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Tema: La construcción de una estructura legislativa reguladora de los vínculos laborales en el ámbito rural
Objetivos: Concentrar el análisis en la compleja trama de regulaciones que diseñó el peronismo. Comenzará
con la STP, el organismo donde se concibieron las normas del régimen y que tuvo a cargo la implementación,
analizará la legislación producida en dicha dependencia; el Estatuto del Peón y Ley 13.020, analizará
alcances y limitaciones que tuvo la implementación de la normativa.
Hipótesis: Durante el 1er gobierno peronista, existió una clara intencionalidad de controlar “la
judicialización del conflicto” como pilar fundamental del modelo político del gobierno, objetivo
materializado en la consolidación de una justica peronista: un constructo cuyas bases se forjaron a partir de
la intervención en el conflicto agrario y el conflicto laboral. El gobierno aseguraba así la vigilancia y
aplicación del nuevo derecho y la gestión de los resultados de su aplicación.
Funciones y atribuciones de la Secretaria: control y policía de trabajado en cada jurisdicción, con capacidad
de hacer inspecciones, recibir denuncias y multar a infractores; producir normas tendientes a una estricta
regulación en todo el país; convertir las oficinas de la STP en ámbitos de información y asesoramiento de
trabajadores; gestionar todos los conflictos laborales que se produjeran en el territorio a partir de un
sistema unificado de conciliación y arbitraje entre obreros y patrones. Con la concentración de atribuciones,
control de aplicaciones de leyes y resolución de conflictos, el nuevo organismo prometía convertirse en una
“superreparticion estatal”, su intención era realizar una intensa obra de divulgación para lograr
concientización en los trabajadores, prometía convertirse en agente activo de movilización.
Materia normativa: Desató sobre las relaciones sociales un torrente de decretos, resoluciones y
disposiciones sobre los mas variados temas. En el año 44`, (decretos nacionales, entre ellos el Estatuto del
Peón y el de creación de tribunales de trabajo, resoluciones internas regulatorias del trabajo rural, incluidos
disposiciones sobre pagos de salarios, jornadas de trabajo, descanso semanal, accidentes y procedimientos
de conciliación y arbitraje, instauración y reglamentación especial de salarios para distintas actividades) El
decreto 1740, establecía vacaciones anuales remuneradas para todos los trabajadores, incluidos los rurales,
creación del Instituto Nacional de Remuneraciones que establecía salario mínimo y vital, SAC y doble
indemnización por despido injustificado. La actividad de la STP en materia de producción legislativa,
continuó durante el periodo democrático. Sancionada como Ley 12.921, la norma ratificaba todos los
decretos dictados desde 1943, a partir de entonces, el Estatuto del Peón, SAC, vacaciones, pasaron a
integrar definitivamente la legislación laboral.
Estructura orgánica: pasó por varias reestructuraciones, hasta encontrar su forma definitiva, su diseño
original contemplaba grandes áreas (Trabajo, Previsión, Administración), algunas fueron destacándose por
su gran actividad, logrando mayor jerarquización en el organigrama como las Delegaciones Regionales.
Expansion territorial: se instrumentó por medio de Delegaciones Regionales que se desplegaron en una
amplia red a lo largo del país. Si bien la base de esa red fueron antiguos departamentos de trabajo
provinciales, esta fue transformada y ampliada, multiplicando las oficinas en la geografía nacional.
Atendiendo a la importancia agropecuaria e industrial de cada territorio, se organizaron delegaciones de
distintas categorías. El organismo contaba con delegaciones regionales y una amplia red de subdelegaciones
e inspectorías, a cargo de autoridades municipales, policiales y de gendarmería nacional que colaboraban
con esta secretaría, una red tentacular se desplegaba en el país para velar los nuevos derechos laborales.
Las relaciones laborales en el agro estaban a merced de arreglos privados entre los trabajadores y sus
patrones, mas que a las disposiciones de las pocas normas regulatorias que existían, las razones eran;
asilamiento de las zonas rurales, ausencia de organismos estales de control, falta de organización de los
trabajadores rurales y la concentración del Estado en la regulación del trabajo urbano. Si bien, hacia el final
del periodo conservador existieron iniciativas tendientes a fortalecer las instituciones reguladoras del
trabajo, siguieron teniendo escasa injerencia en el ámbito rural y, casi nula sobre los trabajadores
permanentes de estancia. Puede afirmarse que, hacia el advenimiento del peronismo, los trabajadores
rurales carecían de protección jurídica y supervisión estatal sobre los componentes del contrato laboral, por
lo tanto, estaban sujetos a condiciones siempre arbitrarias que establecían las costumbres forjadas por
practicas paternalistas de larga data.
Ley 13.020
El programa legislativo peronista para trabajadores rurales se completó con la sanción de esta ley. Regulaba
las labores de los peones temporarios, perseguía unificar en una sola norma la regulación que se venía
realizando periódicamente para cada actividad productiva, estableciendo un procedimiento común para
regimentar las condiciones salariales y de trabajo de los temporarios. A diferencia del Estatuto, disponía la
creación de un organismo centralizado; la Comisión Nacional de Trabajo Rural (CNTR), que organizaría de ahí
en más la regulación, la comisión estaba destinada a entender en todo lo concerniente a la regulación del
trabajo rural temporario e intervenir en las controversias que pudieran surgir por la aplicación de las leyes.
La ley disponía que el nuevo instituto se organizara en diferentes “comisiones paritarias” locales a lo largo
del país, con la misma constitución y encabezados por un delegado de la STP. Estas tenían la atribución de
regular para cada ciclo agrícola tarea, cultivo, y por zona, las condiciones y jornadas de duración de trabajo a
que deberán ajustarse las personas que trabajen a destajo en tares rurales. Debía fijar los niveles salariales
para cada ciclo agrícola. Imponía las mismas regulaciones para el trabajo de jornaleros que las que
determinaba el Estatuto del Peón para los trabajadores permanentes, solo que dejando su establecimiento
periódico en manos de las comisiones paritarias locales en la CNTR. Como el Estatuto del Peón y toda la
legislación laboral, la ley se declaraba de orden público, por lo tanto, ineludible los derechos y obligaciones
que estipulaba, Se fijaron sanciones y multas para los patrones que pagaran salarios inferiores a los
establecidos.
Comisiones paritarias de la CNTR y delegaciones de la STP iban a ser las encargadas de la supervisión y
control de las leyes laborales en el país. Esa omnipresencia en cada distrito rural de un Estado con la firme
vocación de regular esas relaciones marcaba un antes y un después en la vida rural Argentina.
La aplicación de la ley laboral en el ámbito rural fue un proceso largo y errático, tuvo avances y retrocesos,
en el influyeron estrategias de los empleadores para evadir las disposiciones, complicidad de autoridades
locales, temor de los trabajadores de reclamar su cumplimiento y los problemas prácticos que planteaba la
letra de las normas, que no siempre contemplaban la totalidad de las contingencias que podía acarrear la
regulación o la inmensa diversidad de situaciones que abarcaba el trabajo rural. Así en el caso de leyes que
regulaban los trabajos de cosecha, la adaptación de la legislación a la “vida real” estaba en la naturaleza
misma de las normas, su carácter único, con validez exclusiva para cada cosecha hacía que esa adecuación
fuera constante y que las enseñanzas de la experiencia de su aplicación pudieran incorporarse rápidamente.
En el caso del Estatuto, los problemas trataban de cuestiones practicas que planteaban la aplicación de la
norma, difíciles de prever en la teoría. El gobierno optó por ir ajustando la letra del Estatuto, con sucesivos
decretos y resoluciones destinados a corregir o precisar algunas disposiciones, en un proceso que duró años.
Pero fue la reglamentación general del decreto, ocurrida cinco años después de su sanción, la mejor
expresión de las dificultades que la implementación de la norma encontró en su “vida real”, así como la
necesaria plasticidad que el Estado adoptó frente a ellas. Esta medida, plasmada en un decreto, ampliaba
algunas consideraciones, buscaba remediar contradicciones con otras normas y diferencias de
interpretación que tenían los tribunales laborales.
La clave del éxito para la aplicación efectiva de la legislación fue la acción coordinadora de la red de
delegaciones regionales y subdelegaciones locales de la STP, a la que se sumaron luego las comisiones
paritarias de zona de la CNTR. Con una organización centralizada, dichas dependencias funcionaban como
fuente de información y brazo ejecutor de la regulación laboral de la Secretaría. Las delegaciones
desempeñaron un papel fundamental en el tramite de denuncias y demandas judiciales que podían realizar
los trabajadores, así como el asesoramiento y representación legal que allí se ofrecía, a esto se agrega, a
partir del 48´, el despliegue territorial de las comisiones paritarias de la CNTR, tanto su jurisdicción sobre el
conflicto laboral, como su potestad de imponer sanciones hicieron que su acción complementara a las de
delegaciones de la STP en el control laboral. Ambas dependencias iban a conformar un denso entramado
que haría llegar la mano de la regulación del trabajo rural a todo el país. -