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Caracas, 12 de julio de 2022.

Historia de España
Actividad
Redacte en no más de 15 líneas las diferencias entre la economía y la organización
social del Paleolítico y el Neolítico. Causas del cambio.
Desarrollo
En la Península Ibérica, la prehistoria empieza con la entrada de los primeros
homínidos hace unos 5 millones de años, y termina con la aparición de la Escritura, en
el 3500 antes de Cristo. Los primeros milenios de esta etapa prehistórica se pueden
dividir en dos períodos, Paleolítico y Neolítico, cuyas diferencias debemos considerar
para comprenderlos apropiadamente, tanto a nivel económico como social.
En el Paleolítico, la economía estaba basada en la cacería, la recolección, la pesca y la
rapiña. Eran nómadas, viajando entre terrenos de caza y buscando refugio contra el
inclemente clima. Gracias al fuego, pudieron organizarse socialmente en torno a
comunidades, desarrollando además un lenguaje articulado, lo que les permitía ser
más cooperativos en sus diversas actividades y desarrollar creencias espirituales más
profundas, expresadas en ritos de entierro de sus muertos. Por su parte, durante el
Neolítico, el hombre se vuelve productor y necesita asentarse debido a la aparición de
la agricultura y de la ganadería, por lo que surgen los primeros poblados. Se pasa de
una economía de cacería, donde predominaba la escasez, a una economía productora,
enmarcada por la abundancia. Ante este exceso de alimento surge la necesidad de
preservarlo, lo que impulsa el desarrollo del curtido de pieles, la cerámica, la
arquitectura de depósitos de almacenaje, entre otros. Esto va a desembocar en que las
sociedades humanas se especializarán en oficios y se harán más complicadas.
Empiezan a darse casos de conflicto entre poblaciones humanas, buscando competir
por territorios más fértiles, u obtener alimentos y bienes materiales del otro.
Los cambios ocurridos durante el Neolítico fueron tan relevantes que a veces se
conoce a esta época como “Revolución Neolítica”. La transición entre el Paleolítico y el
Neolítico, de nómada a sedentario, de cazador a productor, constituye la base para el
desarrollo de la civilización en la Península Ibérica.

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