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Nutrición en la adolescencia

[7.1] ¿Cómo estudiar este tema?

[7.2] Introducción. Necesidades nutricionales en


momentos de importantes cambios fisiológicos

[7.3] Requerimientos, ingesta e idoneidad dietéticas en


adolescentes: necesidades de energía y nutrientes

[7.4] Detección, evaluación e intervención


nutricionales en problemas relacionados con la
alimentación de los adolescentes

[7.5] Problemas de salud de los adolescentes más


frecuentes relacionados con la alimentación

[7.6] Nutrición para adolescentes deportistas: una 7


asignatura pendiente

[7.7] Referencias bibliográficas


TEMA
Esquema

TEMA 7 – Esquema
Necesidades nutricionales en momentos de Requerimientos, ingesta e idoneidad Detección, evaluación e intervención
im portantes cambios fisiológicos dietéticas en adolescentes: necesidades de nutricionales en problemas relacionados con la
energía y nutrientes alimentación de los adolescentes

Nutrición en la adolescencia

Problem as de salud de los adolescentes más Nutrición para adolescentes deportistas: una
frecuentes relacionados con la alimentación . asignatura pendiente
Nutrición en las Etapas de la Vida

© CUNIMAD (Centro Universitario Internacional de Madrid)


Nutrición en las Etapas de la Vida

Ideas clave

7.1. ¿Cómo estudiar este tema?

Para estudiar este tema lee las ideas clave que encontrarás a continuación.

En este capítulo estudiaremos cómo en la etapa adolescente debemos tener en cuenta


que el grado de maduración sexual y la madurez fisiológica son factores que
determinan los requerimientos nutricionales de los adolescentes mejor que la
edad cronológica, y veremos también cómo el desarrollo psicosocial de la adolescencia
puede influir de forma notable en el contenido y la forma de enviar mensajes sobre
educación nutricional para conseguir que sean eficaces con los adolescentes.

Estudiaremos además cómo los adolescentes cambian con cierta facilidad sus patrones
alimentarios, provocando potenciales consecuencias sobre su estado nutricional porque
consumen ciertos nutrientes en cantidades menores a las recomendadas, y mayores
cantidades de energía que las que son capaces de utilizar.

Buscaremos vías de atención nutricional especializadas en los problemas


nutricionales de los jóvenes en el periodo adolescente y analizaremos los problemas
patológicos relacionados con la nutrición que tienen una mayor prevalencia haciendo
hincapié en los trastornos de la conducta alimentaria debido a su gravedad.

Terminaremos analizando una situación muy específica y desconocida: la


alimentación correcta del deportista adolescente.

7.2. Introducción. Necesidades nutricionales en momentos de


importantes cambios fisiológicos

La adolescencia es la etapa de la vida que va desde los 11 a los 19 años, aunque expertos
han indicado que podría alargarse en algunos años más siendo por tanto su final más
difícil de determinar.

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Independientemente de ello, en lo que todo el mundo está de acuerdo es en que se trata


de un momento de la vida donde los jóvenes experimentan cambios muy
pronunciados a distintos niveles ya sean biológicos, sociales, cognitivos y
también emocionales que como resultado tienen la conversión de los niños en
personas adultas.

De hecho, adolescencia proviene del término adolescere que significa ‘cambio’. Es una
etapa que tiene un importante papel en el desarrollo del individuo, aunque en muchos
casos se entienda como un periodo de crisis que lo hace extremadamente delicado, ya
que pueden aparecer hábitos poco saludables que supongan ciertos riesgos para los
chicos. Tiene un cierto parecido al periodo de la primera infancia en el sentido de que
como en ese periodo se manifiestan situaciones de desarrollo de la identidad,
independencia, ganas de experimentar, etc.

Por otra parte, el adolescente debe aprender a adaptarse y asumir los cambios que se
originan en su cuerpo, tanto en tamaño como en cuestiones fisiológicas. Un verdadero
caos para el joven que viene de un periodo de desarrollo tranquilo y sostenido como es la
etapa escolar. Como decíamos, se crean situaciones comprometidas para el adolescente
y si miramos en dirección a su alimentación vamos a poder observar que muchos de los
«cambios» pueden resultar de la adopción de una serie de hábitos nutricionales
poco saludables habitualmente, incluso podrían relacionarse con el advenimiento de
trastornos en el comportamiento alimentario (anorexia, bulimia nerviosa y otros cuadros
mixtos), obesidad, etc. y lo más peligroso es que estas pautas alimentarias y sus secuelas
corren un elevado riesgo de ser aquilatadas y mantenidas a lo largo de la vida
restante.

No obstante, entendemos que la adolescencia es un buen momento para instaurar


estrategias nutricionales saludables y afianzar conductas alimentarias idóneas que
puedan permanecer en el tiempo.

Son numerosos e importantes los cambios que van a presentar los individuos durante la
adolescencia no solo a nivel fisiológico sino también a nivel psicológico; estas
transformaciones van a tener una influencia en su estado nutricional.

Es una etapa donde el crecimiento y el desarrollo del adolescente se dispara de una forma
muy evidente y rápida y van a provocar que los requerimientos nutricionales
experimenten un aumento más que considerable.

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Por otra parte, el característico desarrollo psicosocial de los adolescentes puede


ocasionar en más situaciones de las que quisiéramos el desarrollo de conductas
relacionadas con la alimentación que pueden suponer un riesgo para el correcto
desarrollo y como no, para la salud. Conductas como saltarse comidas, muy común en el
caso del desayuno, adopción de hábitos de salud y alimentación poco idóneos, el
problema de la imagen corporal que da lugar al consumo de dietas que pueden
menoscabar la satisfacción de los requerimientos nutricionales con sus respectivos
efectos secundarios, etc.

Pero entendemos que no hay que mirar solo la parte negativa; si volteamos la moneda
podemos darnos cuenta de que este momento de la vida puede resultar especialmente
interesante para emprender un desarrollo de iniciativas comportamentales en cuestión
de alimentación y salud basadas en educación nutricional y para la salud, así como el
fomento de la práctica de actividades deportivas que tengan como objetivo la adopción
de nuevos hábitos o refuerzo de los previamente existentes que ya se consideran
adecuados para la protección de la salud.

Figura 1. Adolescencia, época de adopción de nuevos hábitos.

Crecimiento físico y desarrollo normales

Como hemos dicho, la adolescencia tiene de especial ser un periodo donde existe un
aceleramiento del crecimiento y el desarrollo, caracterizado por la maduración
de sistemas y órganos corporales teniendo especial incidencia aquellos en los que las
hormonas sexuales ejercen una influencia capital.

Por primera vez, a la hora de estudiar tanto el desarrollo fisiológico como las posteriores
necesidades nutricionales haremos divisiones por sexo, ya que a partir de este momento
encontraremos diferencias entre ellos.

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El periodo adolescente se inicia con la llegada de la pubertad, que sucede normalmente


unos dos años antes en niñas que en niños. De hecho, parece ser que en el sexo femenino
aparece sobre los 10 y 14 años, finalizando hacia los 16 y en el masculino, comenzaría
sobre los 12 y hasta los 17 años. Este brote de crecimiento puberal que constituye la
pubertad representa significativos cambios biológicos que incluyen
importantes aumentos de peso y talla, cambios en la composición corporal, incremento
del tamaño del esqueleto y cómo no, la maduración sexual.

Es necesario indicar que no todos los individuos manifiestan la llegada de la pubertad de


manera uniforme y a la misma edad; como hemos dicho, las niñas tienen un crecimiento
más acelerado a la misma edad cronológica que los niños, caracterizándose en las chicas
por un aumento de la cantidad de grasa corporal a la vez que se va produciendo la
maduración sexual y un aumento de la relación entre los perímetros de la cadera y la
cintura. Aunque los chicos experimentan un crecimiento más lento, son capaces de
experimentar un incremento del tamaño corporal en menor tiempo.

Por otro lado, los varones crecen con mayor lentitud. Llega un momento en el que el
impulso de crecimiento es muy acusado —más que en las chicas—, y se produce el
llamado popularmente «estirón» que verdaderamente es más observable en el sexo
masculino. El proceso es un tanto diferente en los chicos, ya que en ellos disminuye la
grasa corporal a medida que la pubertad va avanzando y por el contrario la masa magra
aumenta de forma considerable. Por traducirlo a números, podemos considerar que la
punta de crecimiento máximos en niños es aproximadamente 9,5 cm/año y en niñas de
8,5 cm/año.

Diferenciación sexual: cambios de peso, composición corporal y masa


esquelética

Hemos indicado que una característica esencial de esta etapa es la maduración sexual.
Pues bien, las niñas suelen tener su primera regla (menarquia) en el año siguiente al
momento de máximo crecimiento experimentado y, a partir de este momento, el
crecimiento disminuye y a su vez se observa un incremento del desarrollo del tejido
adiposo en la zona de las caderas especialmente, que proporciona las típicas formas
corporales femeninas.

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Es por esto por lo que algunos expertos indican que la edad cronológica no es tan
importante como la valoración del desarrollo sexual y la edad ósea para estimar los
requerimientos nutricionales. Por tanto, las etapas de Tanner o índice de madurez
sexual —escala que valora los caracteres sexuales secundarios para determinar el grado
de madurez de los adolescentes—, debe tenerse en cuenta a la hora de determinar sus
necesidades nutricionales.

Todo el proceso madurativo, típico de la adolescencia, transcurre con un importante


incremento de las necesidades energéticas ya que los cambios experimentados en
el cuerpo acontecen con enorme rapidez y además prolifera de forma notable el tejido
metabólicamente activo especialmente el muscular, que es el determinante más
importante del gasto energético en reposo.

Hemos citado la edad ósea como un factor importante para estimar las necesidades
nutricionales, y es que la masa ósea ejerce un papel fundamental en el tamaño del
organismo, además de ofrecer diferencias respecto al sexo. El organismo femenino
presenta un menor tiempo de maduración ósea que el masculino que provoca que los
huesos tengan un menor tamaño. A lo largo de la etapa adolescente el incremento de la
masa ósea puede ser considerado más importante que el aumento de la talla.

Un dato que tener en cuenta es que al final del periodo puberal, se alcanza el mayor
nivel de densidad mineral del hueso, de ahí que la pubertad sea considerada como
una etapa decisiva en la solidez del esqueleto, pues es en esta época de la vida donde la
vitamina D, la correcta ingesta de calcio y el ejercicio físico se muestran
determinantes para una mineralización óptima del hueso.

Durante la etapa adolescente se adquiere hasta la mitad del peso corporal que se tendrá
de adulto, el máximo incremento en la ganancia ponderal es durante los primeros seis
meses después de que se haya producido el máximo de crecimiento lineal. En el caso de
las niñas, incrementan su peso en torno a 8 kg/año disminuyendo la velocidad del
aumento una vez se desencadenado la menarquia y manteniendo una elevación de peso
más o menos 6kg/año a partir de ese momento y hasta el final de la adolescencia.

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La composición corporal experimenta cambios notables, sobre todo, como hemos citado
anteriormente, porque la masa grasa aumenta (120 %) y la magra disminuye (40 %), la
razón de estos cambios tan incisivos es porque parece ser que la menarquia no aparece
hasta que la masa grasa supera el 17 % y además se requiere un 25% de grasa corporal
para mantener regular el ciclo menstrual [1].

Tenemos que indicar que muchas adolescentes entienden como algo negativo este
incremento graso y en muchas ocasiones provoca la instauración de conductas
alimentarias conducentes a la pérdida de peso de forma descontrolada y poco saludable
que pueden poner en peligro su salud llegando en los casos más extremos: que aparezcan
trastornos de la conducta alimentaria y alteraciones de la imagen corporal.

En los chicos, los cambios de composición corporal se producen de distinta manera, ya


que en mayor aumento ponderal está alineado con el crecimiento lineal y con la mayor
tasa de incremento de la masa magra. Considerándose en unos 9 kg/año el incremento
medio de peso en los adolescentes de sexo masculino experimentando a la vez una
disminución la cantidad de grasa corporal (10 %).

Desarrollo psicosocial

Durante los años que dura la adolescencia la maduración psicológica se instaura, se


forman rasgos conductuales influenciados por el ambiente en el que se desarrolla la vida
del individuo. Los adolescentes adoptan una serie de modelos comportamentales
donde buscan: la propia identidad personal, sentimientos de autoestima, imagen
corporal, independencia y a la vez intentan seguir un sistema de valores morales
probablemente adoptado de entorno más cercano. En muchos jóvenes, estas situaciones
de cambio tanto a nivel fisiológico como psicológico provocan unas situaciones un tanto
ambivalentes que de algún modo se caracterizan por la inestabilidad y la inseguridad.

Figura 2. Adolescencia, época de cambios.

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Como decíamos, el ambiente que rodea al adolescente tiene mucha importancia en la


toma de decisiones por parte de estos, sin ir más lejos suelen estar muy influenciados por
el grupo de amistades y la conducta alimentaria puede verse afectada por esta
cuestión, ya que en muchos casos las preferencias y toma de decisiones respecto a lo que
comen viene condicionado por las amistades dejando de lado las recomendaciones del
entorno familiar. Estas decisiones pueden tener los dos sentidos: habrá casos en que la
influencia de los amigos haga que mejoren sus hábitos alimentarios, pero en otros puede
ocurrir lo contrario y hacer que el adolescente adopte costumbres alimentarias negativas
que puedan afectar a su desarrollo.

Hay que destacar que en muchas ocasiones y dependiendo de la madurez del individuo
dentro de la adolescencia y de su nivel educativo, no son capaces de comprender que
ciertas conductas relacionadas con la salud que adoptan pueden afectar de una
forma importante a su estado en un futuro más o menos próximo, y se dejan llevar
por modas en el consumo de incluso tóxicos que socaban su salud presente y futura.

Por otra parte, la imagen corporal empieza a ser motivo de preocupación y está
íntimamente relacionada con la aceptación del individuo en el grupo, de igual manera
que lo expresado para la conducta alimentaria, la influencia social del adolescente le
puede beneficiar o perjudicarle.

Conductas de salud relacionadas con la alimentación durante la


adolescencia

Respecto a las conductas alimentarias, es muy posible que, por influencias familiares y
educativas, el adolescente tenga asumida una información concerniente a la salubridad
de la alimentación lo suficientemente útil para saber qué debe comer para practicar una
dieta saludable, pero no es tan evidente que esto suponga que su comportamiento
alimentario esté en la línea de lo correcto. De hecho, como hemos visto, la influencia del
grupo de amigos puede tener más peso, a veces se adoptan una serie de prácticas
relacionadas con la alimentación que no van a ser las más adecuadas.

Es la época donde se empiezan a descuidar comidas; un ejemplo evidente lo


representa el desayuno, en numerosas ocasiones hemos visto estadísticas que indican
que la mitad de los adolescentes no desayunan o realizan una pequeña ingesta como un
vaso de leche o un zumo de frutas. Lo peor es que estas situaciones acaban creando un
hábito que se transmite a etapas posteriores.

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En otros casos, la comida estrella es la llamada comida rápida, tras la que se esconde
una pretendida falta de tiempo o incluso una actitud que presentan muchos adolescentes
frente al tiempo que consumen en alimentarse que lo consideran como algo a reducir,
puesto que ponen otras actividades en su orden de prioridades.

Son diversos y variados factores los que influyen en las conductas alimentarias
de los adolescentes.
» Los hay individuales, que incluyen actitudes, creencias, preferencias alimenticias y
cambios biológicos.
» Los hay ambientales, que comprenden el ámbito social cercano como es la familia,
el grupo de amigos, el ambiente escolar, etc.
» Y, por último, actuando estos desde un papel más indirecto, los relativos al mundo
en el que se desarrolla su vida, ahí ejercen su influencia ciertas normas
socioculturales, la disponibilidad de alimentos, los medios de comunicación,
publicidad de establecimientos de comida rápida, etc.

Todos estos factores representan niveles sobre los que actuar desde una
perspectiva orientada a seguir estrategias que faciliten la correcta alimentación de los
adolescentes.

No podemos obviar otras realidades que dejan su impronta en la forma en la que los
adolescentes se alimentan, como son la cultura de la que provienen o el estrato
socioeconómico al que pertenecen; este último factor, es más tendente a procurar que
el adolescente adopte malos hábitos alimentarios y como consecuencia, numerosos casos
de sobrepeso y obesidad se dan en este estrato social.

Por otra parte, se sabe que las costumbres alimentarias de los jóvenes adolescentes
varían a lo largo de la etapa, lo que hace un poco más difícil valorar en su conjunto la
alimentación de los adolescentes.

Decíamos unos renglones más arriba que en muchos casos los adolescentes tienden a
reducir el tiempo dedicado a proveerse de alimentos, llegando a saltarse comidas,
haciendo uso de comidas rápidas y consumiendo alimentos de baja calidad, pequeñas
colaciones, muchas de ellas, basadas en productos de bollería, snacks o similares. No
podemos olvidar que este tipo de productos son energéticos en exceso, pudiendo
representar prácticamente la mitad de la energía que necesitan para un día y
probablemente una cuarta parte de las grasas necesarias.

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Este tipo de tendencias en el consumo viene aumentando en las últimas décadas y,


además, también se percibe que el tamaño de las raciones va en aumento, en detrimento
directo de la cantidad consumida otros alimentos que podríamos calificar como
saludables (fruta fresca, por ejemplo). Es más que sabido, que este tipo de alimentos
presentan altas cantidades de azúcares sencillos, grasas saturadas y sal y apenas aportan
nutrientes tan importantes como vitaminas y minerales. No olvidemos que suelen
acompañar a estas comidas rápidas refrescos, altamente energéticos y cargados de
azúcar.

Hablábamos del desayuno como la ingesta que con mayor frecuencia se saltaban los
adolescentes y verdaderamente, este hecho constituye un problema porque los alimentos
que suele contener proporcionan nutrientes como carbohidratos complejos, fibra, calcio
y folatos que pueden verse reducidos pudiendo llegar a ocasionar déficits que
comprometan el correcto desarrollo del menor.

El problema de que los adolescentes consuman comida rápida, hay que analizarlo
mediante dos vertientes:
» Por un lado, se presenta de forma apetecible para ellos, incluso los establecimientos
de restauración ofrecen un entorno agradable y acorde con sus gustos, que suele
surtirse de personal joven para trabajar.
» Por otro, el precio. Son productos bastante económicos, pero se está observando
como la tendencia de consumo de este tipo de alimentos está superando el restaurante
para introducirse en la cesta de la compra habitual de numerosas familias. La facilidad
de preparación, que en muchos casos la realiza el propio adolescente, la falta de
tiempo o la más común pésima organización alimentaria familiar hacen que esta
situación se agrave con el tiempo.

Esta tendencia alimentaria puede afectar de forma directa a la salud del


adolescente, pues el alto contenido en grasas saturadas tal vez represente el mayor
inconveniente para su consumo habitual.

Otro inconveniente es que el adolescente suele pasar cada vez menos tiempo en
casa y más con amigos, donde pueden incrementarse las posibilidades de realizar
comidas con estos que suelen estar constituidas por los alimentos que estamos citando.

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Las comidas familiares suelen estar mejor confeccionadas y normalmente son bastante
más equilibradas, con presencia de fruta y verduras frescas, legumbres, cereales y menor
oferta de otros productos como refrescos, pero de igual manera, es cierto que el hecho de
comer en familia no siempre es lo que indicamos.

Figura 3. Nutrición en la adolescencia.

7.3. Requerimientos, ingesta e idoneidad dietéticas en


adolescentes: necesidades de energía y nutrientes

Durante la adolescencia, la nutrición regula el crecimiento y la mineralización del


sistema óseo al igual que en otras etapas de la vida. Debemos tener en cuenta que la
alimentación aporta nutrientes para el suministro de la energía necesaria y
de los elementos necesarios para la intensa formación de las diferentes estructuras que
se desarrollan de forma vertiginosa en esta etapa, pero además interactúa con las
hormonas gonadotropina y somatotropina, que son las responsables de que el
organismo crezca y vaya madurando. Si no se suministran los nutrientes necesarios, la
secreción de estas hormonas se detiene retrasando la pubertad y no solo eso, sino que
además puede condicionar el aumento de la altura durante la adolescencia.

Son pocos los estudios sobre necesidades nutricionales en la etapa de la adolescencia que
se han desarrollado, por lo que hay pocos datos para definir los requerimientos
óptimos de nutrientes y energía en este periodo. Las recomendaciones de ingesta
para este grupo se han establecido al extrapolar los datos a partir de los requerimientos
nutricionales de los adultos o de los niños; a partir de los primeros, se obtienen datos con
respecto a la demanda de nutrientes para el mantenimiento y de los segundos, las
necesidades durante la época de crecimiento.

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Las recomendaciones de energía y nutrientes han de ser adaptadas a los cambios de


composición corporal, al estado de maduración y a la velocidad de
desarrollo y crecimiento. Como dijimos con anterioridad, a partir de esta etapa los
requerimientos nutricionales van a ser diferentes dependiendo del sexo, pero también
del grado de maduración del individuo, por lo que la influencia de la edad cronológica no
es capital en muchos casos como por otra parte lo pueden ser la maduración ósea. Hay
que destacar, que, aunque esto es lo que estimamos desde el punto de vista profesional
—para facilitar la información ya que de otra forma sería muy difícil—, los valores
publicados como recomendación de ingesta se agrupan por edad cronológica.

Un dato para tener en cuenta es que independientemente de la recomendación


determinada, en general, los requerimientos nutricionales del adolescente
deben ser superiores a los de adultos y niños, debido a la necesidad incrementada
por el amplio desarrollo de estructuras tisulares que implican la presencia de
determinados nutrientes y a alta tasa de crecimiento global.

Requerimientos nutricionales

Energía

Carbohidratos

Proteínas

Grasa

V itaminas

Minerales

Figura 4. Requerimientos nutricionales.

Energía

Es sabido que el gasto metabólico basal o en reposo es el componente mayoritario del


gasto energético de un individuo y depende fundamentalmente de la masa magra, al que
hay que sumar el gasto debido a la actividad física. Además, en los adolescentes hay que
tener en cuenta la energía extra necesaria para atender al rápido crecimiento
típico de esta etapa.

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El gasto metabólico en reposo al estar relacionado con la masa magra hace que sea
superior en el sexo masculino frente al femenino porque constitucionalmente
ellos son de mayor tamaño y mayor cantidad de músculo.

Aunque se pueden establecer unos requerimientos energéticos genéricos hemos de tener


en cuenta que en esta etapa existe una importante diferencia en cuanto al estadío de
desarrollo que se encuentra el adolescente, ya que cada individuo como hemos indicado
con anterioridad, va madurando sin tener en cuenta la edad cronológica y es por
ello que la determinación de las necesidades de energía son mucho más fiables si a la
hora de calcularlas se tiene en cuenta el nivel en el crecimiento del adolescente.

Para ello podemos utilizar ecuaciones predictivas como las de Schöfield:

𝑆𝑒𝑥𝑜 𝑀𝑎𝑠𝑐𝑢𝑙𝑖𝑛𝑜: (16,25 𝑥 𝑝𝑒𝑠𝑜) + (1,372 𝑥 𝑡𝑎𝑙𝑙𝑎) + 515,5 (𝑘𝑐𝑎𝑙/𝑑í𝑎)

𝑆𝑒𝑥𝑜 𝐹𝑒𝑚𝑒𝑛𝑖𝑛𝑜: (8,365 𝑥 𝑝𝑒𝑠𝑜) + (4,65 𝑥 𝑡𝑎𝑙𝑙𝑎) + 200 (𝑘𝑐𝑎𝑙/𝑑í𝑎)

No podemos olvidar que el gasto metabólico basal o en reposo es uno de los


componentes de los requerimientos energéticos totales por lo que es necesario
determinar el grado de actividad física que el adolescente ejecuta donde, de igual manera,
aparecen enormes variaciones entre los adolescentes encontrando individuos
absolutamente sedentarios y otros que incluso participan en competiciones deportivas.
Por tanto, somos de la idea de ajustar las cantidades de energía necesaria al
gasto real del adolescente. Y no olvidemos que van a ser diferentes para cada sexo.

Se ha discutido mucho en torno a cómo debería ser distribuida esa energía a lo largo de
un día respecto a la ingesta alimentaria. Realmente no hay una fórmula específica,
aunque podemos recomendar la siguiente por resultar bastante adecuada: en el
desayuno se deberían ingerir un 20-25 % de la energía total, en el almuerzo 30-35 %,
merienda 15-20% y cena, 25 %. Insistimos en que no es más que una propuesta que
puede admitir variaciones que consigan que la ingesta del individuo se adapte mejor a
sus necesidades.

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Carbohidratos

Una vez más reivindicamos los hidratos de carbono como los nutrientes que
deben proporcionar la mayor parte de la energía.

A estas edades se recomienda ingerir unos 130 g/día, lo que indica que el aporte de los
hidratos de carbono debería ser superior al 50% de los requerimientos energéticos.
Siempre prefiriendo alimentos con carbohidratos complejos como hortalizas,
cereales, legumbres y frutas que además van a suministrar una importante cantidad
de fibra dietética que, como sabemos, es necesaria para un correcto tránsito intestinal y
su consumo previene algunas de las llamadas enfermedades crónicas como la diabetes
tipo 2 y cardiovasculares, al igual que en algunos tipos de cáncer, pudiendo incluso
arrastrar algunas grasas de la dieta, reduciendo el riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad.
Por cierto, el excesivo consumo de fibra puede, de igual forma, provocar que
algunos minerales no se absorban de la forma idónea.

No podemos olvidar respecto al consumo de hidratos de carbono que los denominados


sencillos deben limitarse a un 10 % del total, y esto es algo realmente complicado
si tenemos en cuanta los típicos hábitos de consumo de adolescentes, sobre todo cuando
se exceden en la ingesta de refrescos azucarados y otros alimentos, que suelen formar
parte de su alimentación tal y como indicamos en el apartado anterior.

Proteínas

De igual manera que para otros nutrientes, los requerimientos proteicos deben calcularse
en función del estadío de maduración del adolescente, así como su composición corporal;
por tanto, deben personalizarse.

Son superiores a las recomendadas para otras etapas de la vida. Se puede


estimar como recomendable una cantidad de 43 g/día para los chicos de entre 9 y 13 años
y de 56 para los de 14-18. En el caso de las chicas, se estiman 45 g/día entre 9 y 13 años
y de 43 para las de 14-18 años [2].

Ingestas por debajo de estas cantidades pueden provocar la aparición de un


retraso en el crecimiento, o incluso retrasos en el inicio de la menstruación en el caso
de las chicas.

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Grasa

Respecto al contenido graso recomendado en la dieta de los adolescentes, debe estar


situado en el que corresponde a un máximo del 30 % de la ingesta energética total,
aunque algunos expertos recomiendan aumentar hasta un 35 % siempre y cuando el
reparto de grasas según su calidad nutricional sea la esperada, siendo siempre prioritario
el consumo de grasas monoinsaturadas.

Hacemos la misma alusión que unas líneas más arriba sobre el consumo de alimentos
comunes en adolescentes, que proporcionan un exceso de grasas no precisamente las
más idóneas siendo ese tipo de alimentos ricos en energía, grasas saturadas y grasas
trans, como bien sabemos, no demasiado saludables.

Vitaminas

Hemos visto ya que en los adolescentes se incrementan los requerimientos energéticos.


Este hecho provoca de igual forma que aumenten las necesidades de ciertas
vitaminas como niacina, riboflavina y tiamina, fundamentalmente porque
participan en el metabolismo de los carbohidratos. De la misma manera, los
requerimientos de folato, vitaminas B12 y B6, son mayores al aumentar el metabolismo
proteico con el intenso desarrollo estructural del individuo, así como para la síntesis de
ácidos nucleicos.

Los típicos hábitos nutricionales de los adolescentes junto con el citado incremento en
las demandas pueden poner en peligro el aseguramiento del ácido fólico, por lo que es
importante vigilar su ingesta.

Por otra parte, las necesidades de calcio y vitamina D también se encuentran


aumentadas debido a la velocidad tan elevada que adquiere el crecimiento, pero también
para poder mantener la funcionalidad de los tejidos que se están produciendo es
necesario elevar las demandas de vitaminas C, E y A.

Minerales

El calcio se presenta, tal vez, como el mineral más importante en esta etapa de la
vida además del cinc y el hierro.

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Durante la adolescencia, los incrementos en las necesidades de calcio están justificados


hasta el extremo de ser superiores que en la etapa adulta, pero también mayores que en
periodos de crecimiento anteriores. Es decir, se convierten en los mayores
requerimientos para este mineral.

Se ha evaluado el momento en el que se observa la mayor tasa de depósito de calcio en el


individuo estimándose que sucede entre los 13 y 15 años, coincidiendo con la tasa
máxima de crecimiento, sucediendo más precozmente en el sexo femenino —no
olvidemos que la generalización en esta etapa es muy relativa debido a los diferentes
estadíos de maduración ósea de los individuos—.

Tras superar ese momento de máxima asimilación de calcio, las demandas de este
mineral siguen mostrándose elevadas con objeto de que quede asegurada la formación
de un esqueleto idóneo con una osificación adecuada que se muestra especialmente
importante en el sexo femenino con objeto de prevenir la osteoporosis que aumenta el
riesgo de sufrirla tras la menopausia.

Debemos destacar que en esta etapa es posible encontrar casos de dificultades en


la correcta osificación como consecuencia de diferentes aspectos que provocan una
ingesta inadecuada de calcio como puede ser la presencia de conductas alimentarias
alteradas, patologías endocrinas, uso de medicamentos como corticoides, prácticas
dietéticas no equilibradas y de escasez nutricional relacionas normalmente con la
reducción de peso y, no menos importante y muy específicamente, en el sexo femenino
el riesgo que supone la realización de práctica deportiva de alto nivel sin un control
exhaustivo de la alimentación («triada de la atleta»), este último también relacionado
con una ingesta inadecuada de hierro.

Hablando de hierro, este es otro de los minerales protagonistas en esta etapa de


la vida. También aumenta sus requerimientos de forma notable, ya que el crecimiento
de la masa magra provoca una fuerte demanda de mioglobina. Pero no queda ahí, porque
el gran desarrollo que adquiere el cuerpo hace aumentar de forma muy significativa el
volumen circulatorio, por lo que se requieren mayores cantidades de hemoglobina para
satisfacer las demandas. Además, el hecho de acelerar el crecimiento tan notablemente
origina que se necesiten enzimas (citocromos) de forma masiva para modular todos los
procesos metabólicos.

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En el caso de las chicas, la aparición de la menstruación aporta un valor añadido a


estos requerimientos de hierro debido a las pérdidas sanguíneas que se producen.

Para terminar, indicamos al cinc como un mineral importante para los adolescentes,
fundamentalmente porque suele formar parte estructural de numerosos enzimas que
gestionan la síntesis proteica y como hemos dicho, el gran desarrollo orgánico tiene
una sustancial necesidad de producir estructuras, mantenerlas y repararlas. Se constata
que un déficit de cinc provocaría una importante disminución de estos procesos
anabólicos dando lugar a retrasos en el crecimiento y la maduración.

En las Tablas 1 y 2 podemos ver los requerimientos para vitaminas y minerales


para los adolescentes:

Vitamina B12 (µg)


Vitamina B6 (mg)
Riboflavina (mg)

Vitamina C (mg)

Vitamina E (mg)
Vitamina D (µ g)

Vitamina K (µ g)
Equivalentes de
Tiramina (mg)

equivalente de
Sex o

Vitamina A:
riacina (mg)

retinol (µ g)
Folato (µ g)

Edad

Masculino

1 0-12 1 1 ,5 16 1 ,6 3 00 2 60 1 000 15 10 60

1 3 -15 1 ,1 1 ,7 18 2 ,1 400 2 60 1 000 15 11 75

1 6-19 1 ,2 1 ,8 20 2 ,1 400 2 60 1 000 15 12 1 20

Femenino

1 0-12 0,9 1 ,4 15 1 ,6 3 00 2 60 800 15 10 60

1 3 -15 1 1 ,5 17 2 ,1 400 2 60 800 15 11 75

1 6-19 0,9 1 ,4 15 1 ,7 400 2 60 800 15 12 90

Tabla 1. Requerimientos de vitaminas en adolescentes. Basada en [2].

TEMA 7 – Ideas clave © CUNIMAD (Centro Universitario Internacional de Madrid)


Nutrición en las Etapas de la Vida

Sexo
Edad Ca Fe I Zn Mg K P Se
mg mg µg mg mg mg mg µg

Masculino
1 0-12 1 .300 12 1 25 15 3 50 3 .100 1 .200 40
1 3 -15 1 .300 15 1 35 15 4 00 3 .100 1 .200 40
1 6 -19 1 .300 15 1 45 15 4 00 3 .500 1 .200 50

Femenino
1 0-12 1 .300 18 1 15 15 3 00 3 .100 1 .200 45
1 3 -15 1 .300 18 1 15 15 330 3 .100 1 .200 45
1 6-19 1 .300 18 1 15 15 330 3 .500 1 .200 50
Tabla 2. Requerimientos de minerales. Basada en [2].

7.4. Detección, evaluación e intervención nutricionales en


problemas relacionados con la alimentación de los adolescentes

Detección, evaluación e intervención nutricionales

Desde el comienzo hemos venido indicando la significación que tiene la etapa


adolescente en el desarrollo evolutivo del individuo desde el punto de vista fisiológico,
por tanto, no sería descabellado incorporar estrategias de detección precoz del
riesgo de sufrir problemas relacionados con una nutrición incorrecta.

Problemas relacionados con el peso tanto por escasez como por exceso, trastornos en el
equilibrio de lípidos sanguíneos, HTA, anemia ferropénica, trastornos de la conducta
alimentaria, desequilibrios en el consumo de alimentos, etc. son susceptibles de ser
detectados y poder actuar nutricionalmente con objeto de corregir el problema y evitar
daños mayores.

Un caso especial lo constituyen las chicas que quedan en estado en la edad adolescente.
No vamos a profundizar en este aspecto que ya lo tratamos en el Tema 2, tan solo indicar
que es un aspecto delicado ya que, a las necesidades nutritivas exigentes de la
adolescencia, debemos sumar las no menos importantes emanadas del
embarazo.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

El proceso de evaluación del estado nutricional del adolescente comienza con


determinaciones antropométricas (talla y peso) y el cálculo del IMC. A partir de
los resultados obtenidos habrá que comparar con gráficas donde está representado en el
crecimiento, teniendo en cuenta el género y la edad.

Para evaluar los resultados, tras comparar podemos determinar que:


» El individuo en estudio que tenga los valores de peso menores al percentil 5 para
la talla, debe ser considerado con un peso bajo y procede evaluar sus características
nutricionales respecto a problemas de salud que pueda sufrir.
» En caso de obtener unos resultados que se sitúen entre los percentiles 85 y 95,
entenderemos que presenta riesgo sufrir sobrepeso y deberíamos investigar la
posibilidad que pueda ser causa de obesidad.
» Para los que superen el valor del percentil 95, denotan la presencia de sobrepeso y
el procedimiento indicaría que debemos proceder a someter al individuo a un
programa de pérdida de peso.

Se sobrentiende que para valores que se encuentren entre el percentil 5 y 85, la


consideración para el peso es de normalidad.

Realizar una valoración de la dieta del adolescente mediante los métodos habituales
como recordatorio de 24 horas, frecuencia de consumo de alimentos, etc. que
proporcionen al profesional datos de forma rápida que le permita establecer si el
adolescente necesita algún tipo de intervención nutricional más profunda. Además, no
hay que olvidar investigar sobre hábitos de consumo algo más específicos y
típicos del adolescente como es la frecuencia de consumo de refrescos azucarados y
comida rápida que nos dará una idea de la desviación sobre una alimentación correcta.

El consejo nutricional en adolescentes debe girar en torno a las potenciales deficiencias


y/o desviaciones detectadas, de tal forma que se les pueda dar una información de fácil
asimilación para ellos en la línea de un consumo responsable y nutricionalmente
aceptable. En el caso de no detectar problemas, conviene realizar acciones que
refuercen el correcto proceder para evitar que en un determinado momento caigan
en la tentación de alterar el patrón alimentario. En caso de encontrar verdaderas
situaciones de riesgo en relación con problemas de salud relacionados con la nutrición,
debe procederse de forma más profunda y contar con otros profesionales (médicos) al
objeto de presentar un programa de tratamiento que ayude a la resolución del problema.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

No podemos olvidar que algunos adolescentes han optado de forma individual o por
hábito familiar, por practicar dietas de las llamadas alternativas como puede ser la
dieta vegana, y en estos casos hay que ser extremadamente cuidadosos para evitar algún
tipo de déficit nutricional como consecuencia de la ausencia de algunos alimentos en la
dieta habitual. El nutricionista debe evaluar con detalle la dieta para detectar esos
posibles déficits y hacer las recomendaciones idóneas para que la dieta sea lo más
completa posible.

Una correcta valoración nutricional en un adolescente debe tener en cuenta el historial


clínico, estudiar su desarrollo psicosocial e integrar los datos clínicos
obtenidos del consejo y la educación nutricional como opciones de elección.

Este tipo de intervención requiere entrenamiento y tener la capacidad necesaria para


entender el desarrollo psicosocial del adolescente que puede ser muy
variable y esto hace que las técnicas que suelen usarse para los adultos tal vez no
funcionen en ellos. Por tanto, habrá que utilizar estrategias concretas tanto en educación
como en consejo, porque sus necesidades son muy específicas y además les reforzará su
idea de ser autónomos, creando un ambiente de empatía que puede facilitar el resultado
positivo del tratamiento.

Es importante hacer al adolescente protagonista, de tal forma que intervenga de algún


modo en el proceso; por ejemplo, compartiendo objetivos para mejorar su
alimentación y evitar riesgos. En este caso, tener la posibilidad de que el joven
intervenga permite definir aspectos concretos sobre los cambios a los que está dispuesto
con una mayor probabilidad de conseguir un resultado exitoso además de conseguir una
mayor confianza entre las partes (profesional y adolescente) que mejore la interacción,
la toma de decisiones y, al involucrarse en el proceso, es partícipe de las sugerencias de
cambio conductual facilitando el resultado.

No son procesos sencillos ni rápidos porque no conviene establecer demasiados


objetivos, sino marcarlos como escalones que se irán
subiendo paso a paso hasta obtener el resultado final.
Es aconsejable indicar desde el principio cuáles serán
las metas y fijar entre ambos algún mecanismo que
asegure a ambas partes que el objetivo ha sido
conseguido.
Figura 5. Fijar metas.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Para ello, las sesiones de trabajo deben ser continuadas, por ejemplo semanales,
para que permitan un seguimiento y supervisión del proceso e incorporar la tecnología
disponible que facilite la tarea educativa y que sea del gusto de los adolescentes para
conseguir sesiones de trabajo más eficientes usando para ello redes sociales, sistemas de
podcast o similar, con los que el joven se siente más identificado y permiten hacer una
labor educativa de continuación a las sesiones de trabajo, servir como medio para
comunicar información nutricional en una forma altamente interesante.

Fomento de conductas de alimentación saludable y actividad física

Hemos venido diciendo que la edad adolescente es típica de cambios en todos los
sentidos, y de alguna forma todas las situaciones psico-fisiológicas cambiantes también
influyen en el consumo de alimentos que en muchos casos se convierten en una cuestión
delicada, porque inducen a formas de alimentación que se alejan de lo que estimamos
como saludable.

Tal y como señalamos en el tema anterior con los escolares, la mejora de la actitud
frente a los hábitos alimentarios corresponde a un trabajo en equipo de los
adolescentes, su entorno familiar y educativo, la industria alimentaria y de ocio, los
responsables sanitarios y las instituciones públicas.

En el caso que nos ocupa, la confección de mensajes dirigidos a este grupo poblacional
es un poco más arriesgado porque el individuo tiene una independencia física y de
pensamiento que hace más difícil su impacto. Desde hace tiempo, algunos expertos ya
indicaban algo en este sentido cuando sugerían cambiar los mensajes con objeto de
fortalecer los objetivos de vida del adolescente y reafirmar sus logros haciéndoles ver la
importancia de su alimentación de cara al futuro de sus vidas con ejemplos como: «Come
bien porque eso te ayudará a hacer lo que deseas y convertirte en lo que quieres» [3].

Estas son comunicaciones en sentido positivo que evitan posturas enfrentadas con el
adolescente cuando intentamos convencerles de que su alimentación es mala y aunque
no les guste otra, deben cambiarla para ganar salud. Algunos hechos importantes que
ayudan a marcar líneas de trabajo son las que relacionan la alimentación con los
éxitos deportivos de los adolescentes, las situaciones relacionadas con el aspecto
físico, o incluso, con aspectos medioambientales y el «comercio justo».

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Por otro lado, en adolescentes parece que funciona mejor desde el punto de vista de la
educación nutricional marcar objetivos de cambio dietético a corto plazo sin
perder de vista que la etapa de vida en cuestión ocupa varios años y deben mantenerse
los objetivos y avanzar progresivamente para que realmente constituyan un cambio
conductual frente a la alimentación.

No podemos obviar la importancia, como forma preventiva, que tiene la educación


nutricional a estas edades frente a situaciones patológicas derivadas de los
desequilibrios alimentarios y sus consecuencias para la salud. Para conseguir
el éxito de las acciones educativas en este sentido, debemos ser capaces de hacer
comprender los mensajes que se transmiten usando para ello los medios más apropiados
y dotándoles de la forma más conveniente para hacerlos atractivos, y que realmente calen
en el adolescente para que se erijan en modificadores de hábitos incorrectos.

La educación nutricional se posiciona como una herramienta altamente


efectiva en relación con las acciones que promocionan la salud. Han de diseñarse
programas educativos específicos capaces de evaluar los problemas
nutricionales de los adolescentes que induzcan intervenciones que tengan en
cuenta además factores individuales y psicosociales que puedan predisponer a la
adopción de ciertos hábitos y preferencia de unos alimentos frente a otros que pudieran
ser constitutivos de conductas de riesgo nutricional.

Queremos destacar que es el entorno familiar es el que ejerce una influencia más positiva
respecto a la alimentación del adolescente, fundamentalmente por la propia
preocupación de su entorno, en que el individuo tenga las mayores cotas de salud posible
pero otros factores influyen de forma sustancialmente negativa como es cierta parte de
la industria alimentaria motivada por intereses pecuniarios.

Esta parte menos ética de la industria en la mayoría de las ocasiones propone ideas que
estimulan al adolescente a seguir hábitos alimentarios contrarios a lo que las
instituciones sanitarias recomiendan. Baste como ejemplo la proliferación de
establecimientos de restauración de comida rápida que promocionan cada vez
porciones mayores a menor precio con un consumo exagerado de refrescos,
normalmente azucarados, a veces con ofertas de tanto consumo como pueda beber el
usuario sin incremento del coste, con el consiguiente aumento de la cantidad de energía
que se adquiere.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Las autoridades sanitarias y educativas deben mostrarse vigilantes ante estos hechos y
harían bien en estimular iniciativas que promuevan el consumo de alimentos saludables
como poco en los entornos educativos.

El fomento del uso de alimentos vegetales, zumos naturales y en definitiva la


aplicación de, como poco, de una oferta de un menú equilibrado en el entorno escolar,
deben ser el caballo de batalla frente a estas opciones poco saludables anteriormente
citadas a las que podemos sumar que se posibilite el acceso a productos como vegetales
y frutas frescas en los colegios incluso en máquinas expendedoras instaladas en su
entorno.

Entendemos que todas las iniciativas conducentes a prevenir problemas relacionados


con la alimentación deben tener al menos tres líneas de trabajo basadas en el
individuo y su entorno más cercano, sobre todo en aquellos en que se pueda suponer
algún tipo de riesgo.

En el ámbito colectivo, actuando en estrategias educativas con intervenciones en los


colegios y el entorno social del adolescente y, como tercera vía, las instituciones
públicas que deben fomentar campañas educativas de promoción de la salud,
actividades, iniciativas legislativas que puedan suponer una serie de limitaciones al uso
y abuso de ciertos ingredientes no saludables en alimentos. Especialmente en los
elaborados para niños y adolescentes y de alguna manera todo tipo de acciones que
fomenten la cultura de la alimentación saludable, la regulación y vigilancia de la
información nutricional que ofrecen los alimentos en su etiqueta, la accesibilidad
limitada a ciertos establecimientos de restauración, etc.

Como ya indicamos en el caso de escolares, los centros educativos suponen un lugar


especialmente favorable para proponer iniciativas educativas en salud. Por una parte
desde los docentes mediante actividades académicas y por otra, vía comedores escolares,
contando con un personal tanto docente como otros profesionales que hayan recibido
una formación específica en alimentación, nutrición y salud que les capacite para liderar
estrategias educativas conducentes a obtener los mejores resultados, sabiendo integrar
en estas tareas, actividades que resulten interesantes y participativas para el alumnado y
que puedan ver en ellas algo útil para sus vidas.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Para terminar, podemos señalar que hay que adecuar los métodos docentes para
que sean efectivos y logremos profundizar en la promoción de la salud, por tanto, el
empleo de técnicas de aprendizaje cooperativo, trabajos grupales y aprendizaje por
problemas, son las más indicadas para lograr los resultados más positivos, así como la
integración de tecnologías accesibles y del gusto de los adolescentes que ayudan a
que el mensaje sea captado con más atención.

Aunque los temas que tratamos son eminentemente del ámbito nutricional, debemos
hacer referencia a que estas acciones referidas a la promoción de una alimentación
saludable deben acompañarse de forma paralela con otras que fomenten la actividad
física, entre otras cosas porque son actividades que suelen ser bien acogidas por el
adolescente y sin duda alguna, complementan las indicadas a nivel alimentario.

7.5. Problemas de salud de los adolescentes más frecuentes


relacionados con la alimentación

Sobrepeso y obesidad

Prácticamente en todos los países desarrollados se ha experimentado un incremento de


la prevalencia de la obesidad en los últimos veinte años. En la etapa adolescente los
niveles han aumentado de igual forma. Es posible que existan factores genéticos que
den lugar a que los adolescentes hereden el problema de los padres, pero no es ni mucho
menos una explicación concluyente. Parece evidente que son factores epigenéticos
los que contribuyen realmente al desarrollo de la obesidad, la herencia ejerce un papel
importante pero las interacciones con el ambiente van a tener una responsabilidad
capital.

Se ha comprobado la influencia del nivel económico, el nivel educativo, incluso


la escasa facilidad para realizar ejercicio físico como puede ser la ausencia de
medios para ello, al igual que el consumo de una dieta no saludable con alta cantidad
de azúcares y grasas, en el importante incremento del riesgo de sufrir aumentos
ponderales cuando el individuo presenta una propensión de origen genético para
padecer obesidad.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Es importante valorar a los niños con sobrepeso porque es muy posible que arrastren esa
situación hasta la edad adulta pasando por la adolescencia. La mayor parte de los
adolescentes obesos, siguen siéndolo cuando son adultos. Si se consigue identificar y
tratar el problema lo más precozmente posible, es muy probable que no persista
el problema de peso y tengamos una prevalencia menor en la edad adulta.

Las consecuencias de salud del sobrepeso y obesidad en adolescentes son muchas y


variadas. Sufrir alteraciones ponderales de este tipo son siempre un factor de riesgo para
padecer otros problemas de salud de sobra conocidos, como la diabetes mellitus 2,
resistencia a la insulina, HTA, desordenes en los lípidos sanguíneos, etc.

Evaluación y tratamiento del sobrepeso y obesidad en adolescentes

El seguimiento en el crecimiento anual del adolescente es una buena actitud


para detectar algunos problemas que se generan relacionados con la talla y el peso,
especialmente con este último, porque es fácil, como hemos visto, hacer una valoración
respecto a lo esperado según sexo y edad. Cuando se ha determinado un caso de
sobrepeso, convendría proceder a un estudio profundo, incluso derivando el caso a
profesionales médicos que evalúen y diagnostiquen en su caso, complicaciones
patológicas asociadas.

A continuación, proponemos una serie de pautas para facilitar el manejo del sobrepeso y
la obesidad en adolescentes:

Pautas para facilitar el manejo del sobrepeso y obesidad en adolescentes

1 Acciones preventivas
2 Manejo del peso
3 Intervención multidisciplinar
4 Actuaciones complejas
Figura 6. Pautas que seguir.

» Prevención

Se trata del primer escalón de tratamiento, la intervención se centraría en casos donde


el IMC se sitúa entre los percentiles 85 y 95, para su edad, que no presente problemas
patológicos asociados o que no hayan superado la fase de crecimiento más intensivo
de la adolescencia.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

El tratamiento de elección para estos casos se realiza a partir de consejos


nutricionales básicos y recomendaciones de práctica deportiva con objeto
de facilitar la adopción de hábitos saludables que prevengan complicaciones.

Debe aportarse una información integral sobre alimentación saludable, adecuada


para el adolescente y la reducción del consumo de alimentos o de hábitos perjudiciales
para el peso, así como intentar provocar un estímulo en la práctica de ejercicio físico,
disminuyendo la actividad sedentaria.

» Manejo del peso

La segunda etapa de tratamiento consiste en una estructuración de los principios


establecidos en la fase anterior donde no solo se procese a proporcionar el consejo
nutricional, sino que además se procede a realizar seguimientos del
comportamiento que sigue frente a la alimentación el adolescente. Para
ello, la colaboración del entorno más cercano del individuo es esencial y deben ser
reforzadas las ideas expresadas en el consejo a lo que se suma la adopción de un plan
dietético donde se priorice el consumo de alimentos con nutrientes especialmente
interesantes y se reduzca el consumo de los potencialmente perjudiciales.
Puede valorarse, porque puede resultar positivo el recompensar al adolescente por sus
logros, pero evidentemente no con comida.

Es especialmente importante que el profesional que dirige el tratamiento esté


suficientemente capacitado y entrenado para trabajar la conducta del adolescente,
porque es necesario hacer uso de estrategias en psicología motivacional, vigilancia y
refuerzo. Es preceptivo realizar un seguimiento del proceso para poder evaluar de
forma eficiente la evolución del adolescente.

En algunos casos, si se detectan problemas patológicos asociados, se debe solicitar la


colaboración de otros profesionales (medicina, psicología).

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Nutrición en las Etapas de la Vida

» Intervención multidisciplinar

La fórmula de trabajo busca el mismo objetivo de modificar la conducta del


adolescente que tratamos en la fase anterior, pero se hace de forma más estructurada
y contando con un equipo multidisciplinar de profesionales del ámbito de la
salud especializados y haciendo seguimientos de la evolución continuados, por
ejemplo, una vez en semana.

El plan dietético y el programa de actividad física son más específicos y conviene que
consigan un balance energético negativo que facilite la pérdida de peso y a la vez, tal
y como se indicó en el escalón anterior, se debe insistir en la modificación conductual
para obtener los mejores resultados.

» Actuaciones complejas

En principio, el tratamiento quedaría finalizado en el estadio anterior, pero existen


numerosos casos donde la presentación de la obesidad es bastante más grave o esta
cursa con patologías asociadas crónicas que obligan a realizar una serie de actuaciones
más intensas y específicas.

No todos los adolescentes con este problema son candidatos para recibir la atención;
se debe valorar la situación personal, así como la madurez del individuo debido
a que se requiere un nivel de concienciación muy elevado y además el tratamiento
dietético puede ser muy restrictivo para provocar un balance energético notablemente
negativo y podría valorarse otro tipo de terapias como puede ser la cirugía bariátrica.

En todos los casos, debido a que los tratamientos propuestos tienen un cierto riesgo,
deben ser acordados y supervisados por especialistas médicos. El empleo de
ciertas terapias farmacológicas podría resultar de cierta utilidad en algunos casos,
pero ni mucho menos es un tratamiento de elección debido a los pobres resultados
obtenidos a lo que hay que añadir una importante presencia de efectos
secundarios en algunos casos muy molestos para el usuario.

Como hemos señalado, la cirugía bariátrica podría estar indicada en según qué
casos, la valoración multidisciplinar es necesaria.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

El éxito no es valorable a largo plazo; de momento no se tienen datos suficientes para


realizar una evaluación, pero se intuye que los resultados podrían ser muy
positivos respecto a la reducción ponderal, pero es necesario que el individuo
continúe un tratamiento dietético adecuado para prevenir recaídas y asegurar ciertos
nutrientes que pueden ver dificultada su asimilación tras la intervención. De igual
forma, el tratamiento conductual sigue siendo útil y necesario.

Conductas alimentarias erróneas adoptadas en la adolescencia

Uno de los principales problemas relacionados con la nutrición que se presentan en la


etapa adolescente es la alteración del patrón de ingesta apropiado para estos
jóvenes que lógicamente puede provocar un serio incumplimiento de las
recomendaciones nutricionales indicadas para ellos. La persistencia en este tipo de
situaciones implica la no adopción de hábitos alimentarios saludables que de alguna
manera influyen en la presencia de un riesgo mayor de padecer enfermedades
relacionadas con la nutrición (obesidad, cánceres, diabetes mellitus 2, dislipidemias,
HTA, osteoporosis, patología cardiovascular, etc.) fundamentalmente a medio y
largo plazo, disminuyendo su calidad de vida en el futuro.

En este sentido, los adolescentes tienen cierta propensión a saltarse comidas, siendo el
desayuno la que más frecuentemente dejan de hacer. El consumo de ciertos productos
poco recomendables como dulces, refrescos azucarados y snacks son demasiado
habituales, la presencia de comida rápida muy industrializada en su dieta habitual, con
gran riqueza energética debida especialmente al contenido en grasas que además suelen
ser saturadas.

Por parte, aquellos que no están satisfechos con su imagen, la práctica de fórmulas
dietéticas muy restrictivas y descontroladas con el objetivo de perder peso y mejorar su
aspecto, son algunas de las alteraciones en el patrón alimentario que complican cumplir
con los requerimientos nutritivos.

El hecho de saltarse el desayuno o hacer de esta ingesta una colación de escasa


repercusión nutricional representa un hándicap para el adolescente porque está más
que demostrado que un desayuno adecuado proporciona los nutrientes necesarios para
afrontar de una forma resolutiva las actividades típicas del adolescente como es el
ejercicio y las tareas intelectuales.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

No podemos obviar que un buen desayuno aporta más o menos un 20 % de la necesidad


de energía diaria y colabora con la consecución de una jornada de dieta
equilibrada; el hecho de saltárselo evidentemente priva al adolescente de esta ventaja.

Hemos señalado con anterioridad que la independencia a la que aspira y de algún modo
goza el adolescente, puede provocar algunos cambios en el patrón de alimentación
porque deja de un lado la alimentación en familia para optar por otras fórmulas en las
que se encuadra con amistades y entran en una dinámica de accesibilidad a unos
alimentos muchas veces demasiado procesados pero de los que a ellos les gustan, tipo
comida rápida y que muchas veces se ingieren en horas diferentes de las habituales
destinadas a la comida.

Hay que entender que estas costumbres alimentarias adoptadas por los adolescentes
tienen un importante ingrediente social, ya que facilitan la reunión con otros
individuos que forman parte de su entorno de amigos para comer. En esa línea, los
establecimientos de restauración de comida rápida han sabido entender la necesidad de
los jóvenes y se han adaptado tanto en género, precio y decoración, haciendo de ellos
lugares agradables y atractivos para el adolescente; para ello se han servido de la
publicidad y los medios de información con agresivas campañas comerciales incitando
al consumo de este tipo de productos.

Figura 7. Comida rápida.

Desde el punto de vista nutricional, un menú tipo de los que habitualmente se sirven en
estos restaurantes incluyendo bebida comporta unas 1.200 -1.500 kcal
(prácticamente la mitad del requerimiento de un día) con un reparto de
nutrientes bastante apartado de lo que se recomienda en una dieta equilibrada, teniendo
las grasas una presencia demasiado grande, con una enorme escasez de minerales y
vitaminas además de contener una cantidad de sal mucho más elevada de lo
recomendable ya que son productos procesados que incluso contienen diferentes
aditivos saborizantes que, aunque está permitido su uso por la legislación vigente, no son
lo más recomendable para la dieta de los jóvenes.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Para terminar, diremos que esta fórmula de alimentación está muy presente en
sociedades como la norteamericana, donde incluso puede llegar a algunos centros
escolares. Por fortuna, en Europa y España todavía no se alcanzan esos niveles de uso
pero si es destacable y ciertamente preocupante, como la asistencia recreativa a este tipo
de establecimientos con la idea de comer, se está haciendo día a día más frecuente en
nuestro territorio.

Anemia por deficiencia de hierro

En la etapa adolescente, la deficiencia de hierro se perfila como la de mayor


presencia y se debe a la existencia de varios factores que intervienen en su aparición.
Lo primero que debemos señalar es que es más frecuente en el sexo femenino
porque la aparición del ciclo menstrual ejerce una importante influencia. Situaciones
como las grandes necesidades emanadas del rápido desarrollo de tejidos orgánicos,
alteraciones en el patrón de comidas, la práctica de dietas restrictivas, el desorden
alimentario en general que lleva a una inadecuada ingesta de nutrientes con vitaminas y
minerales, dan lugar a que los requerimientos de hierro se puedan ver no satisfechos.

A todo esto, hay que añadir un factor que puede agravar la situación y que trataremos
con mayor profundidad en el siguiente apartado: se trata de los problemas que pueden
surgir en adolescentes que practican ejercicio físico de alta intensidad,
especialmente con el hierro.

Es sabida la importancia de satisfacer las necesidades del mineral en cuestión, ya que la


aparición de una anemia ferropénica a esta edad puede poner en compromiso el
crecimiento o retrasarlo, debilitar el sistema inmune y, sobre todo, una
importante disminución del rendimiento físico en general, más acusado en el
caso de practicar algún deporte especialmente si se compite, algo no muy extraño en la
edad adolescente.

La anemia ferropénica debe tratarse aumentando la cantidad de hierro ingerido


desde la dieta por lo que será necesario seleccionar alimentos cuya riqueza en el mineral
sea la mayor posible teniendo en cuenta su biodisponibilidad. Recordemos que existen
vegetales muy ricos en hierro pero con baja biodisponibilidad, mientras que las carnes,
especialmente las rojas, presentan una excelente biodisponibilidad para el hierro. La
ingestión conjunta de estos alimentos con baja biodisponibilidad de hierro con otros
ricos en vitamina C facilita la asimilación del mineral.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

En caso de ser necesario y bajo prescripción médica debe administrase un complemento


de hierro artificial, pero hay que observar que para obtener el mayor rendimiento en su
absorción debe evitarse la ingesta de lácteos y alimentos muy ricos en fibra, al menos
durante una hora tras la administración, ya que podrían afectarla.

Hipertensión

En los últimos años vienen apareciendo casos de hipertensión arterial (HTA) en


adolescentes, a pesar de no ser una patología típica de esta edad. Aunque no se trata
de un gran problema de salud porque la prevalencia no haría pensar lo contrario,
hemos querido hacer referencia a ella por lo que supone, —al igual que el siguiente caso
que trataremos sobre las dislipemias—, ya que las alteraciones en los patrones de
alimentación pueden ser la causa de que estén aumentando los casos en general.

Recordemos que los factores de riesgo para la HTA son la ingesta de sodio excesiva,
la inactividad física, el sobrepeso, las dislipemias y la herencia genética.
Salvo el último, todos son factores manejables y tienen en común que la adopción de
hábitos de vida no saludables favorece su aparición.

El consejo nutricional ante una sospecha de HTA en adolescentes puede ser muy efectiva
siempre y cuando se puedan detectar y proceder a cambiar conductas negativas por otras
más saludables, como la limitación del consumo de sal y/o alimentos muy ricos en sodio,
incremento de la ingesta de cereales integrales, frutas y verduras frescas, mayor consumo
de alimentos con la cantidad de grasa limitada y por supuesto recomendación expresa de
realizar una actividad física continuada.

En el caso de que el peso sea más elevado de lo recomendable, debe aconsejarse su


pérdida hasta unos valores normales con objeto de reducir el riesgo cardiovascular. Por
otra parte, según nuestra experiencia, una pérdida ponderal en estos casos suele ser
suficiente para reducir los valores tensionales a la normalidad.

Hiperlipidemia

La alteración en el equilibrio de los lípidos sanguíneos es otra patología que


desgraciadamente va en aumento entre los adolescentes. En este caso, la herencia
genética tiene un componente de mayor importancia, porque la hipercolesterolemia
familiar (HF) puede expresarse desde el nacimiento.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Pero es necesario que cuando se detecten casos se proceda a realizar un estudio


pormenorizado para descartar otras causas. No obstante, la HF al igual que dislipemias
debidas a otras causas, también debe ser tratada de forma dietética para que, junto
con el tratamiento prescrito por el clínico, no solo se puedan disminuir los valores de
lípidos circulantes sino evitar que estos aumenten teniendo en cuenta que el objetivo
final es evitar, en lo posible, el riesgo de arteriopatías a medio y largo plazo.

Como consejo dietético, se debe recomendar una ingesta limitada de grasas


saturadas evitando que esta supere las recomendaciones dietéticas que indican que
deben ser como máximo 10 % del total, y un consumo inferior al 300 mg de colesterol.
Para esto hay que tener en cuenta que habrá que limitar el consumo de comida rápida y
demás prácticas alimentarias no saludables de las que hemos hablado con anterioridad,
enriqueciendo la dieta con de cereales integrales, frutas y verduras frescas, mayor
consumo de alimentos con la cantidad de grasa limitada y como hemos indicado en el
caso de la HTA, recomendar la realización de ejercicio físico.

Figura 8. Recomendación de ejercicio físico.

Conductas alimentarias alteradas y trastornos de la conducta alimentaria

La alteración grave de los patrones alimentarios muchas veces relacionados con una
práctica dietética que tiene por objeto la reducción del peso constituye un importante
riesgo para la salud del adolescente que entra en esta espiral peligrosa. Pueden
pasar con cierta facilidad de una simple insatisfacción con su cuerpo a graves trastornos
de la conducta alimentaria como son la anorexia y bulimia nerviosas u otros
relacionados.

En muchos casos, por fortuna, no se desencadenan como tal la anorexia o bulimia, pero
es frecuente que aparezcan conductas que coincidan con algunos de los rasgos típicos de
las enfermedades citadas.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Aunque su presencia no sea suficiente como para cumplir con los criterios diagnósticos
de los citados trastornos, sí constituyen un importante riesgo para la salud del
individuo y además abonan el terreno como para que los verdaderos trastornos se
manifiesten.

Si intentamos analizar la causa del problema, nos encontramos con una situación
bastante común como es la práctica de dietas de adelgazamiento —o mejor, dicho
conductas alimentarias alteradas— con el objetivo de adelgazar. Señalamos esto porque
no debemos equivocar un tratamiento dietético diseñado y dirigido de forma
correcta por profesionales de lo que realmente presenta unas terribles deficiencias como
sería esa práctica típica de «elimino esto o aquello de la alimentación porque engorda»
sin tener conocimientos de la materia.

Estas situaciones suelen ser más abundantes en el sexo femenino debido, quizás, a una
insatisfacción con la imagen de cada cual. No olvidemos en la circunstancia que se
encuentra el adolescente con una abundancia de cambios psicofísicos, que en
ocasiones dan lugar a problemas reales como puede ser la obesidad, pero en muchos
casos es una alteración de cómo se ven, mientras que ellos estiman que les sobra peso,
un profesional competente no opina igual, etc. la imagen corporal y la autoestima
están intensamente relacionadas.

La insatisfacción con el propio cuerpo se erige como la mayor influencia hacia prácticas
como dietas para adelgazar, las conductas alimentarias alteradas y los trastornos clínicos
de la conducta alimentaria [4]. Por tanto, marquemos como un posible inicio del
problema el uso de técnicas dietéticas poco saludables con la idea de reducir peso.
Las conductas como saltarse algunas comidas, eliminar alimentos o reducir la cantidad
de comida para disminuir la energía aportada, son comunes. Existe un grave riesgo de
no satisfacer las necesidades de nutrientes esenciales. A veces estas conductas
restrictivas pueden inducir a la aparición de episodios de atracones de comida.

Debemos indicar que la mayor parte de estas alteraciones se producen tras el momento
del mayor incremento ponderal que en las chicas sucede alrededor de la menarquia.

Tras lo expresado, hay un hecho constatable: el tratamiento e incluso la prevención de


estas situaciones pasa porque los profesionales de la nutrición compartan su
actividad con psicólogos que ayuden a los adolescentes a aceptar los cambios
corporales de forma positiva.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Como decíamos, el arco que se forma con las distintas formas de alteración de la
conducta frente a la comida abarca una serie de prácticas que van desde la inducción al
vómito, uso de laxantes, diuréticos, purgas, ayuno, exceso de ejercicio, etc. Todas
maniobras que tienen como único objetivo reducir el aporte energético para obtener un
balance energético negativo en exceso. En muchos casos no se dan los criterios que
cumplen con lo esperado en un trastorno declarado como tal y es precisamente la
presencia de síntomas tan variados y heterogéneos lo que provoca que las
evaluaciones epidemiológicas no sean fáciles de realizar y, por tanto, diseñar planes
preventivos más eficientes.

De entre los trastornos de la conducta alimentaria, la anorexia nerviosa se perfila


como la enfermedad más grave debido a su mortalidad y morbilidad. Suele ser más
frecuente en el sexo femenino (10 a 1). Parece ser que la idea germen de esta alteración
es el miedo a engordar o a padecer obesidad, que genera maniobras destinadas a su
evitación como dejar de comer debido a la gran preocupación que les provoca la comida.

De ahí que en muchos casos se inicien planes de adelgazamiento incontrolados que a su


vez se ven estimulados por comentarios del entorno sobre el peso o la imagen, o la idea
de que la delgadez es un sinónimo de bienestar y de buena imagen social. Se entra en
una espiral donde la reducción de peso obtenida refuerza las conductas aplicadas, que si
quedan descontroladas al final pueden desembocar en la anorexia nerviosa.

En general, podemos decir que la anorexia nerviosa presenta como rasgos comunes el
miedo a engordar y padecer obesidad, por tanto, en muchas ocasiones el rechazo a tener
un peso por encima de lo que se considera mínimo para la talla y edad del individuo es
patente o, dicho de otro modo, intentan situar su peso por debajo del IMC
considerado como saludable (< 18.5 kg/m2) y sobre todo una imagen corporal
distorsionada. Pueden aparecer otras características dependiendo de si se adoptan
maniobras de restricción o no, tales como atracones y purgas posteriores que son simples
derivaciones de la misma alteración.

El proceso cuando está avanzado provoca un importante déficit inmunitario


ocasionado por la grave desnutrición, arritmia e insuficiencia cardiaca que pueden
conducir al fallecimiento, aunque es destacable el alto nivel de suicidios que se
presentan. Entorno a un 10-15% de las personas que padecen esta enfermedad fallecen [5].

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Nutrición en las Etapas de la Vida

El retraso en el diagnóstico hace que el pronóstico sea más negativo y dificulta


la recuperación, hay autores que indican que la recuperación completa de la enfermedad
solo se da en un 50 % de los casos [6].

El caso de la bulimia nerviosa es algo diferente en su presentación porque se


caracteriza por un consumo de importantes cantidades de comida (atracones) y la
posterior inducción al vómito con objeto de eliminar el alimento ingerido, así como otras
prácticas conducentes al mismo objetivo de evacuar todo posible alimento que haya en
el organismo, tales como uso de laxantes, diuréticos de forma abusiva y descontrolada y
en algunos casos la práctica de ejercicio de forma exagerada y obsesiva.

A diferencia de la anorexia nerviosa, la bulimia no tiene que caracterizarse por una grave
pérdida ponderal, sino que aparecen cambios de peso exagerado o bien un
mantenimiento de este dependiendo de cómo procedan en sus acciones. En la evolución
de la enfermedad, suelen estar presentes situaciones como atracones recurrentes que
se caracterizan por realizarse de forma muy rápida con sensación de pérdida de control
con posterior maniobra de purga o eliminación y una obsesiva preocupación con el peso
y la imagen corporal. Dentro de este padecimiento podemos decir que existe un grupo de
afectados que limitan la energía obtenida de la comida mediante prácticas
purgatorias y el otro mediante la fórmula de realización de actividad física
compensatoria. Al igual que sucede con la anorexia, la bulimia también afecta más al
sexo femenino y parece ser que de igual forma, existen antecedentes de prácticas
dietéticas restrictivas con idea de perder peso. Presenta menor tasa de mortalidad
(2-3 %) y aproximadamente superan definitivamente la enfermedad la mitad de los
afectados.

Del mismo modo, las situaciones de menor gravedad, y el diagnóstico y el tratamiento


tempranos, presentan un mejor pronóstico.

Otro padecimiento en esta línea es el llamado trastorno por atracón caracterizado


por que el afectado consume excesivas cantidades de alimento de forma
descontrolada durante la acción que suceden al menos dos veces por semana en un
periodo de seis meses. La acción se produce sin hambre, de forma rápida, en soledad y
hasta sentir hastío y repugnancia. Estos actos no presentan posteriores maniobras
compensatorias como en el caso de la bulimia nerviosa.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

El tratamiento de las alteraciones en la conducta alimentaria es difícil y necesita haber


entendido su compleja etiología para poder desarrollar estrategias conducentes a
programar un tratamiento exitoso. Una detenida valoración de los posibles orígenes del
problema se muestra como parte esencial del tratamiento. Es esencial que se adopten
programas de tratamiento multidisciplinar con profesionales de la nutrición, psiquiatras,
psicólogos equipos de apoyo, etc.

La forma de proceder debe ser individualizada, aunque las terapias de grupo son
bastante efectivas. Se pueden plantear diferentes tipos de intervenciones llegando
incluso a proceder al internamiento de los pacientes dependiendo de la gravedad y
evolución ya que a veces, es necesario un contacto continuado por parte del equipo
terapéutico.

El objetivo final es la recuperación de peso y la normalización de la actitud


conductual frente a la alimentación que a su vez mejore emocionalmente al paciente.
Es inevitable el tratamiento de patologías asociadas y una profunda intervención
educacional en alimentación y nutrición con la meta de que afectado asimile conceptos
relacionados con los alimentos de una forma coherente que le permita normalizar sus
pensamientos sobre ellos. La relación con el entorno cercano se muestra como un hecho
positivo que permite el refuerzo de lo aprendido y el apoyo moral en la recuperación.

El especialista en nutrición debe valorar nutricionalmente al paciente y hacer las


recomendaciones pertinentes que restauren la situación. Es necesario que se establezca
un patrón alimentario basado en una alimentación equilibrada y proceder a
esta de forma regular creando unas rutinas alimentarias que puedan solidificar el
tratamiento dietoterapéutico y de forma conjunta con otros profesionales (psicólogos)
facilitar estrategias que induzcan a no desviar la conducta alimentaria para fortalecer
el aprendizaje y la rehabilitación en materia alimentaria.

Debido a la presencia ciertamente elevada de los trastornos de la conducta alimentaria


es necesario que se diseñen programas preventivos, tal vez en paralelos a otros
como son los conducentes a prevenir la obesidad donde los medios de comunicación
pueden representar un papel protagonista de gran efectividad.

Trastornos de la conducta alimentaria

Anorexia nerviosa Bulimia nerviosa Trastorno por atracón


Figura 9. Trastornos de la conducta alimentaria.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

7.6. Nutrición para adolescentes deportistas: una asignatura


pendiente

Debido al gran auge del deporte en nuestra sociedad, —bien por salud, bien por
diversión—, los adolescentes son cada vez más los que se dedican a su práctica, de los
cuales muchos de ellos lo realizan a un nivel superior: compiten en diferentes
disciplinas deportivas que los lleva a tener que prestar una atención especial a su
nutrición.

No olvidemos que, en la etapa adolescente, las demandas de energía y ciertos nutrientes


se encuentran elevadas a consecuencia de los cambios fisiológicos que experimenta el
individuo. Si tenemos en cuenta que los requerimientos energéticos se van a ver alterados
debido al trabajo extra causado por el desempeño deportivo, es necesario estudiar con
detalle las necesidades del deportista adolescente personalizando su
nutrición. Además, debemos tener en cuenta que existe un amplio abanico de niveles
de desarrollo en los jóvenes, así como una enorme variedad de disciplinas deportivas con
condiciones diferentes y niveles de competición también distintos.

Es un tema interesante, entre otras cosas porque si bien la nutrición del deportista adulto
cada vez tiene una mayor atención por parte de los profesionales implicados, en caso del
adolescente y debido fundamentalmente a su condición, —en principio amateur—, ha
sido un poco olvidada. Es necesario afrontar la situación de una forma profesional
para evitar problemas en el desarrollo del adolescente y a la vez, aprovechar al máximo
las condiciones físicas del deportista con objeto de obtener el máximo rendimiento y las
metas más altas.

Por otra parte, y debido a esta falta de atención, muchos deportistas adolescentes
adoptan en esta etapa hábitos dietéticos que no son todo lo saludables que
ellos esperan, y además, no benefician en absoluto a su rendimiento deportivo. Son
situaciones que tienden a formar parte de sus rutinas y que en algunos casos les puede
provocar algún problema de salud o incluso facilitarle lesiones.

A lo largo de la clase magistral de este tema, intentaremos abordar el problema y


mostraremos unas pautas de aplicación a los deportistas adolescentes desde el punto de
vista nutricional.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

7.6. Referencias bibliográficas

1. Frisch RE & McArthur JW. Menstrual cycles: Fatness as a determinant of minimum


weight for height necessary for their maintenance or onset. Science 1974; 185:949–951.

2. Moreiras O, Carbajal A, Cabrera L, Cuadrado C. Tablas de composición de alimentos.


18ª edición. Madrid: Ediciones Pirámide. 2016.

3. Leverton RM. The paradox of teen-age nutrition. J Amer Diet Assoc 1968; 53: 13–16.

4. Neumark-Sztainer, D et al. Does body satisfaction matter? Five-year longitudinal


associations between body satisfaction and health behaviors in adolescent females and
males. J Adolesc Health 2006; 39(2): 244–51.

5. Herpetz-Dahlmann B. Adolescent eating disorders: Definitions, symptomatology,


epidemiology and comorbidity. Child Adolesc Psychiatr Clin N Am 2009; 18(1): 31–47.

6. Steinhausen HC. Outcome of Eating Disorders. Child Adolesc Psychiatric Clin N Am


2008; 18:225–242.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Lo + recomendado

No dejes de leer…

Alimentación y valoración del estado nutricional de los adolescentes


españoles

González-Gross M et al. Alimentación y valoración del estado nutricional de los


adolescentes españoles (Estudio AVENA). Evaluación de riesgos y propuesta de
intervención. I. Descripción metodológica del proyecto. Nutr. Hosp. 2003, XVIII(1) 15-28.

Este artículo describe con detalle la metodología del único estudio sobre alimentación en
adolescentes realizado de forma multicéntrica en España. No es muy reciente, pero
merece la pena su lectura por lo completo que es.

Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v18n1/original2.pdf

TEMA 7 – Lo + recomendado © CUNIMAD (Centro Universitario Internacional de Madrid)


Nutrición en las Etapas de la Vida

No dejes de ver…

Hasta los huesos

Título original: To the bone.


Año: 2017.
Duración: 107 minutos.
País: Estados Unidos.
Director: Marti Noxon.
Reparto: Lily Collins, Keanu Reeves, Lili Taylor, Carrie Preston,
Liana Liberato, etc.

Una joven con trastornos de la conducta alimentaria empieza un tratamiento en un


centro donde crea lazos con otras personas con problemas similares. Película que ha
suscitado mucha polémica y que os recomendamos para acompañar el contenido de este
tema.

Accede al tráiler a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=jsyw2c7O3lE

Conducta alimentaria

En este del programa de RTVE El ojo clínico, se


analizan las causas y el desarrollo de los
trastornos de la conducta alimentaria, como la
bulimia y la anorexia nerviosas, aportando
interesantes datos de esta enfermedad que
afecta al 5 % de los adolescentes.

Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-ojo-clinico/ojo-clinico-conducta-
alimentaria/3551882/

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Nutrición en las Etapas de la Vida

+ Información

A fondo

Nutrición en la adolescencia y juventud

Ortega RM y Requejo A. Nutrición en la adolescencia y juventud. Madrid: Editorial


Complutense; 2009.

Completo manual donde se trata de forma amplia la nutrición en la etapa adolescente de


la vida humana.

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Nutrición en las Etapas de la Vida

Actividades

Trabajo: Adopción buenos hábitos alimentarios en adolescentes.


Diseño de un programa educacional

Descripción de la actividad y pautas de elaboración

Para realizar esta actividad, deberás diseñar un programa de trabajo educacional


específico para adolescentes. No pretendemos que se confeccione una dieta; tienes
libertad para usar tu imaginación.

Pretendemos que apliques tus conocimientos y que seas capaz de transmitir información,
ideas, problemas y soluciones a un público tanto especializado como no especializado.

Objetivos

El objetivo de esta actividad es que sepas trasladar los conocimientos teóricos adquiridos
al campo práctico en su campo, es decir, que tengas criterio para resolver un problema
normal del día a día del ámbito profesional.

Criterios de evaluación

Los criterios de evaluación primarán que estén establecidos con claridad los objetivos y
que la propuesta sea coherente para conseguirlos siguiendo los criterios teóricos
aprendidos.

Extensión máxima: 3 páginas, fuente Georgia 11 e interlineado 1,5.

TEMA 7 – Actividades © CUNIMAD (Centro Universitario Internacional de Madrid)


Nutrición en las Etapas de la Vida

Test

1. ¿Cuál de los siguientes factores contribuye al aumento en las necesidades de hierro


entre los adolescentes?
A. Aumento de la velocidad del crecimiento durante la pubertad.
B. Baja ingesta dietética de hierro.
C. Inicio de la menarquia.
D. Todas las anteriores son correctas.

2. ¿En qué etapa del tratamiento de la obesidad se diseña un plan dietético con objeto
de promover un déficit energético?
A. Etapa 1.
B. Etapa 2.
C. Etapa 3.
D. Etapa 4.

3. La tasa de máximo crecimiento anual en los adolescentes es:


A. Menor en el sexo femenino.
B. Mayor en sexo femenino.
C. Menor en el sexo masculino.
D. Igual en ambos sexos.

4. El índice de madurez sexual o escala de Tanner es:


A. Escala que valora los caracteres sexuales secundarios para determinar el grado
de madurez de los adolescentes.
B. Escala que valora los caracteres sexuales primarios para determinar el grado de
madurez de los adolescentes.
C. Escala que valora los caracteres sexuales secundarios para determinar la edad
cronológica de los adolescentes.
D. Escala que valora los caracteres sexuales primarios para determinar la edad
cronológica de los adolescentes.

TEMA 7 – Test © CUNIMAD (Centro Universitario Internacional de Madrid)


Nutrición en las Etapas de la Vida

5. Un factor importante para estimar las necesidades nutricionales del adolescente es:
A. La edad cronológica.
B. La edad muscular.
C. La edad ósea.
D. Ninguno de los anteriores.

6. Las recomendaciones de energía y nutrientes han de ser adaptados a:


A. La edad cronológica.
B. La vida social del adolescente.
C. Los cambios de composición corporal.
D. El nivel educativo y psicosocial.

7. En el adolescente, el gasto metabólico en reposo está relacionado con:


A. La masa ósea.
B. La actividad física.
C. La masa magra.
D. Todo lo citado anteriormente.

8. El aumento de los requerimientos de hierro en adolescentes viene indicado entre otras


cosas por:
A. La necesidad de citocromos como moduladores metabólicos.
B. La necesidad de fortalecer la musculatura.
C. La necesidad de fortalecer el tejido óseo.
D. Nada de lo anterior.

9. La absorción del hierro administrado como suplemento puede ver dificultada su


absorción por:
A. Ingesta concomitante de lácteos.
B. Ingesta de alimentos ricos en vitamina D.
C. Ingesta de alimentos ricos en proteínas vegetales.
D. Todos los alimentos citados disminuyen la absorción del hierro.

10. Una característica típica de la bulimia nerviosa es:


A. La pérdida de peso rápida.
B. Presentar un IMC menor a 18.5 kg/m2.
C. Atracones al menos dos veces por semana.
D. Ninguna es característica de la citada enfermedad.

TEMA 7 – Test © CUNIMAD (Centro Universitario Internacional de Madrid)

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