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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA

FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS Y DE LA SALUD


CARRERA DE ENFERMERÍA

NUTRICIÓN
GRUPO 6
SÉPTIMO SEMESTRE “B”

TEMA: Elaborar un plan dietético para un paciente con obesidad.

ESTUDIANTES:
AYALA ROSALES NAGELLY BRIGITTE
CABRERA CABRERA ROSIBEL CAROLINA
CRUZ BARRAGÁN ALLISON JARIBEL
JIMBO SUÁREZ ANABEL STEFANÍA
JUMBO VALAREZO DAYANA MILENA

DOCENTE:
LCDA. MÁXIMA ARGENTINA CENTENO SANDOVAL

MACHALA - EL ORO – ECUADOR


2022 – D2
GUÍA ALIMENTARIA PARA EL PACIENTE OBESO

OBESIDAD

Enfermedad que se caracteriza por aumento


excesivo de peso y por una cantidad excesiva de
grasa en el cuerpo (más de un 20% del peso ideal).
Generalmente, es producida por el consumo de
exceso de comida y poca actividad física.

Objetivo del tratamiento dietético de la obesidad:

➢ Lograr una pérdida significativa (10% del peso inicial) de peso a mediano plazo,
mantener dicha pérdida a largo plazo, y prevenir la ganancia ponderal.

Disminuir el riesgo cardiovascular y metabólico asociado al exceso de peso. De igual


forma, hay beneficios sobre las complicaciones de la obesidad (Síndrome de apnea-
hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS), hígado graso, osteoarticulares).

➢ Mejorar los factores de riesgo cardiovascular asociados a la obesidad (hipertensión


arterial, dislipidemia, intolerancia a la glucosa, diabetes mellitus) que usualmente se
consigue con la pérdida del 5 al 10% del exceso de peso.

➢ Mejorar las comorbilidades vinculadas al exceso de peso (apnea del sueño, artrosis,
riesgo neoplásico, etc.).

➢ Disminución de otros factores de riesgo mediante los nutrientes contenidos en la


composición de alimentos. Condiciones que debe cumplir el tratamiento dietético o
plan de alimentación:

➢ Disminuir la grasa corporal preservando al máximo la grasa magra.

➢ Ser factible de realizar a largo plazo.

➢ Ser eficaz a largo plazo y mantener un peso saludable.

➢ Prevenir futuras ganancias de peso.

➢ Inducir una mejoría psicosomática, con recuperación de la autoestima.

➢ Aumentar la capacidad funcional y la calidad de vida del sujeto.


Tipo de Dietas para el Tratamiento de la Obesidad

Dieta Muy Baja en Calorías

Dietas muy bajas en calorías (400 – 800 kcal/día) a largo plazo no mantienen la pérdida de
peso.

Dieta Hipocalórica

El tratamiento más recomendado es la dieta


moderadamente hipocalórica equilibrada en
macronutrientes por los distintos organismos y
sociedades científicas en el tratamiento dietético de la
obesidad. Este tipo de dieta considera un déficit
calórico entre 500-1000 kcal/día, al consumo dietético
habitual o al requerimiento energético calculado.

Dieta Mediterránea

La dieta mediterránea tiene un alto contenido de


hidratos de carbono complejos y fibra, 20 a 25 g
de aceite de olivo al día, es baja en grasas
saturadas y aporta una cantidad suficiente de
antioxidantes. Se obtiene una mayor reducción
de peso con la dieta mediterránea y la baja en
carbohidratos que con la dieta baja en grasas.

Dieta de Reemplazo de Alimentos

Dieta de reemplazo de alimento o dietas de


sustitución, basada en el agrupamiento de
alimentos de acuerdo al contenido de los
macronutrimentos. La utilización de sustitutos
de alimentos de una o más comidas por
preparados comerciales puede facilitar el
seguimiento de una dieta hipocalórica,
favoreciendo así tanto la pérdida de peso como el mantenimiento de peso perdido.
Guía de alimentación saludable en la prevención de enfermedades.

Los diferentes alimentos, que se agrupan según su aporte nutritivo característico, deben
consumirse en una cantidad determinada a lo largo de la semana, para conseguir una dieta
equilibrada.

FRUTAS Las frutas y los zumos de frutas nos aportan agua, azúcares,
vitaminas como la vitamina C y los carotenos; minerales como
potasio y selenio; y fibra. Es recomendable un consumo frecuente
de frutas enteras, ya que los zumos aportan sólo vitaminas y
minerales y carecen de la mayor parte de la fibra que aporta la fruta
entera. Las frutas desecadas (ciruelas, castañas, pasas, dátiles) se
caracterizan principalmente por un menor contenido de agua,
aunque concentran el resto de los nutrientes y aumentan también el
aporte calórico.

VERDURAS Y Las verduras y hortalizas son una importante fuente de vitaminas,


HORTALIZAS minerales, fibra y antioxidantes, por lo que es recomendable
consumirlas diariamente, aprovechando la gran variedad de
verduras que nos ofrece nuestro entorno mediterráneo. La mejor
manera de aprovechar todas sus vitaminas y minerales es tomarlas
en crudo, solas o en ensalada. Al horno o a la plancha es otra
deliciosa opción. Si las hervimos, es conveniente aprovechar el
agua para sopas o purés, porque en ella quedan muchos de los
minerales de las verduras. Si las cocemos al vapor mantendremos
la mayoría de los nutrientes. Se recomienda un consumo mínimo
de 300 g diarios (2 raciones), aunque lo deseable sería consumir
alrededor de 400 g de verduras y hortalizas por día, priorizando las
variedades de temporada

LECHE Y Los lácteos (leche, leche fermentada, yogur fresco, quesos, natillas,
DERIVADOS etc) son una importante fuente de proteínas de elevada calidad,
lactosa, vitaminas (A, D, B2 y B12) y, principalmente, son una
excelente fuente de calcio, mineral importantísimo para la
formación de huesos y dientes, así como para la prevención de la
osteoporosis. El yogur fresco y otras leches fermentadas se
incluyen en el grupo de los alimentos probióticos. Estos alimentos
poseen algunos efectos beneficiosos: mejoran la respuesta
inmunitaria, reducen las molestias en personas con mala absorción
de la lactosa, protegen al intestino contra los microorganismos
patógenos, etc. Deberíamos consumir de 2 a 4 raciones de lácteos
al día, según nuestra edad y situación fisiológica (embarazo,
lactancia, etc.).

CARNES Y La carne es una fuente importante de proteínas de alto valor


EMBUTIDOS biológico, de vitamina B12, hierro, potasio, fósforo y zinc. Debido
a su contenido en grasas saturadas, es muy importante elegir cortes
magros de carne y retirar la grasa visible antes de cocinar el
alimento. La carne contiene hierro de alta biodisponibilidad y,
además, aumenta la absorción del hierro de cereales o legumbres.
De esta manera, combinando dichos alimentos, podemos lograr un
plato más nutritivo.

PESCADOS Y Los pescados son una buena fuente de proteínas de elevada calidad,
MARISCOS vitamina D y yodo, y son muy ricos en ácidos grasos
poliinsaturados omega-3, especialmente los pescados azules. Los
ácidos grasos poliinsaturados omega-3 son esenciales, es decir, que
nuestro cuerpo no puede producirlos, por lo que debemos ingerirlos
en la dieta. Los encontramos principalmente en el pescado azul
(atún, arenque, sardina, caballa, salmón, anguila, bonito, etc) y en
algunos alimentos enriquecidos.

HUEVOS Son un alimento de gran interés nutricional que nos aporta


proteínas de elevada calidad, vitaminas (A, D y B12) y minerales
(fósforo y selenio). Los huevos aportan además nutrientes
esenciales en las etapas de crecimiento y en circunstancias
fisiológicas especiales como el embarazo, la lactancia y la vejez. Es
importante saber que el color de la cáscara de los huevos (blanco o
rubio), no condiciona su valor nutricional. El consumo de tres o
cuatro huevos por semana es una buena alternativa gastronómica a
la carne y al pescado, alimentos con los que comparte cualidades
nutritivas similares.

LEGUMBRES Las alubias, los guisantes, los garbanzos, las habas y las lentejas
nos aportan hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales. Son
también una buena fuente de proteínas y, si mezclamos las
legumbres con los cereales, se obtiene un aporte de proteínas de
mayor calidad. No sólo debemos consumirlas en invierno. Una
buena opción para tomarlas en verano es incorporarlas a las
ensaladas.

CEREALES Los cereales deben constituir la base fundamental de nuestra


alimentación, ya que ellos nos proveen de una importante fuente de
energía. Los alimentos que los contienen son el pan, las pastas, el
arroz y los cereales. Los alimentos integrales (pasta, arroz, pan,
harinas) son más ricos en fibra, vitaminas y minerales que los
refinados.

FRUTOS SECOS La principal característica de los frutos secos es su alto contenido


energético y su importante aporte de ácidos grasos insaturados y
fibra. Son una buena alternativa de proteínas y lípidos de origen
vegetal. El contenido en grasas de las almendras, avellanas,
anacardos, piñones, pistachos y nueces es mayoritariamente de tipo
insaturado, es decir, que ayuda a controlar los niveles de
triglicéridos y colesterol en sangre. Por ejemplo, las nueces son
ricas en ácido linolénico, que tiene un efecto muy beneficioso para
el corazón. Los frutos secos son, además, una fuente extraordinaria
de vitamina E, con efectos antioxidantes.

AGUA El agua es imprescindible para el mantenimiento de la vida, ya que


todas las reacciones químicas de nuestro organismo tienen lugar en
un medio acuoso. Además, un consumo adecuado de agua ayuda a
prevenir el estreñimiento y a normalizar el tránsito intestinal. El
consumo recomendado es de un litro a dos litros de agua al día. Los
deportistas y las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia
deben aumentar el consumo de agua.

Las Guías alimentarias son la expresión de recomendaciones nutricionales en términos de


alimentos y dietas, cuyo propósito es el de educar y guiar las políticas nacionales de
alimentación y nutrición, así como a la industria de alimentos, para prevenir distintas formas
de malnutrición y promover el bienestar en la población.

Recomendaciones

● Evite consumir grasas en exceso y especialmente las grasas saturadas.

● Tome la leche y derivados desnatados (valore que tengan suplementadas las vitaminas
liposolubles) Excluya la mantequilla, la nata, ciertas margarinas y los quesos muy
curados.

● Elija las carnes magras (solomillo o lomo), elimine la piel de las aves y la grasa
visible (lo que se conoce coloquialmente como “el gordo”). Evite las carnes más
grasas (cordero, otras partes del cerdo o ternera como costillar o falda, vísceras y
embutidos). Consuma con más frecuencia pescados que carne, por su alto contenido
en ácidos grasos omega-3, especialmente en los azules.

● Consuma, al menos, 4 raciones a la semana. Puede obtener ácidos grasos omega 3 en


alimentos enriquecidos, como leche, galletas

● Puede consumir 4 yemas de huevo a la semana, las claras tómese libremente.

● Evite el consumo de alimentos precocinados como patatas fritas congeladas,


empanadas, pescados rebozados y carnes empanadas, croquetas, canelones, lasañas,
pizzas, guisos y aperitivos en general, patatas chips, etc.

● Si en algún momento lee “elaborado con grasa vegetal”, lo habitual es que sea un
producto preparado con aceite de palma, coco o grasa trans, que no son
recomendables evítese.
● Desgrase siempre los caldos que haya preparado con huesos, carne grasa ó tocino,
antes de tomarlos. Una vez frío, introdúzcalo en la nevera y elimine la capa de grasa
que se forma en la superficie.

● Modere el consumo de azúcar y evite el consumo de productos de pastelería, bollería


industrial y repostería, así como los helados cremosos.

● Aumente el consumo de alimentos ricos en fibra como vegetales y frutas (consumirlos


preferentemente crudos y con su piel), cereales, panes o harinas integrales, legumbres
(especialmente soja y avena).

● Puede ser útil el consumo de esteroles vegetales que disminuyen la absorción de


colesterol (presentes habitualmente en yogures enriquecidos).
BIBLIOGRAFÍA

1. Vásquez A, Ester H. ¿Qué dieta seleccionar en el tratamiento de la obesidad? An


Venez Nutr [Internet]. 2020 [citado el 29 de enero de 2023];33(1):41–50. Disponible
en:https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-0752202000010004
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2. Kaufer-Horwitz M, Pérez Hernández JF. La obesidad: aspectos fisiopatológicos y


clínicos. Inter Discip [Internet]. 2021 [citado el 29 de enero de 2023];10(26):147.
Disponible en:
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S2448-57052022000100147&script=sci_ar
ttext

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