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SILVIA GRINDERG, ESTHER LEVY 

PEDAGOGÍA, CURRÍCULO Y SUBJETIVIDAD: ENTRE PASADO Y FUTURO

Actividad 2 

Texto: Pedagogía, currículo y subjetividad: entre el pasado y el futuro. Grinberg y Levy 

1) Realiza un esquema puntualizando los aspectos implicados en la noción de


dispositivo pedagógico:

La noción de dispositivo pedagógico en los últimos años ha sido utilizada de muy


diversos modos y para dar cuenta de procesos muy diferentes. De manera que un
dispositivo refiere a la organización de algo, la composición de distintas partes,
elementos que ensamblados constituyen, precisamente, un dispositivo. Planteada
de este modo, la noción de dispositivo remite, entonces, a una maquinaria, a un
aparato que puede ser utilizado para fabricar algo.

 Foucault,

1.1.) ¿Cómo define Foucault la noción de dispositivo pedagógico?  

1.2) ¿Cómo incide el dispositivo pedagógico en la producción de subjetividad? 

2. Realiza un esquema de tópicos o ejes que aborda el capítulo. Observa y anota títulos
y subtítulos. Dentro de cada título incluye los subtítulos y defínelos con un breve
enunciado citando siglos y principales hechos, procesos históricos y pensadores
influyentes. 

Ej.: 2. Infancia y formación en la modernidad: la infancia como fenómeno histórico

y pedagógico -Escenarios de configuración de la infancia y la escuela moderna:  

-Configuración de la categoría de infancia como categoría social:  

-Disciplinamiento de la infancia (panoptismo):  


3. El relato de la formación en la modernidad: aportes de los filósofos y
pedagogos para definir la educación. 

-Comenio y la enseñanza masiva: Didáctica Magna (1632) 

-Rousseau y la preservación de la infancia 

-Kant y la mayoría de edad 

Autores como Comenio, Rousseau, Kant y Condorcet constituyen fuentes centrales para
comprender la forma que asume la escolaridad desde finales del siglo XIX y para
reflexionar acerca de los contenidos de la crisis educativa actual. 

Comenio y la enseñanza masiva: Comenio, en la primera edición de su obra Didáctica


Magna (1632) plasmó detallada y minuciosamente su idea acerca de cómo debían ser
educados los seres humanos, Decimos seres humanos y no niños porque a Comenio no
le preocupaba la infancia como objeto de reflexión ni sus características o cualidades
intrínsecas. Este tema fue objeto de análisis un siglo después, por ejemplo, en Rousseau,
quien se ocupó de nombrar y normatizar la infancia y de delimitarla como objeto de
estudio. Pero este no era el caso de Comenio, quien centró su interés en la importancia
del "orden" relacionado con las actividades de enseñanza y aprendizaje. la obra de este
autor conocido como el “padre de la didáctica" por su preocupación por establecer y
estructurar sus principios fundamentales. Uno de los aportes más significativos de la obra
de Comenio es que ya en el siglo XVII utiliza el concepto Plan de Estudios para señalar,
en sentido amplio, el conjunto de temas contenidos a tratar en la escuela.

El aprendizaje constituyó la preocupación central de su obra. Comenio considera que la


capacidad de ordenar el caos es una cualidad específicamente humana que encuadra la
existencia. En el marco de estas preocupaciones, propone la gradualidad de la
enseñanza como eje de la educación. Desde esta perspectiva, la infancia se constituye
en un momento óptimo para el aprendizaje ya que los primeros años de vida son el inicio
de un largo tránsito de, según su creencia, la inmadurez a la madurez, y, en este terreno,
la secuenciación y la gradualidad de la actividad pedagógica son centrales para que este
proceso ocurra ordenadamente. algo muy importante en la obra de Comenio que es
preciso aclarar para él la gradación no está determinada por la edad sino por los logros
de las personas. Es decir, la infancia está delimitada por elementos no cronológicos, lo
cual marca una clara diferencia con nuestra concepción de las etapas evolutivas. Incluso
a diferencia de Rousseau, quien define como rasgo característico de la infancia la
dependencia del mundo adulto, para Comenio se trata solo de una diferencia de grado
evolutivo alcanzado que va más allá de la edad cronológica. El infante de Comenio no
necesita ser amado ni cuidado, sino conducido y acompañado hacia niveles más altos de
conocimiento y desarrollo. 

Comenio se refiere a la necesidad de “enseñar todo a todos" - ideal pansófico",


incluyendo en ese “todos" categorías tales como la edad, el sexo y las clases sociales.
Comenio advierte que educar a "todos" no es compatible con restricciones de acceso a
las instituciones educativas y que, por lo tanto, uno de los fines pedagógicos/ políticos es
lo que entendemos hoy como democratización de la escuela pública a través de su
universalización. la intención de llegar a todos, es aquel ligado con el tránsito de la
educación desde el espacio familiar, privado, doméstico, a la esfera de las instituciones
públicas, es decir hacia el espacio de la escolarización donde el que educa ya no es el
padre sino el maestro. Este proceso pedagógico "institucionalizado'' de algún modo
apuntaba a tener el "control” sobre la infancia y la juventud. Es en este escenario que
cobra sentido la utilidad didáctica de la institucionalización: todos juntos en un mismo
espacio aprenden mejor que separados y por su cuenta. Es decir, los niños y los jóvenes
de la misma etapa escolar, durante las mismas horas y días comparten las tareas de
aprendizaje. Esto garantiza que todos aprendan lo mismo y que el orden y control
garantizan no caer en el caos.

Esto demuestra la fuerte preocupación de Comenio acerca de la necesidad de lograr la


homogeneización del proceso de universalización de la escolarización.

Según el autor, el problema comienza porque desde el nacimiento el niño es apartado de


la naturaleza impidiendo que ésta ejerza su influencia. Se lo rodea de un ambiente
artificial convirtiendo al adulto en el modelo para imitar y seguir su ejemplo. Señala que
cuanto más se educa al niño más se lo aleja de la naturaleza; entendida esta como la
esencia de lo que la persona es al nacer, antes de saber hablar y de poder percibir el
contenido de los intercambios con otras personas. En este sentido, el niño conoce el
mundo exterior de un modo natural a través del uso de sus sentidos y no por lo que le
explicarán los libros o las explicaciones verbales de los adultos que tienen a su cargo la
educación del menor. De modo que la educación, lejos de separar al niño de la
naturaleza, debería respetar la; esto es, en el sentido de adecuarse a cada una de las
etapas, intereses y motivaciones del niño. Al igual que muchos autores de esa época,
estaba preocupado por el caos y la desarmonía que reinaba en la sociedad en que vivía.
De forma tal que su preocupación no dejaba de ser cómo generar las condiciones para la
creación de una sociedad mejor, que en los términos del autor suponía orden, consenso y
racionalidad. La acción sobre los jóvenes era central para esto. Rousseau consideraba
que el hombre nace bueno por naturaleza y que la sociedad lo corrompía. Por ello, una de
las cuestiones que más le preocupaba era preservar a la infancia del mal social. 

Rousseau y la preservación de la infancia: Rousseau se preocupa por las


características que debe asumir la formación del hombre en esta nueva sociedad.
Oponiéndose al modelo vigente en aquella época, Rousseau define a la infancia como un
ser sustancialmente distinto al adulto, con características y leyes evolutivas propias que
se traducen en estadios evolutivos sucesivos. Este libro está dividido en cinco partes;
cada una hace referencia específica a cada estadio evolutivo. 

A partir de aquí, Rousseau señala la necesidad de revisar los métodos de enseñanza de


la época que consideran al niño como un adulto inmaduro y dan por sentado que
comparten tanto los intereses como las capacidades. Según el autor, esto ha llevado al
error de atribuir a la infancia conocimientos y motivaciones que no posee, desconocer la
naturaleza del niño es ir contra ella. 

Así, señala la necesidad de separar educación y naturaleza, e identificar unívocamente


los intereses del adulto y los del niño, el verbalismo y la educación libresca. Todo está
bien al salir de manos del Autor de la naturaleza; todo degenera en manos del hombre.
Fuerza esté a una tierra para que le dé las producciones de otra; a un árbol para que
sustente frutos del tronco ajeno; mezcla y confunde los climas, los elementos y las
estaciones; mutila su perro, su caballo, su esclavo; todo lo trastorna, todo lo desfigura; la
deformidad, los monstruos, le agradan; nada le place tal como fue formado por la
naturaleza. A las plantas las endereza el cultivo, y al hombre la educación. Si naciera el
hombre ya grande y robusto, de nada le servirían sus fuerzas y estatura hasta que
aprendiera a valerse de ellas. Nacemos débiles y necesitamos fuerzas; nacemos
desprovistos de todo y necesitamos asistencia; nacemos sin luces y necesitamos
inteligencia. Todo cuando nos falta al nacer, y cuanto necesitamos siendo adultos, se nos
da por la educación). 
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) nació en Ginebra, Suiza. Su formación fue filosófica
y sus ideas políticas influyeron en la Revolución Francesa y en el desarrollo de las teorías
liberales. En este sentido, su legado como pensador radical y revolucionario está
expresada en una frase contenida en El contrato social "El hombre nace libre, pero en
todos lados está encadenado". 

casos la idea de idiotez.? Por eso, mientras se forma al joven de modo tal que adquiera el
carácter que le permita auto conducirse, debe permanecer en un ámbito preservado. 

Ahora, en el presente, cabe preguntarse: ¿hasta qué punto podemos seguir pensando en
la escuela como un templo por encima de la sociedad? 

Esta imagen de preservación a la infancia es muy cercana a la escuela. Desde estos


siglos -y aún hoy lo cremosa, se pensó å la escuela como un templo sagrado de saber
que debía estar por fuera y/o por encima de la sociedad. De hecho, la escuela es llamada
a mantenerse 

al margen de la sociedad. Se le pide al adulto/docente que sea alguien | casi mágico que
no esté impregnado de los “males" que aquejan a la i sociedad. Esta imagen, aunque con
muchas diferencias comienza a instalarse por estos años. 

Kant y la mayoría de edad: Kant es, sin duda, uno de los filósofos más importantes de la
modernidad. Sobre la educación se ocupó muy tangencialmente. Y es en el texto
Pedagogía, donde formula las particularidades que debería asumir la educación. Muchas
de las cuestiones que allí plantea pueden rastrearse hasta el presente. De hecho, ha
influenciado de muy diversos modos en el pensamiento pedagógico principalmente del
siglo xix. Por ejemplo, en La educación moral de Durkheim pueden encontrarse gran
parte de los planteos que Kant realiza en ese texto.  Kant escribe su Pedagogía después
de haber leído el Emilio de Rousseau.

Allí pueden encontrarse tantos los acuerdos que tiene con la propuesta de Rousseau
como los desacuerdos y sus propuestas. En ambos casos es importante tener en cuenta
que estos autores están escribiendo hacia fines del siglo XVIII, esto es, en las vísperas de
la Revolución Francesa, por lo que estaban pensando en cómo gestar la nueva sociedad
y la educación, al igual que todavía hoy, comenzaba a ser pensada como la acción clave
para esa gestación. Kant sostiene que la educación es absolutamente indispensable para
el desarrollo de la humanidad, en tanto el ser humano no es otra cosa que lo que de él
hace la educación. Considera que el problema de la educación que tiene lugar en el seno
de la familia reside en que esta está destinada a la adaptación al mundo vigente. Y, por el
contrario, considera que la buena educación es aquella que apunta a mejorar el mundo, y
no a perpetuar tal como está. 

Desde este supuesto propuso que la educación es un proceso que involucra tres
momentos. En primer lugar, los ciudadanos, entendidos como todas aquellas
precauciones que toman los padres para que los menores no se hagan daño ni se
perjudiquen. Es decir, no solo involucra la alimentación y el abrigo, sino evitar los riesgos
que puedan afectar su integridad. En segundo lugar, la disciplina, es decir, aquello que
convierte la animalidad en humanidad, sujetando al hombre para que se encamine hacia
su destino. Dice Kant: “la disciplina somete al hombre a las leyes de la humanidad y
comienza a hacerles sentir su coacción" Según Kant, gracias a la educación adquiere la
facultad del entendimiento, la capacidad de la razón y es en ese momento que puede
actuar con independencia de juicio, devenir libre y por tanto responsable por su accionar.
Esta es la idea de la mayoría de edad kantiana, para quien la Ilustración constituye un
momento de la vida del hombre en tanto ser individual, pero también como ser social.
Para Kant: 

El que no es ilustrado es necio, el que no es disciplinado es salvaje. La falta de disciplina


es un mal mayor que la falta de cultura; esta puede adquirirse más tarde, mientras que la
barbarie no puede corregirse nunca. Es probable que la educación vaya mejorando
constantemente, y que cada generación de un paso hacia la perfección de la humanidad;
pues tras la educación está el gran secreto de la perfección de la naturaleza humana. Sin
educación el hombre queda en la minoría de edad, en la infancia y dado que no puede
razonar, no puede decidir y por tanto, son otros los que deben decidir por él. De manera
que devenir sujeto de razón es volverse libre, pero también responsable por los propios
actos no solo ante uno mismo, sino también, y especialmente, ante los otros y el Estado.
Él mismo es culpable de ella. La minoría de edad escribe en la incapacidad de servirse
del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría
de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta
de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro.
Qué y quién enseña según Condorcet: Para Kant la educación permitiría a los menores
acceder a la mayoría de edad al despojarlos del accionar instintivo propio de los animales
y facultándolos con la disciplina de la razón. Para Condorcet, en clara consonancia con
esta idea, el acceso a este nuevo estadio está dado por la instrucción, A Condorcet le
preocupaban las relaciones de poder entre clases a la vez que apoyaba la idea de
progreso histórico defendida por el Iluminismo, Como diputado de la Asamblea francesa
post revolución de 1789, fue uno de los que más defendió la centralidad de la instrucción
pública -que incluía la enseñanza del cálculo y la ciencia. Condorcet, en sus escritos y
discursos, sostenía que los sujetos ya no debían ser objeto de inculcación y
adoctrinamiento religioso, sino de socialización para el ejercicio de los Derechos de
ciudadanía. Condorcet, como también Kant, es exponente de una época en la que el
poder civil, el Estado, se estaba erigiendo y, por tanto, se estaba discutiendo la función
educadora con la Iglesia. De hecho, esta discusión la podemos rastrear hasta nuestros
días, y en Condorcet se encuentra presente en la distinción que hace entre educación e
instrucción. La educación es privada, la instrucción debe ser pública, común y
responsabilidad del Estado civil.

Condorcet consideraba que la sociedad evoluciona hacia un progreso indefinido. Este


progreso, que conduciría a una cada vez mayor igualdad de derechos, podía y debía ser
impulsado mediante la educación. La educación, entonces, adquiere nuevamente un
papel central. Para Condorcet la instrucción pública se dividía en tres partes o tres
especies muy distintas. Primero, la instrucción común, que según el grado de su
capacidad y el tiempo de que pueda disponer, debe transmitir aquello que es bueno
conocer a todos los hombres cualesquiera que sean su profesión o sus gustos. Debe
asegurar un medio de conocer las disposiciones particulares de cada sujeto, a fin de
poder aprovecharlas en ventaja de todos; y preparar a los alumnos para los
conocimientos que exige la profesión a que se destinan. La segunda especie de
instrucción tiene por objeto los estudios relativos a las diversas profesiones que es útil
perfeccionar, sea para la ventaja común, sea para el bienestar particular de los que a
ellas se consagran. La tercera, puramente científica, debe formar a aquellos a quienes la
Naturaleza destina a perfeccionar a la especie humana mediante nuevos
descubrimientos, y así, facilitar descubrimientos, acelerándolos y multiplicándolos. 

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