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Facultad de Artes

Taller forma y estructura

Carolina Martínez Martínez

Percepción de la actividad

En una actividad donde el dibujo se realiza sin mirar el objeto a realizar, y sin un proceso de
expresión observable, el tacto como percepción háptica, es el encargado de mostrar la textura,
peso y material del objeto dado, así como de ser la fuente de conexión exterior con la capacidad
interior reflexiva e incluso afectiva que surge de la proximidad táctil, remplazando las cualidades
de abstracción habituales como lo son la forma y el tamaño, utilizadas para realizar un producto
visual final: la imagen.

En este caso he considerado, que esa imagen, resultado final del dibujo, combina un proceso de
relación con los recuerdos previos del tacto ante una textura y un nexo comunicativo de una
superficie específica con la piel. Son estas dos las permiten construir la forma en el papel y
producir una correspondencia similar a la que tiene el objeto en su forma material visible.

En mi experiencia personal sentí durante la actividad un impulso que me hacía querer volver
las cosas palpables en una imagen conocida, para lo que recurrí a esas experiencias pasadas
que dejaron ciertas memorias táctiles y forme una posible conjetura de lo que era cada elemento.
Sin embargo encontrar ese vínculo sensorial coherente y aplicarlo para pensar en una
composición funcional, requirió un tiempo de contacto, que represento tanto una percepción
como una sensación, ambos consecuencia de esa extensión sensorial enfocada hacía un estímulo
que debía cobrar sentido.
Y era, tal vez, ese sentido de la percepción, el que podría convertir mis formas a lápiz en una
imagen visual existente, porque más allá de que fuera el objeto o no, se plasmaba una idea.

Por otra parte experimente ciertas dudas con respecto a la elaboración del dibujo, no podía
encontrar donde finalizaba un trazo y comenzaba otro, ni modificarlo. Trate de darle una
estructura midiendo con las manos el centro de la hoja y la distancia a los costados, procurando
iniciar en ese punto concreto y no elaborar el recorrido en fragmentos, sino continuo, pero las
líneas se sobrepusieron y quedaron formas incompletas. No era fácil retratar algo sin observarlo
pero eso precisamente es lo que me deja una experiencia que no había tenido la posibilidad de
sentir, que me hizo revaluar la importancia del tacto y lo que implica sentir esas cualidades de un
objeto cualquiera.
que quizá no llegaban a producir imagen. Pero acaso, ¿el trazo deja de ser imagen cuando hay
ausencia de un observador que identifique la representación hecha en ella? o ¿es más imagen
mental que visual cuando no es aprehensible como una experiencia sensorial propia de la vista?

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