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Características de las magistraturas

Entre las características más relevantes de las magistraturas


republicanas estaban:

La electividad fue una característica importante de las magistraturas


romanas en los primeros tiempos de la República. El magistrado
proponía a los comicios una lista de posibles candidatos y éstos votaban
de acuerdo a la investidura del magistrado. En realidad, la designación
del magistrado dependía de la oligarquía senatorial, ya que la formación
de la lista de candidatos era una operación que se realizaba entre el
magistrado y el senado.

En términos generales, las magistraturas eran anuales, con excepción


del dictador, cuyo mandato no podía exceder de seis meses y el del
censor que disponía de dieciocho meses para cumplir con su función.

Normalme
nte las
magistratu
ras fueron
colegiadas
. Tal
principio
afectaba a
cada uno
de los
colegas
que
ocupaba
la misma
magistratu
(2) Licinio Craso, Julio César y Pompeyo Magno formaban una magistrura colegiada (Triunvirato) ra, ya que
cada uno
realizaba
íntegrame
nte el
ejercicio
de las
funciones
inherentes
al cargo,
sin
distinción
de
competen
cias. Igual
título,
iguales
atribucion
es (par
potestas).
En la
práctica
esta
plenitud
de poder
no fue
posible,
por ello se
introdujer
on formas
de
despachar
los
asuntos
como fue
el caso de
la
cooperaci
ón, por
turno
acompaña
da de
sorteo y
por
derecho
de
intercesió
n en
contra del
mandato
de un
colega.

Los magistrados eran responsables de sus actos; debían rendir cuentas


de su actividad al finalizar el desempeño del cargo, pudiendo ser
llamados a comparecer en un proceso criminal público; asimismo, el
cargo era gratuito, máxime porque se trataba de un honor para un
ciudadano romano ocupar un cargo público.

En los primeros tiempos no existió un orden que se debía seguir para


ocupar alguna magistratura; fue a partir del año 197 a. C. cuando se
decretó la obligatoriedad de ejercer la pretura antes del consulado. En
el 180 a. C. la Lex Villia Annalis fijó la edad mínima para ser magistrado:
43 para cónsul, 40 para pretor, 37 para los ediles, señalando además
que el tiempo entre un cargo y otro fuera de dos. Finalmente, la Lex
Cornelia de Magistratibus del año 81 a. C. fijó el cursus honorum, en la
que la cuestura era obligatoria antes de ejercer la pretura y ésta antes
que el consulado. El único cargo que no estuvo sujeto a este orden fue
el de la censura.

Existían magistraturas que por su temporalidad o atribución fueron


consideradas como extraordinarias.

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correspondiente.
Censura
Dictadura
Tribuno

Censura
Magistratura que estaba fuera del cursus honorum y que normalmente
ocupaban los cónsules. Al ser colegiada, uno de ellos estaba encargado
de organizar el censo, el cual debía realizarse en 18 meses y el otro
duraba cinco años; se encargaba del cuidado de las costumbres. En
ausencia de ambos cónsules, un senador a través
del interregnum ocupaba por cinco días el cargo hasta que se nombrara
a un nuevo magistrado.

Dictadura
Magistratura extraordinaria cuyo nombramiento dependía del cónsul a
petición del senado cuando Roma estaba en una situación de
emergencia. Permanecía seis meses en el poder y tenía plenos poderes.

Tribuno
Magistratura anual cuyo titular debía ser de origen plebeyo. En el año
493 a. C. fueron nombrados cinco, ampliándose a diez en el 471 a. C.

Una vez que los magistrados terminaban el cursus honorum eran


enviados a las provincias sujetas al poder de Roma a ejercer alguna
promagistratura (sea como procónsul o como propretor). La Lex
Pompeia del 52 a. C. impuso que pasaran cinco años entre la
magistratura y la promagistratura.

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