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Técnicas de modificación de conducta.

Asesoramiento a padres en la infancia y la adolescencia Unidad instituto superior


de estudios
didáctica 5: Técnicas de modificación de conducta en población infantil y adolescente psicológicos formación

LA HISTORIA DE PEDRO

Pedro estaba aprendiendo a ordenar su habitación. Algunas veces, de forma esporádica, hacía su cama,
recogía la ropa limpia y la ordenaba en su armario, llevaba la ropa sucia a la cesta que se encontraba en
el lavadero, recogía los juguetes y los metía en su “caja de sueños” (que así llamaba a la caja de plástico
donde amontonaba sus decenas de cochecitos, muñecos, piezas de Lego, etc.) o guardaba los zapatos en
el zapatero.
Hoy, no obstante, lo hizo todo con mucho empeño y se encaminó hacia el salón, con una actitud victo-
riosa, para mostrar a mamá y papá todo lo que se había esforzado. Allí se encontró a mamá leyendo el
periódico y a papá planchando. Pedro contó a mamá cómo había ordenado su habitación, esperando de
ella un halago por su esfuerzo. Mamá levantó la vista del periódico y le dijo: “Así me gusta, ves como cuan-
do quieres lo haces bien”, y después siguió leyendo tranquilamente sin prestar mayor atención a su hijo.
Ante el poco éxito obtenido con la madre, Pedro probó suerte con el padre, del que no obtuvo más que
una caricia en el pelo y un comentario del estilo: “Muy bien, hijo, pero ten cuidado, no te vayas a quemar
con la plancha”.
Pedro volvió a su cuarto algo decepcionado, sacó de su caja de sueños las piezas de Lego e hizo un mag-
nífico coche que, segundos después, hizo pedazos contra la pared simulando un accidente de tráfico.
Luego probó con la construcción de un barco y, una vez hecho, pensó que sería una buena idea realizar
la botadura en un barreño que su madre solía utilizar para llevar la ropa a tender a la azotea. Fue al baño y
llenó el barreño hasta arriba de agua. Cuando llegó a su habitación, con el barreño a rebosar, tuvo la mala
fortuna de pisar una de las piezas de lego que había salido disparada hacia la puerta cuando simuló el
accidente con el coche. Se torció el tobillo, se cayó hacia un lado y derramó todo el líquido que contenía
el recipiente. A los pocos segundos, ante el ruido producido por la caída del barreño, aparecieron mamá y
papá en su cuarto. Mamá gritaba y no paraba de recordarle lo desastre que era. Papá reprochaba a mamá
la mala educación que le había dado al niño y le decía una y otra vez que “para una cosa que hace medio
bien, doscientas hace mal”.

DÍAZ-SIBAJA, M. A., COMECHE, M. I., y DÍAZ, M. I. (2009). Escuela de padres: Educación positiva
para educar a tu hijo. Madrid: Pirámide

Máster en Intervención en Dificultades del Aprendizaje

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