esofagocardiofúndica. Desde el punto de vista topográfico, el esófago
cervical pertenece al compartimento visceral del cuello; el esófago torácico se relaciona
con los cayados de la vena ácigos y el aórtico, el conducto torácico y la aurícula izquierda
del corazón; el esófago abdominal se relaciona con el lóbulo izquierdo del hígado y el
epiplón menor. Desde el punto de vista fisiológico, el cuerpo del esófago presenta una
motilidad gracias al peristaltismo «primario» (desencadenado por la deglución),
«secundario» (iniciado por la distensión parietal) y «terciario» (espontáneo y no
propulsivo). El esfínter superior es una zona de alta presión endoluminal (35-
200 mmHg) relacionada con la actividad tónica de las fibras estriadas del músculo
constrictor inferior de la faringe, del músculo cricofaríngeo y de la parte craneal del
esófago cervical. Se relaja durante la deglución, la eructación o el vómito. El esfínter
inferior está constituido por fibras musculares lisas y también es una zona de alta presión
endoluminal (15-30 mmHg superior a la presión intragástrica). Se opone al reflujo
gastroesofágico, en asociación con el esfínter externo de origen diafragmático. Se relaja
durante la deglución, la eructación y también con la distensión gástrica por alimentos o
aire. La estimulación vagal global provoca una relajación del esfínter inferior.
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Palabras Clave: Esófago; Hiato esofágico; Esfínter esofágico superior; Cardias;

Músculo cricofaríngeo; Esfínter esofágico inferior; Nervio vago

Plan ■ Anatomía del esófago

¶ Anatomía del esófago 1
Definición 1
Definición
Anatomía descriptiva general 2 El término «esófago» procede de las palabras griegas
Anatomía descriptiva del trayecto toracoabdominal «oiyo» (yo llevo) y «φaEeim» (comer), es decir, que
del esófago 5 transporta la comida, pues el esófago es un conducto
Anatomía topográfica 6 musculomembranoso longitudinal de 25 cm como
Organogénesis del esófago 9 promedio, que transporta los alimentos desde la hipofa-
¶ Fisiología del esófago 10 ringe, que se continúa con él, hasta el cardias gástrico
Cuerpo del esófago 10 (Fig. 1).
Esfínter esofágico superior 11 Suelen distinguirse tres segmentos.
Esfínter esofágico inferior 12 El esófago cervical comienza en el borde inferior del
Fisiología 13 cartílago cricoides (C6) y llega al borde superior de la
Situaciones patológicas 13 escotadura yugular del esternón (T2). Mide 5-6 cm de
media.

Otorrinolaringología 1
E – 20-800-A-10 ¶ Anatomía y fisiología del esófago
4
C6 15 cm AD
1 5
T2 18 cm AD
6 esofágica se reduce en varias zonas de estrechamiento,
T4 24 cm AD
2 7
T8 32 cm AD
8 izquierdo del esófago torácico con la indentación del
9 • justo por debajo, el estrechamiento bronquial en el
T10 40 cm AD
3
Figura 1. Morfología descriptiva. AD: distancia respecto a las
arcadas dentales (esofagoscopia). 1. Esófago cervical (6 cm);
2. esófago torácico (16-18 cm); 3. esófago abdominal (3 cm);
4. cartílago cricoides; 5. segmento cervical; 6. segmento torácico
superior; 7. segmento torácico medio; 8. segmento torácico
inferior; 9. diafragma.
El esófago torácico comienza al nivel de T2 y se
termina en el hiato esofágico del diafragma en T10.
Mide 16-18 cm de media.
Por último, el esófago abdominal es el segmento más
corto (3 cm) y termina en el cardias, que es el orificio
de comunicación esofagogástrico circular, marcado en su
exterior por la angulación entre el borde izquierdo del
esófago y el fundus gástrico (tuberosidad mayor),
correspondiente al ángulo de His. Se proyecta en el
flanco izquierdo de T10-T11. Existen múltiples métodos
clínicos para explorar el esófago, como la endoscopia,
ecoendoscopia, manometría, electromiografía, pHmetría
y también el tránsito baritado esofagogástrico, la tomo-
grafía computarizada (TC) y la resonancia magnética
(RM). Entre las enfermedades esofágicas destaca el
carcinoma esofágico por su gravedad y el reflujo gas-
troesofágico por su frecuencia [1]. Con el fin de estable-
cer una clasificación y la localización de las lesiones
malignas, la Unión Internacional Contra el Cáncer ha
propuesto una división del esófago en cuatro segmentos.
Las distancias se miden a partir de los incisivos. El
segmento cervical se extiende desde el cartílago cricoi-
des (15 cm) hasta el orificio de entrada en el tórax
(18 cm). El segmento torácico superior se extiende hasta
la bifurcación traqueal (24 cm). El segmento torácico
medio llega hasta el nivel de la 8.a vértebra torácica
(32 cm). El segmento torácico inferior abarca el esófago
abdominal hasta la unión esofagogástrica (40 cm) [1, 2].
Anatomía descriptiva general
Situación, dirección, forma
El esófago discurre en la parte inferior del cuello y
después en el mediastino posterior del tórax, atraviesa el
diafragma y termina en la cavidad abdominal en el
cardias gástrico. Se relaciona en todo su trayecto con la
cara anterior de la columna vertebral cervicotorácica y
en sus segmentos toracoabdominales con la aorta, con
la que se cruza y forma una X muy alargada. Por tanto,
presenta dos curvaturas laterales: una curvatura superior
de concavidad derecha por encima del cayado aórtico y
una curvatura inferior de concavidad izquierda por
debajo de este cayado.
2 Otorrinolaringología
Cuando el esófago está vacío, es un conducto apla-
nado en el sentido anteroposterior, con una luz casi
virtual en forma de hendidura transversal o de elipse,
que varía de 5 a 12 mm de ancho según el nivel [3]. Por
encima del diafragma, la luz es más redondeada o
estrellada. En reposo, la pared esofágica presenta replie-
gues mucosos profundos, que se borran cuando pasa el
bolo alimentario y el esófago se distiende. La luz
de localización y dimensiones variables:
• el estrechamiento superior cricoideo, que corresponde
a la boca esofágica de Killian en el borde inferior del
cartílago cricoides. Es constante, con una longitud de
12-15 mm;
• el estrechamiento aórtico se relaciona en el borde
cayado aórtico;
borde izquierdo del esófago se relaciona con la inden-
tación del bronquio principal izquierdo. Esta zona de
estrechamiento tiene una longitud variable de
40-50 mm. Este estrechamiento puede ser doble o
único;
• el estrechamiento inferior diafragmático se sitúa en el
paso del hiato esofágico del diafragma. Varía de 10 a
20 mm de longitud;
• el estrechamiento cardíaco en la cara posterior del
corazón, relacionado con la aurícula izquierda y el
estrechamiento esternal en la cara posterior de la
escotadura yugular del esternón son inconstantes.
Las zonas estrechadas del esófago pueden dar lugar a
dilataciones de los segmentos intermedios. El segmento
dilatado inferior situado por encima del diafragma
constituye la clásica «ampolla epifrénica» que no se
debe confundir con un divertículo esofágico (Fig. 1).
Estructura histológica
En el ser humano, el esófago tiene un grosor parietal
medio de 3 mm. Consta de cuatro zonas tisulares
concéntricas [2]: una zona interna muy plegada mucosa,
una zona submucosa intermedia laxa y celular, una
zona externa muscular gruesa y una túnica conjuntivo-
elástica fina adventicial que recubre a esta última
(Fig. 2).
Mucosa esofágica
La mucosa esofágica consta de un epitelio epider-
moide estratificado no queratinizado, la lámina propia
y la muscular de la mucosa.
El epitelio está compuesto por una capa celular basal
de dos a tres estratos de células, que ocupa el 10-15% de
la altura del epitelio. Estas células basales dan lugar a la
regeneración epitelial. En el esófago distal, a lo largo de
unos 3 cm, el 60% de las personas sanas sin reflujo
gastroesofágico presentan una hiperplasia de la capa
basal más allá del 15% de la altura epitelial. Por encima
de las células basales, las células epiteliales son ricas en
glucógeno. Al aproximarse a la superficie, se aplanan y
sus núcleos aparecen picnóticos. Hay células endocrinas
argirófilas y melanocitos dispersos entre las células
basales, que pueden dar lugar a carcinomas microcíticos
o melanomas malignos primarios del esófago. Asi-
mismo, en las capas suprabasales existen linfocitos y
células de Langerhans.
La lámina propia es la parte inmediatamente subepi-
telial de la mucosa y está situada por encima de la
muscular de la mucosa. Se compone de un tejido con-
juntivo areolar, con vasos, células inflamatorias y
glándulas mucosas. Presenta unas digitaciones denomi-
nadas «papilas» que elevan el epitelio un 50-75% de su
altura [4]. Las glándulas esofágicas de tipo cardíaco están
presentes sobre todo en la región proximal y distal del
esófago. Se abren directamente a la luz por pequeños
 Anatomía y fisiología del esófago ¶ E – 20-800-A-10

las varices esofágicas. Se pueden formar pequeñas

1 4 varices a partir del plexo superficial de la submucosa;
5 otras más voluminosas pueden originarse a partir del
plexo venoso profundo, que se comunica con las venas
6 adventiciales a través de las venas perforantes. La
presencia de «manchas rojas» epiteliales en la endosco-
7
pia se correlacionaría con el tamaño de las varices
8
2 parietales [7]. Estas varices pueden ser aisladas y depresi-
9
bles (grado I), múltiples (grado II) o múltiples y con-
fluentes (grado III). El esófago no posee una verdadera
serosa y sólo un corto segmento torácico e intraabdomi-
3 nal está delimitado por una serosa derivada respectiva-
3I
A mente de la pleura y del peritoneo [2].
Por tanto, el esófago es un conducto fácil de disten-
der en sentido transversal. Su elongación debido a su
1 elasticidad es mediocre. Su capa muscular se fisura con
frecuencia en sentido longitudinal por un aumento de
2 la presión. Todas estas propiedades explican las dificul-
tades de las suturas quirúrgicas del esófago y la facilidad
3 con la que se producen desgarros esofágicos por cuerpos
extraños [1].
4 La ecografía y la tomografía de coherencia óptica son
dos métodos análogos que permiten analizar la pared
B
esofágica. La primera mide la reflexión de ondas acústi-
Figura 2. cas y la segunda de la luz infrarroja. La tomografía de
A. Histología: tercio medio del esófago. 1. Nervio vago iz- coherencia óptica tiene una resolución de 10-20 µm,
quierdo; 2. muscular de la mucosa; 3, 3’. sistema simpático; que es 5-25 veces mayor que la de la ecografía. El
4. adventicia; 5. capa longitudinal de la muscular; 6. capa circular análisis parietal permite apreciar sobre todo la infiltra-
de la muscular; 7. islote linfoide; 8. submucosa; 9. nervio vago ción carcinomatosa, al distinguir el epitelio, la lámina
derecho. propia y la muscular de la mucosa [8].
B. Mucosa. 1. Epitelio; 2. lámina propia; 3. muscular de la
mucosa; 4. submucosa. Vascularización arterial (Fig. 3)
La vascularización arterial del esófago es escalonada y
procede de los órganos vecinos situados a lo largo de su
conductos que pueden describir digitaciones por encima trayecto [1, 9].
de la superficie epitelial.
La muscular de la mucosa está compuesta por fascí- Al nivel cervical
culos de fibras musculares lisas longitudinales, que
Las arterias esofágicas superiores provienen de la
comienzan en el cartílago cricoides y aumentan de
arteria tiroidea inferior, rama colateral de la arteria
grosor en sentido distal. Al nivel de la unión gastroin-
subclavia.
testinal, en ocasiones es muy gruesa y puede confun-
dirse con la muscular propia [2] . La muscular de la Al nivel torácico
mucosa separa la mucosa de la submucosa.
Las arterias esofágicas son cortas y largas, y se deno-
Submucosa minan también arterias esofágicas mayores. Provienen
directamente de la aorta torácica en la parte superior, de
Está compuesta por un tejido conjuntivo laxo, con
las arterias bronquiales en la parte intermedia y de las
abundantes vasos sanguíneos, asociados a fibras nervio-
arterias intercostales en la parte inferior. En sentido
sas que constituyen los plexos de Meissner y a glándulas
ascendente, pueden describirse:
seromucosas. La submucosa está unida a la mucosa y
• la arteria esofágica propia de Luschka, en el estrecho
forma parte del plegamiento endoluminal del esófago.
cervicotorácico. Es inconstante y proviene de la
Muscular esofágica o muscular propia arteria carótida común izquierda;
• la arteria traqueobronquial de Demel, con sus colate-
Está compuesta por fibras musculares estriadas en su rales esofágicas al nivel de T4 (cayado aórtico);
parte más proximal, que constituye alrededor del 5% de
• la arteria esofágica menor de Luschka al nivel de T5;
su longitud. Después, se puede observar una zona de
• la arteria esofágica accesoria, al nivel de T6;
transición, compuesta de fibras musculares lisas y
• la arteria esofágica mayor, al nivel de T7.
estriadas, que termina en el tercio medio del esófago
torácico y precede a una zona de fibras musculares lisas, Al nivel del hiato diafragmático y del esófago
que son las predominantes en el esófago distal [5, 6]. Las abdominal
fibras musculares están organizadas en dos capas dife-
Las arterias esofágicas inferiores nacen de las arterias
rentes, circular interna y longitudinal externa. Las fibras
diafragmáticas inferiores, ramas de la aorta abdominal y
longitudinales externas se separan en la parte superior y
de la arteria gástrica izquierda, rama del tronco celíaco.
posterior del esófago cervical en dos bandas longitudi-
nales, que se unen al músculo cricofaríngeo. Esta capa Por tanto, las arterias esofágicas son numerosas, poco
delimita en la parte posterior del esófago una zona voluminosas y constituyen plexos que atraviesan toda la
triangular en V con vértice inferior, ocupada por las pared esofágica, formando un plexo capilar subepitelial
fibras circulares internas. Los plexos mientéricos de en la lámina propia, irrigado por un profuso plexo
Auerbach se sitúan entre las capas musculares circulares submucoso, que recibe la sangre a su vez de las arterio-
y longitudinales. las perforantes de la muscular propia [10].

Adventicia conjuntivoelástica del esófago Vascularización venosa (Fig. 4)

Esta capa envuelve de forma laxa el órgano en toda A partir de los plexos capilares arteriales subepitelia-
su longitud. Contiene elementos nerviosos simpáticos y les, se constituye un plexo venoso submucoso (venas
parasimpáticos, arteriolas y venas que puede constituir intrínsecas) a lo largo de todo el esófago, pero que está

Otorrinolaringología 3
E – 20-800-A-10 ¶ Anatomía y fisiología del esófago
1 7
5
2 8
6
7
8
9
3
10
4 12
11
A A
1 1
2 7
3
4 8
5
6 9
B B
Figura 3.
A. Vascularización arterial. 1. Esófago; 2. tráquea; 3. diafragma;
4. arteria frénica inferior; 5. arteria esofágica propia de Luschka;
6. arteria traqueobronquial de Demel; 7. arteria esofágica menor;
8. arteria esofágica accesoria; 9. arteria esofágica mayor;
10. arteria gástrica izquierda; 11. estómago.
B. Distribución arteriolocapilar en la pared esofágica. 1. Epitelio;
2. lámina propia; 3. muscular de la mucosa; 4. submucosa;
5. muscular propia; 6. adventicia; 7. plexo subepitelial; 8. plexo
submucoso; 9. arterias perforantes.
desarrollado sobre todo en su tercio inferior. Las venas
perforantes atraviesan la capa muscular y dan origen a
un plexo venoso periesofágico (venas extrínsecas). En la
región cervical, las venas se unen a las venas tiroideas
inferiores y a la vena braquiocefálica izquierda. En la
región torácica, las venas desembocan en la vena
hemiácigos accesoria (o superior), la vena hemiácigos (o
inferior) y la vena ácigos [10, 11].
Al nivel abdominal, el drenaje venoso se dirige a la
vena frénica inferior izquierda y la vena gástrica
izquierda. Esta última desemboca en la vena porta
hepática. El drenaje portal recoge la sangre sobre todo
del tercio inferior del esófago, donde se constituye una
anastomosis portocava mayor. Debido a ello, la hiper-
tensión portal provoca el desarrollo de varices esofági-
cas, causantes de hemorragias digestivas graves [7].
Vascularización linfática (Fig. 4)
Existen dos plexos que se originan en los linfáticos de
la lámina propia y de la submucosa: un plexo mucoso
muy profuso, que se continúa con el de la faringe, y un
plexo muscular. Ambos terminan en la superficie del
esófago. Esta organización explica la diseminación
carcinomatosa mucosa y submucosa de un tumor, a
pesar de la existencia de un epitelio sano [2].
Segmento cervical del esófago
Drena hacia los ganglios linfáticos recurrenciales y
yugulocarotídeos.
4 Otorrinolaringología
1
9
2 10
11
3
4
5
6
5
2
3 6
7
4
8
Figura 4.
A. Vascularización venosa y linfática. 1. Vena cava superior;
2. vena ácigos; 3. anastomosis portocava; 4. diafragma; 5. vena
cava inferior; 6. vena porta; 7. ganglios linfáticos recurrenciales
izquierdos; 8. vena braquiocefálica izquierda; 9. cayado aórtico;
10. ganglios linfáticos del hilio pulmonar izquierdo; 11. vena
hemiácigos accesoria; 12. vena gástrica izquierda.
B. Distribución venosa en la pared esofágica. 1. Epitelio; 2. venas
papilares; 3. venas gástricas parietales; 4. venas gástricas izquier-
das; 5. venas superficiales (plexo) mucosas; 6. venas profundas
(plexo) submucosas; 7. venas perforantes musculares; 8. venas
adventiciales.
Segmento torácico
Drena hacia los ganglios linfáticos periesofágicos y,
después, a los ganglios linfáticos de los hilios pulmona-
res derecho e izquierdo, los ganglios linfáticos de la
vena cava superior y del cayado de la vena ácigos
(ganglios linfáticos de Bartels) y del cayado aórtico
(ganglios linfáticos de Engel). Se continúan con los
vasos linfáticos cervicales y subdiafragmáticos. La
precocidad y la gravedad pronóstica de la afectación de
los ganglios linfáticos recurrenciales derechos por un
carcinoma epidermoide del esófago torácico se han
puesto en evidencia [12].
Segmento abdominal
Drena hacia los ganglios linfáticos del cardias y las
regiones celíaca, perigástrica, esplénica y duodenal.
La ecoendoscopia transesofágica permite analizar la
pared esofágica y los elementos paraesofágicos, en
especial los ganglios linfáticos. Esta técnica es más
sensible que la TC para la detección de los ganglios
linfáticos mediastínicos. De este modo, se puede realizar
una punción citológica ecoguiada, pero sólo para los
ganglios linfáticos próximos al esófago. También se
puede realizar una punción citológica ecoguiada trans-
bronquial según la topografía observada en la TC de los
ganglios linfáticos que se van a analizar.
 Anatomía y fisiología del esófago ¶ E – 20-800-A-10

7 6
1 1
8
9 7
2 8
9
10 2 10

3
+
11 + 4
3 -
- 5
4

2
12 Figura 6. Región gastroesofágica y ligamento frenoesofágico
(LFE). 1. Pleura; 2. engrosamiento de la capa muscular circular;
3. diafragma; 4. hoja descendente (simple y corta) del LFE
(1,4 cm), 5. unión mucosa gastroesofágica; 6. nervio vago
5 izquierdo;
7. hoja ascendente (doble y larga) del LFE (4,2 cm). 8. fascia
6 endotorácica; 9. fascia transversal; 10. peritoneo.
A

vagos. Las fibras cuyo cuerpo celular está situado en el

núcleo ambiguo (de origen branquial) del suelo del IV
ventrículo, discurren por los nervios recurrentes hacia el
músculo cricofaríngeo y los músculos estriados del tercio
superior del esófago. Las fibras cuyos cuerpos celulares
están en el núcleo dorsal del vago (de origen no bran-
B quial) del suelo del IV ventrículo inervan los músculos
lisos de los dos tercios inferiores de la pared esofágica. Los
ramos nerviosos alcanzan directamente el esófago a partir
del nervio vago a lo largo de su trayecto mediastínico.
También existen fibras secretoras del nervio vago para
las glándulas esofágicas y fibras sensoriales cuyo cuerpo
celular estaría en el ganglio inferior del nervio vago.

C Fibras parasimpáticas vasomotoras

Figura 5.
A. Inervación del esófago. En el recuadro: presión intraluminal.
1. Nervio recurrente derecho; 2. nervio vago derecho; 3. plexo
cardíaco; 4. plexo pulmonar; 5. plexo celíaco; 6. nervio hepato-
vesicular; 7. ganglio cervical inferior estrellado; 8. nervio vago
izquierdo; 9. cadena simpática; 10. nervio recurrente izquierdo;
11. bolo; 12. diafragma.
B. Contracción de las fibras circulares. Cuando el grosor parietal
aumenta, la longitud no varía.
C. Contracción de las fibras longitudinales. Cuando el grosor
parietal aumenta, la longitud disminuye.
Inervación (Fig. 5)
La inervación del esófago procede tanto del sistema
parasimpático (nervio vago, X par craneal) como del
sistema simpático. Los nervios laríngeos recurrentes
derecho e izquierdo participan en la inervación para-
simpática del esófago cervical, pero también del mús-
culo cricofaríngeo [13-15]. Las fibras nerviosas forman un
profuso plexo simpático y parasimpático entre los
planos de la capa muscular, próximo al plexo mienté-
rico de Auerbach, del que puede distinguirse. Las fibras
simpáticas se conectan mediante la cadena simpática
laterovertebral a los centros medulares situados entre
T2 y T7. Las fibras parasimpáticas crean un plexo
esofágico ventral correspondiente al nervio vago
izquierdo, que llega al nervio hepatovesicular en la
porción superior (pars condensa) del epiplón menor. El
plexo esofágico dorsal está formado por el nervio vago
derecho, que llega al plexo solar.
Fibras parasimpáticas motoras
Estas fibras inervan los músculos estriados y lisos de la
pared esofágica y discurren en el seno de los nervios
Estas fibras provienen de los ganglios simpáticos
cervicales medio e inferior, donde se sitúan las sinapsis
con las fibras posganglionares, e inervan el esófago
cervical y mediastínico superior. Los ganglios simpáticos
más bajos alcanzan directamente el esófago inferior o
hacen relevo en el ganglio celíaco (nervio esplácnico
mayor).
Fibras sensitivas, sensitivosensoriales y nociceptivas
Se unen a los cuatro primeros segmentos de la
médula torácica a través de la cadena simpática. Estos
segmentos también reciben aferencias cardíacas, lo que
explica el fenómeno de dolor proyectado y las dificul-
tades clínicas a la hora de distinguir un dolor de origen
cardíaco de otro de origen esofágico.
Anatomía descriptiva del trayecto
toracoabdominal del esófago
Debido a su relevancia funcional, la anatomía des-
criptiva del trayecto toracoabdominal del esófago
requiere una exposición especial, de modo que se
distinguirá entre el hiato esofágico del diafragma, el
esófago inferior transdiafragmático, el cardias y los
medios de fijación del órgano (Fig. 6).
Hiato esofágico del diafragma
Se sitúa a la izquierda de la línea media. Forma un
conducto de 5 cm de longitud, estrechado en su parte
media y móvil con la respiración. Es una auténtica
banda muscular contráctil de 2 cm de grosor que se ha
denominado esfínter externo del esófago. La representa-
ción de los dos pilares diafragmáticos formando un
ocho simétrico no es exacta. Por lo general, sólo el pilar
derecho del diafragma constituye los dos bordes del

Otorrinolaringología 5
E – 20-800-A-10 ¶ Anatomía y fisiología del esófago
hiato. En menos del 20% de los casos también participa
el pilar izquierdo [16]. La tonicidad y las contracciones
musculares actúan a modo de «honda» sobre el esófago,
formando el clásico lazo de Allison.
La posición del hiato varía en función del ciclo
respiratorio: la contracción del pilar derecho durante la
inspiración tracciona del esófago hacia atrás y a la
derecha. En el plano frontal, el hiato se proyecta por
encima de la cúpula izquierda, sobre el borde izquierdo
de T9-T10. En el plano sagital, se sitúa entre la cúpula
y la columna, a la altura de T9-T10 en la radiotranspa-
rencia del seno pulmonar. El eje mayor del hiato pre-
senta una oblicuidad descendente, hacia delante y a la
izquierda. El análisis topográfico del hiato en las pruebas
de imagen permite detectar sobre todo las protrusiones
leves del estómago a través del hiato.
De este modo, el esófago es móvil en el hiato y a lo
ancho, pues suele decirse que se puede deslizar un dedo
por detrás de él en una persona sana. Los bordes del
hiato por vía abdominal no están en el mismo plano
frontal, pues el borde derecho es más bien ventral y el
borde izquierdo es dorsal, menos visible. Los dos nervios
frénicos inervan los fascículos musculares homolaterales
y no existe inervación cruzada [17].
Porción inferior del esófago
El esófago inferior en su trayecto toracoabdominal se
subdivide en tres segmentos: el segmento torácico
supradiafragmático, de 2 cm, se caracteriza en las
pruebas de imagen por la ampolla epifrénica, que es
fisiológica. El segmento diafragmático, de 5 cm, ligera-
mente estrechado por la impronta del anillo hiatal, se
desliza con libertad por el hiato. El segmento abdomi-
nal, de 3 cm, es retroperitoneal y tiene una dirección
oblicua descendente y a la izquierda. El borde derecho
del esófago abdominal se continúa con la curvatura
menor gástrica. El borde izquierdo constituye con el
fundus gástrico el ángulo de His, que se continúa con
la válvula endoluminal de Gubaroff.
Cardias
Lortat-Jacob lo define como el paso del «tubo a la
bolsa» [18]: es difícil de situar desde el exterior, pero en
la visión endoluminal en la esofagoscopia está marcado
por la transición irregular y de longitud variable de la
mucosa esofágica a la mucosa gástrica. En endoscopia,
la unión esofagogástrica se define en los países occiden-
tales como el límite superior de los pliegues gástricos,
mientras que en Japón, corresponde al límite inferior de
los vasos longitudinales en empalizada, vistos a través
del epitelio escamoso del esófago. Suelen observarse
glándulas de tipo cardíaco con frecuencia a 15 mm por
encima de la unión esofagogástrica [19, 20].
Por tanto, el cardias histológico no tiene una locali-
zación fija, mientras que el ángulo de His determina la
posición del cardias anatómico. Suele estar situado por
debajo del hiato, en el borde izquierdo del esófago
abdominal, y correlaciona con una longitud suficiente
de éste. Por este motivo, si el esófago abdominal está
ausente y el ángulo de His no se identifica en la explo-
ración radiológica, el cardias está en posición intrahia-
tal, lo que constituye una forma leve de hernia de hiato:
se trata de la malposición cardiofúndica de Lortat-
Jacob. Si el cardias está por encima del hiato en posi-
ción endotorácica, se trata de una hernia de hiato
simple, con independencia de la magnitud del ascenso
gástrico. El esófago aún puede descenderse. Si el esófago
es anormalmente corto, se habla de braquiesófago
(congénito o adquirido). En tal caso, es difícil o impo-
sible descender el esófago. El estudio endoscópico y
radiocinematográfico de la unión esofagogástrica per-
mite hacerse una idea de su movilidad.
6 Otorrinolaringología
Medios de fijación de la unión
esofagogástrica (Fig. 6)
Su objetivo es asegurar la integridad anatómica y
funcional del ángulo de His al oponerse a su desliza-
miento intratorácico [21, 22]. Están representados por
elementos con un papel funcional desigual: la mem-
brana frenoesofágica, el ligamento gastrofrénico, el
epiplón menor y, por último, los elementos vasculone-
rviosos contiguos y su entorno conjuntivo.
Membrana frenoesofágica de Laimer-Bertelli
Se trata de una vaina fibrosa laxa, con abundantes
fibras elásticas y que se continúa con la fascia diafrag-
mática inferior (y de un modo más accesorio con la
fascia supradiafragmática). Constituye un manguito de
deslizamiento en forma de troncos de conos opuestos
por su base. Se inserta en su parte alta en el límite supe-
rior de la ampolla epifrénica y en la baja en la unión
esofagogástrica. Las fibras musculares del diafragma se
insertan directamente en esta vaina de deslizamiento. Su
utilidad biomecánica como elemento de fijación es
controvertida.
Ligamento gastrofrénico
Constituye un ligamento corto desde el fundus
gástrico hasta el peritoneo parietal posterior y es un
elemento de fijación significativo. Se continúa hacia
arriba y por detrás del esófago abdominal, constitu-
yendo el ligamento esofagofrénico posterior.
Epiplón menor
La porción superior (pars condensa) del epiplón
menor fija el borde derecho del esófago abdominal y la
curvatura gástrica menor al hígado.
Mesoesófago
Se trata de un vestigio del mesogastrio dorsal y
constituye una lámina celuloadiposa que abarca toda la
longitud y la anchura del esófago abdominal. Su densi-
dad es mayor cuanto más se acerca al diafragma. Sin
embargo, su carácter individual está en entredicho.
Elementos vasculonerviosos
La arteria gástrica izquierda describe un trayecto
falciforme con concavidad inferior antes de llegar al
estómago. Está rodeada por un tejido celuloconjuntivo
denso y constituiría un elemento de fijación considera-
ble de la curvatura menor, pues se ha bautizado como
el «ancla del estómago». Sin embargo, su papel mecá-
nico es incierto. Asimismo, los nervios vagos, que
discurren por la membrana frenoesofágica, tienen un
papel de fijación controvertido.
Anatomía topográfica (Figs. 7 a 9)
Relaciones del esófago cervical
Pueden apreciarse perfectamente en un corte hori-
zontal al nivel de C6. El esófago cervical pertenece al
compartimento visceral del cuello, donde se sitúa la
tráquea cervical en su parte anterior, ligeramente
desplazada a la derecha, el nervio laríngeo recurrente
derecho (oblicuo y lateral) y el nervio laríngeo recu-
rrente izquierdo (vertical), situado en el ángulo tra-
queoesofágico anterior. Los dos lóbulos tiroideos
describen una concavidad pretraqueal en herradura y
casi contactan con los bordes del esófago cervical, sobre
todo a la izquierda (Fig. 10).
A través del compartimento visceral, delimitado por
la lámina pretraqueal de la fascia cervical, el esófago se
relaciona lateralmente con el eje vasculonervioso del
cuello: arteria carótida común, vena yugular interna y
nervio vago en el ángulo diedro posterior formado por
 Anatomía y fisiología del esófago ¶ E – 20-800-A-10

1 1 12 Arriba
7
8 13 Adelante
2
9 14
2 3 15
T2
T2 4
Cadena 5 T4
Si T4 6
10 7
11
3
8

4 2
T8
5 9
6 10
T10
12
T12
13
Figura 7. Relaciones de la cara anterior del esófago torácico:
niveles supra-ácigos-torácico, inter-ácigos-aórtico e infra-ácigos-
aórtico. 1. Nervio laríngeo inferior derecho; 2. nervio vago
derecho; 3. cayado de la vena ácigos y ganglios linfáticos de
Bartels; 4. vena hemiácigos accesoria; 5. 8.a vena intercostal
posterior; 6. vena hemiácigos; 7. nervio laríngeo inferior iz-
quierdo; 8. ganglio cervicotorácico estrellado; 9. nervio vago
izquierdo; 10. ganglios linfáticos de Engel; 11. 4.a arteria inter-
costal posterior; 12. diafragma; 13. conducto torácico.
Arriba 5
6
Atrás 7 11
T2 8 6
1 7
2 9
T4
10
3
11
12
T8 13
4 4. músculo esternocleidomastoideo; 5. músculo omohioideo;
14
T1
8 paratiroideas; 10. arteria carótida común, vena yugular interna
15
Figura 8. Esquema de una vista lateral del tórax y el cuadrilá-
tero vascular de Bourgery. 1. Vena cava superior; 2. restos
tímicos; 3. «asta» pericárdica preaórtica; 4. ligamento frenoperi-
cárdico; 5. nervio recurrente izquierdo; 6. nervio vago izquierdo;
7. nervio frénico; 8. conducto torácico; 9. ligamento arterioso,
asa del nervio recurrente izquierdo; 10. ganglios linfáticos de la
«ventana aortopulmonar»; 11. bronquio principal izquierdo,
infraarterial; 12. venas pulmonares izquierdas; 13. aurícula iz-
quierda preesofágica; 14. cadena simpática; 15. diafragma.
ambos vasos. Estos tres elementos están envueltos en
una vaina conjuntiva propia y tabicada para cada
elemento. La arteria tiroidea inferior cruza por detrás
este eje vasculonervioso y llega a la cara dorsal del
lóbulo tiroideo rodeando el borde del esófago. El nervio
laríngeo recurrente derecho suele estar situado en la
bisectriz del ángulo formado por el eje traqueoesofágico
16
T10
11
Figura 9. Esquema de una vista lateral derecha del tórax y la
celda laterotraqueal de Baréty. 1. Nervio recurrente derecho;
2. arteria subclavia derecha; 3. cadena simpática; 4. cayado de la
vena ácigos; 5. vena intercostal superior derecha; 6. bronquio
principal derecho; 7. venas pulmonares derechas; 8. ligamento
pulmonar adherido al esófago; 9. vena cava inferior; 10. aorta
descendente en el espacio inframediastínico de Paturet;
11. diafragma; 12. nervio vago derecho; 13. arteria carótida
común derecha; 14. tronco venoso braquiocefálico derecho;
15. cayado aórtico; 16. ligamento esternopericárdico inferior.
Adelante
Izquierda
1 a
b 8
2
3
4
9
5 c
10
d 12
13
e
C7
Figura 10. Esquema de un corte horizontal al nivel de C7.
a. Fascia superficial; b. fascia pretraqueal; c. fascia perivisceral;
d. espacio retrovisceral; e. fascia prevertebral; 1. Vena yugular
anterior; 2. músculo esternohioideo; 3. músculo esternotiroideo;
6. músculo largo del cuello; 7. músculo escaleno anterior y nervio
frénico derecho; 8. músculo platisma; 9. glándulas tiroidea y
y nervio vago; 11. esófago y nervios recurrentes derecho e
izquierdo; 12. cadena simpática; 13. arteria vertebral.
y la arteria tiroidea inferior. Está más separado del borde
derecho del esófago y es más oblicuo respecto a él. El
nervio laríngeo recurrente izquierdo está envuelto por
una fina capa de tejido celuloadiposo de la cara anterior
del esófago cervical en el ángulo traqueoesofágico. Por
detrás, el compartimento visceral del esófago se rela-
ciona con la fascia prevertebral mediante un espacio de
deslizamiento retrofaringoesofágico: el espacio visceral
de Charpy. Está limitado al nivel lateral por finos tractos
sagitales. Este espacio se continúa hacia abajo con el
mediastino posterior. Está delimitado y creado hacia
arriba por la separación de la inserción de la fascia
faringobasilar al nivel anterior y la inserción de la
membrana atlantooccipital anterior al nivel posterior.
Ésta se continúa hacia abajo con la lámina prevertebral

Otorrinolaringología 7
E – 20-800-A-10 ¶ Anatomía y fisiología del esófago
Adelante
11 12 13
Derecha
1
2
3 14
4 15
5
6 3
7 16
8 5
9 6
10
TH1
C8
Figura 11. Esquema del orificio superior del tórax (T1).
1. Vena subclavia izquierda; 2. vena yugular interna izquierda;
3. arteria subclavia izquierda; 4. cayado del conducto torácico;
5. nervio frénico izquierdo; 6. tronco arterial tirocervical;
7. tronco inferior del plexo braquial (C8-T1); 8. tronco arterial
costocervical; 9. arteria intercostal suprema (descendente);
10. arteria cervical profunda; 11. venas tiroideas inferiores y
restos tímicos; 12. nervio recurrente derecho; 13. nervio vago
derecho;
14. músculo escaleno anterior; 15. arteria subclavia derecha;
16. ganglio cervicotorácico, asa de Vieussens y arteria vertebral.
de la fascia cervical. Estas relaciones posteriores explican
las posibles complicaciones mediastínicas de las colec-
ciones retrofaringoesofágicas (Figs. 10 y 11).
Relaciones del esófago torácico
Las relaciones del esófago torácico se desglosan a tres
nieles: el nivel supraacigosaórtico, que presenta como
principal relación la arteria subclavia izquierda, el nivel
interacigosaórtico, donde el esófago está flanqueado a la
izquierda por el cayado aórtico y a la derecha por el
cayado de la vena ácigos, y el segmento infraacigosaór-
tico, donde el esófago pasa por detrás del bronquio
principal izquierdo y discurre a la derecha de la aorta
descendente y después por detrás de la aurícula izquier-
da [1, 23].
Nivel supraacigosaórtico (Fig. 11)
El esófago se relaciona en su parte posterior con las
vértebras T1 a T3 y con el espacio retrovisceral. En la
parte ventral, la tráquea, que está ligeramente despla-
zada a la derecha, está unida al esófago por finos tractos
musculoelásticos y ambos órganos están situados en la
misma vaina visceral del cuello, con el nervio laríngeo
recurrente izquierdo en el ángulo traqueoesofágico y el
derecho más separado. Junto a ellos se encuentran los
ganglios linfáticos recurrenciales y paratraqueales. En
situación lateral, izquierda y anterior, discurre la arteria
subclavia izquierda con el conducto torácico y la cadena
simpática laterovertebral por detrás. La arteria carótida
común izquierda tiene una situación más ventral y a la
derecha. En este nivel, en el lado izquierdo, se delimita
el clásico cuadrilátero vascular de Bourgery, con el
cayado aórtico en situación inferior, la arteria carótida
común izquierda delante, la arteria subclavia izquierda
detrás y la vena intercostal superior izquierda en situa-
ción superior, que se une al tronco venoso braquiocefá-
lico izquierdo. En este cuadrilátero se cruzan los nervios
vago y frénico izquierdos. A una cierta distancia, la
pleura mediastínica puede formar el receso pleural
supraaórtico. En el lado derecho, el esófago se relaciona
con el compartimento laterotraqueal derecho de Baréty,
delimitado por el cayado de la vena ácigos en la parte
inferior, la arteria subclavia derecha en la parte superior,
la vena cava superior y el tronco venoso braquiocefálico
en la parte anterior y la tráquea en la parte medial. Este
8 Otorrinolaringología
Adelante
7 8 9
Izquierda
1
2 10
11
12
4 13
14
15
16
TH4
Figura 12. Esquema de un corte horizontal al nivel de T4.
1. Vena cava superior; 2. nervio frénico derecho sobre la hoja
parietal de la pleura; 3. ganglios linfáticos de Bartels yuxtaácigos;
4. nervio vago derecho; 5. cayado de la vena ácigos; 6. vena
intercostal superior derecha; 7. línea de reflexión del pericardio
con las «astas» preaórtica y precava; 8. restos tímicos; 9. vasos
torácicos internos; 10. nervio frénico izquierdo sobre la hoja
parietal de la pleura; 11. ganglios linfáticos de Engel yuxtaaórti-
cos; 12. nervio recurrente izquierdo; 13. nervio vago izquierdo;
14. conducto torácico retroesofágico; 15. cayado aórtico;
16. vena hemiácigos.
compartimento contiene los ganglios linfáticos latero-
traqueales derechos. En este lado, la pleura mediastínica
contacta con la cara lateral de la tráquea, próxima al
borde derecho del esófago.
Nivel interacigosaórtico
El esófago se relaciona en su parte posterior con la
vértebra T4 (Fig. 12), el conducto torácico, las cadenas
simpáticas laterovertebrales y la vena hemiácigos acce-
soria (o superior) a la derecha. Lateralmente y a la
derecha, el cayado de la vena ácigos está acompañado
por los ganglios linfáticos de Bartels. El nervio vago
derecho está cerca de la cara lateral derecha de la
tráquea. En el lado izquierdo, el esófago contacta con el
cayado aórtico mediante varios tractos fibromusculares
denominados también músculo aórtico-esofágico de
Treitz. El cayado aórtico puede dejar una impronta sobre
el esófago, pero también delante, sobre la tráquea, e
incluso detrás, sobre el flanco izquierdo de T4. En la
parte ventral y a la izquierda, el nervio laríngeo recu-
rrente izquierdo, que se origina bajo el cayado aórtico,
se coloca sobre la cara anterolateral izquierda del
esófago con los primeros ganglios linfáticos recurrencia-
les. En la toracotomía derecha, se requiere la ligadura
del cayado de la vena ácigos para acceder al esófago a
este nivel.
Nivel infraacigosaórtico
El esófago se relaciona con su parte posterior con los
cuerpos vertebrales de T5 a T10 (Fig. 13). Por encima de
T8, el esófago forma la bisectriz del triángulo interaci-
gosaórtico, cuyo vértice está en situación inferior. Por
debajo de T8, los elementos se superponen. A partir de
T5, en la bifurcación traqueal, el esófago está acompa-
ñado del nervio vago derecho en su cara dorsal y del
nervio vago izquierdo en su cara ventral. Al nivel de T6,
el esófago se relaciona por su cara ventral con el bron-
quio principal izquierdo, situado por debajo y por detrás
de la arteria pulmonar en el pedículo pulmonar
izquierdo. Más abajo, al nivel de T7-T8, mediante el
fondo de saco pericárdico de Haller, el esófago se
relaciona con la aurícula izquierda, que recibe a cada
lado las venas pulmonares. Las vértebras T7-T8 también
se denominan «vértebras cardíacas». En el 50% de los
casos, el esófago contacta con el origen de las venas

Adelante
1 Izquierda
9
10
2
3 11
12
4
5 5
13
6 6
14
7 15
8 16
TH8
Figura 13. Esquema de un corte horizontal al nivel de T8.
1. Ligamento interpleural anterior; 2. ventrículo derecho;
3. aurícula derecha; 4. vena cava inferior; 5. aurícula izquierda;
6. fondo de saco pericárdico de Haller; 7. vena ácigos; 8. tronco
de la cadena simpática; 9. vasos torácicos internos; 10. pericar-
dio; 11. ventrículo izquierdo; 12. nervio frénico izquierdo sobre
la hoja parietal de la pleura; 13. vena pulmonar inferior izquierda;
14. ligamento interpleural posterior de Morozow, esófago y
nervios vagos; 15. aorta descendente; 16. vena hemiácigos.
pulmonares izquierdas, en el 6% con las derechas y en
el 4% está a la misma distancia de sus orígenes [24]. La
introducción en el esófago a este nivel de un transduc-
tor de ecografía permite evaluar la cinética cardíaca con
la técnica denominada ecocardiografía transesofágica. La
vena pulmonar inferior izquierda constituye el límite
entre el tercio medio y el tercio inferior del esófago
torácico. Es el límite superior del acceso al esófago por
toracotomía izquierda.
Al nivel de T9, el conducto torácico está por detrás
del esófago, la aorta descendente se aproxima a la línea
media a la izquierda y la vena ácigos hace lo mismo a
la derecha, lo que provoca una superposición de los
elementos vasculares y linfáticos. En la parte anterior, el
seno venoso coronario tiene una posición intrapericár-
dica. Lateralmente, el borde medial de los ligamentos
pulmonares se inserta en el esófago. Al nivel de T10, el
esófago atraviesa el hiato diafragmático acompañado de
los nervios vagos, con la aorta descendente por detrás
de él y el conducto torácico situado en el espacio
inframediastínico posterior de Paturet. El pilar derecho
del diafragma se sitúa entre la vena cava inferior, que
aún es abdominal y retrohepática, por detrás del lóbulo
caudado del hígado, y la aorta descendente, que aún es
torácica.
Relaciones del esófago abdominal (Fig. 14)
En su cara ventral, el esófago está recubierto por el
peritoneo, que provoca la depresión correspondiente a
la escotadura esofágica en la cara posterior del lóbulo
izquierdo del hígado, a la izquierda del lóbulo de Spiegel
y del surco de Arancio. Las ramificaciones del nervio
vago izquierdo infraperitoneal contactan con el órgano.
Mediante su cara dorsal, no peritonizada, el esófago
se relaciona con el pilar izquierdo del diafragma. La
glándula suprarrenal izquierda está en situación inferior.
Las ramificaciones del nervio vago derecho contactan
con la pared esofágica. Mediante el diafragma, el esó-
fago está cerca de la aorta descendente, de la parte más
declive del pulmón izquierdo y de la unión de los
cuerpos vertebrales T10-T11.
El borde izquierdo se relaciona con el ligamento
triangular izquierdo del hígado, en la cara posterior del
lóbulo izquierdo.
Otorrinolaringología
Anatomía y fisiología del esófago ¶ E – 20-800-A-10
Adelante
7
Izquierda
9
1
2 10
3 11
4 12
13
7
8
TH10
Figura 14. Esquema de un corte horizontal al nivel de T10.
1. Ligamento venoso de Arancio; 2. lóbulo de Spiegel (segmento
1); 3. vena cava inferior; 4. pilar derecho del diafragma;
5. conducto torácico; 6. ligamento coronario del hígado;
7. peritoneo; 8. cadena simpática; 9. hígado; 10. estómago;
11. esófago abdominal, cardias y nervios vagos; 12. pilar
izquierdo del diafragma; 13. aorta descendente.
El borde derecho del esófago se relaciona con el
epiplón menor: su hoja anterior se continúa con el
peritoneo anterior del esófago. Su hoja posterior se
refleja hacia la derecha sobre la pared abdominal
posterior, frente al lóbulo de Spiegel del hígado, situado
entre la vena cava inferior a su derecha y el surco de
Arancio a su izquierda.
Organogénesis del esófago
Al 21.er día de gestación
En el ser humano aparecen tabiques en las paredes
laterales del intestino anterior, en la unión con el
intestino faríngeo. De este modo, se individualiza un
divertículo en la pared ventral del intestino anterior
durante la 4. a semana: el divertículo respiratorio o
traqueobronquial. Este proceso de tabicación, represen-
tado por el tabique esofagotraqueal, comienza en la
carina y se extiende hacia arriba. Está completo a las
5-6 semanas de gestación, con el esbozo traqueobron-
quial en posición ventral y el esófago primitivo en
posición dorsal. En principio, este último es muy corto,
pero se alarga con rapidez, de forma paralela al descenso
del corazón y de los pulmones. Parecen existir brotes de
crecimiento del esófago. Sin embargo, en los niños, la
longitud del esófago correlaciona mejor con su talla que
con su peso o con su edad, según la ecuación 1,048 +
0,167 × talla del niño, expresada en centímetros [25, 26].
El endoblasto da origen al epitelio esofágico y las
glándulas, mientras que el mesénquima que constituye
el tejido conjuntivo, la capa muscular y los vasos
proceden del mesoblasto [1].
En un principio, el epitelio esofágico está estratifi-
cado en columnas y prolifera para rellenar casi toda la
luz del órgano [2, 27] . Esta luz se modifica hacia las
6-7 semanas de gestación por un proceso de vacuoliza-
ción. En la 8.a semana, aparecen las células ciliadas en
columnas, que recubren la mayor parte del epitelio
estratificado primitivo. En la 10.a semana, una sábana
epitelial simple coloniza los extremos proximal y distal
del esófago. Las glándulas esofágicas aparecen a partir de
esta capa de células en columnas. Al 5.° mes de gesta-
ción, aparece un epitelio estratificado epidermoide y
reemplaza al epitelio ciliado. La parte más proximal del
esófago es la última que se recubre por el epitelio
epidermoide. Por tanto, al nacer pueden persistir a este
9
E – 20-800-A-10 ¶ Anatomía y fisiología del esófago
nivel células ciliadas, de duración de vida corta, pues ya
no se observan hacia el 2.° o 3.er día tras el parto. Las
glándulas submucosas se originan a partir del epitelio
escamoso [28].
La capa interna circular de la muscular (muscular
propia) se desarrolla a la 6.a semana y la capa externa
longitudinal a la 9.a semana de gestación. Entre ambas
capas musculares se sitúan los plexos nerviosos de
Auerbach. En un principio, la muscular esofágica está
compuesta por completo por fibras musculares lisas. De
forma progresiva, apareen en la parte superior fibras
musculares estriadas y, al 5.° mes de gestación, se ha
establecido la disposición de las fibras musculares lisas
y estriadas [2]: por lo general, el cuarto superior del
esófago está constituido por fibras musculares estriadas.
De hecho, un segmento más corto, de alrededor del 5%
de la muscular proximal, está compuesto por fibras
musculares estriadas. La transición es progresiva con las
fibras musculares lisas y más del 50% de la muscular
esofágica está compuesta sólo por fibras musculares
lisas [5, 6] . La deglución y el peristaltismo primario
asociado se desarrollan en la vida intrauterina hacia la
11.a semana de gestación (10-16 semanas). Un feto nor-
mal a término (37 semanas de gestación) puede deglutir
y hacer circular cerca de 500 ml de líquido amniótico.
Si la ecografía no detecta esta circulación, se puede
sospechar sobre todo una atresia esofágica. Un recién
nacido a término presenta una propagación rápida del
peristaltismo primario, mayor que un recién nacido
prematuro. En los niños sanos, se desarrolla con el
crecimiento un tono de reposo del esfínter esofágico
superior mayor y una relajación más rápida con la
deglución: de este modo, en los adultos sanos, la
coordinación y la propagación completa del peristal-
tismo primario durante la deglución se observa en el
99% de los casos, frente al 70-80% en los recién
nacidos [29].
Malformaciones congénitas
La organogénesis del esófago explica varias de sus
malformaciones congénitas [30].
La atresia esofágica y las fístulas traqueoesofágicas son
las malformaciones más frecuentes del esófago, con una
incidencia de 1/2.500-4.000 nacimientos. Se relacionan
con las anomalías de la segmentación traqueoesofágica.
En el 90% de los casos, el extremo superior del esófago
forma un conducto ciego, mientras que el extremo
inferior comunica con la tráquea subcarinal. En menos
ocasiones, ambos extremos del esófago se comunican
con el eje respiratorio o constituyen dos fondos de saco
digestivos, uno superior y otro inferior.
Las duplicaciones esofágicas, que son seudotumorales
quísticas en la mayoría de los casos o tubulares consti-
tuyendo un conducto intramural paralelo en el tercio
medio del esófago, se deben a distintos mecanismos: un
defecto de la compartimentación traqueoesofágica, una
disrafia notocordal (la notocorda tiene una acción
inductiva sobre el desarrollo del tubo digestivo y los
cuerpos vertebrales) o también a un error de vacuoliza-
ción del esófago entre la 5.a y la 7.a semana de gesta-
ción. La RM es una prueba esencial que permite el
análisis óptimo de este tipo de malformación [1, 31].
Los divertículos esofágicos pueden afectar a toda la
pared del órgano o sólo a la mucosa y la submucosa.
Pueden localizarse en toda la longitud del esófago y
asociarse a malformaciones broncopulmonares. El
divertículo de Zenker, por encima del músculo cricofa-
ríngeo, o el divertículo de Laimer, por debajo de dicho
músculo, no son divertículos congénitos.
La estenosis congénita del esófago suele presentarse
como un estrechamiento fijo del tercio distal del
órgano, relacionado a menudo con restos tisulares
cartilaginosos traqueobronquiales. Puede producirse una
asociación con una atresia esofágica [32].
10
Las anomalías vasculares congénitas pueden compri-
mir el esófago, lo que causa disfagia. La arteria subclavia
derecha retroesofágica nace de la aorta justo por debajo
del origen de la arteria subclavia izquierda. El nervio
laríngeo recurrente derecho no cruza por debajo la
arteria subclavia derecha y se origina directamente del
nervio vago en la laringe (nervio recurrente derecho no
recurrente). Un doble cayado aórtico puede formar un
anillo vascular alrededor de la tráquea y del esófago, lo
que ocasiona disnea y disfagia.
■ Fisiología del esófago
Magendie (1808) definió la deglución como la pro-
pulsión de los alimentos desde la cavidad bucal hacia el
estómago. Consta de tres etapas: una etapa bucal, una
etapa faringolaríngea y una etapa esofágica. La primera
etapa bucal es voluntaria, es decir, se desencadena por
una orden cortical, tanto si la deglución se realiza en
vacío o por la presencia de alimentos. A partir de la
etapa faringolaríngea, la deglución se vuelve involunta-
ria, es decir, se desencadena de forma refleja [33]. El
inicio de este reflejo se debe a la llegada del bolo
alimentario o de saliva a la zona reflexógena de Wassi-
lief, compuesta por la base de la lengua, la cara anterior
del velo, el margen laríngeo y la pared posterior de la
faringe. Por tanto, a partir de la boca del esófago, la
deglución depende de un arco reflejo constituido por
fibras vegetativas aferentes y eferentes, asociadas a un
centro nervioso en el bulbo raquídeo del tronco del
encéfalo. Esta organización nerviosa refleja produce el
peristaltismo del cuerpo del esófago, delimitado por dos
sistemas esfinterianos: el esfínter faringoesofágico
superior y el esfínter esofagogástrico inferior. La mano-
metría, electromiografía, radiografía y endoscopia son
los principales métodos para estudiar estos fenómenos
contráctiles.
Según la descripción clásica, el peristaltismo esofágico
depende de la inervación vagal motora colinérgica, que
actúa directamente sobre el músculo estriado y de forma
indirecta sobre el músculo liso, a través de los plexos
mientéricos. El descubrimiento de neuronas mientéricas
nitrérgicas en las placas motoras del esófago, primero en
la rata o el ratón, que poseen un esófago constituido
por completo por fibras estriadas, y después en el ser
humano, ha puesto en entredicho esta teoría [34]. La
coinervación de las placas motoras tanto excitadora
colinérgica como inhibidora nitrérgica podría ser una
base estructural de una modulación periférica de la
transmisión neuromuscular en el esófago. Esta coinerva-
ción especial aparece conservada a lo largo de la evolu-
ción de la línea de los vertebrados [35]. La musculatura
estriada del esófago proximal tiene un peristaltismo
(desencadenado sobre todo por la deglución) que
depende de las neuronas motoras del núcleo ambiguo.
La musculatura lisa del cuerpo del esófago y del esfínter
esofágico inferior depende del núcleo motor dorsal del
vago: las fibras excitadoras (acetilcolina, sustancia P)
provienen de la parte rostral del núcleo; las fibras
inhibidoras (óxido nítrico [NO], péptido intestinal
vasoactivo [VIP], adenosina trifosfato [ATP]) provienen
de la parte caudal del núcleo (Fig. 15).
Cuerpo del esófago
Progresión del bolo alimentario
En el cuerpo del esófago, se efectúa gracias a una
onda peristáltica motora en cuya producción colaboran
las fibras musculares lisas parietales, circulares y longi-
tudinales externas. Esta onda peristáltica está constituida
por una zona contráctil de las fibras circulares proxima-
les, precedida de una zona de relajación de las mismas
Otorrinolaringología

1
2
4 llega al esófago de musculatura lisa. El transporte
AC+
NO -
3
AC+
NO -
5
Figura 15. Modelo de la regulación neural del peristaltismo
esofágico (según [33]). 1. Núcleo motor dorsal del vago; 2. rostral
(+); 3. caudal (-); 4. músculo liso del cuerpo del esófago;
5. esfínter esofágico inferior.
fibras distales. Al mismo tiempo, las fibras longitudina-
les externas se contraen, lo que acorta la porción distal
del conducto esofágico en dirección del bolo alimenta-
rio. Hay dos factores accesorios que intervienen durante
este peristaltismo: la gravedad y el vacío del espacio
pleural durante la inspiración con inhibición respirato-
ria. Las paredes esofágicas están relajadas cuando no hay
progresión del bolo y la luz esofágica adopta la forma de
una hendidura [3]. Las presiones varían según las fases
respiratorias alrededor de una presión media negativa de
-10 cmH2O, con un aumento en la espiración y una
reducción durante la inspiración.
Tres tipos de ondas peristálticas
Se suelen describir tres tipos de ondas: primaria y
secundaria propulsivas, así como terciaria no propulsiva.
La onda peristáltica «primaria» se origina justo por
debajo del esfínter superior después de la propulsión del
bolo faríngeo hacia el esófago. Se trata de una contrac-
ción inicial potente, que puede alcanzar los
80-120 cmH2O. Da lugar a otras contracciones distales
que se propagan hacia abajo a una velocidad de
2-5 cm/s, de modo que recorren el esófago en
7-9 segundos, dependiendo de la calidad del bolo
alimentario [33]. Los líquidos pueden llegar al estómago
en 2 segundos. En reposo, se mantiene una presión
negativa en el cuerpo del esófago, con variaciones de
±10 cmH2O según la fase respiratoria. Durante la deglu-
ción de saliva, la presión asciende de forma súbita a
15 cmH2O a la vez que asciende el hueso hioides. La
saliva progresa a continuación siguiendo el peristaltismo
primario de 60-80 cmH2O. El alcoholismo y la diabetes
disminuyen el peristaltismo primario del esófago.
La onda peristáltica «secundaria» no se inicia por la
deglución, sino por la distensión parietal o el reflujo
gastroesofágico. Tiene las mismas características de
velocidad de propagación y de amplitud que la onda
peristáltica primaria. Esta onda peristáltica comienza al
nivel de la zona de estimulación esofágica y propulsa el
bolo en sentido distal. De este modo, el reflujo gástrico
o un resto de un bolo ingerido durante una deglución
previa se dirige del esófago al estómago [36].
Las ondas peristálticas «terciarias» no son propulsivas.
Son de baja amplitud comparadas con las contracciones
espontáneas y simultáneas de las fibras musculares lisas
parietales. Suelen observarse en ancianos. Estas contrac-
ciones no coordinadas pueden asociarse a las contrac-
ciones primarias y secundarias. Su función no está clara.
Se observan en más del 10% de los casos durante una
deglución en adultos sanos asintomáticos, también con
más frecuencia en ancianos [37].
Estudios manométricos
Permiten definir una «zona de transición» de baja
presión de 2-3 cm de longitud, entre la onda contráctil
Otorrinolaringología
Anatomía y fisiología del esófago ¶ E – 20-800-A-10
superior que se origina en el esófago proximal de
musculatura estriada y la onda contráctil inferior que
completo del bolo alimentario requiere una coordina-
ción entre ambas ondas, a ambos lados de la zona de
depresión transicional fisiológica [38].
Esfínter esofágico superior
Definición
Desde el punto de vista fisiológico, el esfínter esofágico
superior se define como una zona de alta presión intra-
luminal, de 2-4 cm de largo, situada en la unión de la
faringe con el esófago [39, 40]. Desde el punto de vista
anatómico, esta región corresponde a la actividad con-
junta del músculo constrictor inferior de la faringe, del
músculo cricofaríngeo y de la parte craneal del esófago
cervical, asociados a los cartílagos laríngeos. Actúa como
una barrera tónica permanente entre la faringe y el
esófago, salvo durante la deglución, la eructación o el
vómito [39], durante los que el esfínter se relaja.
En reposo, el músculo cricofaríngeo es el responsable
del principal componente tónico de cierre. En situacio-
nes dinámicas, todos los músculos de la unión farin-
goesofágica participan en la función de cierre, sobre
todo porque se ha descrito que las fibras musculares
faríngeas y esofágicas están en continuidad [41, 42]. La
abertura del esfínter esofágico superior se produce por la
relajación del músculo cricofaríngeo y de sus compo-
nentes faríngeo y esofágico pero también por la con-
tracción de los músculos insertados en el hueso hioides
y el cartílago tiroides, que provocan un ascenso de la
laringe. En condiciones experimentales, una parálisis de
los músculos suprahioideos altera la abertura del esfínter
esofágico superior [39, 40, 43].
El músculo cricofaríngeo está compuesto por fibras
musculares estriadas de orientación diferente: fibras
horizontales (porción fundiforme) circulares, fibras
oblicuas superiores faríngeas y oblicuas inferiores
esofágicas (porción oblicua). Al contrario que la porción
oblicua, la porción fundiforme carece de rafe medio, lo
que explica la existencia de los triángulos de debilidad
posteriores [13, 15, 44]. Estas fibras musculares estriadas
tienen un diámetro medio pequeño (25-35 µm) y están
asociadas a un abundante tejido conjuntivo endomisial
(40% del músculo), con numerosas fibras elásticas. Las
fibras musculares son sobre todo de contracción lenta
de tipo I y oxidativas (más del 85%) y permiten mante-
ner el tono basal. La presencia de una cantidad menor
de fibras de contracción rápida de tipo II no oxidativas
permite las actividades dinámicas de relajación rápida,
en especial durante la deglución [45]. Al igual que el
músculo cricofaríngeo, el esófago cervical contiene la
misma disposición de fibras de contracción lenta y
rápida. El músculo constrictor inferior de la faringe se
compone de dos capas musculares, una externa gruesa
de fibras rápidas de tipo II y una fina interna de fibras
lentas de tipo I [13, 44].
Esta similitud en cuanto a la composición muscular
podría explicar el funcionamiento conjunto de los tres
elementos musculares del esfínter esofágico superior. La
orientación de las fibras musculares del músculo crico-
faríngeo y su elasticidad especial explican algunas
características, como la aparición de una tensión
máxima del músculo debido a una prolongación de
1,7 veces su longitud basal. De este modo, el músculo
cricofaríngeo puede distenderse por el efecto de un bolo
sin que se requiera una relajación muscular activa [46].
Inervación motora del esfínter esofágico
superior
El esfínter esofágico superior tiene una doble inerva-
ción motora: el plexo faríngeo en su parte superior y el
11
E – 20-800-A-10 ¶ Anatomía y fisiología del esófago
nervio laríngeo recurrente en la inferior. El plexo
faríngeo está compuesto por los ramos faríngeos del
nervio vago, del nervio laríngeo superior y del nervio
glosofaríngeo [14, 47]. El músculo constrictor inferior de
la faringe está inervado sobre todo por el plexo faríngeo
y, de forma más accesoria, por el nervio laríngeo recu-
rrente. El nervio laríngeo recurrente constituye la
principal inervación del esófago cervical. Las estimula-
ciones eléctricas del nervio laríngeo recurrente o del
plexo faríngeo en animales de experimentación provo-
can una actividad electromiográfica del músculo crico-
faríngeo. En cambio, en el ser humano, la respuesta a la
estimulación del plexo faríngeo es inconstante [14]. Los
estudios anatómicos y fisiológicos no distinguen aún las
respuestas de la porción fundiforme y de la porción
oblicua del músculo cricofaríngeo. Sin embargo, las
placas motoras terminales del músculo constrictor
inferior de la faringe y de la porción oblicua del mús-
culo cricofaríngeo tienen una distribución y tamaños
idénticos, que son diferentes respecto a los de la porción
fundiforme [47].
Inervación sensitiva del esfínter esofágico
superior
Las aferencias sensitivas del esfínter esofágico superior
discurren por el nervio glosofaríngeo y el nervio larín-
geo superior. El nervio glosofaríngeo también puede
transmitir distintos reflejos mucosos: la sección del
nervio glosofaríngeo bloquea la contracción faríngea
refleja, sin afectar a la contracción esofágica refleja del
esfínter esofágico superior. Este fenómeno podría expli-
car algunos trastornos de la deglución después de la
sección selectiva del nervio glosofaríngeo. El ramo
interno del nervio laríngeo superior da origen a un
ramo nervioso para el músculo cricofaríngeo, pero su
papel exacto no se conoce [44, 47].
Centros nerviosos del esfínter esofágico
superior
Están situados en el núcleo ambiguo (nervio glosofa-
ríngeo, nervio vago) del suelo del 4.° ventrículo cerebral,
que establece una inervación esencialmente homolate-
ral. Las neuronas motoras del núcleo ambiguo están
conectadas con el núcleo solitario sensitivo del nervio
vago [39]. Parece que la función principal del esfínter
esofágico superior es la producción de tono, que se
puede analizar por videofluoroscopia, manometría y
electromiografía, pero también mediante nasofibroen-
doscopia durante la deglución [40]. Sin embargo, esta
zona de alta presión es variable según un eje vertical
ascendente, con una presión elevada seguida de una
disminución faríngea más lenta. Además, es tres veces
mayor en el eje anteroposterior que en el eje
transversal [40].
Existen numerosos neurotransmisores implicados en
la fisiología del músculo cricofaríngeo, como la acetilco-
lina, la sustancia P, el VIP, el péptido relacionado con el
gen de la calcitonina (CGRP) y el neuropéptido Y. Estos
neuropéptidos reflejan la actividad «vegetativa» del
esfínter esofágico superior, porque el CGRP y el neuro-
péptido Y se encuentran en las fibras simpáticas, mien-
tras que la sustancia P y el VIP están en las fibras
parasimpáticas [34, 48].
Fisiología
El músculo cricofaríngeo, debido a su elasticidad
especial, posee un tono muscular con independencia de
su grado de estiramiento e incluso en ausencia de una
contracción activa. Sin embargo, este tono es variable
en reposo, con cifras de 30-200 mmHg en personas
sanas. Este nivel disminuye en gran medida durante el
sueño o la anestesia, mientras que aumenta durante la
vigilia, lo que parece relacionarse con distintas respues-
tas reflejas [49]. La distensión lenta de la capa muscular
12
Cuadro I.
Variaciones del tono del esfínter esofágico superior [39, 40].
Aumento del tono Disminución del tono
Distensión lenta del esófago Distensión rápida del esófago
Estimulación de la faringe Sueño, astenia general
(aire, agua) Deglución
Acidez esofágica Eructación
Inspiración profunda (suspiro) Náuseas, vómitos
Peristaltismo secundario Ancianos
de origen esofágico
Infancia
Estrés
Fonación (notas agudas)
del esófago aumenta el tono del músculo cricofaríngeo,
lo que tiene un papel protector contra el reflujo esofa-
gofaríngeo. Por el contrario, la distensión rápida del
esófago disminuye este tono, como al eructar. La esti-
mulación de la faringe con agua o aire aumenta la
contracción del esfínter esofágico superior, al igual que
la acidez intraesofágica o la aspiración profunda, como
en un suspiro (Cuadro I).
Durante el peristaltismo secundario, el esfínter esofá-
gico superior se contrae si el peristaltismo comienza en
el tercio superior del esófago. Durante la deglución, el
esfínter superior se relaja durante 0,5 segundos y
después se contrae, mientras que la onda peristáltica
continúa hacia abajo [41]. La duración de la relajación
del esfínter superior depende del tamaño y de la calidad
del bolo alimentario, con una cierta influencia de la
actividad bucolingual [50] . Durante la eructación, la
relajación del esfínter esofágico superior es cuatro veces
más prolongada que durante la deglución, aunque
puede verse acortada por una onda de peristaltismo
secundario [49] . Durante la náusea y el vómito, la
relajación del esfínter esofágico superior puede durar
más de 1 segundo, mientras que si está precedida por el
fenómeno contráctil puede durar hasta 10 segundos al
nivel del músculo constrictor inferior de la faringe, del
músculo cricofaríngeo y del esófago [39].
En resumen, hay tres factores principales que explican
la relajación tónica del esfínter esofágico superior
durante la deglución: la relajación refleja del músculo
cricofaríngeo, el ascenso laríngeo por la contracción de
los músculos suprahioideos, la propulsión del bolo por
la base de la lengua y los músculos constrictores farín-
geos superior y medio [40].
Esfínter esofágico inferior
Definición
La unión entre el esófago y el estómago es una región
compleja, constituida por el esfínter esofágico inferior
(esfínter intrínseco) y las estructuras anatómicas conti-
guas, sobre todo la suspensión gástrica y el hiato
diafragmático (esfínter extrínseco). Todos estos elemen-
tos evitan el reflujo gastroesofágico gracias a una zona
de hipertonía, a la vez que permiten el paso de los
alimentos ingeridos hacia el estómago gracias a una
relajación breve debida a la acción de las neuronas
inhibidoras [21, 51].
Por tanto, el esfínter esofágico inferior es una región
especializada del esófago distal relacionada con un
engrosamiento de la capa muscular lisa circular, de 3 cm
de longitud subdiafragmática. Su grosor medio es de
5 mm, mientras que el grosor inmediatamente supraya-
cente es del orden de 2,7 mm [52]. En las personas sanas,
en esta región existe una hipertonía intraluminal de
15-30 mmHg por encima de la presión intragástrica, lo
que supone el 90% de la presión basal de la unión
esofagogástrica. Debido a que el reflujo se produce
cuando la presión del esfínter esofágico inferior es
Otorrinolaringología

menor de 5 mmHg, esta presión del esfínter inferior
desempeña un papel protector de gradiente entre el
estómago y el esófago. Sin embargo, cuando la presión
intraabdominal aumenta, en especial durante la inspira-
ción y los esfuerzos, interviene un mecanismo adicional:
el anillo muscular estriado del hiato esofágico del
diafragma actúa como una «honda externa», que com-
prime los 2 cm proximales del esfínter esofágico inferior
y acentúa la angulación esofagogástrica durante la
contracción diafragmática con cada inspiración. Incluso
en ausencia de una presión basal del esfínter esofágico
inferior, el aumento de la presión abdominal no induce
un reflujo gastroesofágico si el hiato diafragmático es
funcional. En cambio, el reflujo se produce si el anillo
diafragmático está inhibido durante la relajación del
esfínter esofágico inferior, lo que demuestra la relevan-
cia funcional de este esfínter estriado externo [53-55]. Por
tanto, los componentes musculares liso y estriado de la
unión esofagogástrica son complementarios y coordina-
dos, lo que supone una situación funcional muy pare-
cida a la de la unión anorrectal.
Estímulos sensitivos
Estas aferencias se dirigen al sistema nervioso central
y discurren por el nervio vago y la médula. Las aferen-
cias medulares tienen su cuerpo celular en el ganglio
espinal de las raíces dorsales T1-L3 y detectan sobre
todo los estímulos nociceptivos. También existen afe-
rencias nociceptivas de origen vagal. Los receptores
nociceptivos vagales constan de una respuesta discrimi-
nativa a los estímulos fisicoquímicos, una sensibiliza-
ción periférica y una capacidad de inducir una
sensibilización central [56]. Las aferencias vagales no
nociceptivas se proyectan al núcleo solitario. Las neuro-
nas de este núcleo, situado en el suelo del 4.° ventrículo
cerebral tienen conexiones estrechas con el núcleo
motor dorsal del vago (núcleo cardioneumoentérico).
Este último contiene las neuronas eferentes.
Estímulos motores
Pueden aumentar o disminuir el tono del esfínter
esofágico inferior al estimular las neuronas motoras
inhibidoras o excitadoras de los plexos mientéricos del
esfínter (Fig. 15). Las neuronas de la región rostral del
núcleo motor dorsal del vago inervan de forma prefe-
rente las células mientéricas excitadoras, mientras que
las neuronas de la región caudal del núcleo dorsal
inervan las células mientéricas inhibidoras. Las células
mientéricas excitadoras del esfínter inferior son colinér-
gicas y estimulan los receptores muscarínicos del mús-
culo liso. Las células mientéricas inhibidoras son más
numerosas y reciben estímulos potentes colinérgicos y
nicotínicos. Por tanto, aunque la inervación vagal sea a
la vez excitadora e inhibidora sobre los plexos mienté-
ricos, la estimulación vagal global experimental provoca
una relajación del esfínter esofágico inferior [57].
Las células mientéricas inhibidoras del esfínter esofá-
gico inferior son de naturaleza nitrérgica. En los estudios
realizados in vitro e in vivo en distintas especies, la
relajación del esfínter esofágico inferior se bloquea
esencialmente por los inhibidores de la síntesis de
NO, aunque otros neurotransmisores también pueden
intervenir, como el ATP, el VIP o el monóxido de
carbono [34, 58].
Fisiología
Relajación transitoria
Se produce normalmente durante la deglución y la
eructación, para permitir el paso de los alimentos
ingeridos o del contenido gástrico (esencialmente, el
aire). La relajación inducida por la deglución forma
parte del peristaltismo primario, un fenómeno reflejo
Otorrinolaringología
Anatomía y fisiología del esófago ¶ E – 20-800-A-10
complicado que se genera en el «centro de la deglución»
del sistema nervioso central y que se activa por las
aferencias sensitivas faríngeas (nervio laríngeo superior,
nervio glosofaríngeo). Este centro de la deglución no se
conoce por completo, pero el núcleo solitario del vago
y la formación reticular adyacente son sus elementos
principales. La estimulación del nervio laríngeo superior
produce una relajación del esfínter esofágico inferior [59].
Además de la deglución, este esfínter inferior se relaja
durante el peristaltismo secundario.
Relajación prolongada
Se observa en ausencia de deglución, sobre todo
durante la eructación. Podría constituir un mecanismo
esencial que dé lugar al reflujo gastroesofágico patoló-
gico. La estimulación eléctrica de los ramos ventrales del
nervio vago subdiafragmático provenientes del estómago
provoca una relajación aislada del esfínter esofágico
inferior fuera de la deglución. Esta estimulación proven-
dría de una distensión gástrica por debajo del cardias. El
conjunto de estas aferencias vagales hacia el núcleo
solitario activaría las neuronas del núcleo motor dorsal
del vago, lo que inhibe el esfínter esofágico inferior. El
hiato diafragmático estriado también se inhibe durante
esta relajación. Esta última observación ha dado lugar a
la hipótesis de la existencia de una proyección del
núcleo motor dorsal del vago sobre el núcleo del nervio
frénico situado en la médula cervical (C4).
La ecografía intraluminal de alta frecuencia permite
estudiar la pared esofágica y su motricidad; al nivel del
esfínter esofágico inferior, las capas musculares circulares
y longitudinales son más gruesas que las capas adyacen-
tes. Este grosor muscular no es constante y varía con la
presión. La atropina reduce la presión del esfínter
inferior y reduce el grosor de la capa muscular del
esfínter. Después de la relajación, el esfínter experimenta
una fuerte contracción con un aumento de su grosor
muscular antes de regresar al estado basal. El aspecto
asimétrico del esfínter esofágico inferior puede expli-
carse por el papel del esfínter estriado externo del hiato
diafragmático [3].
Situaciones patológicas
La acalasia es una relajación incompleta del esfínter
esofágico inferior durante la deglución. Además, el
peristaltismo esofágico está ausente, y la manometría
suele mostrar una elevación del tono de reposo del
esfínter. Por otra parte, la distensión gástrica durante la
acalasia no provoca una relajación del esfínter esofágico
inferior. Todas estas anomalías, que también se observan
mediante endoscopia y en las radiografías, ocasionan
una retención de la saliva y de los alimentos en el
esófago, lo que da lugar a disfagia, regurgitación,
complicaciones respiratorias, dolor y pérdida de peso. La
pérdida de células mientéricas nitrérgicas inhibidoras in
vivo o in vitro provoca una ausencia de relajación del
esfínter esofágico inferior [60]. El reflujo gastroesofágico
es una de las anomalías más habituales de la unión
esofagogástrica, con una prevalencia de los síntomas de
pirosis y regurgitación estimada en el 10-20% de la
población general [61]. Este reflujo expone al esófago al
contenido gástrico de ácido, pepsina y bilis. Puede
complicarse con una metaplasia intestinal esofágica
(esófago de Barrett), displasia y carcinoma esofágico. Los
estudios manométricos en los pacientes portadores de
reflujo gastroesofágico no erosivo muestran unas presio-
nes del esfínter esofágico inferior normales. De hecho,
parece que la mayoría de los pacientes tienen un reflujo
gastroesofágico durante una fase de relajación aislada
del esfínter inferior, es decir, fuera de la deglución, en
relación con una distensión gástrica por aire o alimen-
tos [62, 63]. La presencia de una hernia de hiato es otro
factor significativo que provoca la incompetencia de la
13
 E – 20-800-A-10 ¶ Anatomía y fisiología del esófago
barrera antirreflujo. El desarrollo del reflujo gastroesofá-
gico depende no sólo del grado de relajación del esfínter
esofágico inferior, sino también de la naturaleza fisico-
química del reflujo gástrico [59]. Por último, muchos
agentes farmacológicos pueden reducir la relajación del
esfínter esofágico inferior iniciada por la distensión
gástrica y tener así un efecto antirreflujo: la morfina, los
antagonistas del glutamato o de la colecistocinina A, los
inhibidores de la NO sintasa o el baclofeno, un agonista
de los receptores del ácido gammaaminobutírico
(GABAb). El GABA es un neurotransmisor inhibidor
relevante del sistema nervioso central que está presente
en los centros de la deglución (núcleo solitario, núcleo
motor dorsal del vago). En los animales, la respuesta del
esfínter esofágico inferior a la distensión gástrica se
inhibe por los agonistas de los receptores GABAb [61].
.
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Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Prades J.-M., Asanau A. Anatomie et physiologie de
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Disponible en www.em-consulte.com/es
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