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Rosanna Biglia
Esta clase le vendrá muy bien a quienes tienen una especial inquietud por ayudar a otros y
cambiar sus vidas. Al estar ya empoderado, muchas veces podrías preguntarte: «¿Cómo
puedo ayudar a los demás para que cambien todas las estructuras mentales rígidas
que aún poseen?».
Todos hemos discutido alguna vez con suegras, suegros, nueras, yernos, cuñadas, cuñados,
hijos, maridos, esposas... Todos tenemos alguien a quien hemos etiquetado y del que no
queremos saber nada. Y aun así, cuando tengas que dar, da lo mejor de ti sin ver quien
lo recibe ni por qué.
Todos tenemos a alguien a quien podemos darle lo mejor de nosotros. En cada situación y a
lo largo de todo tu día a día puedes dar sin decir: «A este no le doy. Este otro no me
importa. ¿Y a ésta por qué le voy a dar?». O tal vez te has cansado de dar sin que
siquiera te lo agradezcan. ¿Y sabes algo? Todas esas son etiquetas.
Ya no permitas que sean tus miedos los que dirijan tu vida. Ellos son los que ponen
etiquetas, critican y juzgan. No eres tú. Tú eres un ser de amor, y esta condición puedes
comprobarla observando a los niños. Ellos son siempre dadivosos. Cuando un niño te
quiere dar algo, encuentra mil formas para hacerlo.
Sale corriendo al jardín y te regala una flor. Es un acto de amor que realiza sin
considerar quién eres. Imítalo; da sin medir, sin dar excusas y sin preguntar porqué debes
dar. No pienses, no juzgues y no critiques. Así le ganas la batalla a los miedos, que intentan
dirigir todos los actos.
Al eliminar los miedos cambias estructuras mentales
Este proceso es más eficaz cuando das algo a alguien que no pensaba recibir cosa
alguna de ti. Lo más probable es que esa persona también te había etiquetado, juzgándote
como antipática, soberbio u orgullosa. Por eso la sorprendes al darle algo que no esperaba.
Al dar sin medir, sin etiquetar y sin esperar nada a cambio sorprendes al otro, y esa sorpresa
hace que cambie sus estructuras mentales. Nadie queda ajeno al amor y a la gratitud que
son la base de tu intención. Las estructuras mentales rígidas que había entre tú y el otro
ser se caen inmediatamente.
Esto es un gran cambio que puedes lograr. Estoy segura de que lo has hecho en varias
ocasiones, a veces hasta de manera egoísta para conseguir algo. Si buscas a cierta persona
de la que esperas algo y hablas con ella con buenas intenciones, generalmente la
estructura mental de ese ser con respecto a ti cambia.
Y con ella cambian las actitudes, porque cuando te abres a nuevas experiencias, éstas
empiezan a venir a ti. A mí me ha pasado muchas veces. Cuando era niña sufría de una
timidez tan extrema que pasaba por antipática. ¿Y piensas ahora que soy
antipática? Nunca lo fui, pero era tan retraída que no hablaba con los demás.
Si quería acercarme a alguien debía romper la apariencia que mi timidez imponía. Cuando
lo lograba, me decían: «¡Ay!, ¡qué simpática eres! Nunca pensé que lo fueras».
Hay que salir de esas estructuras y dar por el placer de dar. Con ese acto haces caer las
estructuras mentales de los seres atrapados en las apariencias. Piensa en el sencillo
ejemplo de mi experiencia personal. Pasar por antipática en todos lados te aleja del amor.
No permite la interacción entre tú y los demás.
Sin embargo, es fácil cambiar las estructuras mentales de las personas. Olvídate de la
opinión que crees que los demás tienen de ti. Que no te importe lo que ellos piensan.
Acércate y da sin esperar y sin medir. Un sinfín de nuevas oportunidades nacen desde el
amor, la gratitud y el acercamiento entre los seres humanos.
Derriba toda estructura limitante y abre nuevas circunstancias, independientemente de los
resultados de tu acción. Si etiquetas de vuelta al otro, te pierdes de mucho.
Esto es así porque las etiquetas eran mutuas. Si tienes una discusión con alguien de tu
entorno, seguramente está basada en las apariencias. Si das en un acto de amor rompes
la inflexibilidad en esa persona que se alejó de ti. Puedes lograr un gran cambio en ti y en la
relación con el otro, lo sigas frecuentando o no.
Al caer esa estructura mental, la energía que los distanciaba se disipa por completo. Haces
que el cerebro empiece a organizar nuevas redes neuronales capaces de cerrar
totalmente esa distancia. Incluso pueden cerrarse enojos, malentendidos y otras vivencias
adversas.
La rigidez en los actos de las personas hace que las redes neuronales siempre funcionen del
mismo modo. Sin embargo, al cambiar la vieja estructura, la persona expande y
reorganiza sus redes neuronales. Puedes crear en dicha persona un verdadero shock que
altera la relación entre ella y tú.
Se generaron nuevas redes neuronales que le dan a la vida de ese ser un sentido
nuevo. Estas redes empiezan a funcionar y a darle ideas nuevas, y esto lo lleva a tomar
decisiones y emprender acciones nuevas. Recordar esto es muy importante si deseas
lograr cambios en las personas, tanto conocidas como desconocidas.
Así pues, genera amor y gratitud, y generarás cambios en los demás. Es fantástico pasar
por la vida de las personas e irlas cambiando sin la intención expresa de hacerlo. Esto
último es fundamental, porque no puedes ir por la vida intentando cambiar a todo el mundo,
ni siquiera por intentar salvarte y ganar el cielo.
Eso es cumplir con estructuras religiosas. No es dar sin medir, porque primero
consideras las ganancias que vas a obtener en el cielo. Dar sin medir es fluir con la vida,
y que cada vez que tengas la oportunidad de dar a alguien, lo hagas sin ver lo que podrías
obtener a cambio.
Es mucho más potente hacer caer estructuras que provocan distanciamiento, odio y
resentimiento en las relaciones a través de un acto de amor que dar cosas materiales.
Pero la causa real era mi extrema timidez, que me hacía levantar un muro ante toda posible
relación. ¿Qué pasaba entonces? Que etiquetaba la apariencia de los demás al pensar: «Éste
es odioso, éste me cae mal, ésta es soberbia», y entonces creía que todos me odiaban.
Normalmente el amor y la entrega sin medida generan la gratitud, y ésta hace que el otro te
dé algo, ya sea una sonrisa, una palabra, una acción o una idea. Las situaciones en las que
das sin medir y sin esperar algo a cambio te hacen conocer a muchas otras personas
dadivosas.
Entonces podrás expandirte. Las nuevas redes neuronales te sacan del estado en el que
estabas para hacer de ti un ser mucho más abierto y con nuevos conocimientos. El dar sin
recibir y sin esperar inicia un proceso muy bello. No haces más que crecer en el amor
universal y en la gratitud.
Nada malo puede venir a ti si estás expandiéndote en esa dirección. Lo único que tienes que
hacer es dejar de etiquetar, de dirigirte por las apariencias y de pensar que no le darás algo a
quien te odia. Rompe las apariencias y te sorprenderás al igual que yo me sorprendí.
Te puedes sorprender cada día de tu vida. Sin querer y sin pensar te vas a convertir en un
ser que todo lo transforma a su paso. Mientras más rígido seas más esfuerzo deberás
dedicar a este proceso. Hay algunos que tienen etiquetas mentales muy grandes, o se
sienten víctimas y creen que todo el mundo habla mal de ellos.
Hay otras personas que se sienten traicionadas, y algunas más son muy desconfiadas. Hay
también personas que tienen muchos resentimientos. Para todas ellas el abrirse es un poco
difícil, pero si realizan el esfuerzo y me lo van a agradecer. Al final es fácil salir de esas
estructuras mentales rígidas y generar cambios en ti y en otros.
Sin querer y sin pensar, puedes ir por la vida creando nuevas estructuras mentales y
desplegando nuevas redes neuronales. Es fácil, pero debes vencer los miedos, porque es el
miedo el que te hace desconfiado. El miedo te hace sentirte traicionado y víctima; te hace
tímido y resentido.
Si logras vivir sin criticar, sin juzgar y sin generar pensamientos negativos, evitarás que
tus miedos sean quienes dirijan tus acciones y abrirás un nuevo mundo.
El enfocarte en emociones y pensamientos negativos hacia ti o hacia otros hace que esa
experiencia desfavorable que estás observando la vivas una y otra vez. No podrás salir de
tus limitaciones si te empeñas en observar dentro del campo de las infinitas posibilidades
aquellas cosas que no quieres que sucedan.
No olvides que todo lo que estás pensando se manifiesta en tu vida. Por esto resulta
esencial adoptar una nueva actitud que genere en ti y en los demás nuevas redes neuronales
que van a abrirse. Imagínate una nueva red que reemplaza a la que ya estaba caduca y
rígida, y que por ello te traía limitaciones.
Al abrirse esa red empiezan a manifestarse nuevos retos, nuevas amistades y nuevas
circunstancias en todos los aspectos de tu vida. Puedes salir así del resentimiento, las
etiquetas, el victimismo, la desconfianza y el sentirte traicionado. Recuerda que, si
desconfías de algo, eso es una observación.
La mejor forma de protegerte es confiar ciegamente en todos los seres que están en tu vida.
Si creas motivos de desconfianza, éstos llegarán hasta ti.
Experimentarás una gran apertura al mundo y a las
personas
Aprende a abrirte al mundo. No hay energía más expansiva que la que se irradia cuando
estás abierto. Esto es todo lo contrario a lo que muchas personas viven, que es estar
completamente cerrados, tal y como yo lo era. Estaba encerrada en mi mundo. Si deseas
lograr un cambio en ti y en el otro, no juzgues las apariencias propias o ajenas.
Cuando vives sin juzgar las apariencias, todas las cosas que deseas vienen a tu vida de
forma fácil. Nada te perturba, porque el único que perturbaba todos los acontecimientos de
tu vida eras tú. Lo hacías cada vez que juzgabas las situaciones o etiquetabas a alguien.
En cambio, esta nueva apertura te conduce hacia nuevos aprendizajes. ¿No te has cansado
de que se repita una y otra vez lo mismo en tu vida? Si a lo largo de tu existencia se ha
repetido una situación determinada, seguramente has repetido los mismos
pensamientos negativos, etiquetas y falta de amor hacia el otro.
No fuerces nada
Por otro lado, algo que yo aconsejo es que ninguna acción que emprendas en cuanto a dar
lo mejor de ti debe ser forzada. No busques dar para salvarte, como enseña la religión. No
pienses: «Cuanta más gente rescate, más premios tendré en el cielo». Eso es dar de
manera forzada.
Otra cosa muy distinta es que ese dar sea de verdad un acto de amor sin medir la necesidad
de las personas. Si te centras en la necesidad irradiarás una energía de carencia y no de
amor. Ojo con los actos voluntarios en los cuales observas la carencia del otro.
Rescátate
Procura que tus acciones sean producto del amor universal. Examina cuidadosamente si tus
actos caritativos no enmascaran algo más. Pon atención a esto si deseas que las cosas
empiecen a fluir de manera favorable. No busques rescatar al necesitado, porque el más
urgido de rescate eres tú mismo.
Emprende estas acciones y te vas a sorprender ante todos los cambios que generarás
en tu vida. Entrarás en el amor universal y la gratitud que te llevarán a manifestar a ese
gran Dios vivo que en realidad eres. Ese Dios vivo siempre habita en ti, pero no se
manifestará en tanto mantengas prejuicios.
El Dios vivo que habita en ti se manifestará cuando logres abrirte al cambio que te
propongo y que poco a poco hará que te conviertas en lo que tanto deseas ser.