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CAPÍTULO 14
HABILIDADES PARA MEJORAR LA RELACIÓN DE PAREJA
Existe una realidad que nos aplica a todos los seres humanos, en donde
cualquier tipo de relación va a traer por naturaleza momentos de conflicto
o dificultades en algún momento, así como también cada relación tiene
momentos agradables y placenteros. Algo que tienen en común las
relaciones de pareja funcionales y sanas con las relaciones de pareja
disfuncionales y de bajo pronóstico, es que las dos viven durante todas sus
etapas momentos tanto placenteros como desagradables. Por sana que
sea la relación, van a existir momentos de conflicto, y de la misma manera,
por disfuncional que sea una relación, van a existir momentos placenteros.
Dentro de los diferentes conflictos de pareja que pueden existir, hay unos
que se tienden a repetir y mantener en el tiempo, y por más que queramos
junto a nuestra pareja solucionarlos, siguen ahí. A veces son tan presentes y
repetitivos que podemos percibir que tenemos los mismos diálogos con
nuestra pareja una y otra vez, durante meses o años. Esto puede causar
una sensación de cansancio o impotencia, no tanto por los problemas en
sí mismos, sino por llevar tanto tiempo lidiando con ellos.
Frente a esto, existe una dinámica en las relaciones de pareja que incluso
hacemos de manera inconsciente, que permite no solamente que los
problemas se mantengan en el tiempo, sino también que se incrementen.
La psicología ha encontrado que los conflictos interpersonales (entre
personas), normalmente se generan gracias a la participación de las
partes involucradas, es decir, no se ha encontrado, o por lo menos no
Si tan solo una sola de las partes comienza a enfrentar los conflictos desde
la autoconfrontación, las probabilidades de solución se multiplican, y aún
más cuando los dos lo hacen. Aunque esto pueda parecer claro, en este
punto podemos llegar a confundir autoconfrontación con respuestas que
no tienen que ver con esta habilidad. Te quiero compartir las confusiones
más comunes que he encontrado a la hora de tratar de ponerla en
práctica.
3. No confundas error con mala intención. Tal vez, uno de los más
grandes obstáculos para implementar la autoconfrontación en
nuestras vidas y relaciones de pareja, es esta confusión, y en este
punto es muy importante diferenciar error de intención. Por un lado,
error significa “concepto equivocado o juicio falso”, “acción
desacertada o equivocada” o “diferencia entre el valor medido o
calculado y el real” (RAE, 2019), es decir, para considerar que algo
es un error, es cuando se quiere una cosa, pero el resultado obtenido
es otro, mientras que intención significa “determinación de la
voluntad en orden a un fin” (RAE, 2019), es decir, para considerar
que algo es una intención, es cuando se quiere una cosa y se
obtiene lo que se quiere.
Nos pasa tanto a hombres como a mujeres, pero la fama la tienen las
mujeres
Aunque esta no sea una preferencia de todos los hombres, se podría decir
que es la elección de la mayoría. “Tiempo fuera” es pedirle a la otra
persona en ese momento de molestia que nos dejen solos para que
nosotros aparte por nuestra cuenta “exorcicemos nuestros demonios” y ya
cuando estemos tranquilos poder hablar del problema (Gray, 2010). No
obstante, para que sea efectivo, se necesitan tres condiciones:
Así como lo mejor que se puede hacer con la mayoría de los hombres
cuando están molestos es dejarlos solos, en el caso de la gran mayoría de
las mujeres es todo lo contrario. La peor idea es dejarlas solas, porque más
que un tiempo fuera, necesitan una contención emocional. Esto se refiere
Si haces parte de la mayoría de los hombres que no sabes qué hacer con
la emocionalidad de ella o perteneces a la mayoría de las mujeres que se
desespera cuando, en lugar de comprensión, obtienes críticas o silencio
por parte de él, y vas a poner estas estrategias en práctica, es muy
importante comprender que cada uno está comenzando a desarrollar una
habilidad que no maneja aún muy bien, por lo que no es raro que, en los
primeros intentos, se sienta falso o la ejecución no sea muy buena.
1. Explosiva. Las personas explosivas son aquellas que les parece muy
difícil quedarse calladas cuando algo las molesta, y a pesar de que
pueden sentir orgullo por ser sinceros, generan una imagen de
problemáticos, malgeniados u odiosos (Goleman, 2010). Además,
pueden llegar a decir o hacer algo en el momento de ira de lo cual
terminan pidiendo disculpas o sintiéndose mal.
Para explotar sin que esto nos genere problemas (o no más de los
necesarios), es importante utilizar una habilidad social llamada asertividad,
entendida como la habilidad de expresar lo que se siente y piensa, sin
llegar a ser agresivo (Caballo, 2007). Pero, lamentablemente, la asertividad
ha sido uno de los conceptos que más se ha malentendido, incluso por los
psicólogos, quienes acaban confundiéndolo, en varias ocasiones, con la
hipocresía. A continuación, les presento las diferencias más importantes
entre asertividad e hipocresía:
1. No quedarse callado
2. No ser agresivo con la otra persona
1. Disco rayado
Esta estrategia se usa cuando la presión a la que nos estamos
enfrentando es repetitiva, pero sin argumentos, y consiste en repetir
nuestro argumento o punto de vista ante cada insistencia de la
misma manera que la primera vez, sin ceder y tampoco ser agresivo
(Cabra y Sarasibar, 1995). Un ejemplo de esta estrategia es cuando
estamos en una reunión social donde particularmente ese día no
queremos tomar, y llega alguien a ofrecernos “un trago”, a lo que
respondemos “no, gracias, hoy no quiero tomar”, pero la persona
comienza a insistir de manera repetitiva: “tómese uno, tómese uno”,
frente a lo cual simplemente respondemos de la misma manera: “no,
gracias, hoy no quiero tomar”, y si llega a volver a insistir, repetimos la
misma respuesta en el mismo tono. No necesitamos ni pelear con la
persona ni tampoco tomarnos un trago que no queremos tomarnos.
Normalmente, a la tercera o cuarta vez, la persona deja de insistir.
2. Banco de niebla
Esta estrategia se usa cuando la presión, además de insistir, viene
acompañada de argumentos para que cedamos, pero estos
argumentos tienen la característica de ser verdaderos aunque
insuficientes para que cambiemos de opinión. Banco de niebla
consiste en primero resaltar la parte verdadera del argumento del
otro y luego reafirmar la propia posición (Cabra y Sarasibar, 1995).
Siguiendo el ejemplo de la reunión, la persona que presiona puede
decir algo como: “pero usted sí toma alcohol y además no está
tomando medicamentos que se lo impidan”. Una respuesta asertiva
usando banco de niebla puede ser: “tienes razón, yo sí tomo y no
estoy tomando medicamentos, pero hoy no quiero tomar”.
4. Interrogación negativa
Esta estrategia es útil cuando la persona que presiona ante la
negativa de nosotros se molesta. Interrogación negativa consiste en
preguntar abiertamente sobre la razón de la molestia (Cabra y
Sarasibar, 1995), ya que normalmente las personas que se llegan a
molestar no tienen presente de manera clara por qué. En el ejemplo
de la reunión, la persona que presiona si se molesta, puede llegar a
decir algo como: “¡Pero qué rogadera para que tome, me está
despreciando, se lo toma o se lo riego encima!”. Ante este tipo de
presión, una respuesta usando interrogación negativa puede ser:
“¿Por qué le molesta que yo no quiera tomar?”. Ante este tipo de
preguntas, normalmente, la persona que presiona por medio de su
molestia deja de insistir y se aleja.
Usar estas cuatro estrategias nos puede ayudar a ser fieles a nosotros
mismos, y permitirnos cambiar de opinión o ceder ante las propuestas de
los demás, pero solamente cuando consideremos que tienen razones