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dividirse. En una prime-ra región hemos colocado las cosas reales; en una
segunda región hemos puesto los objetos. ideales; en la tercera, los valores; y
en la cuarta región los objetos metafísicos, de los cuales por lo menos uno, la
Así, esta inmediatez de nuestra relación con los objetos nos permite fácilmente
descubrir, en una primera visión, que entre estas cuatro clases de objetividad
existe una diferencia notoria. No es lo mismo ser cosa, que ser objeto ideal; no
es lo mismo ser objeto ideal o ser cosa que ser valor. Y cuando nos referimos
los anteriores.
en nuestra intuición directa de cada uno de estos grupos de objetividad, encontrar, sin reflexión
previa, la característica diferencial de cada uno de los
grupos. Pero inmediatamente notamos que son en su raíz misma, distintos. Así
como intuímos directamente que entre este pisapapeles y esta lámpara, desde
el punto de vista del ser no hay una diferencia radical, intuímos también
inmediatamente que entre esta hoja de papel y la raíz cuadrada de tres hay,
objetividad.
Sospechamos pues, con sólo la intuición de ellas, que cada una tiene su
estructura propia; que cada región del ser, cada región de la objetividad tiene
cada región ontológica; que tiene que haberlas, puesto que intuitivamente
región del ser; a esas estructuras que sellan con un tipo característico, con un
modo característico del ser, a cada una de estas regiones ontológicas. Les
sentido que su autor, Aristóteles, les dio primitivamente. Para Aristóteles las
Las llamaremos ónticas para subrayar que estas categorías son las estructuras
La palabra "categoría" ha sido otra vez usada por Kant; pero en un sentido
para designar, no la estructura del ser mismo, sino aquellas condiciones que
son propiamente ónticas, sino más bien ontológicas. La diferencia que debe
elaborado de una cierta manera, por el esfuerzo del conocimiento; es elaborado por la filosofía,
por la psicología, por las ciencias particulares; y esa
que sufrir modificaciones por el hecho de ingresar en esa relación; y a ellas las
llama categorías. Pero el error de Kant, como el error del idealismo en general,
hombre trata con los objetos, trata con las cosas, las tiene, las desea, las
sólo una de las muchas relaciones en que el hombre puede entrar con el
mundo.
durante tres siglos, y es que la única relación entre el hombre y las cosas es la
relación de conocimiento.
eso hemos de colocarnos ingenuamente ante las diversas regiones del ser, e
intentar fijar, con la mayor precisión, las estructuras ónticas de cada una de
estas regiones. Por otra parte, este intento o ensayo de determinar las
al grupo de los objetos mismos; que imponen sus características a los métodos
cuenta la estructura óntica peculiar de esa región y aplica a ella métodos que
explicativa, los biólogos pensaban que no po-dían aplicar más métodos que los
mismos métodos de la física. Mas como los métodos de la física son métodos
región del ser, y que se acoplan a las estructuras de esa región, resulta que al
imposibilidades, que hasta fines del siglo XIX no han podido salvarse, cuando
al fin los biólogos se han dado
Esto es lo que quiere decir la frase tan frecuente en la filosofía actual de "las
decir; a saber: que cada una de las regiones en que la totalidad de los objetos
puede dividirse, tiene sus propias categorías, que no son nada más que la expresión, en palabras,
de la estructura misma de esa región óntica. En cambio,
responden a la estructura misma del objeto que se trata de estudiar, sino que
responden, más bien, a la transformación que ese objeto sufre tan pronto como