Está en la página 1de 2

QUIEN CRITICA SE CONFIESA

Blanca López de Etxazarreta

Cuántas veces nos delatamos al criticar al otro.

Y nos delatamos, porque sencillamente criticamos aquello que también está


en nosotros, solo que no lo tenemos reconocido como parte de nuestra
sombra.

Por ejemplo: ¿te pasa que los demás te parecen con frecuencia egoístas y les
criticas por ello? Pues pregúntate ahora, ¿te permites atender tus necesidades y
priorizarte? Si no lo haces, alguien que sí cuida de lo que necesita y se permite
expresarlo, te parecerá con más probabilidad egoísta.

Los demás solo son un reflejo de nosotros mismos, por eso, tanto lo que nos
fascina de otros como lo que nos saca de quicio, delata y saca a la luz
aquello pendiente de interiorizar y aceptar en uno mismo.

De hecho, la famosa LEY DEL ESPEJO afirma: “El mundo exterior actúa


como un espejo, reflejando tanto nuestra luz como nuestra sombra,
siendo un retrato de nuestro interior”.

Y a su vez marca otras cuatro leyes que te ayudarán a entender mejor cómo te
relacionas y lo que se mueve en tu interior cuando interactúas con los demás:

1. Todo lo que te molesta, irrita o quieras cambiar del otro, está dentro de
ti.

Retomando el ejemplo anterior… si ves al otro egoísta, antes de criticarle,


revisa si a ti mismo te cuesta priorizarte.

2. Todo lo que el otro critica de ti o juzga, si te molesta o hiere está


reprimido en ti y te toca trabajarlo.

Si alguien te llama egoísta y te irrita o te enfada, antes de protestar, indaga


contigo mismo si su juicio te hace ver la atención y generosidad hacia los
demás que quizá no estás promoviendo.

3. Todo lo que el otro te critica, juzga o quiere cambiar de ti, sin que a ti
te afecte, le pertenece a él.

Sin embargo, si alguien te llama egoísta y sencillamente no te afecta, es


porque sabes internamente que tu actitud está basada en un cuidado hacia ti
mismo y que te entregas a los demás de una forma equilibrada.

4. Todo lo que te gusta del otro, lo que amas en él, también está dentro de
ti. Reconoces tus cualidades en otros.

Y cuando ves en otras personas cualidades, su luz y su brillo, e incluso lo


destacas y admiras, se debe a que dentro de ti albergas lo mismo. De no ser
así, no serías capaz de reconocerlo en el otro.

¡Así son los espejos, así eres tú!

También podría gustarte