Está en la página 1de 6

EVALUACIÓN UNIDAD N°1

“Efecto estético”
Nombre estudiante
Fecha Nivel/ III° Asignatur Lengua y Literatura
curso a
Puntaje ideal puntos Puntaje
obtenido y
nota
Unidad Diálogo: Literatura y Efecto estético
Objetivo de Aprendizaje OA 2: Reflexionar sobre el efecto estético de las obras leídas,
evaluando:
● Cómo los recursos y técnicas literarias de la obra inciden
en el efecto estético producido.

I. Lee el siguiente texto y responde las siguientes preguntas:

Emanuel Rodríguez (fragmento)

1. ¿Cuál será el “efecto estético” de la Literatura? Explica y argumenta (4 ptos).


_____________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________

2. ¿Cómo se relacionará este efecto con la función de la Literatura? Explica ( 4 ptos).


_____________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________

II. Ítem de selección

TEXTO 1 (Preguntas 1 a 2)
1. «Financieramente hablando, el señor Grandet tenía algo de tigre y de boa: sabía agazaparse,
contemplar largo tiempo su presa, saltar encima de ella, abrir la boca de su bolsa, tragarse
un montón de escudos y acostarse luego tranquilamente, como la serpiente impasible, fría
y metódica que digiere. Nadie le veía pasar sin experimentar un sentimiento de admiración
mezclado de respeto y terror. ¿No había sentido todo el mundo, poco o mucho, en Saumur, el
cortés arañazo de sus garras de acero? A este, el señor Cruchot le había proporcionado el dinero
necesario para comprar una propiedad, pero le había cobrado el once por ciento; a aquél, el
señor de Grassins le había descontado un giro, pero cobrándole una prima enorme. Pocos días
transcurrían sin que el nombre del señor Grandet dejase de pronunciarse, ya en el mercado o
ya por la noche en las veladas. Para algunos, la fortuna del anciano viñero era objeto de orgullo
patriótico; así es que más de un negociante y más de un posadero llegó a decir a los forasteros
con cierto orgullo:
2. ―Señor, aquí tenemos dos o tres casas millonarias; pero, respecto al señor Grandet, ¡¡ni él
mismo sabe lo que tiene!!».
Honoré de Balzac. Eugenia Grandet, 1833 (fragmento).

1) De acuerdo a lo expresado en el fragmento anterior, se puede calificar al señor Grandet como


una persona:
I. derrochadora. II. interesada. III. altruista.
A) Solo I
B) Solo II
C) Solo I y III
D) Solo II y III
E) I, II, y III

2) El narrador alude a un tigre y a una boa con el objeto de


A) demostrar que en los negocios sobrevive el más astuto y frío.
B) caracterizar a Grandet como un hombre de negocios despiadado.
C) enfatizar la importancia y el valor de Grandet en su comunidad.
D) oponerse a las prácticas inmorales de los grandes negociantes.
E) explicar con detalle las causas del éxito económico de Grandet.

TEXTO 2 (Preguntas 3 a 5)
«Me pesaba su nombre como un grillo de hierro,
me pesaba su nombre como férrea cadena,
me pesaba su nombre como un fardo en los hombros,
como atada a mi cuello me pesara una piedra.
Ya no está junto al mío la injuria de su nombre,
y... me pesa!
Me pesaba su amor ambicioso y mezquino,
me pesaba su amor de deseo y de queja,
me pesaba su amor que más que amor fue odio,
su dignidad abrupta que más era soberbia.
Ya no tengo su amor, su dignidad, su odio,
y... me pesa!
Me pesaban sus celos pendientes de mis gestos,
me pesaban sus celos candentes de tragedia,
me pesaban sus celos adustos, implacables,
envolviendo mi cuerpo con obscura sospecha...
Ya no tengo sus celos, su sospecha, su injuria,
y iDios mío! me pesa...».
María Monvel. Me pesaba su nombre. Sus mejores poemas, 1922.

3) ¿Cuál de las siguientes opciones presenta el tema de la tercera estrofa del poema leído?
A) El desamor
B) El temor
C) La soberbia
D) El odio
E) Los celos

4) En la primera estrofa del poema es posible reconocer


I. repeticiones de palabras y/o frases. II. comparaciones entre dos o más elementos.
III. contraposiciones de emociones y sentimientos.
A) Solo I
B) Solo II
C) Solo III
D) Solo I y II
E) Solo II y III

5. ¿Qué emoción manifiesta el hablante lírico en el poema anterior?


A) Celos
B) Añoranza
C) Alegría
D) Desesperación
E) Confianza

TEXTO 3 (Preguntas 6 y 7)

«CYRANO: ¡Sí!... Mi vida no fue más que un servir de apuntador a los demás y luego ser olvidado.
(A Rosana). ¿Os acordáis de la noche en que Cristián os habló bajo vuestro balcón? Pues bien, toda
mi vida puede resumirse en eso: mientras que yo permanecía abajo, en la sombra, otro subía a
recoger el beso de la gloria. ¡Es justo y lo apruebo ahora, a un paso de la tumba! ¡Molière es un
genio y Cristián era bello! (En este instante, tras el tañido de la campana de la capilla, las monjas,
por la avenida del fondo, se dirigen hacia sus oficios). ¡Que vayan a rezar: ya está sonando la hora!
ROSANA: (Levantándose, para llamar). ¡Hermana!... ¡Hermana!...
CYRANO: (Reteniéndola). ¡No! No vayáis a buscar a nadie, porque, cuando volvieseis, yo ya me
habría ido. (Las monjas han entrado en la capilla. Se oye la música del órgano). No faltaba más
que esto: ¡un poco de armonía!
ROSANA: Vivid, ¡yo os amo!
CYRANO: ¡No! Hasta en los cuentos, cuando alguien dice “te amo” al príncipe horrible, él siente
desvanecerse su fealdad con estas palabras. Pero como podréis observar, yo permanezco igual.
ROSANA: Yo os he hecho desgraciado... ¡yo, yo!
CYRANO: ¿Vos?... ¡Al contrario! Ignoraba la dulzura femenina. Mi madre me encontraba feo y no
tuve hermanas; más tarde, temí constantemente las burlas de las mujeres. Os debo el haber tenido
por lo menos una amiga. ¡Gracias a vos, por mi vida ha pasado una mujer!».
Edmond Rostand. Cyrano de Bergerac, 1897 (fragmento).

6. De la primera intervención de Cyrano, se infiere que


A) Cristián, en alguna oportunidad, logró besar a Rosana.
B) Rosana escogió a Cristián debido a la fealdad de Cyrano.
C) Cristián traicionó la amistad de su amigo enamorando a Rosana.
D) Rosana dio esperanzas a Cristián y posteriormente lo olvidó.

7. A partir del diálogo entre Cyrano y Rosana, es posible afirmar que


I. Cyrano siente que está muy próximo a morir.
II. Rosana se arrepiente de haber amado a Cristián.
III. Rosana ama a Cyrano a pesar de su fealdad.
A) Solo I
B) Solo II
C) Solo III
D) I y III

«Los hombres de la Tierra llegaron a Marte. Llegaron porque tenían miedo o porque no lo tenían,
porque eran felices o desdichados, porque se sentían como los Peregrinos, o porque no se sentían
como los Peregrinos. Cada uno de ellos tenía una razón diferente. Dejaban mujeres odiosas,
trabajos odiosos o ciudades odiosas; venían para encontrar algo, dejar algo o conseguir algo; para
desenterrar algo, enterrar algo o abandonar algo. Venían con sueños ridículos, con sueños nobles
o sin sueños. El dedo del gobierno indicaba desde carteles de cuatro colores, en innumerables
ciudades: Hay trabajo para usted en el cielo. ¡Visite Marte! Y los hombres se lanzaban al espacio.
Al principio solo unos pocos, unas docenas, porque casi todos se sentían enfermos aun antes
de que el cohete dejara la Tierra. Enfermaban de soledad, porque cuando uno ve que su casa se
reduce al tamaño de un puño, de una nube, de una cabeza de alfiler, y luego desaparece detrás
de una estela de fuego, uno siente que no ha nacido nunca, que no hay ciudades, que no está en
ninguna parte, y solo hay espacio alrededor, sin nada familiar, solo hombres extraños. Y cuando
los estados de Illinois, Iowa, Missouri o Montana desaparecen en un mar de nubes y, más aún,
cuando los Estados Unidos son solo una isla envuelta en nieblas y todo el planeta parece una
pelota embarrada lanzada a lo lejos, entonces uno se siente verdaderamente solo, errando por las
llanuras del espacio, en busca de un mundo que es imposible imaginar.
No era raro, por lo tanto, que los primeros emigrantes fueran pocos. Su número creció
constantemente hasta superar a los hombres que ya se encontraban en Marte. Los números eran
alentadores. Pero los primeros solitarios no tuvieron ese consuelo».

Ray Bradbury. Los colonizadores. Crónicas marcianas, 1950.

8) De acuerdo con la lectura del relato, los primeros emigrantes eran pocos porque
A) no podían imaginar cómo era el planeta al que se dirigían.
B) se enfermaban justo antes de partir al planeta Marte.
C) temían la soledad que les deparaba un lugar inhabitado.
D) no volverían a reencontrarse con sus seres queridos.
E) dejar la Tierra les provocaba una profunda soledad.

9) ¿Qué actitud muestra el gobierno en su propaganda para viajar a Marte?


A) Selectiva
B) Prometedora
C) Engañosa
D) Comprometida
E) Seductora

10) A partir de la lectura del segundo párrafo, se infiere que


A) con el tiempo, los emigrantes a Marte ya no sentían la soledad de los primeros.
B) la sensación de soledad se acrecentó al aumentar el número de emigrantes.
C) los emigrantes cambiaban de actitud al pisar por primera vez el planeta.
D) el crecimiento de la población marciana fue constante en el tiempo.
E) los colonos de Marte no tenían motivos para sentir soledad.

11) Según el fragmento, ¿qué significa“enfermar de soledad”?


A) Sentir una intensa nostalgia por los lugares y gente que no se verán otra vez.
B) Extrañar profundamente la vida en la Tierra al llegar como colono a Marte.
C) Alejarse de la Tierra y sentir cómo la vida en ella parece que nunca hubiera existido.
D) Experimentar una profunda sensación de estar viajando sin un destino claro.
E) Imaginar la soledad que esperaba a los primeros colonos del planeta Marte.

Cuento Continuidad de los parques de Julio Cortázar publicado en 1956.


«Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando
regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa
tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías,
volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón
favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que
su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria
retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en
seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez
que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance
de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra,
absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían
color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa;
ahora
llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con
sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta,
protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía
la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que
todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo
retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada
había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo
minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano
acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer. Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se
separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se
volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los
setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían
ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y
entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul,
después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la
segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un
sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela».

Julio Cortázar. Continuidad de los parques, Final de juego. 1956.

12. ¿Quién es el personaje central del relato leído?


A) La pareja de amantes que se reúnen en la cabaña.
B) El narrador de la novela que lee uno de los personajes.
C) El narrador del cuento Continuidad de los parques.
D) El lector de la novela sobre los amantes reunidos en la cabaña.

13. “Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión
novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea
a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el
terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de
los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles”.
De acuerdo con el segmento anterior, el personaje aludido se puede calificar como un lector
I. comprometido con las emociones que viven sus personajes.
II. concentrado, que se deja llevar por la trama del relato.
III. que disfruta de la ilusión literaria a la cual decide acceder.
A) Solo I
B) Solo III
C) Solo I y III
D) Solo II y III

14. ¿Qué enunciado sintetiza el contenido central de la novela que lee el personaje?
A) Una mujer se reúne con un hombre en una cabaña por última vez.
B) Un hombre es asesinado mientras lee una novela.
C) Una pareja de amantes decide dar muerte a un hombre.
D) Un lector es testigo de la planificación de un asesinato.

15. A partir de la lectura del texto, se infiere que


A) los personajes de la novela saben que el lector será testigo de su crimen.
B) el lector de la novela es también un personaje de esta.
C) todos los personajes ignoran mutuamente la existencia del otro.
D) ni la mujer ni el hombre conocían la casa de su víctima.
16. De acuerdo con el título y el contenido del relato, ¿qué simboliza el parque?
A) El lugar que posibilita la reunión secreta de los amantes.
B) El lugar que conecta la realidad con la ficción.
C) El entorno que genera las condiciones para la lectura.
D) El espacio donde la ilusión novelesca se hace realidad.
Ítem Autoevaluación: Responde en relación a la autopercepción de aprendizaje.

También podría gustarte