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AGOSTO 2016

HISTORIA ARGENTINA DEL SIGLO XX. – CLASE 4

Historia Argentina del siglo XX. Conflictos económicos, sociales


y políticos

Anexo 1: Los discursos de la época

Fragmentos del discurso inaugural de Martínez de Hoz como


ministro

“Se abre, señores, un nuevo capítulo en la historia económica argentina. Hemos dado
vuelta una hoja del intervencionismo estatizante y agobiante de la actividad económica
para dar paso a la liberación de las fuerzas productivas. [...]

La inflación en la República Argentina es provocada esencialmente por los gastos


improductivos del Estado [...] Debe pues [...] encararse la realización conjunta y
gradual en los plazos fijados de un trípode de medidas: reducción del gasto fiscal,
aumento de los ingresos o recursos presupuestarios, incremento sustancial de la
inversión productiva del país. [...] La reducción del gasto fiscal debe realizarse a través
del redimensionamiento de la actividad estatal atacando simultáneamente cuatro
áreas: a) la racionalización de la administración central, b) la eliminación del déficit de
las empresas estatales, c) la reducción gradual y eliminación del aporte federal para
cubrir los déficits en los presupuestos provinciales, d) el encuadramiento de las obras
públicas en los límites máximos posibles permitidos por una financiación genuina y no
inflacionaria.[...]

Hay una Argentina que muere, la del Estado elefantiásico que subsidia empresas
ineficientes y cobija tanto a empresarios indolentes como a sindicalistas inescrupulosos
[...]

José Alfredo Martínez de Hoz, el 2 de abril de 1976.


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Portada de Clarín, 27 de marzo de 1976. La dictadura da sus primeros pasos, con el


reconocimiento de Estados Unidos, el apoyo del poder económico (“es normal la
provisión de alimentos”) y del Fondo Monetario Internacional.
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Los objetivos reales de la política económica

La política económica de Martínez de Hoz fue objeto de un intenso debate en la prensa,


los economistas y los círculos empresariales incluso durante la dictadura. En 1980 el
economista Adolfo Canitrot, entonces director del Centro de Estudios del Estado y la
Sociedad (CEDES), una institución privada que agrupaba a investigadores por fuera de
la universidad pública, expuso entonces un valiente y certero análisis acerca de los
objetivos reales de la política liberal:

“El plan económico de 1976 tuvo el propósito deliberado de liberalizar la economía (…)
Esta apreciación del contenido del plan es correcta aunque insuficiente (…) Ni los
encabezamientos doctrinarios del diagnóstico ni los juicios críticos que contiene son
suficientes para explicar su adopción. El diagnóstico tampoco era nuevo en 1976. En
realidad sus aseveraciones más significativas se ajustan más a la situación de 1960
antes del importante crecimiento de la productividad industrial y de la producción
agropecuaria, de la exportación de manufacturas, etcétera, que a las condiciones de la
década de 1970. Si el diagnóstico fue revivido y con él, toda la prédica del liberalismo
económico, ello se debió a la crisis política de la primera mitad de esta década, crisis
que las Fuerzas Armadas y los sectores empresarios percibieron como una amenaza de
disolución del sistema social vigente. En el seno de las Fuerzas Armadas se afirmó la
idea de que la crisis no había sido sino la conclusión de un proceso caracterizado por la
aplicación de un esquema institucional y político vulnerable a la influencia dominante y
perturbadora del peronismo y los intereses que este convocaba. Por analogía el
liberalismo pudo atribuir la crisis económica que se fue gestando en esos años hasta su
eclosión en 1975, a la persistencia de un ordenamiento de la economía a cuya
elaboración el peronismo había hecho un aporte original significativo.

La virtud del planteo del liberalismo económico consistió en demostrar a las Fuerzas
Armadas que el esquema político institucional que procuraba reemplazar estaba ligado
estrechamente al ordenamiento económico que le daba sustento. En consecuencia la
reforma económica era una condición necesaria de la reforma política.
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HISTORIA ARGENTINA DEL SIGLO XX. – CLASE 4

(…) La ineficiencia económica es dictaminada a priori en el contexto del modelo de


competencia perfecta pero no es ni verificada empíricamente –no es necesario- ni
objeto de tratamiento alternativo, como podría ser, por ejemplo, el aliento a la
renovación técnica. En la motivación ideológica yace el propósito no solo de controlar
el comportamiento de los asalariados, sino también disciplinar a la propia clase
empresaria, organizando la economía de tal forma que toda tentación de acuerdos
espurios con las clases dependientes-de los cuales Gelbard es la encarnación- quede
eliminada.”

Adolfo Canitrot. La disciplina como objetivo de política económica. Un ensayo sobre el


programa económico del gobierno argentino desde 1976. En: Desarrollo Económico,
Vol. 19, nº76, enero – marzo de 1980, pp. 453-475.

Cómo citar este texto:

Área de Ciencias Sociales, INFD (2016). Módulo: Historia Argentina del siglo XX.
Conflictos económicos, sociales y políticos. Clase 4. La última dictadura militar y la
transición democrática, 1976-1989. Anexo 1: Los discursos de la época.
Especialización en Enseñanza de las Ciencias sociales en la escuela primaria.
Buenos Aires: Ministerio de Educación y Deportes de la Nación.

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