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PSICOEDUCACIÓN SOBRE LAS FASES CARACTERÍSTICAS DE LAS RELACIONES DE

PERSONAS CON DEPENDENCIA EMOCIONAL

Las relaciones amorosas de las personas que sufren dependencia emocional suelen pasar
por una serie de fases. A continuación, voy a comentarlas una a una, y cabe la posibilidad
de que te llegues a identificar con alguna, o incluso con todas. La primera fase es la de
euforia, al comienzo de la relación. Es una etapa de verdadera felicidad. Se comienza a
idealizar a la pareja, y a formarse expectativas exageradas sobre el futuro de la relación.
Todo el mundo parece girar alrededor de este nuevo amor. Pero a medida que pasa el
tiempo llega la segunda fase, la de subordinación. A partir de aquí, los roles de dominante
y subordinado de ambos miembros de la pareja empiezan a establecerse y a perpetuarse,
ya que se refuerzan mutuamente de forma constante. La persona que sufre dependencia
emocional comienza a auto-anularse y a dejar de lado sus propias necesidades, deseos y
opiniones y llega a aislarse de sus seres queridos con el fin de dedicarse completamente a
la relación. Esto afecta aún más a la ya pobre autoestima del dependiente emocional, que
no soporta estar consigo mismo y consigue “evadirse” buscando la cercanía con la pareja.
El tiempo pasa, y la relación evoluciona a la fase de deterioro o de desequilibrio extremo.
Es la fase más larga de la relación, en la que se han acentuado las características de la fase
anterior. Se afianzan más los roles de cada miembro de la pareja, se anula cada vez más el
miembro dependiente y su autoestima se daña aún más. El sufrimiento es aún mayor que
antes. Existe un miedo extremo a verse sin la pareja, y se hará lo imposible por retenerla
(aunque tenga que soportar maltrato físico, psicológico o infidelidades). La situación es
insostenible, y con ello llega la ruptura de la relación. Ello provoca un dolor intenso y un
sentimiento de soledad y vacío, que llevarán a iniciar continuos intentos de acercamiento a
la expareja. Si se logra algún tipo de acercamiento, supondrá un alivio inmediato a corto
plazo, pero a largo plazo sólo perpetuará el malestar. Este malestar dura un largo periodo,
en el que la persona con dependencia emocional suele recurrir (aunque no siempre es así)
a relaciones de transición. Estas relaciones se dan con personas hacia las que no se
desarrolla una dependencia per se, simplemente alivian los sentimientos de soledad y la
necesidad de cercanía. El malestar por la ruptura sólo quedará completamente mitigado si
la expareja accede a volver, o se encuentra una nueva pareja que conlleve el recomienzo
del ciclo. ¿Qué te parece todo esto? ¿Te sientes identificado con algo? ¿Sientes que tu
historia es parecida?

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