Bienvenidos y bienvenidas a este espacio de formación.
Comencemos con un breve recorrido de la historia del TDAH.
Breve recorrido histórico sobre el TDAH
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se
considera una condición del neurodesarrollo posiblemente de carácter hereditario que se manifiesta en la infancia y presenta un patrón persistente de inatención, impulsividad e hiperactividad. Es una de las condiciones del neurodesarrollo más comunes, y según datos de la Liga Latinoamericana para el Estudio del TDAH (2010), se estima que 36 millones de personas en Latinoamérica tienen un diagnóstico formal, pero menos de una cuarta parte de ellas reciben intervención.
El TDAH se caracteriza por la presencia de dificultades para
mantener la atención voluntaria en al menos dos contextos (por ejemplo, en actividades tanto académicas como cotidianas), así como por la falta de control de impulsos e hiperactividad. El TDAH puede presentarse en diferentes subtipos, según sus características más predominantes. Los subtipos reconocidos son:
1. TDAH predominantemente hiperactivo/impulsivo: En este subtipo, las características de hiperactividad e impulsividad son las más sobresalientes. Las personas con este subtipo tienen la tendencia a ser inquietas física y cognitivamente, suelen hablar en exceso, interrumpir a los demás y pueden tener dificultades para esperar su turno.
2. TDAH predominantemente desatento: Este subtipo se define por
la falta de atención como la característica principal. Las personas con este subtipo tienen dificultad para mantener la concentración en ciertas tareas, suelen distraerse fácilmente, les cuesta seguir instrucciones, u organizar sus tareas.
3. TDAH combinado: Este subtipo implica la identificación
significativa de ambas características, tanto de falta de atención como de hiperactividad e impulsividad.
Es importante destacar que estos subtipos ayudan a describir las
características predominantes del TDAH en cada persona, pero no representan categorías diagnósticas separadas. El diagnóstico del TDAH se basa en la evaluación clínica y el cumplimiento de los criterios diagnósticos establecidos en el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales), que incluyen que estos aspectos deben presentarse en múltiples entornos, con un inicio antes de los 12 años y además desafío significativo para la rutina diaria.
A lo largo de la historia, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad ha sido objeto de disputa y controversias debido a la escasez de herramientas diagnósticas precisas e incluso a la duda de su propia existencia, lo que ha dividido a la comunidad médica y científica. Algunos de estos han llegado incluso a afirmar que el TDAH es un invento de la sociedad contemporánea y asimismo un negocio que financia a un sistema capitalista.
Para refutar el punto anterior, es necesario remontarse a los inicios
de la historia del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, situados en el siglo XVIII, donde el médico alemán Melchior Weikard y el médico escocés Alexander Crichton describieron por primera vez lo que actualmente se conoce como TDAH en sus libros y registros médicos.
En primer lugar, Weikard mencionó características que hoy en día se
pueden asociar con el componente de inatención del TDAH, describiendo personas que comprenden los asuntos y tareas sólo superficialmente, lo que puede llevar a errores y descuidos involuntarios.
Por otra parte, Crichton especificaba una "inquietud mental" que
provocaba que los niños se moviesen excesivamente sin lograr concentrarse en la escuela, lo que requería una educación especializada. Cabe destacar que Crichton también mencionaba que este trastorno desaparecía una vez que los niños alcanzaban la edad adulta, sin embargo,
actualmente se define el TDAH como una condición de neurodesarrollo, por lo que los niños diagnosticados con TDAH también serán adultos con TDAH.
Si bien, como se ha descrito anteriormente, existieron antecedentes
de características acordes al TDAH desde el siglo XVIII, se atribuye al pediatra inglés George Frederic Still la primera referencia científica que posiciona este trastorno a principios del siglo XX, en 1902. George describió un caso de 43 niños que presentaban dificultades atencionales, impulsividad, conducta desafiante, intensidad emocional, entre otros, lo cual en ese entonces se designó como "Defecto del control moral". Estos niños presentaban desafíos para la reflexión, alta actividad motora y escaso foco atencional, y no presentaban disminución en capacidades intelectuales. Las observaciones que realizó el pediatra en ese entonces se asocian a características clásicas del TDAH, comprobadas posteriormente por la investigación científica, tales como el probable origen hereditario y las coocurrencias frecuentes con trastornos del ánimo y conductas disruptivas. Sin embargo, también existen otros elementos que se vuelven a cuestionar en la actualidad, como el hecho de que el TDAH predominaba en el género masculino. Investigaciones actuales apuntan a un sesgo de género en el proceso diagnóstico, lo que conllevó a una menor cantidad de mujeres diagnosticadas. Este es un tema que se abordará más adelante en el siguiente módulo.
Aunque las características del trastorno por déficit de atención e hiperactividad han sido descritas desde el siglo XVIII, fue en 1968 cuando la American Psychiatric Association (APA) incluyó por primera vez en su clasificación un trastorno con características similares al TDAH, llamado "reacción hipercinética de la infancia". Esta condición se caracterizaba por la presencia de hiperactividad, impulsividad e inatención en niños, y aunque se creía que algunas de estas características podían disminuir con la edad, no se pensaba irrefutablemente que este desapareciera por completo en la adultez.
Durante la década de 1970, la investigación científica se centró
principalmente en los comportamientos inatentos asociados con el TDAH, y en 1980, el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-III) incluyó criterios diagnósticos para el "trastorno por déficit de atención con y sin hiperactividad" (TDAH), lo que ayudó a unificar la comprensión y diagnóstico de esta condición en la comunidad científica.
Finalizando la década de los 80’, investigaciones apuntaban que el
TDAH se explicaba por un déficit en el recibimiento de información al cerebro. Más tarde, la APA modifica finalmente el nombre a Tr. Déficit Atencional e Hiperactividad y define tres subtipos: predominancia hiperactiva-impulsiva, inatento y subtipo combinado.
A continuación se presenta una tabla que muestra el cambio de
En el presente módulo y los siguientes se hablará del TDAH desde
una perspectiva de la Neurodiversidad, por lo cual es importante diferenciar los conceptos de Neurodiversidad, Paradigma de la Neurodiversidad y Movimiento por la Neurodiversidad.
● Neurodiversidad: Se refiere a la variación natural en el
funcionamiento cerebral de toda la humanidad. La neurodiversidad reconoce que existen diferentes formas de pensar, percibir y procesar la información, y que esta variación es algo biológicamente normativo. La neurodiversidad incluye tanto a personas neurotípicas (aquellas cuyo funcionamiento cerebral se considera como el convencional o mayoritario de la población) como a personas neurodivergentes (aquellas con cerebros que divergen de la norma, como ocurre en el autismo).
● Paradigma de la Neurodiversidad: Es un marco conceptual que se
basa en la naturalización de la diversidad humana y en el reconocimiento de que la idea de normalidad, salud o funcionamiento neurocognitivo correcto es algo que fue culturalmente construido. Este paradigma propone que las diferencias neurológicas deben ser aceptadas y valoradas como una
parte intrínseca y natural de la diversidad humana, en lugar de ser consideradas como desviaciones de la norma.
● Movimiento por la Neurodiversidad: Se basa en el paradigma de
la neurodiversidad y busca promover los derechos, la igualdad y la inclusión de las personas neurodivergentes en la sociedad desde un enfoque amplio, social y activista. Este movimiento defiende la idea de que las diferencias neurológicas no deben ser tratadas como discapacidades o anomalías, sino como formas válidas de ser y de pensar y de igual modo, que la discapacidad es generada principalmente por un ambiente neurotípico no adaptado a las necesidades de la persona neurodivergente. Asimismo, busca fomentar el respeto hacia la comunidad neurodivergente y darles una voz y una presencia en la sociedad.
Anteriormente, el término "neurodivergente" se utilizaba principalmente para describir a las personas en el espectro autista, ya que esta era la condición que más se asociaba con diferencias neurológicas significativas. Sin embargo, con el tiempo, el término, gracias al movimiento por la neurodiversidad, se ha ampliado para incluir a personas con una variedad de condiciones de salud mental, incluyendo el TDAH, la dislexia, la bipolaridad y otros diagnósticos del desarrollo. La ampliación del término ha sido impulsada por personas y grupos que buscan destigmatizar la diversidad neurológica y promover una mayor inclusión y aceptación.
El TDAH se incluye dentro del concepto de neurodiversidad, que
defiende la idea de que las diferencias neurológicas son una parte natural y valiosa de la diversidad humana. La neurodiversidad reconoce que las personas con diagnósticos del neurodesarrollo pueden tener habilidades y fortalezas únicas, así como desafíos y necesidades especiales.
Desde esta perspectiva, el TDAH se considera una variación natural
de la función cerebral, que puede ofrecer ventajas en algunos contextos y desventajas en otros. Por ejemplo, algunas personas con TDAH pueden ser más creativas, intuitivas y tener una mayor capacidad para ‘’pensar fuera de la caja’’. Sin embargo, también pueden tener dificultades para prestar atención en situaciones que requieren concentración sostenida, en tareas repetitivas o para seguir las normas y expectativas sociales.
El enfoque de la neurodiversidad promueve la inclusión, el respeto y la valoración de las diferencias neurológicas, y busca ofrecer a las personas con TDAH y otras condiciones los recursos y el apoyo que necesitan para prosperar y alcanzar su máximo potencial.
Por otra parte, es importante destacar que hoy en día se está
popularizando el término ‘’atención divergente’’ para dejar de lado la estigmatización que hay frente a la palabra trastorno. La atención divergente es un concepto relacionado con la creatividad y se refiere a la capacidad de la persona en diseñar variadas soluciones o ideas a partir de una sola fuente de información. En otras palabras, la atención divergente es la habilidad de ‘’pensar fuera de la caja’’ y así poder encontrar múltiples respuestas a un problema o a una situación.
Considerando esto, se ha sugerido que las personas con TDAH
pueden tener una mayor capacidad de atención divergente en comparación con las personas sin TDAH. Esto podría deberse a que la hiperactividad e impulsividad de las personas con TDAH las impulsa y motiva a buscar y explorar múltiples opciones y posibilidades, lo que a su vez logra fomentar la creación de ideas innovadoras.
En los últimos años, algunos expertos en salud mental han
comenzado a preferir el término "atención divergente" en lugar de "trastorno por déficit de atención e hiperactividad" debido a que la primera expresión se centra en la capacidad de la persona para prestar
atención de manera diferente, en lugar de considerar que la falta de atención es un déficit o una carencia. Desde el paradigma de la neurodiversidad es relevante el lenguaje que se utilice, ya que busca desligarse de los conceptos biomédicos arraigados en condiciones de salud mental. Se considera que este enfoque positivo y menos patologizante puede ayudar a reducir el estigma asociado al TDAH y a fomentar una comprensión más profunda de las habilidades y necesidades de las personas con esta identificación.
Es importante destacar que el término "atención divergente" aún no
ha sido ampliamente adoptado por la comunidad neurodivergente, médica y científica, y sigue siendo objeto de debate y discusión, por lo tanto, durante estos módulos se seguirá utilizando la terminología de TDAH hasta que se alcance un consenso en la comunidad neurodivergente sobre el nuevo nombre que se utilizará. No obstante, es necesario aclarar que nos comprometemos con la desestigmatización y con el nuevo enfoque con el que se aborda esta condición desde una perspectiva de la neurodiversidad.
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