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Por las mismas razones, a veces se usa el fórceps, pero se recurre a él con
menos frecuencia que a las ventosas.
La episiotomía es una incisión que ensancha la abertura de la vagina para
facilitar la salida del bebé. Ya no se considera un procedimiento habitual. Se
utiliza solo cuando los tejidos alrededor de la abertura de la vagina no se estiran
lo suficiente e impiden que salga el bebé. Este procedimiento impide que los
tejidos se estiren demasiado y evita que los tejidos se desgarren de forma
irregular. Para llevarlo a cabo, el médico inyecta un anestésico local para
entumecer la zona y hacer una incisión entre los orificios de la vagina y del ano
(perineo). Si la musculatura que rodea el orificio del ano (esfínter rectal) resulta
lesionada durante la episiotomía o se desgarra durante el parto, cicatriza
habitualmente de manera satisfactoria si el médico la repara inmediatamente.
Una vez que aparece la cabeza del bebé, se le coloca el cuerpo de lado para
que los hombros puedan salir con facilidad, uno tras otro. A continuación, el resto
del cuerpo suele salir con rapidez. Enseguida se aspiran la mucosidad y el
líquido de la nariz, la boca y la garganta del recién nacido. El cordón umbilical se
pinza y se corta. Este procedimiento es indoloro. (Se deja una pinza en el muñón
del cordón cerca del ombligo del bebé, hasta que el cordón ha sellado, por lo
general en las próximas 24 horas.) Luego se seca al recién nacido, se le
envuelve en una manta ligera y se le deposita sobre el abdomen de la madre o
en una cuna tibia.
La expulsión de la placenta
Una vez que ha nacido el bebé, el médico o la matrona palpan suavemente con
la mano el abdomen de la madre para asegurarse de que el útero sigue teniendo
contracciones. Después del parto, la placenta habitualmente se desprende del
útero en un plazo de entre 3 y 10 minutos; un chorro de sangre sigue al
desprendimiento. Por lo general, la madre puede empujar la placenta hacia fuera
por sí sola. Sin embargo, en muchos hospitales, tan pronto como el bebé es
entregado, la mujer recibe oxitocina (por vía intravenosa o intramuscular), y se le
masajea el abdomen para favorecer la contracción del útero y la expulsión de la
placenta. Si la mujer no es capaz de hacerlo y la hemorragia es excesiva, se
ejerce una firme presión sobre el abdomen materno, haciendo que la placenta se
desprenda del útero y salga. Si la placenta no se ha expulsado pasados 45 a 60
minutos desde el nacimiento, el médico o la comadrona puede introducir una
mano en el útero, separando la placenta del útero y extrayéndola. Para este
procedimiento se necesitan analgésicos o anestesia.
Más tarde, el bebé puede ser trasladado al pabellón de neonatos del hospital. En
muchos hospitales se permite que la madre pueda tener al bebé junto a ella, una
práctica denominada alojamiento conjunto. Todos los hospitales con unidades de
dilatación, parto, recuperación y posparto así lo prefieren. Cuando el bebé
permanece con la madre, se le alimenta, por lo general, cuando lo pide (a
demanda), y se enseña a la madre a cuidar de su bebé antes de abandonar el
hospital. Si la madre necesita reposo, se puede llevar al bebé al pabellón para
recién nacidos.
Placenta previa
La placenta previa es un trastorno que se produce durante el embarazo en el que
la placenta cubre total o parcialmente la abertura del útero (cuello del útero).
Síntomas
El síntoma principal de la placenta previa es un sangrado vaginal de color rojo
brillante, generalmente indoloro, después de 20 semanas de embarazo. A veces,
las manchas de sangre aparecen antes de un evento con más pérdida de sangre.
Causas
Se desconoce la causa exacta de la placenta previa.
Factores de riesgo
La placenta previa es más frecuente entre mujeres con las siguientes
características:
Tuvieron hijos
Consumen cocaína
Complicaciones
Si tienes placenta previa, el proveedor de atención médica te supervisará a ti y a
tu bebé para reducir el riesgo de estas complicaciones graves:
Ruptura de la fuente
Si estás embarazada, es posible que sientas curiosidad por saber cuándo
romperás fuente, cómo te sentirás y qué debes hacer a continuación. Reconoce
los signos de la ruptura de fuente y entiende lo que esto significa para el plazo del
parto de tu bebé.
Aun así, si estos cambios siguen por más tiempo o aparecen otros como los
siguientes, podrías tener depresión posparto:
● Tristeza
● Miedo
● Baja autoestima
● Llanto incontrolable
● Sentimientos de culpa
● Cambios en patrones de sueño y de alimentación
● Aislarse de amigos y familiares
● Pensar en hacerse daño a ti misma o a tu bebé
● Perder el interés en las actividades que te resultaban agradables
● Padecer dolores de cabeza frecuentes, problemas estomacales y dolor
muscular
Recuerda que si bien esta etapa implica cambios y desajustes, cuando se trata de
depresión posparto no se soluciona con el tiempo ni con consejos, sino con un
tratamiento especializado con un profesional de la salud.
Evita tener relaciones sexuales durante este periodo y hasta que tu profesional de
la salud te lo indique.
Intenta dormir cuando tu bebé duerme, así descansarás mejor.
Procura tu arreglo personal para evitar la depresión, recuerda que todo irá mejor si
te sientes bien contigo.
Pide ayuda si lo sientes necesario; recuerda que no estás sola.
Aprende a disfrutar esta etapa. En los primeros días habrá muchos cambios;
aprende a disfrutar mientras te adaptas a esta nueva vida.
Signos de alarma
Mujer en cuclillas preocupada por los cuidados postparto
Notas que tienes un sangrado muy abundante, con mal olor, contracciones muy
dolorosas o problemas graves de estreñimiento.
Tienes problemas con la bajada de la leche.
Aunque llegan a ser normales, presta atención a los episodios de tristeza o
frustración, pues el tener pensamientos negativos hacia tu bebé o estar
demasiado agobiada como para cuidarte a ti misma o a tu pequeño, podrían ser
indicadores de depresión posparto.
Consulta a tu profesional ANTES de medicarte o usar algún remedio casero;
recuerda que es el único que conoce las particularidades de tu situación, por lo
que automedicarte o usar remedios populares podrían complicar la situación.