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Soporta todo el
peso corporal, por lo cual cuidar de ella nos ayuda a conseguir movilidad.
Está formada por 2 importantes huesos, el fémur y la tibia, además de una pequeña
estructura ósea llamada rótula.
Este último hueso se localiza en la cara anterior e inferior del fémur, donde está rodeada
por una cápsula y ligamentos que le proporcionan estabilidad.
El fémur y la tibia son el cuerpo de la articulación y la rótula actúa como una polea que
sirve de superficie de inserción para el músculo cuádriceps y el tendón rotuliano.
La rodilla es la articulación más grande del cuerpo humano. Sirve de conexión entre el
muslo y la pierna.
De pie, soporta todo el peso corporal gracias a la acción conjunta de huesos, músculos,
fibrocartílagos y ligamentos que le otorgan firmeza.
Los ligamentos impiden que ocurra separación articular, entre ellos encontramos: el lateral
externo e interno y el cruzado anterior y posterior.
Junto a ellos la articulación cuenta con potentes músculos que posibilitan los movimientos
de la extremidad inferior.
Dichos movimientos son principalmente de flexión y extensión, con una leve capacidad de
rotación.
La porción inferior del fémur tiene dos protuberancias de forma redondeada llamadas
cóndilos que están separadas por el espacio intercondíleo.
Por otro lado, extremo superior de la tibia posee cavidades glenoideas que albergan los
cóndilos femorales.
Entre estas cavidades se encuentran las espinas tibiales, prominencias en las cuales se
insertan los ligamentos cruzados.
También se identifica la tuberosidad anterior, sitio donde tiene lugar la inserción del
tendón rotuliano.
Por otra parte, la cara posterior de la rótula se articula con el fémur, específicamente en
una parte llamada tróclea femoral.
Aparte de las estructuras mencionadas, la rodilla cuenta con meniscos, dos fibrocartílagos
avasculares que no tienen vasos sanguíneos.
En general, la articulación de la rodilla está rodeada por una cápsula fibrosa que sigue el
contorno del fémur, la rótula y la tibia.
Adicionalmente, la rodilla se sustenta por la existencia de varios ligamentos que evitan los
movimientos excesivos.
Resulta increíble la forma en cada uno de estos elementos se disponen para dar lugar a
los diferentes movimientos de la articulación de la rodilla.
Mientras la flexión y extensión sobrepasan los 130°, la rotación es limitada y sólo puede
ejecutarse en flexión.
Por un lado, la flexión se detiene cuando la pantorrilla contacta el muslo, mientras que la
extensión se limita gracias a los ligamentos de la rodilla.
En cuanto a los huesos, las fracturas secundarias a caídas de pequeña, mediana y gran
altura, son motivo de consulta frecuente.
Dichas caídas pueden ser accidentales o consecuencia, por ejemplo, de entrenar sin
calentar luego de largos períodos de sedentarismo.
Normalmente, las rodillas soportan todo el peso corporal, impacto articular que incrementa
cuanto mayor es la sobrecarga acumulada.
Cuando el peso sube, aumentan las molestias no sólo en las rodillas sino también en la
articulación del pie.
Las afecciones articulares pueden aparecer en cualquier grupo etario, pero son más
frecuentes en el adulto mayor.
Los especialistas en traumatología sostienen que, sin importar la edad, cuanto mayor es
el peso, más grande será el daño funcional de la articulación.
Las lesiones más frecuentes incluyen la tendinitis, los desgarros, la osteoartritis y los
esguinces.
Por una parte, la tendinitis consiste en la inflamación de los tendones como consecuencia
de su utilización excesiva.
Por otro lado, los desgarros musculares resultan de la ruptura de las fibras musculares y
se relacionan con frecuencia con los esguinces.
Estos últimos son producto de la excesiva extensión de los ligamentos, por lo cual cursan
con aumento de volumen, dolor y marcha dificultosa.
Lo más importante es vivir tranquilo con la alegría de desplazarse por doquier sin
problemas.
Gonalgia: dolor de rodillas que limita la marcha
Se estima que 80% de la población menor de 40 años ha padecido, al menos una vez en
su vida, de dolor en la articulación de la rodilla.
Ruptura del ligamento cruzado anterior: es una lesión típica de deportistas que
produce mucho dolor y limitación.
Genuvaro y genuvalgo: dan lugar a rodillas arqueadas o muy próximas entre sí que
desarrollan artrosis y degeneración de meniscos y ligamentos.
De esta forma, ser activo y previsor de la ocurrencia de accidentes nos confiere una
sensación de independencia.
El selenio de las rocas y plantas tiene efecto antioxidante frente a los radicales libres,
facilitando la eficiencia visual.
Al mismo tiempo, facilita la acción de la insulina, con lo cual se obtiene mayor provecho
de la glucosa necesaria para mantenerte activo.
Posee Harpagophytum procumbens, una planta africana conocida como garra del diablo,
útil para el tratamiento del dolor articular y la tendinitis.
Por todo eso y más, usa [p12t], la mejor alternativa para poner tus rodillas en movimiento.
Aliméntate de forma variada, influyendo lácteos y calcio para fortalecer los huesos.
Si decides entrenar descansa al menos un día para evitar esforzarte más allá de tu
capacidad y sobrecargar tus articulaciones.
Por supuesto, las sesiones de entrenamiento deben ser acordes a tu edad y habilidades
físicas.
Disfruta de tu anatomía y conviértete en una persona sana y feliz con alto entendimiento
de la importancia de cuidar de su cuerpo.
Mantenerte saludable debe ser parte de tus metas. Asume una postura activa y haz de la
actividad física una práctica diaria.
No permitas que el tiempo pase en vano. Vive plenamente con la alegría de saber que
tienes la autoridad para hacer de tu existencia una estadía satisfactoria.
Agradece y cuida lo que tienes. Que nada perturbe tu deseo de vivir bien y mejor.