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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Central de Venezuela

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

Escuela de Derecho

Cátedra: Derecho Administrativo, Sección: “C”

Estudiante: Kleydis Rodríguez, C.I. N° V- 18.676.435

Avocamiento

6. Control sobre las sentencias dictadas por vía de avocamiento y por la interpretación
constitucional.

El avocamiento es una institución jurídica de carácter excepcional, que le otorga al Tribunal


Supremo de Justicia, en cada una de sus Salas, la facultad de solicitar, en cualquier estado
de la causa, de oficio o a instancia de parte, el expediente de cuyo trámite esté conociendo
cualquier otro tribunal, independientemente de su jerarquía o especialidad y, una vez
recibido, resolver si asume directamente el conocimiento del caso o, en su defecto, lo
asigna a otro juzgado.

Asimismo, el avocamiento procede solo cuando no existe otro medio procesal, capaz de
restablecer la situación jurídica infringida, en caso de graves desórdenes procesales o de
escandalosas violaciones al ordenamiento jurídico, que perjudiquen ostensiblemente la
imagen del Poder Judicial, la paz pública o la institucionalidad democrática. Por tanto, debe
ser ejercido con suma prudencia, en estricta observancia de lo estipulado en los artículos
107, 108 y 109, todos de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia. 

No obstante a ello, perfila el articulado, que desacatando el juez natural la respectiva


medida, dado que continúa dictando actuaciones en una causa donde no tiene de ningún
modo el conocimiento del asunto, esto daría como resultado que la Sala declarase la
nulidad de lo ejecutado. Efectivamente, no cumpliría esta actividad judicial con los
requisitos establecidos por la ley para el logro de la finalidad propia del acto.
Recordemos que la incolumidad del acto jurídico dependerá del estricto cumplimiento que
se tenga de las garantías procesales, de lo contrario se originaría una subversión del proceso
o su violación, de tal modo que, conllevaría a una desviación de las formas, la cual es
necesaria para su existencia.

Tras lo expuesto, cobra claro significado que admitido el avocamiento y solicitado el


expediente respectivo, este Alto Tribunal de la República fijará posición tomando una
decisión de fondo sobre el punto controversial del proceso, en resguardo de una eficaz
administración de justicia.

En nuestro ordenamiento jurídico, se le permite a la Sala Constitucional del Tribunal


Supremo de Justicia venezolano controlar la constitucionalidad, y hasta legalidad, de todas
las decisiones judiciales como manifestación de la justicia constitucional, y a tales efectos,
tenemos lo previsto en el artículo 335 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en cuanto a que las sentencias dictadas por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia sólo tienen carácter vinculante erga omnes en los aspectos concretos
de dichas decisiones que cumplan con los siguientes requisitos concurrentes:

Que se trate de interpretaciones realizadas por la Sala sobre el contenido o alcance de


normas y principios constitucionales, tal como lo establece el propio artículo 335
constitucional.

Que se trate de principios jurídicos contenidos o desprendidos del thema


decidendum central de la sentencia, y no de simples aserciones hechas por la Sala o
cuestiones incidentales, aun referidas al contenido o alcance de normas y principios
constitucionales, ya que estiman que solamente los principios jurídicos que se desprenden
del thema decidendum central son los sujetos a un análisis en el que la Sala puede ejercer
correctamente la función jurisdiccional, pues son los asuntos en los que se aprecia
verdaderamente lo que se desprende del expediente. De modo que, los demás asuntos que,
según expresan, constituyen simple “dictum” o “dicta” en las decisiones de la referida Sala,
no deben ser vinculantes, dado que con respecto a ellos la Sala no cumple propiamente una
función jurisdiccional y, además, el análisis jurídico ejercido es normalmente menos
profundo.
7. Diferencia entre acción y recurso.

Los recursos son el medio de defensa previsto por la ley para impugnar los actos dictados
en un procedimiento judicial o administrativo, con los que no se esté conforme, y que
tiende a lograr la revocación o la modificación de dichos actos.

La acción es el poder jurídico de hacer valer la pretensión. Ese poder jurídico existe en el
individuo, aun cuando la pretensión sea impugnada. Entonces se entiende que la acción es
un derecho, subjetivo, público. Es un derecho porque tiene como correlativa la obligación
del órgano estatal al cual se dirige, de resolver afirmativa o negativamente. Es un derecho
subjetivo porque constituye una facultad conferida al gobernado por el derecho objetivo
para reclamar la prestación del servicio jurisdiccional. Y es un derecho subjetivo público
porque significa una facultad del gobernado frente al Estado como entidad de derecho
público y porque el contenido del objeto que se persigue (la obtención del servicio
jurisdiccional) es de carácter público.

9. Efectos de la sentencia de ambas instituciones, avocamiento e interpretación


constitucional.

En cuanto a los efectos que puede llegar a producir el avocamiento, al ser admitido por
alguna de las Salas del Tribunal Supremo de Justicia, que como es lógico, la primera de
ellas, es que habrá una suspensión del procedimiento en el Tribunal de instancia que esté
llevando la causa, indistintamente en el estado en que se encuentre, lo que trae a su vez que
se le impida al justiciable que realice actos o diligencias, debido a esta decisión cautelar que
surge como consecuencia del pronunciamiento de admisibilidad.

Entonces, al declararse con lugar el avocamiento, cada Sala con su función de juzgar de
acuerdo a su determinada materia, en lo sucesivo tendrá el control del proceso que antes
cursaba en un tribunal de inferior jerarquía; por tanto, dictará un pronunciamiento dirigido a
solventar la situación infringida, enmarcada en lo que prevé el artículo 109 de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, tal como se muestra a continuación:
Artículo 109. “La sentencia sobre el avocamiento la dictará la Sala competente, la cual
podrá decretar la nulidad y subsiguiente reposición del juicio al estado que tenga
pertinencia, o decretar la nulidad de alguno o algunos de los actos de los procesos, u
ordenar la remisión del expediente para la continuación del proceso o de los procesos en
otro Tribunal competente en la materia, así como, adoptar cualquier medida legal que
estime idónea para el restablecimiento del orden jurídico infringido.”

Como se mencionó anteriormente, la interpretación constitucional, con base a lo


establecido en el artículo 335 de la Constitución, le corresponde al Tribunal Supremo de
Justicia como máximo y último intérprete de la misma, a través de diversos medios
procesales, como lo es el amparo constitucional, el control de la constitucionalidad, entre
otros. En cuanto a los efectos de las sentencias de interpretación constitucional, según lo
dispuesto en nuestra Carta Magna dispone:

Artículo 335. “El Tribunal Supremo de Justicia garantizará la supremacía y efectividad de


las normas y principios constitucionales; será el máximo y último intérprete de la
Constitución y velará por su uniforme interpretación y aplicación. Las interpretaciones que
establezca la Sala Constitucional sobre el contenido o alcance de las normas y principios
constitucionales son vinculantes para las otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia y
demás tribunales de la República.”

La decisión sobre el recurso de interpretación constitucional, sólo debe recaer sobre el


alcance y contenido de una norma o principio constitucional. El carácter vinculante se
aplica sólo a la norma y principios constitucionales interpretados.

En conclusión, es menester indicar que la potestad que otorga la ley para ejercer la
pretensión mediante la institución del avocamiento, no puede ser entendida como un
mecanismo ordinario de revisión de procesos o sentencias, pues debido a su prudencia y
excepcionalidad, no constituye per se un remedio procesal ante cualquier acto o decisión
que fuere adversa a las partes, mucho menos, si tales situaciones pueden ser impugnadas a
través del trámite de incidencia o con los recursos ordinarios establecidos para tales efectos.
Como ciudadanos, debemos conocer cuáles son los medios establecidos para hacer valer
nuestros derechos ante los organismos competentes, bien sea judicial o administrativo.

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