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PROBLEMATICAS QUE SURGEN DE LAS LIMITACIONES

CONVENCIONALES A LA LIBRE CESIBILIDAD DE LAS ACCIONES


EN LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS.

CAPITULO I: INTRODUCCIÓN.

1.- GENERALIDADES: La expansión sufrida por la sociedad anónima luego de la dictación


de la Ley Nº 18.0461, que distingue entre sociedad anónima abierta y cerradas2, ha permitido
que bajo esta estructura no sólo se desarrolle la gran empresa o aquellas con gran número de
socios, sino que también aquellas pequeñas empresas con un reducido número de socios, las
que muchas veces están unidas por vínculos familiares o por otros vínculos como
profesionales. Dicha realidad, sumada a las necesidades de defensa de los intereses que
cierto grupo de accionistas tienen en una sociedad anónima abierta, ha exigido la creación de
mecanismos jurídicos que permitan el mantenimiento del status quo social o equilibrios de
los poderes internos, lo que se ha logrado a través de las limitaciones a la libre cesibilidad de
las acciones. Todo lo anterior, implica una trasgresión a principios íntimamente vinculados
con las sociedades de capital.

2.- LAS RESTICCIONES A LA LIBRE CESIBILIDAD Y LA ACCIÓN COMO UN


VALOR NEGOCIABLE: Cuando la relación social no se establece por las condiciones
personales de los socios, se convierten en indiferentes sus cualidades personales y se hace
más transmisible tal condición. La transmisibilidad de la acción es un principio esencial del
derecho de sociedades anónimas. La división del capital social en acciones responde a un
doble motivo: recoger capital del ahorro privado y conceder el incentivo de la
transmisibilidad de la cualidad de accionista a los inversores. Precisamente por ello se afirma
que la transmisibilidad de la acción ha sido el mecanismo que ha permitido ocupar a la
sociedad anónima un lugar preeminente en la economía capitalista moderna3. La constitución
de un instrumento jurídico para movilizar los ahorros de grandes núcleos de la población,
presupone que la participación de cada accionista sea fácilmente circulable4, de esta forma
se organiza y desarrolla un mercado financiero, de un mercado de capitales5 6. Ahora, que la
acción es transmisible no significa necesariamente que en todo caso sea libremente
transmisible. Respecto de su transmisibilidad, caben tres grados: Libre transmisibilidad,
transmisibilidad condicionada e intransmisibilidad absoluta. Si la transmisibilidad constituye
una nota esencial de la acción, no puede postularse lo mismo de su libre transmisibilidad
entendida como un derecho incondicionado, ilimitado e inderogable del accionista a
transmitir su acción cuando quiera, a quien desee y como le plazca7. En definitiva, se pueden
establecer limitaciones a la libre cesión de las acciones, pero no limitaciones al derecho a
transmitir la acción que es un derecho inderogable que forma parte de las bases esenciales de
la sociedad anónima8 9.

3.- CLASES DE RESTRICCIONES: Las restricciones a la transmisibilidad de las acciones


se distinguen, según su fuente o procedencia en:

3.1 Limitaciones Legales a la libre cesión de las acciones: Podemos establecer la existencia
en nuestro ordenamiento jurídico, de disposiciones legales que afectan a la libre cesibilidad

1
de las acciones. Sin embargo estas limitaciones constituyen la excepción, por la extensión de
este trabajo y su objeto, las citamos a pie de página10.

3.2 Limitaciones Estatutarias a la libre cesión de las acciones: En lo que respecta a las
anónimas abiertas, tales tipos de restricciones están absoluta y totalmente prohibidas por la
ley, por lo tanto, su contravención acarrearía la nulidad absoluta de la cláusula que la
establece11. La razón que el legislador tuvo para establecer tal prohibición está en que a las
Sociedades Anónimas abiertas se las quiso sujetar a una reglamentación más exigente que a
las cerradas, considerando que estas sociedades hacen oferta pública de sus valores, de esta
manera si se hubieran aceptado las limitaciones estatutarias se vulneraría de alguna manera
su carácter de ente colector de ahorro público, pues dichas restricciones ahuyentarían a los
ahorrantes dispuestos a invertir, vía adquisición en Bolsa de Valores, además, se intentó
disminuir el riesgo que grupos mayoritarios de la misma, establecieran cláusulas tales que le
sirvieran como instrumentos para asegurara y perpetuar su mayoría en la dirección de la
sociedad12. De acuerdo con los términos del precepto trascrito, las restricciones estatutarias
están permitidas en las sociedades anónimas cerradas, pues eso se desprende interpretando
en sentido contrario el artículo 14 inciso 1º13.

CAPITULO II: LAS PROBLEMATICAS DE LAS LIMITACIONES


CONVENCIONALES A LA LIBRE CESIBILIDAD DE LAS ACCIONES14.

1.- GENERALIDADES: Las limitaciones convencionales a la libre cesibilidad de las


acciones están establecidas en el artículo 14 inciso 2º, de la ley 18.04615. La principal
característica de estos pactos es la publicidad que los rodea, ya que trata de proteger no sólo
a los accionistas, sino también a terceros que se interesan en la sociedad como medio de
canalizar la inversión.

2.- PROBLEMATICAS DOCTRINALES Y PRÁCTICAS SOBRE LAS LIMITACIONES


CONVENCIONALES A LA LIBRE CESIBILIDAD DE LAS ACCIONES.

2.1 LICITUD Y NATURALEZA JURÍDICA DE LAS LIMITACIONES


CONVENCIONALES A LA LIBRE CESIBILIDAD DE LAS ACCIONES: La licitud de
estos pactos es indiscutible a la luz de la norma legal que rige la materia (artículo 14 de la
Ley Nº 18.046). Toda vez que permite la existencia de pactos particulares de accionistas
relativos a la cesión de acciones. Además, su licitud se deriva. En primer lugar porque en
virtud de estas limitaciones convencionales no se limita la cesibilidad de las acciones, sino
que sólo su libre cesibilidad16, sin que se permita la prohibición absoluta de cesión 17. En
segundo lugar, porque la norma del artículo 14 inciso 1º no consagra el derecho a la libre
cesibilidad de las acciones en términos absolutos, y, en tercer lugar, mientras estás
restricciones convencionales cumplan con las normas generales sobre objeto y causa lícita, y
en especial, no afecten los derechos adquiridos de terceros, son completamente válidos entre
los accionistas18.

Sobre la naturaleza jurídica de estos pactos, podemos establecer las siguientes precisiones: a.
Son pactos de carácter contractual, de manera que tienen fuerza obligatoria sólo entre
quienes lo celebraron. Estos pactos revisten el carácter de un contrato asociativo plurilateral.
Que sea un contrato asociativo, significa que las partes en este contrato sostienen intereses

2
comunes, que tienden normalmente, a dar estabilidad a la sociedad y a su gestión. Que se
trate de un contrato plurilateral, significa que son acordados por más de dos partes; b. los
pactos de accionistas que limitan la libre cesibilidad de las acciones, constituyen contratos
dependientes y consensuales. Son dependientes, toda vez que, no pueden subsistir sin otro
principal, sin embargo, estos pactos tienen una característica especial, toda vez que pueden
nacer antes que la sociedad, pero no pueden subsistir si es que ésta no llega a constituirse
válidamente. Son consensuales pues basta para su perfeccionamiento, el mero
consentimiento, sin requerir para su perfeccionamiento las medidas de publicidad del
artículo 14 inciso 2º19.

Considerando estas precisiones, es necesario dilucidar, ¿Qué normas se aplican en subsidio a


las estipulaciones previstas por los accionistas?, consideramos que las normas que rigen las
sociedades colectivas civiles le son aplicables en subsidio a los pactos de accionistas, toda
vez, que las normas que rigen a dichas sociedades cumplen una función genérica y supletoria
respecto de los otros tipos sociales. Debemos señalar que los pactos de accionistas que
limitan la libre cesión de las acciones suponen un contenido extra-estatutario, pues no
pueden entrar a regular aquellas materias que son propias de los estatutos y a las cuales están
reservadas20. Por último consideramos que los miembros de un pacto que limite la libre
cesión de acciones no se encuentran sometidos la norma del artículo 4 Nº 10 de la Ley de
Sociedades Anónimas, que determina que las diferencias que ocurran entre los accionistas en
su calidades de tales deben ser sometidas a la solución de un juez árbitro, y que si nada se
indica en los estatutos, tendrán el carácter de árbitro arbitrador. En cambio, en el ámbito de
los pactos de accionistas, tales normas tienen un carácter subsidiario, por lo que las
diferencias entre los accionistas, en virtud de un pacto de accionistas, se somete al derecho
común, y conforme al artículo 227 Nº 4 del C.O.T., es materia de arbitraje obligatorio las
diferencias que ocurrieren a los accionistas21.

2.2 EFECTOS A LAS LIMITACIONES CONVENCIONALES A LA LIBRE CESIÓN DE


LAS ACCIONES:

2.2.1 ¿Los requisitos de la cesión de acciones, son solemnidades relativas al título traslaticio
de la cesión y al modo de adquirir, o bien, sólo son solemnidades de este último?
Consideramos que son solemnidades relativas al título traslaticio y al modo por las
siguientes razones: a. Las palabras “transferencia”, “cesión”, y “traspaso”, que utilizan los
artículos 12 de la ley de Sociedades Anónimas, y 15 y 17 de su Reglamento, son dadas con
el significado de renuncia que una persona hace sobre el dominio que tiene sobre una cosa,
lo que engloba al título y al modo; y, b. en segundo lugar, porque en razón de la cesión de
acciones, ocurren simultáneamente el titulo y el modo. La inscripción en el Registro de
accionistas, legitima al adquirente frente a la sociedad para ejercer los derechos propios de la
calidad de accionista.

2.2.2 Tipos de sociedades se les aplica el artículo 14 inciso segundo de la Ley de Sociedades
Anónimas. La ley no distingue, por lo que dicha norma se aplica tanto a las sociedades
anónimas abiertas y cerradas. A diferencia de lo que ocurre con el inciso primero, que limita
en forma absoluta las restricciones estatutarias a la libre cesión de acciones, sólo a las
sociedades anónimas abiertas.

3
2.2.3 Efectos del incumplimiento del pacto de accionista entre los miembros del mismo.
Como hemos visto anteriormente los pactos de accionistas tienen una naturaleza contractual,
por tanto se aplican a dichos pactos todos lo principios y normas que rigen a los contratos en
general, entre éstos, el principio del efecto relativo, en cuya virtud, los contratos sólo
generan derechos y obligaciones para los accionistas contratantes que concurren a su
celebración. Por lo que respecto de los accionistas debemos considerarlos como “res inter
alios acta”.

2.2.4 ¿El incumplimiento del pacto de accionistas por un miembro, puede afectar al
cesionario comprador, en su calidad de tercero? Según el artículo 14 inciso 2º, los pactos que
limiten la libre cesión de acciones, están sujeto a requisitos que afectan el principio de
relatividad de los contratos, toda vez que cumpliéndose dichos requisitos el pacto sería, para
cierta parte de la doctrina, oponible a los terceros. Los requisitos que establece el artículo 14
inciso 2º, son los siguientes: - El pacto debe versar sobre limitaciones a la libre cesión de las
acciones; - Debe ser escrito, para efectos de poder depositarlo; - Debe depositarse a
disposición de los demás accionistas u terceros interesados; y, - debe hacerse referencia a él
en el Registro de Accionistas. Considerando que la norma sólo habla de cesión, y que como
señala la jurisprudencia española, estos pactos deben interpretarse restrictivamente22, se deja
fuera a otras figuras jurídicas que pueden afectar los intereses protegidos por el pacto de
accionistas23.

Dijimos que cumpliendo los requisitos anteriormente señalados el pacto que en un primer
momento estaba regido por el principio relativo de los contratos, pasa a ser oponible al
tercero de mala fe, pero, ¿Que extensión tiene esta mala fe?, ¿Cuáles son los efectos de esta
oponibilidad? ¿Estamos en presencia realmente de una situación de oponibilidad? Para
solucionar estos problemas debemos partir de un supuesto básico, que es el cumplimiento de
los requisitos anteriores, que culmina con la inscripción del pacto en el Registro de
Accionista. Siendo los terceros afectados quienes adquirieron las acciones sin haber
respetado las limitaciones que establecía el pacto de accionistas24. Para el profesor Hernán
Herrera Barriga, estamos en presencia de un claro caso de oponibilidad. El profesor Herrera
Barriga, señala que esta oponibilidad se deriva de los requisitos anteriormente señalados, y
de la interpretación del artículo 14 inciso 2º, cuando utiliza la expresión: “se tendrán por no
escritos”.Sostiene ello, principalmente por las siguientes razones: a. Los requisitos anteriores
están establecidos para que los demás accionistas y terceros interesados puedan constatar la
existencia, y contenidos de estos pactos, por lo que cumplidos los requisitos analizados,
dichos pactos afectan a los terceros. Si los requisitos no son de oponibilidad y se siguen las
reglas del derecho común, operará el principio del efecto relativo de los contratos, y en
consecuencia, jamás podría hacerse valer el pacto frente a los demás accionistas y terceros, y
por lo tanto, no habría necesidad de que accionistas y terceros consultarán el Registro de
Accionistas; b. Estos requisitos constituyen típicos ejemplos de requisitos de oponibilidad
denominados formalidades de publicidad; y, c. Si la sanción a la ausencia del depósito del
pacto y la ausencia de su anotación, es la inexistencia o la nulidad, significaría que los pactos
celebrados con anterioridad a la constitución de la sociedad, serían nulos o inexistente.

Sin embargo, nosotros en este trabajo tenemos una posición distinta sobre el tema, para lo
cual debemos efectuar ciertas precisiones básicas en materia de acto jurídico y contratos.
Así, cuando se estudian los principios fundamentales de la contratación, se señala que entre

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las excepciones al principio del consensualismo contractual, se encuentran las denominadas
formalidades de publicidad25. Estas medidas de publicidad se clasifican en formalidades de
simple noticia y en formalidades sustanciales. De manera que la omisión de aquellas,
produce efectos distintos. En efecto, el incumplimiento de las formalidades de simple noticia
sólo da al afectado el derecho de demandar indemnización de los perjuicios sufridos, en
cambio, la omisión de las formalidades de publicidad sustanciales acarrearía la
inoponibilidad. Esta distinción en lo relativo a sus efectos es absolutamente clara en la
doctrina chilena26. En este sentido, el profesor de la Universidad Católica y de la Universidad
de Chile, Víctor Vial del Río, señala: “La omisión de una medida de publicidad de simple
noticia, da derecho a la persona que ha sufrido un perjuicio como consecuencia de ella, a
demandar la correspondiente indemnización. En cambio, la sanción por la omisión de la
forma o medida de publicidad sustancial es la inoponibilidad, esto es, la ineficacia con
respecto de terceros del derecho que ha nacido como consecuencia de la celebración del acto
jurídico”27. En consecuencia sostenemos, que los requisitos que el artículo 14 inciso 2º de la
Ley de Sociedades Anónimas, consagran respecto de los pactos particulares de accionistas
que limitan la libre cesibilidad de las acciones, una medida de publicidad, de aquellas que la
doctrina denomina de simple noticia. Por lo tanto, la responsabilidad extra contractual del
tercero adquirente de las acciones, no constituye una responsabilidad que se derive de la
omisión de los requisitos de la medida de publicidad de simple noticia (que han sido
cumplidas), sino que emana de la intromisión en contrato ajeno, en que las partes de dicho
contrato han cumplido con los requisitos del artículo 14 inciso 2º, permitiendo a los
accionistas del pacto afectados por dicha intromisión, demandar indemnización de perjuicios
por responsabilidad extra contractual, basados en el artículo 2314 y 2329 del Código Civil.
Esta institución se deriva de lo que en Inglaterra se denomina “tort of interferente”, que trata
en definitiva, de la responsabilidad civil extra contractual del tercero cómplice de la
violación de un contrato28. De manera que afirmamos que, estas medidas de publicidad de
simple noticia están establecidas a favor de los miembros del pacto que limita la libre cesión
de las acciones29, y a favor de los terceros, que pueden convertirse eventualmente en
accionistas30. En definitiva, en este caso estaríamos en presencia de una pluralidad de causas
que provocan un mismo daño a los accionistas cumplidores del pacto (derivado del
incumplimiento del pacto, y de la adquisición de acciones por un tercero conociendo las
limitaciones existentes), situación que debe resolverse por medio de las normas de pluralidad
de causas y de responsables del derecho común31. Ahora, consideramos que el tercero que
adquiere acciones obviando las medidas de publicidad del artículo 14 inciso2º, celebra con el
incumplidor de dicho pacto, un contrato plenamente válido y eficaz por lo que sociedad debe
proceder a la inscripción de dichas acciones en el Registro de Accionista, con ello
disentimos de las opiniones de diversos autores sobre el tema, que señalan que bajo
determinados supuestos la sociedad debe negar la inscripción al tercero adquirente32, o bien,
que dicha inscripción puede quedar sin efecto por medio de una decisión de un juez árbitro33.
Pensamos que sólo tenemos el apoyo en esta materia de Álvaro Puelma Acorssi 34. Nuestra
opinión se funda en las siguientes razones: a. Las limitaciones convencionales a la libre
cesión de las acciones, sólo originan obligaciones personales de no hacer, cuyo
incumplimiento generará la obligación de indemnizar los perjuicios pero no afecta la validez
de las enajenaciones realizadas, en cambio, si estas limitaciones fueran estatutarias, su
incumplimiento acarrearía que la sociedad no debería dar curso a dichos traspasos; b. Nada
impide que las partes establezcan cláusulas penales que determinen la aplicación de multas o
sanciones en caso de incumplimiento, y el otorgamiento de garantías, como la prenda de

5
acciones para caucionar el cumplimiento de las restricciones a la enajenación. Este
mecanismo es en la práctica el utilizado, y tienen la ventaja, en el caso de las cláusulas
penales, que significan una evaluación anticipada y convencional de los perjuicios,
relegando la prueba sobre los mismos en juicio. De más esta señalar que estas cláusulas
penales afectarán al miembro incumplidor del pacto, y no al tercero adquirente, quien como
se señaló puede ser sujeto de una demanda de indemnización de perjuicios por
responsabilidad extracontractual, por no observar las formalidades de publicidad de simple
noticia del artículo 14 inciso 2º; c. No es posible sostener que los actos o contratos
celebrados entre el miembro incumplidor del pacto y el tercero, sea inoponible para los otros
miembros del mismo, como sostienen Herrera Barriga, toda vez, que la oponibilidad, que se
produciría, según ciertos autores, de acuerdo al artículo 14 inciso 2º, afectaría a la sociedad o
terceros, por el cumplimiento de las medidas de publicidad de dicha norma, y no se refiere a
la situación que el profesor Herrera sostiene; d. Nos parece artificiosa y que puede dar origen
a serios problemas prácticos, la interpretación de Melossi, en cuanto a distinguir entre
terceros adquirentes de buena o mala fe, para efectos de la inscripción de las acciones,
dependiendo de que hallan tenido conocimiento del pacto de accionistas, toda vez, que en
primer lugar, es una distinción que no se encuentra establecida en la ley, y en donde la
misma no distingue no cabe distinguir al interprete; en segundo lugar, si así fuese no tendría
sentido que la ley hubiera exigido los requisitos que hemos analizado para darle publicidad
al pacto de accionistas, pues de acuerdo a dicha interpretación, aún así el tercero podría
alegar desconocimiento del pacto; y, en último lugar, porque de acuerdo al artículo 12 inciso
segundo de la Ley de Sociedades Anónimas: “A la sociedad no le corresponde pronunciarse
sobre la transferencia de acciones y está obligada a inscribir sin más trámite los traspasos
que se le presenten, siempre que éstos se ajusten a las formalidades mínimas que precise el
Reglamento”, de manera que la ley en virtud de dicha norma salvaguarda el derecho esencial
de la cesión de las acciones, impidiendo que un tercero como la sociedad pueda entorpecer
su ejercicio, además, las formalidades que establece el Reglamento para la cesión de
acciones no se oponen a lo que venimos analizando. Con ello se estaría exigiendo que la
sociedad al momento que se le requiera la inscripción exija pruebas que determinen la buena
o mala fe del tercero adquirente, de manera que con ello se vulnera el artículo 12 de la ley de
Sociedades Anónimas, y 15 a 17 del Reglamento de dicha ley35; e. La ley debe cursar la
inscripción del tercer adquirente toda vez que la Ley de Sociedades Anónimas ha entendido
que sólo puede ser oponible a una sociedad anónima la constitución de derechos reales, y no
las obligaciones personales contraídas sobre éstas36; y, f. Por último creemos que los
accionistas que se vieron afectados por el incumplimiento del pacto de accionista, pueden
exigir ante el juez árbitro, la indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual
derivada del incumplimiento del mismo, no pudiendo en consecuencia, exigir que opere una
recuperación de las acciones37, toda vez, que ya han sido inscritas en la sociedad.

2.2.5 Efectos del pacto de accionistas respecto de la sociedad. Consideramos que habiéndose
cumplido o no, con los requisitos de publicidad del pacto, no se produce una situación de
oponibilidad respecto de la sociedad, toda vez que, la sociedad no fue parte en dicho pacto, y
del mismo no se deriva ninguna obligación, ni siquiera la de velar por su observancia. Esto
se ve reflejado por el hecho que en caso de incumplimiento del pacto, debe la sociedad de
todas formas cursar la respectiva inscripción, en cambio, si sostuviésemos que el pacto de
accionistas que ha cumplido con las normas de publicidad anteriormente señaladas, es

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oponible a la sociedad, esta estaría en la obligación de negar la inscripción al tercero
adquirente en contravención a los procedimientos restrictivos que establece el pacto.

Pie de Página del Trabajo.

7
1

LEY Nº 18.046. Ministerio de Hacienda. LEY SOBRE SOCIEDADES ANÓNIMAS. Publicada en el Diario Oficial de
22 de octubre de 1981.
2
Se refieren a esta distinción el artículo 1 de la ley Nº 18.045 sobre Mercado de Valores, el artículo 2 de la ley Nº
18.046 sobre sociedades anónimas, y los artículos 1 a 4 del Reglamento de dicha ley, el Reglamento supremo Nº 587
del Ministerio de Hacienda, publicado en el Diario Oficial de 13 de noviembre de 1982.
3
JAUFFRET, ALFRED, citado por SANDOVAL LOPEZ, RICARDO., Derecho Comercial, Tomo I Volumen II. 1999.
Quinta edición. Santiago, Editorial Jurídica. Pág: 154; en el mismo sentido, GEORGES, RIPERT. Aspects juridiques du
capitalime moderne. 1951. París, Editorial Licet. Págs: 128 y ss. En definitiva la división del capital social en acciones
fácilmente negociables ha constituido la clave del éxito y proliferación de la sociedad anónima y la ha convertido en
instrumento adecuado para la concentración de capitales.
4
Mediante la incorporación de la posición del socio en un título, de modo que llegue a materializarse y objetivarse,
pudiendo circular como valor autónomo. La incorporación de la condición de accionista a un título valor o a una
anotación contable determina la fungibilidad de la condición de accionista (está se transfiere con la acción) y genera,
además, el efecto de que la propiedad de la acción confiere a su titular la condición de socio.
5
GARRIDO DE PALMA, VICTOR MANUEL. Estudios sobre la Sociedad Anónima. 1991. Madrid, Editorial Civitas.
Pág: 30.
6
En este sentido podemos encontrar profusa bibliografía en la doctrina española: RUBIO, GARCÍA-MINA. Curso de
Derecho de sociedades anónimas. 1974. Madrid, EDF. Págs: 99 y 100; WEIGMANN. Sociedades por acciones. 1990.
Barcelona, Editorial Oikostau. Págs: 20 y ss; BÉRGAMO, LLABRÉS. Sociedades Anónimas. Las acciones. Tomo i.
1970. Madrid, Trivium. Pág: 14; BERTÁN, LUIS DE CARLO, y FERNÁDEZ-ARMESTO, JUAN. El derecho del
Mercado Financiero. 1992. Madrid, Editorial Civitas. Págs: 43; y, BROSETA PONT, MANUEL. Manual de Derecho
Mercantil. 1990. Madrid, Editorial Tecnos. Pág. 230-231.
7
BROSETA PONT, MANUEL. Restricciones estatutarias a la libre transmisibilidad de acciones. 1963. Madrid,
Editorial Tecnos. Pág: 13.
8
Como veremos posteriormente estas limitaciones sólo son posibles en virtud de pactos particulares entre accionistas
relativos a la cesión de acciones, pero que su limitación en los estatutos está prohibida, artículo 14 inciso 1º.
9
Nuestra Constitución Política de la República consagra en su Capítulo III, artículo 19 Nº s 21, 22, 23 y 24 lo que se
denomina el orden público económico, a través del cual se sientan las bases fundamentales del desenvolvimiento de la
actividad de los particulares y del Estado en la economía. En dichos preceptos se establecen también las normas
fundamentales respecto del derecho a la propiedad y de propiedad. Las normas citadas consagran principios de libertad
económica y con ello fijan un esquema económico de mercado del cual se sustenta el principio de la libre transferencia
de los bienes, permitiéndole de tal maneta la circulación de los mismos. Estos principios tienen plena aplicación en lo
que se refiere a las acciones, en efecto, la incorporación de los derechos que otorgan a la materialidad del título
accionario, fenómeno denominado cosificación de los títulos valores o títulos de crédito, permite considerar a la acción
como un bien respecto del cual existe plena libertad para transferirlo y hacerlo circular en el mercado de capitales,
actividad a la cual están naturalmente destinados.
10
Podemos mencionar casos de limitaciones a la libre cesibilidad de las acciones, las siguientes: a. El artículo 27A de la
ley Nº 18.046, señala taxativamente los casos en que una sociedad puede adquirir las acciones que representan su
propio capital; Según Alvaro Puelma las OPAS, constituirían una forma de entrabar la libre transacción de las acciones,
establecidas por ley. PUELMA ACORSSI, ALVARO. Sociedades. Tomo II. Tercera Edición. 2001. Santiago, Editorial
Jurídica. Págs: 579; El artículo 88 de dicha ley, establece restricciones impuestas a las sociedades filiales o coligadas
entre sí, en orden a que no podrán tener participación recíproca en sus respectivos capitales, ni aún en forma indirecta a
través de otras personas naturales o jurídicas, tampoco pueden ser dueñas de acciones representativas del capital de sus
sociedades anónimas matrices o coligantes, lo que constituye una limitación, para evitar inversiones cruzadas; Existen
ciertas figuras que indirectamente producen tal efecto, como por ejemplo, el artículo 3 letra b) del Código Aeronáutico,
Ley Nº 19.916, que hace referencia a las aeronaves que deben matricularse en Chile, y al respecto, señala que para que
una propietaria de una aeronave sea considerada como chilena, debe además de constituirse en Chile, tener un capital
social que pertenezca a personas naturales y jurídicas chilenas; Otra forma de restringir la libre cesibilidad de las
acciones, es por medio de las prohibiciones a ciertos sujetos para adquirir acciones que conforman el capital de ciertas
empresas con el fin de proteger un interés público superior, como ejemplo de estos casos, lo encontramos en la
legislación relativa a las Administradoras de Fondos de Pensiones (A.F.P), donde el Decreto Ley Nº 3.500, en su
artículo 45 bis, señala las sociedades cuyas acciones no pueden ser adquiridas por las A.F.P., entre las cuales figuran,
además de aquellas que conforman el capital de otras A.F.P., aquellas acciones de las compañías de Seguro, de las
Administradoras de Fondos Mutuos, y de las Administradoras de Fondos de Pensión. A su vez, el mismo Decreto Ley
restringe la libre adquisición de las acciones de sociedades anónimas abiertas y cerradas en general, por parte de la
A.F.P. Dicha limitación es particularmente estricta en el caso de las acciones de sociedades anónimas cerradas ya que
tan sólo permite la posibilidad de adquirirlas cuando cumplen con ciertos requisitos derivados de la clasificación de
riegos que de ellas haga la Comisión Clasificadora de Riegos, creada por el mencionado Decreto Ley, en el artículo 45
letras g, h e i. MELOSSI JIMENÉZ, ANDRÉS. Restricciones estatutarias y convencionales…. Págs: 115-117.
11
Esto se desprende del tenor del artículo 14 inciso 1º de la ley Nº 18.046, que al efecto establece: “Los estatutos de las
sociedades abiertas no podrán estipular disposiciones que limiten la libre cesión de las acciones”.
12
MELOSSI JIMENÉZ, ANDRÉS. Restricciones estatutarias y convencionales…. Pág: 70.
13
Las diferencias entre las restricciones a la libre cesibilidad de las acciones, establecidas por medio de estatutos o por
pactos de accionistas, se reflejan que las establecidas por medio de estatutos, constituye un acto jurídico colectivo que
obliga a todos los accionistas, actuales o futuros, sin importar si están de acuerdo con su contenido o no; además, los
pactos de accionistas tocan asuntos que por su naturaleza sólo interesan a determinados accionistas; por último, los
efectos que acarrea la violación a restricciones estatutarias y las convencionales son distintas, ya que si se incumplen las
restricciones estatutarias, no se debe cursar el traspaso contrario a ellos, mientras que las restricciones convencionales,
sólo originan obligaciones personales de no enajenar, que importa indemnización de perjuicios y no afecta la validez de
las enajenaciones. En el mismo sentido; PUELMA ACORSSI, ALVARO. Sociedades. Tomo II. Tercera Edición. 2001.
Santiago, Editorial Jurídica. Págs: 558-559; MELOSSI, ANDRES. Limites a la Transferencia de Acciones de
Sociedades Anónimas. 1993. Santiago, Ediciones Jurídicas la Ley. Pág: 70-71; RAZETO RIVERA, RENZO. Las
acciones preferentes en sociedades anónimas. 2001. Santiago, Editorial Jurídica LexisNexis.43; y, HERRERA
BARRIGA, CRISTIAN. Los pactos de accionistas en las sociedades anónimas. 1997. Santiago, Colegio de Abogados
de Chile. Págs: 3-7.
14
En la ley de Sociedades Anónimas y en la Ley de Mercado de Valores, se tratan los dos pactos de accionistas más
relevantes, esto es: En primer lugar, aquellos que consagran límites a la libre cesión de acciones, en el artículo 14 inciso
2º; y, los pactos o acuerdos de actuación conjunta, regulados en la Ley de Mercado de Valores, en su título XV, que
define los acuerdos de actuación conjunta, recogidos también en el Decreto Ley Nº 3.500, en su artículo 155.

15
Dicha norma establece: “Los pactos particulares entre accionistas relativos a cesión de acciones, deberá ser
depositados en la compañía a disposición de los demás accionistas y terceros interesados, y se hará referencia a ellos en
el Registro de accionistas. Si así no se hiciere, tales pactos se tendrán por no escritos”. De esta manera podemos señalar
que las restricciones convencionales están permitidas en las sociedades anónimas abiertas y cerradas, pero se exige el
depósito de dichos pactos en la sociedad para que queden a disposición de los demás accionistas, y de terceros
interesados y hacer referencia de ellos en el Registro de accionistas, bajo sanción de tenerlos por no escritos. La
autonomía de la voluntad constituye el fundamento que da vida a las restricciones a la libre cesibilidad de las acciones
cuando tienen fuente convencional.
16
Tema tratado a supra Nº 7.
17
Así, se señala: “No son admisibles las cláusulas que prohíban la transferencia de la acciones y las restricciones que
por su contenido excluyen dicha transferibilidad (sic). Así por ejemplo, los plazos que se establezcan por las partes de
un pacto para ejercer un derecho de adquisición preferente o para aceptar o rechazar la venta de acciones a un
determinado tercero debe ser razonable, pues, de lo contrario, puede someterse al cedente a una considerable espera,
impidiendo la enajenación de sus acciones y convirtiendo el pacto en una verdadera exclusión de la cesibilidad de la
acción, incompatible con el carácter esencial del derecho a la cesión”. HERRERA BARRIGA, CRISTIAN. Los pactos
de accionistas en las sociedades anónimas. 1997. Santiago, Colegio de Abogados de Chile. Págs: 18. En el mismo
sentido, BROSETA PONT, MARIO. Restricciones estatutarias… Ob. Cit. Pág: 53.
18
En el mismo sentido, PUELMA ACORSSI, ALVARO. Sociedades. Ob. Cit. Pág: 509; además, Manuel Broseta
señala: “La jurisprudencia francesa, que se ha ocupado reiteradamente de ellos, les reconoce como lícitos, siempre que
establezcan un límite temporal de obligatoriedad, y cuando lo hagan así, el plazo de indisponibilidad no sea excesivo,
cuando respondan a un interés legitimo, y no tiendan a procurara a sus miembros un beneficio que no resulte del libre
juego de la oferta y la demanda”. BROSETA PONT, MARIO. Restricciones estatutarias… Ob. Cit. Pág: 52. (Las
negritas fueron efectuadas por los autores de este trabajo).
19
Esta última característica, no se ve afectada por el tenor del artículo 14 inciso 2º de la ley de Sociedades Anónimas,
pues los requisitos de depósito del pacto en la sociedad, y su anotación en el registro de accionistas, sólo tienen por
objeto cumplir con una medida de publicidad respectos de terceros adquirentes de acciones. Sin embargo podría decirse
que el pacto de accionistas que debe depositarse a disposición de los demás accionistas y terceros interesados, debe
constar por escrito, toda vez, que es la única forma de que el pacto sea depositado. Sin embargo, considerando que el
pacto de accionista, por su naturaleza contractual, produce efectos entre las partes desde que se presta el
consentimiento, de acuerdo a la regla general en materia de contratos, no se hace necesario para la perfección del
mismo, la escrituración, sino que sólo viene a ser requerido para efectos de su noticia a terceros, siendo perfectamente
válido y eficaz entre las partes, aún sin dicha escrituración.
20
Esto se deriva del estudio del artículo 4 Nº 12 y del artículo 3 inciso 3º de la Ley de Sociedades Anónimas. Tales
normas señalan, la primera, que la escritura de la sociedad debe expresar: “12º los demás pactos que acordaren los
accionistas”, y la segunda, que: “No se admitirá prueba de ninguna especie contra el tenor de las escrituras, de
constitución de la sociedad o de modificación de los estatutos otorgados en cumplimiento de los incisos anteriores, ni
aún para justificar la existencia de pactos no expresados en ellas”, de manera que esta norma se refiere a que los pactos
de accionistas deben acordar aquellas materias que no sean propias de los estatutos, sin embargo, los pactos que
estamos tratando conforme al artículo 14 inciso 2º de la Ley Nº 18.046, escapan al artículo 3 inciso 3º, toda vez que el
artículo 14 inciso 2º permite que estas limitaciones puedan ser observadas por convenios de accionistas, no obstante que
traten materias estatutarias. En este sentido, PUELMA ACORSSI, ALVARO. Sociedades. Ob. Cit. Pág: 500-501; y
HERRERA BARRIGA, CRISTIAN. Los pactos de accionistas en las sociedades anónimas. Ob. Cit. Págs: 10-12.
21
La diferencia entre uno y otro arbitraje deriva, que el arbitraje del artículo 227 Nº 4 del Código Orgánico de
Tribunales es obligatorio, mientras que el arbitraje en materia de sociedades anónimas es facultativo, pues de acuerdo al
artículo 125 inciso 2º, el demandante tiene la facultad de desligarse de la vía arbitral para acudir a la vía jurisdiccional
ordinaria.
22
Ver entre otras, las siguientes sentencias: SSTS 17 de abril de 1967, R. 1.871; 24 de noviembre de 1978, R. 4.171; 14
de junio de 1988, R 4.877; y, 14 de abril de 1992, R. 3.104. Esta interpretación restrictiva, también, se extiende a la
interpretación de las sanciones como consecuencia de la infracción de un pacto de accionistas.
23
Como por ejemplo, situaciones de sucesión por causa de muerte, adjudicación de acciones en partición de
comunidades, constitución a favor de terceros, de usufructos o prendas sobre acciones; cesión del derecho preferente de
suscripción de acciones; otorgamiento de poderes para votar en el seno de juntas de accionistas, entre otras.
24
Se incluye a aquellos que adquirieron acciones en Bolsa. Pero en tal caso es necesario determinar contra quien puede
dirigirse el tercero por las acciones adquiridas, en caso de que se afecte dicha adquisición por los efectos del pacto de
accionistas. Hernán Herrera Barriga, soluciona el problema de la siguiente forma: “Pero en este caso el tercero puede
dirigirse en contra del corredor que intermedió esas acciones, ya que el artículo 34 de la Ley de M.V. establece que “los
corredores de bolsa…serán responsables….de la integridad de los valores que negocien…”, integridad que,
consideramos, se ve disminuida con la existencia de un pacto que limita la libre transferencia del valor y que es
oponible a terceros. En definitiva, el corredor incurre en responsabilidad por cumplimiento defectuoso del respectivo
contrato de corretaje celebrado con el tercero adquirente afectado por el pacto al no haber advertido la existencia del
pacto”. HERRERA BARRIGA, CRISTIAN. Los pactos de accionistas en las sociedades anónimas. Ob. Cit. Pág: 26.
25
Jorge López Santa María las define de la siguiente forma: “son aquellas exigidas por el legislador a fin de obtener la
divulgación o noticia a los interesados de haberse celebrado un acto jurídico, de manera que confieren protección a los
terceros que pudieren verse afectados por los efectos del acto jurídico”. LÓPEZ SANTA MARÍA, JORGE. Los
Contratos. Parte General. Tomo II. Tercera Edición. 2001. Santiago, Editorial Jurídica de Chile. Págs: 249, 251.
26
Así por ejemplo, en este mismo sentido, LÓPEZ SANTA MARÍA, JORGE. Los Contratos. Parte General. Tomo II.
Tercera Edición. 2001. Santiago, Editorial Jurídica de Chile. Pág: 251; VIAL DEL RÍO, VÍCTOR. Actos Jurídicos y
personas. Volumen I. Tercera Edición. Teoría general del acto jurídico. 1998. Santiago, Ediciones Universidad Católica
de Chile. Págs: 152-153; LEON HURTADO, AVELINO. La voluntad y la capacidad en los actos jurídicos. 1952.
Santiago, Editorial Jurídica de Chile. Pág: 30
27
VIAL DEL RÍO, VÍCTOR. Actos Jurídicos y personas. Volumen I. Tercera Edición. Teoría general del acto jurídico.
1998. Santiago, Ediciones Universidad Católica de Chile. Pág: 153.
28
LÓPEZ SANTA MARÍA, JORGE. Los Contratos. Ob. Cit. Pág: 365.
29
Toda vez, que dado cumplimiento a dichos requisitos, se cumple con una medida de publicidad de simple noticia, que
permitirá el conocimiento del pacto a terceros, y con ello se facilitaría la demanda de indemnización de perjuicios por
responsabilidad extracontractual contra el tercero adquirente, ya que no podría alegar desconocimiento del pacto.
30
Ya que si un tercero que pretenda adquirir acciones de una sociedad en donde no haya habido cumplimiento de los
requisitos del artículo 14 inciso 2º, podrá considerar razonablemente que no será demandado por responsabilidad extra
contractual, por intromisión en contrato ajeno, ya que el medio que el legislador ha ideado para que los terceros tomen
conocimiento de las limitaciones convencionales a las acciones, no ha sido cumplido.
31
Estamos en presencia de una pluralidad de causas cuando el daño se debe a la intervención de dos o más personas, ya
sea porque todas ellas intervienen en la ejecución del mismo hecho, o porque cada uno ejecuta un hechos distinto que
contribuye a ocasionar el daño. De manera que una de las manifestaciones de esta pluralidad de causas es la existencia
de pluralidad de responsables, cuando existen varios responsables por hechos distintos que ocasionan un mismo daño.
En el caso que estamos estudiando, se trata del incumplimiento del accionista miembro del pacto, por el hecho de ceder
las acciones, no obstante la limitación convencional (responsabilidad contractual), y la responsabilidad del tercero, por
responsabilidad extracontractual, por la intromisión en contrato ajeno, por no observar las medidas de publicidad del
artículo 14 inciso 2º.
32
En este sentido tenemos la opinión de Andrés Melossi, para quien la sociedad debe negarse a inscribir las acciones a
nombre del tercero cuando éste se encuentra de mala fe, entendiendo por ella, cuando los miembros del pacto
cumplieron con los requisitos de publicidad, o bien, cuando el tercero toma conocimiento del pacto por cualquier medio
aún cuando no se hubieran cumplido los requisitos de publicidad del artículo 14 inciso 2º. Considera, además, que si el
tercero no tienen conocimiento del pacto, aún encontrándose el pacto depositado en la sociedad, se lo debe considerar
de Buena Fe y por lo tanto la sociedad, en este caso, debe inscribir sus acciones. Justifica esta distinción de la siguiente
forma: “Esta distinción entre terceros de mala o buena fe según consta o no que conocían de las restricciones
establecidas por pactos resulta de toda justicia si se piensa que el propio legislador ha utilizado en un caso similar de
restricciones a la libre cesibilidad de los bienes muebles (artículo 297 inciso 2º del Código de Procedimiento Civil), y
aún proviniendo de actos revestidos con mayor publicidad como es en el caso de embargo sobre los bienes muebles
decretado por un tribunal. En tal caso, el tercero que adquiere un bien mueble embargado se ve afectado por las
consecuencias jurídicas de la nulidad de tal acto (nulidad absoluta por objeto ilícito, artículo 1469 del Código Civil),
cuando ha tenido conocimiento de tal limitación al momento del contrato”. MELOSSI, ANDRES. Limites a la
Transferencia de Acciones de Sociedades Anónimas. Ob. Cit. Págs: 153, 160-161.
33
Así por ejemplo, Hernán Herrera Barriga, señala que en caso de que el tercero adquirente se encuentre de Mala Fe, los
miembros del pacto incumplido tienen derecho a desconocer los efectos del acto o contrato en que se materializó dicho
incumplimiento (por ejemplo, compraventa de acciones), de manera que sostienen que dicho acto o contrato es
inoponible a los restantes miembros del pacto, y en caso de que se someta a la decisión de un juez árbitro dicha
situación, debe ordenar este árbitro que se deje sin efecto la cesión en el registro de accionista. Para este autor, el tercero
de mala fe, adquiere esta calidad cuando los accionistas miembros del pacto han cumplido todos los requisitos de
publicidad del mismo. Para leer sobre la opinión de este autor, ver, HERRERA BARRIGA, CRISTIAN. Los pactos de
accionistas en las sociedades anónimas. Ob. Cit. Pág: 27-28.
34
PUELMA ACORSSI, ALVARO. Sociedades. Ob. Cit. Pág: 559.
35
Lo que parece más extraño, es que el propio autor reconoce expresamente las complejidades de su interpretación, al
señalar: “Finalmente, para terminar, cabe hacer notar en este punto las dificultades que encontrará la sociedad para
negar la inscripción al tercero adquirente, ya que deberá constarle fehacientemente el conocimiento que éste tenía de las
restricciones, lo que se traduciría en caso de un juicio futuro, en la necesidad de probar una circunstancia de carácter
psicológico, o bien de conducta debida, respectivamente” MELOSSI, ANDRES. Limites a la Transferencia de
Acciones de Sociedades Anónimas. Ob. Cit. Pág: 162.
36
Si sostenemos que la sociedad debe pronunciarse sobre dicha cesión de acciones, al momento de practicar la
inscripción, se pueden presentar dificultades de cierta complejidad, como requerir un procedimiento previo, o exigir
requisitos, como que el adquirente tuviera determinada solvencia, que para la sociedad fueren de difícil verificación.
37
Como sostiene HERRERA BARRIGA, CRISTIAN. Los pactos de accionistas en las sociedades anónimas. Ob. Cit.
Pág: 28.

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