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La restauración

Luego del fin del Imperio


napoleónico, las potencias
europeas se reunieron en 1814 en
Viena con un doble objetivo:
restablecer el equilibrio político
del continente y restaurar el
Antiguo Régimen. El Congreso de
Viena (1814- 1815)
En este congreso se reunieron las
principales potencias europeas
victoriosas tras las guerras
napoleónicas (Austria, Prusia,
Rusia, Gran Bretaña) y Francia. Las
figuras dominantes en el congreso
fueron el zar Alejandro I de
Rusia, el canciller austriaco
Klemens von Metternich, el ministro de relaciones exteriores británico Robert Stewart y el
ministro francés Charles Maurice de Talleyrand. La habilidad diplomática de este último
permitió que Francia, la potencia derrotada, se convirtiese en árbitro frente a los intereses
contrapuestos de Rusia, Prusia y Austria en Europa.
El congreso se guio por dos grandes principios:
• El principio monárquico de legitimidad, que se manifestó en la reposición de todos los
monarcas depuestos por la revolución y Napoleón.
• El principio de equilibrio, que se concretó en el reparto proporcional de territorios entre
las potencias Doc. 16.
El resultado fue un nuevo mapa político de Europa con el que se pretendía asegurar la paz y
la estabilidad. Francia fue tratada con cierta benevolencia, ya que solo regresó a sus
fronteras de 1789. Además, se crearon los reinos de Piamonte-Cerdeña y los Países Bajos
para vigilar un eventual nuevo expansionismo francés. Austria, Prusia y Rusia se repartieron
territorios de forma equilibrada para impedir que alguna lograra la hegemonía sobre las
demás. Por su parte, Gran Bretaña se aseguró el predominio marítimo y consolidó su estatus
de gran potencia.

El regreso del absolutismo


La Restauración supuso la reposición de los regímenes absolutistas previos a la Revolución
francesa. A lo sumo, algunos reyes, como Luis XVIII de Francia, promulgaron Cartas
Otorgadas, que reconocían algunos derechos individuales y establecían cámaras
representativas. Por otra parte, en 1815, Rusia, Austria y Prusia firmaron el Tratado de la
Santa Alianza, al que posteriormente se unieron Francia y España. La alianza una cooperación
entre monarquías absolutistas cristianas proponía intervenir militarmente en aquellos países
que sufrieran revoluciones que amenazaran el absolutismo.
Ante la aparición de movimientos liberales en Italia y España en 1820, Metternich propuso el
establecimiento del derecho de intervención, que daba el derecho a las grandes potencias de
enviar tropas a un país con la finalidad de restablecer en sus tronos a los monarcas
destituidos por las clases medias y populares.
Así, en 1823, con el fin de derribar al gobierno liberal que se había establecido en España, un
ejército de cien mil soldados, mayormente franceses, invadió el país y repuso a Fernando VII
en el trono. Esta medida fue percibida como peligrosa por los demás Estados europeos, pues
las monarquías restauradoras podían interferir en la política interna de los Estados bajo el
pretexto de restablecer el orden imperante. Por ello, la monarquía liberal de Gran Bretaña
rechazó este principio.

La oposición a la Restauración
El intento de perpetuar el
absolutismo pretendido por muchas
de las monarquías del continente
estaba condenada al fracaso. La
vuelta del Antiguo Régimen, como si
nada hubiera cambiado respecto al
siglo XVIII, ya no era posible en
muchos países.
Las poblaciones de esos Estados
habían luchado por liberarse de la
ocupación francesa; además,
estaban de acuerdo con las ideas
revolucionarias sobre la soberanía
nacional y los derechos del hombre,
por lo que ya no se consideraban
súbditos, sino ciudadanos con plenos
derechos en sus respectivas naciones. Pensaban que sus países ya no eran reinos en el
sentido de posesiones heredadas por un rey, sino naciones, es decir, comunidades formadas
por personas a las que unían lazos históricos y culturales Doc.19. Estas personas exigían el
derecho a participar en el gobierno de la comunidad y a decidir sobre el camino que se debía
seguir; y no admitían volver a la situación de sumisión típica de la monarquía absoluta y del
Antiguo Régimen. A ello se sumaba el hecho de que las medidas restauradoras no resultaron
ser totalmente eficaces, ya que las burguesías y las clases medias y populares lucharon por
mantener sus derechos políticos.
Los sectores opuestos a la Restauración se agruparon en torno a tres grandes tendencias:
- La liberal democrática, que representaba los intereses de la alta burguesía y la clase
media alta. Tenía como modelo político la monarquía constitucional con sufragio restringido.
• La radical democrática, que representaba los intereses intelectuales de la clase media
baja y de los dueños de talleres y fábricas. Su modelo era una república con sufragio
universal masculino.
• La socialista, que constituía un grupo pequeño, pero que fue creciendo a lo largo del siglo
XIX. Representaba los intereses de los trabajadores de las ciudades, en especial de los
obreros industriales. Entre sus principales demandas estaban las mejoras laborales. Su
modelo político era una república con sufragio universal masculino.
Actividad

Lee la ficha escolar y completa la cadena de consecuencias.

Unión de monarquías absolutistas ante


la expansión napoleónica

Difusión de los principios de


Triunfo de las posturas
la revolución por Europa
contrarrevolucionarias

Elabora un esquema de contenidos sobre las tendencias contrarias a la Restauración.

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