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EL PAPEL DE LA ILUSIÓN EN NUESTRAS VIDAS

Rosanna Biglia

Hoy daremos otro salto cuántico dentro del camino que te he marcado. Avanzas sobre él
semana a semana, entrelazando temas e identificándote con todos ellos. Esto último es
muy importante; significa que estás ascendiendo. Así pues, al integrar el contenido de
esta clase a tu vida, evitarás caer en emociones negativas.

Muchas de esas emociones son consecuencia de vivir haciéndote ilusiones con respecto
a personas, cosas o circunstancias. Cuando te ilusionas con algo externo a ti, creas en tu
mente una situación engañosa. Por ejemplo, ante la perspectiva de encontrarte con alguien,
imaginas un panorama completo y hasta escenas específicas.

Toda esa creación te hace tener expectativas, y te enfadas si no se cumplen. Muchas


parejas se separan porque están decepcionadas uno del otro. Han creado ilusión en sus
mentes y esperan que se recree lo más fiel posible en su vida. Al no ocurrir eso sobrevienen
la decepción, la insatisfacción y un gran vacío existencial.

El juego de la inconsciencia es pura ilusión


La preponderancia de la ilusión en algo externo a tu vida no es inherente al ser
humano, sino que ha sido fomentado dentro de este juego en el que participas. Vives
aquí una realidad que puede estar llena de ataduras. Así, por ejemplo, en este juego se nos
ha presentado un concepto de «amor» que en realidad es miedo.

Entonces, por «amor» a una persona haces todo tipo de sacrificios. Por «amor» te
preocupas y te desvelas por el otro, y por «amor» no vives tu vida. Se la has entregado a
alguien más. Eso no es amor, sino miedo. No dejas hacer cosas al otro por miedo a que
falle. Vives tu vida en función al otro por miedo a perderlo.

La ilusión en algo externo es parte esencial del juego, y siempre te conduce a la decepción.
Es inevitable sentirla cuando lo que deseas no viene de la forma en que esperabas. En
cambio, la decepción no existe en un ser ya en dimensiones altas, porque no tiene
expectativas con respecto a personas, circunstancias o cosas.

Un ser ascendido o avanzado crea su vida a cada instante. No pretende que los otros hagan
cosas por él. Tiene un respeto absoluto por su propio Ser y por el libre albedrío del
otro, así como una comprensión muy amplia de la dinámica universal. Por esto, nada lo
decepciona.

La decepción siempre crea emociones negativas


La decepción es un gran condicionante en la vida de las personas. ¿Por qué? Porque crea
muchas emociones negativas, las cuales a su vez crean desencuentros, discusiones y
manipulaciones. Este es el problema más grave que conlleva este tipo de
ilusión. Podríamos decir que la decepción le abre la puerta al enemigo.
Ese enemigo es la insatisfacción. Un ser humano de tercera dimensión vive inmerso en ella.
Está decepcionado de las personas, lugares, circunstancias, y en definitiva de su propia
vida. Todas las ilusiones que se ha hecho a lo largo de su existencia no han sido
satisfechas, y al recordarlas sufre lo indecible.

En realidad, no puede satisfacer sus ilusiones porque los otros no saben cuáles son las
expectativas que tiene. De hecho, casi nadie logra cumplir las expectativas de otra
persona, a menos que se doblegue ante sus exigencias y anule su propia vida. En ese
caso el drama es peor todavía. A la larga crea insatisfacción en los dos.

Cuidado con las falsas ilusiones


La primera cosa que no debes hacer si deseas ganar el juego de la ilusión de la
inconsciencia es, justamente, dejar de hacerte falsas ilusiones con respecto a personas,
sitios, circunstancias y objetos. Lo más grave ocurre cuando te doblegas ante el otro, o
impides la manifestación del libre albedrío de otra persona.

Eso es muy perjudicial, porque al hacerlo sentirás la acción de la Ley de Causa y Efecto. El
someterse o someter al otro es un gran creador de desgracias, aún peor de lo que piensas.
Por eso una de las cosas que debes combatir con más ahínco es mantener una ilusión
con respecto a algo externo a ti.

En este momento podrías decirme: «¿Entonces debo vivir sin ilusión el resto de mi vida?»,
y te contestaría que no es así. A lo que me refiero es a no ilusionarte con personas,
circunstancias o cosas, para evitar esa insatisfacción que es el gran enemigo de los seres
humanos que están jugando este juego.

La insatisfacción te lleva a la autodestrucción


Toda insatisfacción genera conductas autodestructivas en las personas. Provoca un
vacío existencial tan grande que hace que un ser busque de modo inconsciente terminar con
su vida. Intenta llenar a como dé lugar ese vacío existencial. Se relacionan con personas
que no les interesan, con tal de combatir la soledad.

Caen en el alcoholismo, la adicción a las drogas y los excesos de todo tipo. Hasta quien
come demasiado intenta tapar su vacío existencial. Ante la angustia, se atiborra de comida.
Hay personas que creen que a través del sexo van a llenar ese vacío. Todo esto es
provocado por la insatisfacción, la gran enfermedad de las eras pasadas.

Analiza qué ha provocado todas las conductas destructivas de tu vida, así como las
enfermedades que has creado en ti. Piensa en las expectativas que no fueron cubiertas y
en las ilusiones rotas. Considera si has buscado fórmulas mágicas a fin de llenar ese vacío,
incluso mediante la administración de medicamentos psicotrópicos.
La desilusión es la madre de la insatisfacción
Mucha gente toma antidepresivos para vencer la tristeza que genera la insatisfacción.
Millones de personas son atendidas por psiquiatras y psicólogos a causa de esta emoción
tan negativa. Sin embargo, a nadie se le ocurrió acabar con la ilusión en vez de
combatir el vacío existencial que genera el no cubrir las propias expectativas.

Si vives tu vida sin tener expectativas de ningún tipo no existirá situación alguna que te
provoque frustración. No te alterarán las decisiones que tomen los demás ni la forma de
vida que adopten. ¿Cuántas veces has discutido con alguien porque no hizo lo que
querías? Si terminas con las expectativas no te desilusionas.

Y si no te desilusionas no generas emociones negativas. No intentas controlar o


manipular al otro, y mucho menos idear venganzas. ¿Cuántas has planeado en tu vida
por culpa de alguna decepción? Te aseguro que más de una docena. Por ejemplo, esperabas
que alguien te llamara, y como no lo hizo, ya no le contestas.

La venganza tiene muchas caras. Puede ser que hace meses no te habla tu mejor amiga por
algo que cree le has hecho, pero si no tienes expectativas con ella, ¿qué puedes
reclamarle? Tu mente es un lago cristalino y en calma. No la perturba el oleaje de
exigencias con respecto a la conducta o la forma de ser de los demás.

Elimina toda expectativa


Millones de seres permanecen juntos por años cuidándose el uno del otro en medio de una
insatisfacción absoluta y cotidiana. Su relación se convierte en una serie de venganzas,
resentimientos y enfermedades, siempre queriendo que el otro sea de una manera que
no es.

Te repito que cuando no tienes expectativas y no te ilusionas con respecto a algo externo a
ti, el enfado no existe en tu vida. Esto te lo digo por experiencia personal. ¿Sabes lo que
significa andar por la vida sin enfadarte y sin esperar nada? Cuando alguien te da algo, lo
disfrutas como un niño.

Observa la manera en la que un niño disfruta cuando le das algo, así sea lo más simple. Es
una delicia ver su cara llena de ilusión. Ahora podrás entender mejor la diferencia entre
ilusionarte con respecto a personas, sitios o cosas y vivir ilusionado por la vida misma.
A este respecto, tu mejor maestro es un niño.

Observa muy bien la expresión que tiene cuando, sin esperar nada de ti, le regalas un
chocolate. Amo ver las reacciones de los niños y cómo expresan en forma magnífica el
gusto por recibir algo que no esperaban. Ahora puedes ver la diferencia entre hacerse
ilusiones y vivir ilusionado.

Al vivir ilusionado, además de entrar en el gozo y tener experiencias maravillosas todos los
días, las cosas llegan a ti sin que las esperes. Todo debe llenarte de ilusión.
No intentes recrear lo que no es posible
Las expectativas hacen que te sabotees, hasta el punto de hacer que te ilusiones con cosas
que son de imposible cumplimiento. Dices: «Voy a ser feliz cuando esto que espero se me
cumpla». Esto hace que vivas esperando por años ese suceso, o te apegues a personas,
manteniendo la ilusión de un muy improbable reencuentro.

Si tienes ese tipo de expectativas, estás malogrando tu experiencia en este aquí y ahora. No
valoras lo que realmente vives y lo que de verdad tienes. Esto crea en ti más vacío
existencial. La mayoría de los seres humanos recrean y alimentan una y otra vez ese vacío,
creyendo que van a salir de él haciéndose ilusiones.

Esperan la llegada de personas o situaciones que supuestamente los llenarán. Sin


embargo, salir de esa dinámica es absoluta y totalmente posible. No hacerse ilusiones
con nada ni nadie hace que dejes de alimentar el vacío existencial que genera insatisfacción
ante las expectativas incumplidas.

La desilusión que genera la insatisfacción no se combate comprando cosas para llenar el


vacío existencial. Recuerda que el combate que debes librar es contra la ilusión. El estar
ilusionado por las cosas te provoca una sed inextinguible. En cambio, si tu vida es plena,
sin hacerte ilusiones con nada ni nadie, tu mirada es la de un niño.

Ten la mirada de un niño


Si lo haces, te sorprenderán todas las cosas maravillosas que te ocurrirán. Cuando no
esperas algo y de pronto la gente hace cosas por ti, las valoras, disfrutas y agradeces.
Te emocionas porque no las esperabas. Puede ser una palabra, un acto o una sonrisa. Cosas
que vienen de parte de personas que ni siquiera te conocen.

A mí me sorprende mucho que la gente me quiera regalar cosas. Antes decía que no por
vergüenza, pero ahora las acepto. Digo: «¡Madre mía, todo lo que estoy generando sin
hacerme ilusiones!». Cuando uno vive pleno, no necesita ilusionarse, porque disfruta lo
que tiene y lo que hace. Vive en un estado de gratitud hacia todo.

Y así, las cosas que deseas de verdad van a aparecer en tu vida, porque las creas
fácilmente. En realidad, no tienes la necesidad de crear algo específico para ser feliz,
porque cuando fluyes con la vida, muchos deseos te sobrevienen a medida que vives, sin
que los pienses de antemano.

De pronto un aroma te trae un recuerdo que te dice: “Ve a tal lugar de nuevo”. Recuerdas
ese sitio y te dan ganas de estar ahí. Entonces vienen las ideas creativas que te
permitirán hacerlo, porque estás siendo feliz aquí y ahora. Ese acto de felicidad te
llevará a otro lugar de felicidad.

Nunca pienses: “¡Qué aburrida estoy y qué desastrosa es mi vida! Mi marido y mis hijos
no me dan lo que yo deseo. Nadie me quiere y nadie hace lo que yo quiero”.
Qué hacer para ser feliz
Vive enamorado de la vida, sin depender de nada ni de nadie. SI te mantienes en la
felicidad, de pronto surgirán en ti ideas maravillosas. Es fácil vivir así y no necesitas de
algo externo a ti. En este mismo momento puedes empezar a vivir una vida plena y
feliz, desechando todas las expectativas hacia personas, sitios o cosas.

Y entonces, el enfado se acaba para siempre. El lograr este estado de plenitud es lo más
importante que debes hacer si deseas tener deseos creativos. Deseos no para cubrir tu
vacío existencial, sino para disfrutar tu vida. ¡Qué distintas serán todas tus creaciones si
están basadas en tu plenitud!

Busca en tus memorias un momento en el que te hayas sentido pleno, y piensa en lo que
creaste derivado de él. Si tienes ahora mismo en tu vida una situación maravillosa,
seguramente fue creada a partir de un momento de plenitud, y no en uno de carencia.
El punto más importante es vivir sin ilusionarte.

Cómo vivir sin falsas ilusiones


Esa es una gran paradoja. ¿Cómo haces para vivir ilusionado, pero sin ilusionarte ante
lo que no debes? Es el punto más complicado, porque para lograrlo debes eliminar las
expectativas que creas en todo elemento externo y vivir pleno, disfrutando cada instante y
creando a partir de ese disfrute.

No importa en qué punto de este ahora te encuentres. Disfruta lo que tienes, y dentro de ese
disfrute empieza a crear una y otra vez. Siempre puedes ir un paso adelante. Sé feliz con
todo lo que tienes ahora, independientemente de las condiciones en las que estés
viviendo. Tienes mucho por agradecer.

Empieza a vivir pleno y lleno de gozo. Ilusiónate por la vida que tienes ahora mismo y
empieza a desarrollar esa felicidad y plenitud para salir por completo de la
insatisfacción y del vacío existencial. De pronto llegarán a ti muchas grandes ideas. Inicia
este proceso paso a paso y avanza poco a poco.

Vivir en plenitud implica decidir en base a tu felicidad y disfrute, y no en base a tu vacío


existencial. Vivir sin falsas ilusiones es vivir ilusionado por la vida misma.

Manifiesta desde la plenitud


No necesitas de nada ni de nadie fuera de ti para vivir en plenitud. Solo necesitas de ti y de
saber disfrutar en este momento del aquí y ahora, agradecido con lo que ya tienes. En
ese momento es cuando empiezas a manifestar todo lo que deseas desde la plenitud y no de
la escasez.

Si estás en estado de escasez aquí y ahora, sientes un vacío existencial y entonces te


empiezas a ilusionar con cosas. Como esas cosas no vienen, creas un vacío mayor, al que
sumas tristeza y ambivalencia. Quizás tus relaciones están bien, pero como tienes grandes
expectativas sin cubrir, vives mal.

Pero si en este punto del ahora te llenas de ilusión por la vida y empiezas a valorar todo
lo que tienes, empezarás a disfrutar, a gozar, y de pronto vendrán a ti ideas creativas
basadas en el disfrute. Evitas alimentarlas con la carencia que surge cuando te haces
ilusiones con personas, situaciones o cosas.

Un ser pleno es un ser creador


Un ser pleno y lleno de ilusión por la vida se encuentra siempre en un estado creativo. Es
un creador nato. Dice: «Bueno, ¿qué deseo comer hoy? ¿Qué deseo hacer hoy? ¿Qué
deseo disfrutar? ¿A dónde deseo ir? Para lograrlo, cambiaré esto y mejoraré esto
otro». Tiene infinitas ideas creativas.

Estamos todos dentro del campo de las infinitas posibilidades. No existe límite alguno y
puedes cambiarlo todo. Si vives en el disfrute, el gozo, la tranquilidad, la plenitud y la
ilusión por la vida, te llenarás de cosas y seres maravillosos, y al no tener expectativas
con nadie, vas a disfrutar como un niño las experiencias que vivas.

Cuando no tienes expectativas, hasta lo más mínimo que recibes es apreciado por
ti. Disfrutas todas las cosas que te dan y que antes no valorabas. Te transformas en un
ser libre y auténtico, libre de las estructuras y las comparaciones. Antes, al no tener
iniciativa para crear tus deseos, buscabas los de los otros y tratabas de imitarlos.

Tenías que seguir a los demás, o ir siempre detrás de la zanahoria. Si vives así, nunca
puedes estar satisfecho, porque siempre hay alguien que tiene más y siempre hay
alguien que llega más lejos que tú. Cuando intentas cumplir tus deseos en base a observar
y medirte con otros, nunca logras salir del vacío existencial.

Un ser libre, que vive a plenitud sus experiencias, tiene una existencia en extremo
despreocupada. Disfruta todo lo que tiene y no necesita más. Y aquí surge otra paradoja:
Cuando lo tienes todo, empiezan a venir cada vez más cosas a ti, porque te animas a
desearlas.

Cuando estás feliz vienen a ti los deseos más acordes a tu personalidad y tu ser. Dejas de
copiar a los demás creyendo que lo que ellos tienen llenará tu vacío existencial.

Eres un Dios vivo; entonces vive como tal


Si dejas de generar expectativas no te enfadas, reclamas, manipulas ni controlas. Debes
tomar este punto muy en cuenta si eres madre o padre, porque es muy probable que
esperes que tus hijos hagan lo que tú no lograste o escojan la profesión que tú deseas.
Debes respetar su libertad y salir de esta ilusión.

La única ilusión que debes tener es por la vida misma. Si lo haces, tus hijos y todos los
seres que amas van a llenarte de gozo y plenitud sin que se los pidas. Sin control,
manipulación o reclamos. De esta forma evitas la desilusión, la insatisfacción y el vacío
existencial tan recurrentes en esta tercera dimensión.

Al dejar de mantener expectativas y vivir feliz, sin controlar ni manipular, te


conviertes en un Dios vivo. Ya no existe las decepciones para ti porque no te haces
ilusiones con nada. Vive cada día como si fuera el único y no te resistas a los
acontecimientos. De esta manera, la insatisfacción ya no habitará en ti.

Y así, nunca más volverás a desilusionarte. Experimentarás una plenitud tan grande como
tus sueños.

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