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Cómo comenzar la consejería

Por Narciso Nadal


CONSEJERIA (TRACK 1)-  Presentado al Dr. Juan Carlos de la Cruz
Introducción

Posiblemente la sesión más importante en un ministerio de consejería es la primera


reunión o entrevista que tenemos con el aconsejado. En gran medida lo que sucede en esta
sesión determinará, no solo el curso que tomarán las subsecuentes reuniones, sino, más
elemental todavía, si tendremos otras reuniones con el aconsejado.

Seguramente que a todos los que hemos ejercido el ministerio de la consejería de


manera formal y frecuente nos ha pasado que recibimos personas con la intención de
ayudarlas, conversamos con ellos y los citamos para reuniones subsiguiente pero nunca más
volvemos a verlos. Esto puede ciertamente deberse a un problema del aconsejado, pero, con
mucha frecuencia, es también un problema del consejero.

La primera reunión es la cara de presentación del consejero ante un aconsejado que


con frecuencia viene abrumado por sus problemas y escéptico de que la persona a la que
acude realmente pueda ayudarle a resolver sus problemas. Es por lo tanto necesario el
consejero se presente a sí mismo como competente y preparado para ayudar al aconsejado,
de tal manera que pueda ganar su confianza.

Además de esto, al concluir esta primera cita, el consejero debe haberse formado una
idea general del problema esencial de la persona, de tal manera que pueda trazar una
estrategia a desarrollar en las próximas reuniones a fin de ofrecer ayuda real al aconsejado.

Para poder cumplir con estos propósitos elementales hay tres asuntos de primera
importancia que deben ser abordados y establecidos en la primera sesión. A continuación,
presentaremos y explicaremos, de forma breve pero práctica, cada uno de ellos.

1. Quiénes somos y cómo esperamos servirles.

Con “quiénes somos” no nos referimos a una simple presentación cordial donde
damos a conocer nuestro nombre a la persona aconsejada. Esto, por supuesto, debe suceder,
pero nos referimos más a identificarnos inmediatamente como consejeros bíblicos. En este
punto debemos dejar bastante claro que nuestra intención será hablarles siempre
basándonos en la palabra de Dios en el abordaje de sus problemas, aconsejándoles con la
Biblia y sin salirnos de ella para evitar caer en posturas humanistas y seculares.

Esto es de suma importancia pues no debemos dar la impresión de que somos


“especialistas de la conducta”, esto es psicólogos o psiquiatras, “…la consejería bíblica no
busca más ni menos que aplicar intencional y consistentemente la verdad cristiana
histórica, ortodoxa y evangélica al ámbito del ministerio personal y los problemas
humanos.”1

Un asunto importante al hacer esto es manifestarles nuestra confianza y seguridad de


que la Biblia tiene respuestas para sus inquietudes y soluciones por el poder del Espíritu
Santo para las situaciones que los acongojan y afligen.
1
Jones, Robert D.; Kellen, Kristin L.; Green, Rob. The Gospel for Disordered Lives (p. 11). B&H Publishing
Group. Kindle Edition.

1
Hay de manera particular dos pasajes de la Escritura muy importantes para hablar de
esto:

2 Ti. 3:15-17 “15y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales
te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra.”

Varios elementos relevantes podemos señalar en este pasaje:

 Primero, el texto nos apunta a la realidad de la inspiración divina de la Biblia,


es decir, la Biblia es la palabra de Dios. Solo esto debería ser suficiente para
creer que con ella podemos atender a las necesidades del alma humana.
Después de todo la palabra de Dios es poderosa, tanto que con ella llamó a
existencia las cosas que no existían, dio orden al desorden y trajo luz en la
oscuridad (Gn.1).

 En segundo lugar, el pasaje nos enseña que la Biblia atiende la mayor


necesidad del hombre que es la salvación del alma (v.15). Es por medio de
ella que el alma humana es regenerada, en consecuencia, despertada al mundo
y las realidades espirituales. Es por medio de este nuevo nacimiento que los
hombres pueden por primera vez contemplar la gloria de Dios en la faz de
Jesucristo (2 Co.4:6). Y, por medio de ella crecemos en el conocimiento de
ese Dios que por sí mismo es capaz de satisfacer todas las necesidades del
alma humana (Sal.73:25, 16:11, 65:4).

 Tercero, se nos declaran muchas maneras prácticas de cómo la Biblia es útil


para lidiar con los problemas del hombre. Ella corrige, instruye en justicia,
enseña al hombre lo que es bueno para él, glorifica a Dios y lo redarguye de
pecado para que se vuelva a Él.

 Finalmente, el texto establece con claridad que la Biblia contiene todo lo que
el hombre necesita para ser un hombre “…perfecto enteramente preparado
para toda buena obra”. Entonces, lo menos que podemos decir de esta
afirmación es que los métodos humanos para trabajar con los problemas del
alma humana son innecesarios.

El otro pasaje muy útil para esta labor es 2 Pe. 1:3-7 “3Como todas las cosas que
pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el
conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4por medio de las cuales
nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el
mundo a causa de la concupiscencia; 5vosotros también, poniendo toda diligencia por
esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6al conocimiento,

2
dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7a la piedad, afecto
fraternal; y al afecto fraternal, amor.”

Este pasaje, como el anterior, deja claro que todo lo que necesitamos para una vida
piadosa está disponible para nosotros por el poder de Dios mediante el conocimiento de
Jesucristo (v. 3). Nos muestra cómo las promesas de Dios dejadas para nosotros en su
palabra nos ayudan a desarrollar el carácter de Cristo (v. 4). Algo especialmente importante
de este texto es que enfatiza la importancia de la diligencia del aconsejado para aprovechar
los recursos de Dios para crecer y ser transformado a la imagen del Cristo (v.5).

Esta última idea nos conduce a considerar el segundo asunto imprescindible a tratar
en la primera sesión de consejería.

2. Qué esperamos de ellos como aconsejados.

Es importante dejar claro a los aconsejados que el efecto y resultado de la consejería


dependerá en gran parte de la disposición y diligencia de ellos. El texto citado arriba deja
claro esta idea en su versículo 5. Otras cuestiones sobre las que debemos exhortarles son:
 Mantener un espíritu enseñable, esto es, no ser sabios en su propia opinión
sino someterse al consejo de la palabra de Dios para cada situación particular
(Pr. 26:12, 16).

 Ser honestos en sus respuestas y en la información que nos brindan para poder
darles un consejo bíblico certero y adecuado conforme a su necesidad (Efe.
4:25).

Es menester hacerles conscientes de la necesidad de tener reuniones periódicas ya que


el crecimiento espiritual y la santificación no ocurren de manera instantánea, sino que son
progresivas (Fil. 1:6), y la necesidad de ser puntuales y constantes en ellas para aprovechar
el tiempo que tenemos disponible.

Les hablaremos además de nuestra expectativa de que cumplan con las asignaciones
para el hogar, explicándoles la necesidad e importancia que estas tienen para que la palabra
de Dios continue obrando en ellos el resto de la semana y no solo se expongan a ella
durante las sesiones de consejería. Estas tareas sirven también para llevar a la práctica, en el
contexto de la vida diaria, lo tratado en la reunión.

3. Implementar los 6 elementos claves de la consejería.

Otro asunto imprescindible, en esta primera sesión es implementar los llamados seis
elementos claves de la consejería. Estos no son exclusivos de la primera sesión, sino que
estaremos haciendo estos elementos en cada reunión que tengamos con los aconsejados. Sin
embargo, son vitales en este primer encuentro por lo que debemos asegurarnos de que no
falte ninguno de ellos. Estos elementos son:

3
1) Desarrollar una relación significativa (de amor cristiano) con el aconsejado. De la
misma forma que Cristo nos mostró su amor al identificarse con nosotros en nuestros
padecimientos (He. 2:14-18, 4:15), el consejero debe mostrar empatía con el aconsejado
(Ro. 12:15) reflejando un genuino interés y deseo de ayudarlos (Fil 2:20; Hch. 20:31; 2 Co.
11:29-31). Esto es esencial para que el aconsejado permanezca en la consejería y se sienta
confiado de expresar sus problemas y preocupaciones. Es especialmente importante para
crear un ambiente amigable en el que el aconsejado se sienta en libertad de confesar sus
pecados en arrepentimiento sin sentirse enjuiciado y condenado (2 Co. 2:5-11).

2) Compartir la esperanza bíblica (Sal. 43:4-5, Ro. 15:4). Con frecuencia los
aconsejados buscan la consejería cuando ya los problemas que les agobian han avanzado
mucho y han perdido toda esperanza de que haya solución para ellos. Es la misión del
consejero, en especial en esta primera sesión, dejarles ver que Dios está obrando a través de
todas las circunstancias de nuestra vida para Su gloria y nuestro crecimiento en Cristo, esto
los animará a seguir buscando el favor de Dios para lidiar con sus problemas. Algunos
textos muy útiles para esto son 1Pe. 5:10; 1 Co. 10:13; 2 Ts. 2:16-17; He. 13:20-21; Ro.
8:28-29. En palabras de Jeremy Pierre y Reju Deepak en su libro El pastor y la
consejería:” La esperanza que ofrezcas no es decir que las cosas mejorarán en su
situación. Oramos para que esto sea así, pero sabemos que nuestro Señor Jesucristo usa
las tribulaciones para cumplir grandes cosas en la vida de aquellos que confían en él.”2

3) Reunir información relevante. La palabra de Dios nos advierte en Pr. 18:13 “Al
que responde palabra antes de oír, Le es fatuidad y oprobio.” Y ciertamente que uno de
los problemas principales que se dan en consejería es cuando el consejero está más presto
para hablar que para escuchar lo que el aconsejado tiene que decir sobre su problema,
violentando así la norma bíblica (Stg. 1:19). “Muchas veces, los cristianos quieren llegar
directamente a un territorio familiar al tener conversaciones con la gente en dificultades.
Ellos no entienden muy bien todo lo que está sucediendo, así que rápidamente se mueven a
porciones de las Escrituras que ellos sí entienden bien. El resultado es una fiel, pero no
muy pertinente aplicación de la Biblia. Debemos respetar los problemas que enfrentan las
personas al escucharlos detenidamente y tratar de comprenderlos.”3

La consejería es por definición la ministración de la palabra en el contexto de la


conversación.4 Por esta razón y en sentido general, debe haber un equilibrio entre lo que
escuchamos y lo que decimos. No obstante, dado que en la primera sesión estamos
conociendo la realidad y magnitud del problema por el que el aconsejado busca ayuda, es
importante que este primer encuentro dediquemos más tiempo a escuchar al aconsejado
haciendo solo preguntas ocasionales que nos ayuden atender mejor la situación. Debemos
hacer preguntas extensivas que nos ayuden a tener una visión general de la vida del
aconsejado y la extensión de su problema. Debemos además hacer preguntas intensivas,
2
Reju, Deepak; Pierre, Jeremy. El Pastor Y La Consejeria: (9Marks) The Pastor and Counseling (Spanish
Edition) (p. 75). 9Marks. Kindle Edition.
3
Revista 9 marcas (edición #2), edificando iglesias sanas, La consejería. “10 cosas que debes saber sobre la
consejería”, Deepak, Reju.
4
Jones, Robert D.; Kellen, Kristin L.; Green, Rob. The Gospel for Disordered Lives (p. 33). B&H Publishing
Group. Kindle Edition.

4
que nos ayuden a comprender los detalles particulares de un problema dado. Un recurso
valioso para comenzar a recolectar información útil antes de la primera cita es la
implementación de un formulario de datos personales previo a la reunión.5

4) Evaluar el problema bíblicamente. Debemos organizar la información que


escuchamos en categorías bíblicas, evaluando los pensamientos, deseos, acciones y
emociones, así como clasificando las situaciones según sean de pecado o sufrimiento. Esto
es importante pues nos ayudará a enfocar y tratar el o los problemas de manera particular
con las soluciones y respuestas específicas que ofrece la palabra de Dios a estos.

5) Dar instrucción bíblica. En cada encuentro y conversación con los aconsejados


debemos conducirlos a la palabra de Dios pues, como explicamos al principio, solo la
Biblia tiene el poder para cambiar la vida y situación del aconsejado (2 Ti. 3:15-17). Desde
la primera sesión debemos llevar al aconsejado a algún pasaje de la Escritura que sea
relevante según lo conversado, por medio del cual podamos motivar al aconsejado a la fe y
la obediencia bíblica (He. 10:24), impartir consuelo y fortaleza o motivar al arrepentimiento
(Sal. 19:7-11).

6) Asignar tareas prácticas para el hogar que estimulen al aconsejado a aplicar la


palabra a su vida diaria. “Parte del proceso de consejería transcurre fuera de la reunión.
Tomando prestado el lenguaje de 1 Pedro 1:13-14, esto forma parte de la tarea de
preparación de la mente para pasar a la acción de fundamentar la esperanza en la gracia
de Cristo y así rescatar un alma de los deseos pecaminosos. El esfuerzo personal es
necesario para preparar el alma de cara al crecimiento.”6

Siguiendo fielmente el mensaje de la escritura en Stg. 1:22-23 de que no son los


oidores de la palabra sino los hacedores los que reciben la bienaventuranza, debemos dejar
claro que es de la interacción y práctica diaria de la palabra que se producirán los cambios
reales y duraderos en su vida, y para ello es importante que el aconsejado se siga
exponiendo a ella durante la semana y llevando a la práctica los conceptos y verdades
aprendidos y estudiados durante la reunión (Mt. 7:24-27).

Conclusión.

La primera reunión en una práctica o ministerio de consejería puede implicar el


comienzo de una relación ministerial en la cual la gloria de Dios sea cada vez más evidente
y el amor de Cristo más manifiesto o, por el contrario, puede ser una piedra de tropiezo que
aleje a las personas de la ayuda que Cristo puede y quiere suministrares por medio de su

5
IDP.pdf
6
Reju, Deepak; Pierre, Jeremy. El Pastor Y La Consejeria: (9Marks) The Pastor and Counseling (Spanish
Edition) (p. 78). 9Marks. Kindle Edition.

5
Espíritu y su Palabra. La diferencia, en gran medida, la hará cómo se conduzca y dirija el
consejero este primer encuentro con el aconsejado.

En este artículo hemos considerado algunos asuntos esenciales que, si son tomados en
cuenta, tendrán su efecto en el salón de consejería. Animamos a todo creyente que quiere
ser eficaz en este ministerio a seguir indagando y profundizando en el conocimiento de
estos principios de tal manera que pueda presentarse delante de Dios “…aprobado, como
obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15).

Bibliografía

1. Reju, Deepak; Pierre, Jeremy. El Pastor Y La Consejería: (9Marks) The Pastor and
Counseling (Spanish Edition). 9Marks. Kindle Edition.

2. Revista 9 marcas (edición #2), edificando iglesias sanas, la consejería. Consejería en


la iglesia.

3. Jones, Robert D.; Kellen, Kristin L.; Green, Rob. The Gospel for Disordered Lives.
B&H Publishing Group. Kindle Edition. Teología de la consejería Bíblica, Heath
Lambert. Editorial Bautista Independiente.

4. Michael R. Emlet. Cross Talk: Where Life and Scripture Meet . New Growth Press.
Kindle Edition.

5. Tripp, Paul David. Instrumentos en las Manos del Redentor (Spanish Edition).
Publicaciones Faro de Gracia. Kindle Edition.

6. Jay E. Adams. The Christian Counselor's Manual (Jay Adams Library). Zondervan.
Kindle Edition.

7. Adams, J. E. (1970). Capacitado para Orientar. Grand Rapids, Michigan:


Presbyterian & Reformed Publishing Co.

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