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Facultad de Humanidades
Área de Posgrado
Maestría en Historia
Seminario El Estado argentino y la Planificación
peronista: agencia, expertos, estilos y recursos de
gestión (1944 – 1955)
“Agro e Industria, nacionalismo económico y
economistas gubernamentales”.
Estudiante: Lic. Jennifer Lucchelli Woollands
Docente: Dr. Hernán González Bollo
Introducción

El presente trabajo se inserta de manera general en la historia argentina del siglo


XX y de modo específico en el campo de la historia económica argentina. Allí hay una
serie de tópicos que generalmente suelen ser el centro de las discusiones entre los
historiadores económicos y los economistas, por ejemplo, el agro y la industria y la
política económica del peronismo, suelen ingresar a esa zona. Entonces nuestro objetivo
consiste en realizar una aproximación sintética de lo que fue el peronismo clásico y los
economistas gubernamentales, prestando atención al contexto anterior y posterior, dado
el carácter cíclico de nuestro país. Nuestra hipótesis consiste en afirmar que el conflicto
ideológico Argentina – Estados Unidos y la alianza del primer país con Gran Bretaña
2 actuaron de manera determinada para impedir el florecimiento del mercado y las divisas
argentinas en el mundo, sosteniendo al sector agropecuario atávico, sin novedades
discursivas frente a una industria naciente con perspectivas de un crecimiento cercano a
la tasa del 5%.
De ese modo, debemos afirmar que responderemos a nuestro objetivo e hipótesis
mirando el contexto externo y local que forma parte del apartado uno que comienza con
la crisis de 1929 y los avatares de los años treinta, donde la Argentina tenia claramente
un doble discurso: desde lo político y lo económico, así como en otros criterios. El
punto dos trata de los tiempos previos al peronismo y los funcionarios planificadores,
esencialmente para vislumbrar el crecimiento de un nacionalismo evidentemente militar
que tendrá influencia e injerencia en los presupuestos que Farrell comenzara a
organizar, cumplimentados por Perón y sus decisiones correspondientes para defender
los intereses nacionales. El tercer ítem aborda el tema de los economistas
gubernamentales, basado en las exposiciones de Hernán González Bollo y Diego
Pereyra, cuyos preceptos centrales orientaron la segunda mitad del presente trabajo en
lo que se refiere a estas figuras.
Por último, el cuatro es más bien un anexo donde hemos puesto selecciones del
primer plan quinquenal que es la fuente principal aquí. Del tomo I elegimos fragmentos
considerados pertinentes a nuestra explicación anterior y del Tomo II gráficos que nos
permiten dilucidar el impacto de tales planificaciones.
Creemos que indudablemente ellas forman parte de los temas que la
historiografía argentina y externa no terminaron de saldar, dado que el fenómeno
peronista es un tema altamente analizado desde diversos ángulos. Es muy importante
para la historia económica, política, social y cultural. Inclusive los planes quinquenales
mismos contienen temáticas que pueden ser estudiadas por historiadores de otras ramas
o bien investigadores de otras ciencias sociales. Lo cierto que este trabajo es una
proyección sintetizada de temas debatidos y rediscutidos continuamente, porque el
presente resulta ser la variable económica mas cuestionada de todas. Eso es todo lo que
pretendemos en este escrito.
I. Contexto económico y político previo: Década 1930 – 1940

A fines de la década de 1920 el mundo en general vive un período de crisis


económica denominada Gran Depresión, cuya magnitud se remonta hasta principios de
los años 1940. Indudablemente el capitalismo vivió en aquel entonces una circunstancia
particular, debiendo afrontar una coyuntura adversa y compleja de resolver. Por
ejemplo, se sabe bien que hubo una profunda deflación, restricciones monetarias –
financieras, reducción de precios, salarios, un claro retroceso de las actividades
económicas, entonces ¿de qué manera el mundo y la Argentina pudieron manejarse
frente a ello? Para Belini, “… La crisis internacional generada en los Estados Unidos
3 se trasladó a la economía mundial. La recesión ejerció fuertes tensiones sobre
economías que tenían un frágil equilibrio…” (Belini: 2017, 171). Esta aproximación
puede significar entre otras cuestiones, que ante tal severidad económica, muchos países
necesariamente se contrajeron junto a sus industrias y mercados provocando un cierre
económico como también una fuerte disminución de la demanda de materias primas y
sus precios. Entonces “… Los países productores de bienes primarios redujeron las
compras de maquinarias y manufacturas, al tiempo que entraron en bancarrota o
devaluaron sus monedas, ya que las deudas asumidas con anterioridad no podían ser
canceladas… los países industriales debieron soportar la caída de los precios de sus
productos, aunque protegieron sus mercados con barreras arancelarias o de otro
tipo… “(Rapoport: 2000, 206). El dilema para muchos países era como pasar esta crisis
y volcarse de lleno a una recuperación. En el caso de Estados Unidos, ya desde el cierre
del Tratado de Versalles en 1919 se observaba que era la principal potencia acreedora,
sin embargo, para muchas naciones europeas esta observación tardó en coincidir,
derivando en resoluciones paradójicas, como fue el caso de Alemania o bien de la
propia Gran Bretaña.
Continuando parte del argumento señalado en el párrafo anterior, es menester
diseñar descripciones y fundamentos de lo que aconteció en la Republica Argentina.
Para Schvarzer, el impacto fue enorme y esto fue perceptible a través del cierre de
mercados disponibles para los productos que nuestro país exportaba, ello junto a la
imposibilidad de obtener créditos externos indujo a que escasearan las divisas y por lo
tanto, no se podían comprar bienes en otros mercados como así tampoco podían
resolverse la remesa de beneficios y el pago de los servicios de la deuda externa.
Muchos interrogantes surgen entonces frente a un periodo que a nivel político es para la
Argentina, conflictivo a nivel sectorial, político – partidario, y de debates sobre qué
modelo económico debía seguir el país ¿Qué tanto se podía continuar sosteniendo el
modelo agroexportador y que otro porcentaje podía la industria apoyar la economía
nacional? Para Mario Rapoport, la dependencia argentina de los flujos comerciales y de
capitales, hizo que la crisis afectara en el sector externo. “… La balanza comercial de
1930 fue netamente deficitaria. Entre 1929 y 1930 las exportaciones disminuyeron un
36 % mientras que las importaciones se contrajeron mucho menos. Esto se debió a la
mayor inelasticidad del coeficiente de importaciones que dependía… en un país de
escasa industrialización, de la demanda interna de artículos de consumo. A esto se le
sumo la desfavorable evolución de los precios relativos… “ (Rapoport: 2000, 230). El
problema hasta ahí giraba en torno a la manera en que la Argentina podía resurgir de
tales dilemas.
A modo de unión con lo dicho hasta aquí, hemos de mencionar que para esa época,
el país ya contaba con una serie de funcionarios que trabajaban desde un punto de vista
económico – administrativo en pos de hallar un funcionamiento eficaz de una estructura
tan inmensa como era el Estado. Por ejemplo, Persello en un texto orientado a explicar
la política argentina a partir del radicalismo y el yrigoyenismo, planteaba en cierto
modo, esta idea de ese aparato de hombres que servían al Estado, claro está, que en otra
etapa “… En todos los sectores políticos dominaba la demanda por la racionalización
del aparato administrativo aunque sin traducirse en normas generales de
procedimiento… Cuando los radicales llegaron al poder había un ejército permanente
y las agencias estatales … se desplegaban por todo el territorio .. Islas de racionalidad
convivían con agencias estatales ineficaces y superpobladas… “ (Persello: 2000, 86 –
87).
Entonces a un contexto de fuerte crisis económica caracterizado por cierres
concretos de mercados externos, faltas de divisas, una importación y exportación cada
4 vez más complejas, la necesidad de reorganizar el país se tornaba sumamente necesario.
En los años treinta el gobierno de José F. Uriburu y los que le continuaron equilibraron
las finanzas, reduciendo el déficit fiscal y poniendo relativamente las cosas en su lugar.
Lo que demoró en resolverse fue la cuestión sectorial, esto es, la confrontación de
diversos sectores, que marcaron el rumbo argentino en esos años. Para Sidicaro “… La
vulnerabilidad de la inserción de la economía argentina en el mercado mundial de
productos agroalimentarios y los problemas relacionados con el manejo de la moneda
fueron dos cuestiones que estuvieron presentes desde mucho antes de 1930 en las
preocupaciones de los políticos conservadores y de las entidades que representaban a
los principales sectores propietarios …” (Sidicaro: 1995, 305).
Según estas lógicas contradictorias, es indudable, que la presencia de posibles
planificaciones e intentos de ella tuvieron un rol relevante aquí en el sentido de
reencausar el andar del país. El problema era que el mundo se cerraba, incluso hasta
Gran Bretaña, de allí, que una serie de hombres viajaron a Londres para la firma del
Pacto Roca – Runcinam, mediante el cual, la Argentina salvaba su mercado más seguro.
El sentido del comprar a quien nos compra como sostuvo Duhau en 1927 se reafirmaba
aquí. Recordemos que este vínculo era fuerte y la presencia de los Estados Unidos no
hacía más que acentuarlo, teniendo en consideración lo difícil que le era a nuestro país
introducir productos en la nación del norte del continente americano. Así pues, las
alternativas redundaban en lo mismo, con agentes sectoriales que preponderaban
determinadas acciones. ¿La Argentina se encontraba entonces un callejón sin salida, de
ser así porque? Como afirmamos en este trabajo, las divergencias entre los actores de la
época impedían seguir una línea en particular única, si es preciso reconocer que se
pensaba que era mejor continuar por la senda británica en pos de la venta de ciertos
productos, “… El elemento más importante que caracterizaba el comercio anglo –
argentino era el hecho de que el balance comercial entre los dos países presentaba un
excedente permanente a favor de la Argentina, cubierto del lado británico por los
intereses y dividendos de las inversiones realizadas en el país…” (Rapoport: 1998, 250
-251). Intereses y políticas que resultaban beneficiosas para unos, aunque para otros ello
no era en ese sentido, colocando el tema del agro y la industria en una instancia de un
camino o el otro, aunque siguiendo los análisis historiográficos y económicos
pertinentes, esa economía argentina se caracterizaba por avanzar por la industria
nacional por las divisas generadas del agro, un asunto totalmente paradójico, como veía
por el momento. Dos temas, dos enfrentamientos y un estado del país que precisaba una
resolución.
Carlos Díaz Alejandro y en coincidencia con nuestros tópicos principales analizó las
posibles causas por las que se podría haber alcanzado un crecimiento aproximado de un
5 %, dos opciones eran: a través del incremento de las exportaciones, que conduciría a
encontrarse con demandas mundiales inelásticas que no permitieran llegar al nivel de
crecimiento anhelado, por otra parte, dejando en este estado a las exportaciones para
incrementar al máximo la sustitución de importaciones. Para el autor, “… La
planificación tendría que ser cuidadosa, sobre todo en cuanto a las formas en que se
obtuvieran los bienes de capital y los medios por los cuales se pudiera mantener un
mínimo de eficiencia en las nuevas industrias, dado el proteccionismo inherente a esta
estrategia… “ (Díaz Alejandro: 1975, 111).
Resulta muy posible dilucidar que todo tipo de estrategias llevadas a cabo,
presentaron partes a favor como en contra, para el caso, desatar los lazos con los
británicos fue una labor muy ardua, que recién culminaría definitivamente en 1968,
además, la relación de estos sectores que defendían esa conveniencia no querían ni a los
Estados Unidos como tampoco favorecer a los nuevos sectores industriales y menos aún
5 a aquellos caracterizados de “nacionales”. Las inquietudes que fueron varias y
dispersas, dispararon polémicas y debates entre los actores del agro, de las industrias,
los militares, los conservadores, radicales y porque no el propio Juan Domingo antes de
ser Perón. El periodo que se abrió a mediados de los años 1930 en adelante
representaron todas estas connotaciones que venimos señalando, con todo debemos
apuntar a los siguientes puntos: el crecimiento de nuevos sectores industriales era algo
muy evidente, la química y la siderúrgica, eran claros ejemplos de ello, también que los
productos agropecuarios venían teniendo una inestabilidad relativa, cuyas diferencias
permitían la existencia y supervivencia del otro, como repetimos en otras partes de esta
comunicación.
De acuerdo a lo expresado en líneas anteriores, podemos perfectamente sostener que
“… La expansión de la manufactura unida al estancamiento rural, estimuló la
migración interna hacia los centros urbanos, sobre todo hacia el Gran Buenos Aires.
La fuerza de trabajo urbana, cada vez más numerosa, aparentaba ser una masa pasiva,
acéfala y desorganizada…. “ (Díaz Alejandro: 1975, 112 – 113). Todos esos cambios
tenían implicancias directas en todos nuestros dichos, al crecer la ciudad y modificar sus
estadísticas en todos los sentidos, la industria inevitablemente iba a transformarse. Con
la segunda guerra mundial, avecinándose en el horizonte, y los debates expuestos aquí,
posicionaron al país de otra manera en América Latina. Eso se dio sobre todo a inicios
de los años 1940.
Reflexionando sobre todo lo redactado aquí, es de pensar con cierto criterio que todo
avance requería de negociaciones y consensos que al mismo tiempo podían abrir puertas
o cerrarlas. El problema central en este apartado son aquellos sectores sumamente
defensores de un modelo agotado. Si un modelo se agotaba y el otro progresaba, que
decir de la situación electora y el rol de los militares, allí podemos coincidir con lo
siguiente “… El sentimiento nacionalista predominaba entre los militares… La prédica
de algunos oficiales había encontrado en el acentuado germanismo del Ejército un
terreno fértil… la exclusión de la Argentina del programa de ayuda militar…
contribuyó a la consolidación del neutralismo entre las Fuerzas Armadas… El candente
ánimo militar era notorio en medio de una situación política en que la oposición y el
gobierno perdían iniciativa… “(Gerchunoff/Llach: 1998, 156). Pues entonces tuvo
influencia en esta corriente que pensaba que la industrialización era un tema que debía
continuar de esa manera. Pero conviene señalar que este nacionalismo militar argentino
parecía ir a contramano de los acontecimientos bélicos del periodo, y eso fue indudable
cuanto menos tiempo de gobernabilidad y crédito le quedaba a Hitler en Alemania. El
gobierno de entonces encabezado por Ramón Castillo debilitado como estaba no
contaba con la firmeza para continuar en el poder, siendo entonces que el cuerpo
castrense estaba dispuesto a encabezar otro golpe, recordando, por otra parte, que las
internas eran habituales en cualquier parte de la sociedad, y el Ejército gobernaba el país
de manera efectiva o bien a través de figuras civiles. Hacia 1943, se produjo la
Revolución que derivó en un nuevo golpe de Estado. Entre 1943 y 1945 dos temas se
avecinaban como los centrales en cuanto y tema a vinculaciones con lo económico y el
rol de funcionarios que planificaban, tema como sostenemos que fue complejo y llevó al
país a un camino no británico pero tampoco estadounidense lo cual conducía a concluir
que la creencia de una economía argentina sujeta a conveniencias y acuerdos secretos
no era errónea.
En ese sentido, es preciso recordar la figura de Federico Pinedo, con experiencias
políticas de antes y durante la década del treinta, representa una ironía de lo que fue
agro e industria y los debates acaecidos y además pensándolo en la figura de algunos
funcionarios que buscaron regular el Estado en diversas direcciones, pensando
6 esencialmente que no es una creación del peronismo ni mucho menos. Estos actores
políticos y económicos fueron fundamentales en todas las idas y venidas del andar
argentino. En el caso de Pinedo y su famoso Plan del año 1940, demostró que las
circunstancias pueden cambiar las opiniones, siendo algunas de sus principales premisas
las correspondientes:

 Problemas del sector externo. Exportaciones agrarias y nuevas: Lo que sucedía


con lo que se no era vendible de los productos agrarios. Otorgando la opción de
productos nuevos, de origen industrial. Según el autor, a un plazo no muy
lejano era posible. En cuanto a tiempos más extensos, comentaba que era
posible volver a la normalidad. Aquí prestamos atención a esta noción de
normalidad, pensando en conjunto a la bibliografía, que en cierto punto esa
creencia era una premisa no tan clara, lo que si mostró, es que el país recorría
pasos diferentes a otras naciones latinoamericanas, contraponiendo el caso
brasilero al argentino.
 Comercio externo y divisiones. El caso de la libra esterlina, los saldos
favorables en divisas libres, los saldos crecían principalmente por el
estancamiento de Inglaterra, en cuanto al dólar, señalaba que ocurría todo lo
contrario, al verificar serios déficits motivadas por las importaciones a los
Estados Unidos, donde aparece el famoso triangulo en el cual siempre una de
las partes más favorecidas que otras. Sabemos que a la Argentina le costó unos
cuantos años comprender que Gran Bretaña no sería la potencia hegemónica
que un día supo ser.
 Depresión y formas posibles de desarrollo económico. Está claro que aquí se
hacía hincapié en el rol de la sustitución de importaciones para poder
sobrellevar las crisis ya señaladas. Por otro lado, decía que el Estado no resolvía
la situación comprando cosechas, entonces se necesitaba una reactivación más
concreta. Uno de los grandes interrogantes es el que sostiene lo siguiente
¿Dónde queda la industria? Lo que se planteaba en líneas generales, era el
poder analizar si resultaba posible en un futuro continuar con las exportaciones
del sector agrario, en cuanto a las certidumbres, se perfilaba que ambas esferas
podían en cierta manera combinar.
 Estado y papel. Este debía incentivar aquellos sectores que podían arreglar la
economía “… El programa se presenta como una alternativa de reactivación
no inflacionaria… se afirma categóricamente que el problema más grave es la
amenaza de depresión, no la inflación, y que primero deben resolverse los
problemas más económicos y después los desequilibrios de las finanzas
públicas…” (Llach: 1984, 521).
Por lo tanto, podemos señalar los siguientes elementos, por un lado aquí
no culmina el plan de Federico Pinedo, aunque no llegó a aprobarse, por
disidencias dentro del Congreso y serias desavenencias de la UCR (Unión Cívica
Radical), entonces de allí en adelante, los posicionamientos militares fueron
manifestándose a favor del desarrollo de una industria nacional, el cómo, cuando
y donde era un asunto de discusión. De acuerdo a Gerchunoff y Llach, “… la
mera existencia del Plan Pinedo fue un primer síntoma de la nueva mentalidad
con que encaraba la cuestión de la industria. En los fundamentos del programa
se notaba la creencia de que la Argentina estaba ante una oportunidad histórica
que no debía perder…. “ (Gerchunoff y Llach: 1998, 162).

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2. Los años previos al peronismo y sus funcionarios planificadores

En consideración al primer apartado y los postulados de Belini respecto a la


Industria argentina durante la Segunda Guerra Mundial, hay una serie de indicios que
hablan a las claras de una futura replanificación económica de un alcance mucho más
extenso, habiendo fracasado el Plan Pinedo, alternativas no abundaban pero si puede
describirse que hubo una mejoría de la economía nacional por dos variables: la política
8 de adquisición de cosechas y el lugar del sector externo, por el aumento de la demanda
de los Estados Unidos, menos importaciones de Europa e ingreso de capitales. Esta
expansión duraría hasta fines de la década de la que estamos hablando.
Continuando con estas indicaciones, vemos que en 1943 el valor agregado de la
industria superó (cuestión inédita) a la producción primaria, dando lugar a una
verdadera transformación de la economía argentina. Pero no hay que afirmar que todo
se resolvió rápidamente, el ISI continuo teniendo dilemas, discusiones, fuertes tensiones
y fundamentalmente la notable dependencia para con las materias primas y los insumos
básicos, reiterando aquí y como venimos haciendo, lo paradójico de esta economía.
Además la sustitución de importaciones conllevaba la redirección de los bienes de
consumo no durables hacia las maquinarias y equipos, mostrando que la complejidad
tecnológica, la escasez de capitales y la falta de mano de obra capacitada actuaban
como escollos a superar. Por otra parte, que los Estados Unidos se involucrara en la
contienda bélica, limitó todavía más las posibilidades de obtener insumos y equipos.
¿Cómo salir de tal atolladero? Más teniendo en cuenta que desde 1942 en adelante el
país de norte de América realizó un boicot comercial explicito con la Argentina por no
ir contra el eje desde el principio (Belini: 2017, 1914 – 198).
Las líneas anteriores y las que seguirán nos demostrarán que hizo el país
respecto a los años venideros. Sabemos que el éxito relativo de la exportación industrial
en la guerra despertó ilusiones en convertir a la Argentina en un mercado competidor
con los externos. ¿Cuáles eran los fundamentos principales de las ideas industrialistas?
La libertad económica, autonomía nacional eran los conceptos más conocidos y las
Fuerzas Armadas, quienes a través de las fabricaciones intentaron tener el armamento
negado por los Estados Unidos. (Gerchunoff y Llach: 1998, 163-164). Cuando estaba
por culminar la Segunda Guerra Mundial, se realizó el CNP (Consejo Nacional de
Posguerra), cuyo objetivo era ordenar económica y socialmente el país, quien
encabezaba dicho plan era ni más ni menos que el coronel Juan Perón y José Figuerola.
Revisemos un poco del mismo para saber más que era lo que se proponían los militares
en aquel momento:

 Capítulo Uno: Análisis situación. Hasta la primera guerra mundial la producción


agropecuaria era el principal sostén del país, en cambio, transcurrido el tiempo,
la crisis de 1929, el cierre de los mercados externos, se preciso de fomentar una
industria local, con la cual mejorar la situación de las divisas, hacia los años
1935 a 1939, la industria tuvo un gran despegue que buscaba el desarrollo de la
actividad fabril. Además se perfilo el rol del conflicto bélico en cuanto a que
permitiera esto mismo, y definitivamente un vinculo hubo, ahora bien cierre de
mercados, imposición de los Estados Unidos, Gran Bretaña y su abandono del
patrón oro junto a un deterioro explicito, provocaron que Argentina pensase en
alternativas si o si.
 Comercio Exterior. Un valor elevado al surgir la guerra. El comercio exterior
argentino repitiendo parte de lo señalado aquí tuvo muchos inconvenientes para
exportar, por lo tanto, la relación importaciones – exportaciones era desigual.
 Balanza de pagos: Según el CNP, la balanza de pagos de 1943 fue la más
elevada.

Por lo tanto, y si siguiéramos leyendo, observaríamos el progreso de la economía


a pesar de que las planificaciones muestren resultados adversos y contradictorios en
sí. Antes de terminar este segundo apartado es pertinente reseñar las cuestiones que
9 creemos son las principales para entender el proceso histórico y económico, las
planificaciones económicas y los fallos y oposiciones que había para ir hacia un lado
determinado. Esto junto a una política inestable y una democracia poco real en
términos de prácticas, conservadores y radicales, pro - nacionalistas o bien
nacionalistas extraños que preferían a los sectores privilegiados y beneficiando a los
británicos, junto a una industria que venía creciendo a pesar de los descontentos
evidentes.

Alfredo Gómez Morales1.

1
Obtenida de: https://es.wikipedia.org/wiki/Alfredo_G%C3%B3mez_Morales
10

Antonio Cafiero2.

José Figuerola3.

3. Los economistas gubernamentales (1949 – 1955)

Para Belini, a partir del golpe militar del año 1943 llevo al Estado a un conjunto
de hombres, bien ingenieros o economistas socialcatólicos, muchos discípulos de
Alejandro Bunge (Belini: 2017, 202). González Bollo y Pereyra usaron el termino de
economistas gubernamentales para hablar de algo que tenía una historia mucho mayor a
a la estudiada. Por empezar, hacen los autores una clasificación con varias etapas de
desarrollo. La primera de ellas, comenzando en 1890 con Francisco Latzina, que estuvo
al frente del acuerdo de la Baring para establecer la capacidad de pago del país, la
segunda, surge en el momento en que el Ministerio de Hacienda diseña una comisión
que investigaría la tarifa de avalúos (1893), donde Francisco Latzina, Emilio Lahitte,
Alberto Martínez pertenecen a una generación de hombres dedicados a lidiar con
foráneos para solucionar problemáticas económicas del país, tercero, Emilio Lahitte
realizó labores de asesoramiento del cooperativismo rural y en última instancia, ya con
Alejandro Bunge antecesor de los futuros economistas gubernamentales.
2
Obtenido de: https://www.infobae.com/sociedad/2019/12/21/la-dinastia-politica-de-los-cafiero-
catolicismo-y-militancia-peronista-en-tres-generaciones/
3
Obtenido de: https://amigosdelfutbolblog.wordpress.com/2018/01/02/el-gallego-de-peron/
Por ejemplo y en coincidencia con González Bollo y Pereyra, pensamos que
quizás el centralismo de la figura de Raúl Prebisch, relego a estos otros hombres que
vinieron a reprogramar el país. Figuras diversas encargados de delinear la economía
nacional y las proyecciones sociales. En los años de 1948 – 49 cuando la economía
terminaba su ciclo de expansión y crecimiento de las industrias, surgió la tercera
generación, José Figuerola, Ramón Cereijo, Roberto Ares, Alfredo Gómez Morales.
Ares era delegado de la Comisión de Adquisición de Ferrocarriles extranjeros y
subsecretario de Industria y Comercio. Recordemos que es el gobierno de Farrell quien
comenzó la etapa de formación estricta de la estadística argentina, cuyo objetivo era
centralizar a la burocracia.
Tomando en cuenta todo nuestro análisis anterior, podemos anotar que es
11 perceptible vislumbrar tal política gubernamental, el CNP perfilaba una estrategia
determinada para encausar a la Argentina. Centralmente, y una vez con Perón en su
primer mandato debió poner en orden los números que no se actualizaban desde hacia
prácticamente treinta años, lo cual, representaba un problema severo para la
conformación de los Planes Quinquenales 4. Tenemos que pensar que al mismo tiempo
tenían que negociar con las elites y los empresarios, para no confrontar directamente y
además que no tenían perspectivas similares a los hombres de María Eva Duarte.
¿Qué debían hacer? Tener la aprobación del presidente Perón, para no fallar,
entrecruzando informaciones, indicadores de diversas actividades sectoriales, con
profundas divergencias internas. Para Rougier y Stawski, este delineamiento económico
peronista quería reforzar su burocracia para ser eficaz y eficiente en su gestión, “… Ya
desde el inicio de su gestión el presidente, los ministros y los secretarios procuraron
dar entidad legal a las transformaciones… este trayecto tuvo su génesis con la reforma
financiera de Miguel Miranda… “(Rougier y Stawski: 2014, 175). El hecho de aparecer
más áreas ministeriales, deja entrever el perfeccionamiento en los análisis y las miradas
puestas en los objetivos indicados, por ejemplo, Bruce Herrick quien realizo una
comparación entre los dos planes quinquenales”… El objetivo de independencia
económica implicaba una menor dependencia del mercado extranjero para el
abastecimiento de capital y de bienes de consumo…. Una industrialización de la
magnitud requerida para liberar a Argentina de su dependencia de las importaciones
implicaba la adopción de extensos cambios en la economía… “(Herrick: 1967, 354).
Esbozando continuidades y rupturas, podemos sostener que la diferencia con las
etapas precedentes subyace en torno al tono utópico al nacionalismo así como también
la matización de lo que realmente era un plan capitalista. Los cuadros de la DGI ponían
de manifiesto un malestar particular entre la política de exenciones arbitrarias y
complejas, para el armado de la industria nacional. ¿Qué es lo que queremos exponer
hasta aquí con tales postulados? Qué el peronismo con estos economistas
gubernamentales como los llaman González Bollo y Pereyra, se proponían dar sentido y
visibilidad a la industrialización buscada. Considerando que el primer plan quinquenal
de 1946 – 1947 se presento ante una coyuntura aun favorable, era de esperar que los
números contribuyeran para el futuro.
Adjuntando las diferentes perspectivas historiográficas propuestas aquí,
podemos y debemos comentar que estos funcionarios, casi todos economistas o bien
abogados o militares, no se basaban solamente en criterios técnico-económicos
estudiados en sus respectivas casas de estudio, sino además de manera incipiente,
influenciados por las corrientes keynesianas con el Estado de Bienestar en boga en
aquellos años como en la década anterior.

4
https://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/quintosol/article/view/3575/5172
Entre 1946 y 1948, la economía argentina pasaba por un buen momento, sobre
todo, en lo concerniente en el sector industrial, en tanto que los salarios de los
trabajadores aumentaban. ¿Pero qué fue lo que ocurrió en términos concretos? Tras una
buena recuperación del comercio internacional que salía de la guerra y los instrumentos
principales del gobierno peronista. La figura de Miguel Miranda no puede obviarse en
este caso, dado que fue quien hasta 1949, se encargo, entre otros hombres más de
realizar esta ardua labor. La estrategia de Miranda de comprar sin pagar, a fin de
cuentas, era un asunto no solamente polémico sino que además poco posible de realizar
lo largo del tiempo. Para González Bollo y Pereyra “… El Consejo Económico
Nacional (CEN), creado en julio de 1947, sobrevivió a la desbordante personalidad de
Miguel Miranda. El había presumido ante Perón de poder comprar sin dinero…. “
12 (González Bollo y Pereyra: 2020, 84). Resulta por lo menos inquietante esto de comprar
sin dinero, lo que nos habla a las claras de que las divisas continuaban escaseando
entonces, pero la crisis sobrevendría a partir de 1949.
A partir de 1949, las firmas vendrían de la mano de Alfredo Gómez Morales,
refiriéndonos al CEN, claro está. Además la sanción de una nueva constitución (de raíz
liberal y sin cambiar demasiado el sistema imperante), cambio la cantidad y
composición de carteras nacionales que de 8 incrementaron a 19. Aparecieron tres
ministerios noveles: Economía, Industria y Comercio y Finanzas. De allí era el hombre
señalado al principio del párrafo, una de las figuras más excluyentes del régimen.
Cuando aparece la crisis en base a una redefinición de las políticas económicas, y de
una fuerte intervención y apoyo a la industria y el consumo, girando hacia el hallazgo de
más divisas y tratando de menguar el deterioro fiscal, por otro, retomando los
fundamentos de González Bollo y Pereyra, que hablan de más personajes interesantes
de esta planificación, describen el caso de Cereijo. Este último, ratificaba el rumbo
económico adoptado y en diferentes foros sostenía que había que abastecerse de
materias primas y bienes intermedios para la industria nacional.
Estamos viendo que la planificación económica y sus hombres estaban
dedicados de lleno a industrializar al país, en 1947 como dijimos se hizo el CENSO y a
partir de allí el Primer Plan Quinquenal, que como bien han visto diversos autores
contenía temas orientados a las reformas sociales más que a la industria per se. En el
año 1952 con la muerte de María Eva Duarte, se acentúa esta cuestión de los hombres
de Perón. ¿Qué aconteció con el modelo justicialista y en todo caso como fue definido
por los peronistas? Por lo pronto, al parecer, había muchos espacios dentro de esta
estructura nacional cuyo objetivo hemos repetido en varias oportunidades. Gómez
Morales, era la figura central de todo esto hasta 1955. Había también un personaje cuya
repercusión continuo durante un largo tiempo, Antonio Cafiero que también participo en
algunas cuestiones y después fue consejero financiero en los Estados Unidos, por otra
parte, José Figuerola, era un tecnócrata al estilo de Cereijo, que se dedico mucho a las
estadísticas y formo parte del circulo de líder.
Para 1953 según Rougier y Stwaski, el ajuste aplicado sendos resultados, la
inflación volvió a bajar y la economía retomaba su rumbo. ¿Cierto o parte de los
problemas que se avecinaban? Veremos. Con el segundo plan quinquenal en marcha y
la Ley de Inversiones Extranjeras, se deseaba el despegue nuevamente del sector agrario
e integrarlo con las actividades industriales, aunque en materia laboral, muchos asuntos
quedaron pendientes. En tanto a estos individuos, podemos comentar lo siguiente, con la
creación de la Secretaria de Asuntos Económicos, Balboa y Fracchia se agruparon en la
Dirección General de Política Económica. Estos eran especialistas en renta nacional al
igual que acontecía con otros casos.
En cuanto a la renta nacional, se fueron sumando más estudiantes y graduados a
su equipo, segmentados en cuatro grupos. Se organizaban en torno a los censos
agropecuarios, comercial y servicios de comunicación, finanzas, etc. Lo cierto es que
bajo Gómez Morales, los planes quinquenales tuvieron vida hasta el golpe de 1955. Lo
inédito de este periodo a diferencia de los anteriores era que la economía fue pensada de
modo burocrático, estadístico y político.

4. Selección del Primer Plan Quinquenal (1947 – 1951)

13 Tomo I

“… Por primera vez, el Pueblo de la Nación en los diferentes aspectos de su disciplina,


sabe a dónde va y que harán los mandatarios en quienes puso su confianza… Por
primera vez, un Presidente de la Republica se presenta al recinto del Congreso para
hablar mano a mano con el pueblo por intermedio de sus representantes…” (PLAN
QUINQUENAL, 1947, TOMO I, 7).

“… En el aspecto social, que tanto ha dado lugar a críticas, puedo decir que, cuando
he conocido la situación he justificado perfectamente bien que, en ese carácter de
dependencia económica foránea, el Presidente no tenía que hacer sino lo que ha hecho;
limitar a un mínimo casi inaceptable todas las conquistas sociales a que el país tenía
derecho por el trabajo de sus hombres en las fabricas, en el campo o en el comercio…”
(PLAN QUINQUENAL, 1947, TOMO I, 11).

“… No somos enemigos del capital, aún foráneo, que se dedica a su negocio; pero si lo
somos del capitalismo, aún argentino, que se erige en oligarquía para disputarle a la
Nación, el derecho de gobernar en sí…” (PLAN QUINQUENAL, 1947, TOMO I, 13).

“… El Consejo Nacional de Postguerra, creado hace dos años y medio, fue el punto de
partida para evitar la inflación. Sus numerosos estudios estadísticos le permitieron ir
desarrollando una política en la producción, industrialización y comercialización de
nuestra riqueza que nos pusiera a cubierto de todo posible movimiento inflatorio
excepcional. Descartábamos que una cierta inflación debía producirse por influencia,
cuando se vive una vida de relación en un mundo que soporta la más extraordinaria
inflación de todos los tiempos… “ (PLAN QUINQUENAL, 1947, TOMO I, 14)

“… Sr. Secretario Técnico – DIRECCIÓN NACIONAL DE LA ENERGÍA. En la etapa


actual de nuestra evolución económica, la promoción de bienestar general exige
propulsar, metódica y persistentemente, la industrialización del país. Hablar de
industrialización es hablar de equipos mecánicos y de la energía que los mueve,
factores básicos del proceso de producción del avance técnico y del progreso
económico. Un balance de las necesidades y recursos nacionales, acusaría, por otra
parte, el pronunciado desequilibrio actual en materia de energía, cuya consecuencia
directa es la ya crónica dependencia del exterior en orden al aprovisionamiento de
combustibles industriales… “ (PLAN QUINQUENAL, 1947, TOMO I, 56-57).
“… XVIII… La enseñanza técnica dependerá en todos sus aspectos de la Sección
Tercera del Consejo y en ella serán refundidas las actuales escuelas de aprendices, de
artes y oficios, industriales, técnica, monotécnicas… También se comprenderá dentro
de la misma la enseñanza comercial….” (PLAN QUINQUENAL, 1947, TOMO I, 126).

Tomo II

14

(PRIMER PLAN QUINQUENAL, TOMO II, 5).

(PRIMER PLAN QUINQUENAL, TOMO II, 7).


15

(PLAN QUINQUENAL, 1947, TOMO II, 25).


Conclusiones

A lo largo del presente trabajo hemos analizado una cuestión elemental para
nuestra historia económica, por un lado, el rol del agro y la industria a través de la crisis
de 1929 en adelante, además vimos la situación en la Argentna y el caso de los
económicas gubernamentales, idea extraída de Hernán González Bollo y Diego Pereyra,
quienes focalizaron su estudio del peronismo clásico en estos hombres especializados
(doctorados algunos de ellos) que a partir de 1944 empezaron a moldear el destino del
país. Particular, fue el rumbo de la Argentina, quien al terminar la Segunda Guerra
Mundial, se cerró a toda idea de comerciar con el exterior, sobrecargando el problema
16 de la falta de divisas, que bien se vio a partir de 1949 en adelante cuando empezó la
época de las vacas flacas.
Creemos que esta es una investigación inicial de un tema mucho más complejo
que ya ha sido estudiado por la historiografía argentina y externa, el peronismo
mediante su raíz económica, indudablemente sigue siendo el paradigma de lo
indescifrable en tanto y en cuanto a la adopción de medidas a seguir, la realización del
Censo de 1947 le permitió configurar estadísticas nuevas y a partir de allí, pensar como
se debía aplicar el Primer Plan Quinquenal (1947 – 1951). Con la muerte de Eva Duarte,
y la eliminación de funcionarios afines a la primera dama, los economistas
gubernamentales se dedicaron a ejecutar bien sus acciones para agradar al líder, ese era
el presidente Perón quien pretendía construir un nacionalismo económico particular
dado que era capitalista sin admitirlo y por cierto contradecía toda normativa mundial
respecto a varias cuestiones. Muchos puntos dejamos aquí para el futuro, esperamos que
pronto sean algunos revisitados y otros des – cubiertos. El peronismo es el fenómeno
argentino a estudiar por excelencia, porque nunca habrá un acuerdo alguno sobre
ninguna de sus políticas.
Fuente

 PRIMER PLAN QUINQUENAL (1947). Selecciones TOMO I y II.

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