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Parto

La expulsión es el paso del feto (nacimiento) y el alumbramiento consiste en la


posterior expulsión de la placenta desde el útero hasta el exterior.
Durante el parto en un hospital, la mujer puede ser trasladada de una sala de
dilatación a una de parto, que se utiliza solo con este fin. Por lo general, es
preferible que el padre, la pareja o una persona cercana a la futura madre la
acompañe. O puede que la madre ya esté en una habitación privada donde
permanece desde la dilatación hasta el nacimiento (una sala de dilatación, parto,
recuperación y posparto). La vía intravenosa se sigue manteniendo.
Nacimiento del bebé
A medida que avanza el parto, el médico o la matrona examinan la vagina para
determinar la posición de la cabeza del feto. Cuando el cuello uterino está
completamente dilatado y adelgazado y borrado, se le pide a la madre que haga
fuerza hacia abajo y empuje con cada contracción para ayudar a desplazar la
cabeza del feto por la pelvis y así dilatar la abertura de la vagina a fin de que
aparezca una porción cada vez mayor de la cabeza. La comadrona puede
masajear el área alrededor de la abertura de la vagina (llamada perineo) y aplicar
compresas tibias. Estas técnicas pueden contribuir a que los tejidos que rodean la
abertura vaginal se estiren lentamente y ayudan a prevenir los desgarros, si bien
pueden aumentar el riesgo de infección.

Cuando aparecen cerca de 3 a 4 cm de la cabeza, el médico o la matrona coloca


una mano sobre la cabeza del feto mientras se está produciendo una contracción
para, de este modo, controlar un poco su progresión. Cuando la cabeza corona, es
decir, cuando la parte más ancha de la cabeza pasa por la abertura vaginal, la
cabeza y la mandíbula se deslizan fuera de la abertura vaginal para evitar que los
tejidos de la madre se desgarren.
El parto con ventosa puede usarse para ayudar a sacar la cabeza cuando el feto
está sufriendo o la mujer tiene dificultades para empujar
Parto asistido
Durante el embarazo, el útero de una mujer alberga y protege al feto en desarrollo
durante 40 semanas aproximadamente.
Cuando el feto ha madurado y comienza el parto, el bebé realiza una serie de
movimientos que le ayudan a navegar a través del canal del ocurri
En ocasiones, sin embargo, el bebé puede quedarse atrapado en el canal del
parto. Esto puede ocurrir
Si el bebé no alcanza la posición correcta
Si el parto se detiene inesperadamente
O si el bebé es demasiado grande para pasar por el canal del parto
En estas situaciones, se puede utilizar un procedimiento de succión para facilitar la
expulsión del bebé.
Para realizar el procedimiento de succión se introduce una ventosa en forma de
campana o de embudo en la vagina y se coloca sobre la cabeza del bebé. La
succión se aplica a la ventosa utilizando un aparato manual o eléctrico. La succión
tira suavemente del bebé hacia afuera hasta que la cabeza sale del canal del
parto. En este punto, se retira la copa y el parto continúa de la forma habitual.

Por las mismas razones, a veces se usa el fórceps, pero se recurre a él con
menos frecuencia que a las ventosas.
La episiotomía es una incisión que ensancha la abertura de la vagina para
facilitar la salida del bebé. Ya no se considera un procedimiento habitual. Se
utiliza solo cuando los tejidos alrededor de la abertura de la vagina no se estiran
lo suficiente e impiden que salga el bebé. Este procedimiento impide que los
tejidos se estiren demasiado y evita que los tejidos se desgarren de forma
irregular. Para llevarlo a cabo, el médico inyecta un anestésico local para
entumecer la zona y hacer una incisión entre los orificios de la vagina y del ano
(perineo). Si la musculatura que rodea el orificio del ano (esfínter rectal) resulta
lesionada durante la episiotomía o se desgarra durante el parto, cicatriza
habitualmente de manera satisfactoria si el médico la repara inmediatamente.

Una vez que aparece la cabeza del bebé, se le coloca el cuerpo de lado para
que los hombros puedan salir con facilidad, uno tras otro. A continuación, el resto
del cuerpo suele salir con rapidez. Enseguida se aspiran la mucosidad y el
líquido de la nariz, la boca y la garganta del recién nacido. El cordón umbilical se
pinza y se corta. Este procedimiento es indoloro. (Se deja una pinza en el muñón
del cordón cerca del ombligo del bebé, hasta que el cordón ha sellado, por lo
general en las próximas 24 horas.) Luego se seca al recién nacido, se le
envuelve en una manta ligera y se le deposita sobre el abdomen de la madre o
en una cuna tibia.

La expulsión de la placenta
Una vez que ha nacido el bebé, el médico o la matrona palpan suavemente con
la mano el abdomen de la madre para asegurarse de que el útero sigue teniendo
contracciones. Después del parto, la placenta habitualmente se desprende del
útero en un plazo de entre 3 y 10 minutos; un chorro de sangre sigue al
desprendimiento. Por lo general, la madre puede empujar la placenta hacia fuera
por sí sola. Sin embargo, en muchos hospitales, tan pronto como el bebé es
entregado, la mujer recibe oxitocina (por vía intravenosa o intramuscular), y se le
masajea el abdomen para favorecer la contracción del útero y la expulsión de la
placenta. Si la mujer no es capaz de hacerlo y la hemorragia es excesiva, se
ejerce una firme presión sobre el abdomen materno, haciendo que la placenta se
desprenda del útero y salga. Si la placenta no se ha expulsado pasados 45 a 60
minutos desde el nacimiento, el médico o la comadrona puede introducir una
mano en el útero, separando la placenta del útero y extrayéndola. Para este
procedimiento se necesitan analgésicos o anestesia.

Después de extraer la placenta, se examina para verificar que esté completa.


Los fragmentos que permanecen en el útero evitan que este se contraiga. Estas
contracciones son fundamentales para evitar que la madre siga sangrando en la
zona donde estaba adherida la placenta al útero. Por ello, en caso de quedar
fragmentos, puede producirse una hemorragia después del parto, que en
ocasiones es copiosa. También se pueden producir infecciones uterinas. Si la
placenta está incompleta, el médico o la matrona pueden eliminar los fragmentos
que faltan con la mano. A veces estos fragmentos se tienen que extirpar
quirúrgicamente.
Después del parto
Se administra oxitocina a la mujer después del parto. Este fármaco hace que el
útero se contraiga y minimiza la pérdida de sangre. Por lo general, la lactancia
materna del recién nacido también provoca la contracción del útero.

El médico sutura cualquier desgarro del tejido genital y, si se ha realizado la


episiotomía, la incisión practicada para este efecto. Si estos tejidos no se
reparan, la mujer puede ser más propensa a sufrir un aborto espontáneo o a
tener un bebé prematuro en futuros embarazos.

Luego se traslada a la mujer a la sala de recuperación, o bien permanece en la


unidad de partos. Normalmente si el bebé no necesita más atención médica, se
permite que permanezca con la madre. Usualmente, la mujer, el bebé y el padre
o compañero están juntos en una zona cálida y privada durante una hora o más
para que pueda iniciarse su vinculación afectiva. Muchas madres desean
comenzar a amamantar al bebé poco después de su nacimiento.

Más tarde, el bebé puede ser trasladado al pabellón de neonatos del hospital. En
muchos hospitales se permite que la madre pueda tener al bebé junto a ella, una
práctica denominada alojamiento conjunto. Todos los hospitales con unidades de
dilatación, parto, recuperación y posparto así lo prefieren. Cuando el bebé
permanece con la madre, se le alimenta, por lo general, cuando lo pide (a
demanda), y se enseña a la madre a cuidar de su bebé antes de abandonar el
hospital. Si la madre necesita reposo, se puede llevar al bebé al pabellón para
recién nacidos.

Como la mayoría de las complicaciones, sobre todo hemorragias, se producen


en las 24 horas siguientes al parto, las enfermeras y los médicos observan
cuidadosamente a la mujer y al bebé durante este tiempo.

Placenta previa
La placenta previa es un trastorno que se produce durante el embarazo en el que
la placenta cubre total o parcialmente la abertura del útero (cuello del útero).

La placenta es un órgano que se desarrolla dentro del útero durante el embarazo.


Su función es proporcionar oxígeno y nutrición al bebé y eliminar los desechos. La
placenta está conectada al bebé mediante el cordón umbilical. Generalmente, se
une a la parte superior o lateral de la pared interna del útero.
En los casos de placenta previa, la placenta se une a la parte inferior del útero.
Como consecuencia, una parte de los tejidos placentarios cubren el cuello del
útero. Esto puede generar sangrado durante el embarazo o durante o después del
parto.

Sin embargo, los cambios que se generan en el útero y la placenta durante el


embarazo pueden hacer que el problema se corrija por sí solo. Si no es así, el
bebé debe nacer por cesárea.

Síntomas
El síntoma principal de la placenta previa es un sangrado vaginal de color rojo
brillante, generalmente indoloro, después de 20 semanas de embarazo. A veces,
las manchas de sangre aparecen antes de un evento con más pérdida de sangre.

El sangrado puede estar acompañado de contracciones prematuras del útero que


causan dolor. Además, el sangrado puede aparecer después de tener sexo o
durante un examen médico. En algunas mujeres, el sangrado puede no producirse
hasta el trabajo de parto. A menudo, no hay un evento definido que provoque el
sangrado.

Causas
Se desconoce la causa exacta de la placenta previa.

Factores de riesgo
La placenta previa es más frecuente entre mujeres con las siguientes
características:

 Tuvieron hijos

 Tuvieron un parto por cesárea anteriormente

 Tienen cicatrices en el útero como consecuencia de una cirugía o un


procedimiento anterior

 Tuvieron placenta previa en un embarazo anterior

 Están embarazadas tras someterse a un procedimiento de reproducción


asistida para tratar la infertilidad

 Están gestando más de un feto

 Tienen más de 35 años


 Fuman

 Consumen cocaína

Complicaciones
Si tienes placenta previa, el proveedor de atención médica te supervisará a ti y a
tu bebé para reducir el riesgo de estas complicaciones graves:

 Sangrado. Durante el embarazo, el trabajo de parto, el parto o las primeras


horas después de dar a luz puede presentarse un sangrado (hemorragia)
vaginal intenso que puede poner en riesgo la vida.

 Nacimiento prematuro. El sangrado intenso puede dar lugar a una cesárea


de emergencia antes de que tu embarazo haya llegado a término.

 Espectro de placenta acreta. La placenta previa está asociada a un grupo


de afecciones denominadas espectro de placenta acreta. En estas
afecciones, la placenta crece dentro o a través de la pared del útero. La
placenta acreta tiene un alto riesgo de sangrado durante el embarazo o
durante y después del parto.

Ruptura de la fuente
Si estás embarazada, es posible que sientas curiosidad por saber cuándo
romperás fuente, cómo te sentirás y qué debes hacer a continuación. Reconoce
los signos de la ruptura de fuente y entiende lo que esto significa para el plazo del
parto de tu bebé.

¿Qué pasará cuando rompas aguas?


Durante el embarazo, el bebé está rodeado y protegido por un saco membranoso
lleno de líquido llamado saco amniótico. Por lo general, al principio o durante el
trabajo de parto esas membranas se rompen, lo que se conoce como romper
aguas.
Si se rompe aguas antes de que comience el trabajo de parto, eso se denomina
rotura de membranas antes del parto. Anteriormente se lo llamaba rotura
prematura de membranas.
Cuando rompes aguas, es posible que experimentes una sensación de humedad
en la vagina o en el periné, una fuga intermitente o constante de pequeñas
cantidades de un líquido acuoso de la vagina, o bien un chorro más obvio de
líquido amarillo claro o pálido.
¿Cómo puedes estar segura de que has roto aguas?
No siempre es fácil saber si has roto aguas. Por ejemplo, puede ser difícil
diferenciar entre el líquido amniótico y la orina, especialmente si solo sientes
humedad o un goteo de líquido.
Si no estás segura si has roto aguas, llama a tu proveedor de atención médica o
dirígete a tu centro de parto de inmediato. Tu médico o un miembro de tu equipo
de atención médica te realizará un examen físico para determinar si estás
perdiendo líquido amniótico. En algunos casos, se realiza una ecografía para
verificar el volumen de líquido amniótico. Te evaluarán a ti y a tu bebé para
determinar los siguientes pasos.

Después de que rompas bolsa, ¿cuándo comenzará el


trabajo de parto?
Generalmente, a la rotura de bolsa a término le sigue el trabajo de parto, si es que
no ha comenzado ya.
A veces, sin embargo, el trabajo de parto no comienza. Si tienes una rotura de las
membranas antes del parto, tu médico podría estimular las contracciones uterinas
antes de que el trabajo de parto comience por sí solo (inducción del trabajo de
parto). Cuanto más tiempo tarde el trabajo de parto en comenzar después de que
rompas bolsa, mayor será el riesgo de que tú o tu bebé contraigan una infección.

¿Qué pasa si rompes bolsa demasiado pronto?


Romper bolsa antes de la semana 37 de embarazo se conoce como rotura
prematura de membranas. Entre los factores de riesgo para romper bolsa
demasiado pronto, se encuentran los siguientes:
 Antecedentes de rotura prematura de membranas en un embarazo anterior.
 Inflamación de las membranas fetales (infección intraamniótica).
 Sangrado vaginal durante el segundo y tercer trimestre.
 Fumar o consumir drogas ilegales durante el embarazo.
 Estar por debajo de tu peso con una mala alimentación.
 Cérvix corto.
Entre las posibles complicaciones se encuentran la infección materna o fetal, el
desprendimiento de placenta (cuando la placenta se desprende de la pared interna
del útero antes del parto) y los problemas del cordón umbilical. El bebé también
corre el riesgo de sufrir complicaciones debido al parto prematuro.
Si tienes rotura prematura de membranas y estás embarazada de al menos
34 semanas, se puede recomendar el parto para evitar una infección. Sin
embargo, si no hay signos de infección o problemas de salud fetales, la
investigación sugiere que se puede permitir que el embarazo continúe de manera
segura siempre y cuando se controle atentamente.
Si tienes entre 24 y 34 semanas de embarazo, tu proveedor de atención médica
intentará retrasar el parto hasta que tu bebé esté más desarrollado. Se te
administrarán antibióticos para prevenir una infección y una inyección de potentes
esteroides (corticosteroides) para acelerar el desarrollo pulmonar de tu bebé. Si
tienes menos de 32 semanas de embarazo y corres el riesgo de dar a luz en los
próximos días, es posible que te administren sulfato de magnesio para proteger el
sistema nervioso del bebé.
Los corticosteroides también podrían recomendarse a partir de la semana 23 del
embarazo, si estás en riesgo de dar a luz en los siguientes siete días. Además, los
corticosteroides podrían recomendarse si llevas de 34 a 36 semanas y 6 días de
embarazo, si corres riesgo de dar a luz en un plazo de 7 días y no te los
administraron antes. Es posible que te administren otra serie de corticosteroides si
llevas menos de 34 semanas de embarazo, corres riesgo de dar a luz en un plazo
de 7 días y te administraron una serie de corticosteroides más de 14 días antes.
Si tienes menos de 24 semanas de embarazo, tu proveedor de atención médica te
explicará los riesgos de tener un bebé muy prematuro y los riesgos y beneficios de
tratar de retrasar el trabajo de parto.

¿Qué pasa si no rompes fuente (rompes aguas o bolsa) de


manera automática?
Durante el trabajo de parto activo, si el cuello uterino está dilatado y adelgazado y
la cabeza del bebé está bien posicionada en la pelvis, el médico puede usar una
técnica conocida como amniotomía para iniciar las contracciones del trabajo de
parto o hacerlas más fuertes si ya han comenzado. Durante la amniotomía, se
utiliza un gancho plástico delgado para hacer una pequeña abertura en el saco
amniótico y hacer que rompas fuente.
Es natural sentir ansiedad sobre el trabajo de parto y el parto. Si bien es posible
que no puedas predecir cuándo romperás fuente, puedes prepararte para saber
cuáles son los siguientes pasos a seguir.

Cuidados generales del recién nacido


El recién nacido requiere unos cuidados muy específicos y los primeros días son
de constante atención. Poco a poco irá ganando peso y se irán conociendo
mutuamente. Esto hará que a partir del primer mes todo sea más fácil.

Cura del cordón umbilical


 Es necesario mantener el cordón seco y limpio ,por ello se debe limpiar una
vez al día al menos o siempre que esté sucio (puede coincidir con el
momento del baño) con agua y jabón, aclarar y secar bien para prevenir
infecciones.
 No tapar el cordón y dejarlo fuera del pañal.
 Hay que mantener la higiene del cordón hasta el cierre completo de la piel,2
ó 3 días después de su caída (5-15 días).
 Vigilar signos de infección: mal olor, enrojecimiento de la piel,inflamación de
la zona o secreción purulenta.En este caso acuda a su pediatra.
Aseo del recién nacido
 El baño del bebe es una estupenda oportunidad para crear un vínculo
afectivo con vuestro hijo.
 Es importante encontrar el momento adecuado para favorecer su bienestar
y relajación.
 No es necesario que sea diario, aunque sí es recomendable.
 El baño se puede realizar por inmersión desde el 1º día.
 No es preciso usar jabones todos los días si se utilizan que sean de Ph
neutro.
 Llena la bañera unos 15-20 cms de agua caliente (36º/37º) comprueba la
temperatura con el dorso de la mano o codo.
 La temperatura ambiental debe ser cálida, alrededor de 24º y evitar
corrientes de aire.
 Siempre se empezará de la zona más limpia a la más sucia.
 Nunca dejar sin supervisión al bebe.
 Secar bien insistiendo en las zonas de pliegues (cuello, axilas e ingles) y
aplica crema hidratante realizando un masaje que suele resultarles muy
agradable.
 No se aconseja el uso de colonias directamente en la piel del bebe ,solo
sobre la ropa.
 Los oídos se limpiarán con una toallita húmeda solo por el pabellón
auricular y no se introducirán bastoncillos.
 Los ojos se limpiarán siempre que sea necesario con gasas y suero
fisiológico arrastrando la secreción de dentro hacia afuera y usando una
gasa para cada ojo.
 Las uñas no se recomienda cortar antes del primer mes, si las tuviera muy
largas se pueden limar, siempre con cuidado.
 Cambio de pañal: Los recién nacidos precisan un cambio frecuente de
pañal.
Hay que prestar especial atención a la higiene de las niñas , siempre se
realizará de arriba hacia abajo para evitar que pasen restos de heces a la
vía urinaria.
 Secreción nasal: Si se aprecian secreciones,instilar con suero fisiológico
en las fosas nasales con una jeringa .
Vestuario
 No es conveniente abrigar excesivamente al niño,no debemos guiarnos por
las manos y pies ya que es la parte más fría del cuerpo.
 Las prendas de vestir serán de tejidos naturales ,cómodas,holgadas y de
fácil colocación.
Postura
 La postura más segura para dormir el neonato es boca arriba,de forma que
pueda mover la cabeza a ambos lados evitando que esté apoyado siempre
sobre el mismo lado.
 Se desaconseja colocarlo boca abajo por estar asociado a un mayor riesgo
de muerte súbita, pero es recomendable colocarlo en esta postura cuando
esté despierto para favorecer el aumento del tono cervical.
 En la cuna no se deben colocar almohadas ni ningún objeto que pueda
comprometer la seguridad del bebe (cintas, imperdibles, cadenas de
chupete).
Debe evitar:
 Exponer al bebe al humo del tabaco.
 El contacto con personas que tengan algún síntoma de enfermedad (tos,
mocos, vómitos, diarrea...) La mejor forma de evitar contagios es un buen
lavado de manos.
 El transporte en brazos o en sillas sin sujeción. Siempre que vaya en coche
deberá utilizar una silla homologada aunque sean trayectos cortos.
Motivos de consulta urgente
 Coloración amarillenta de la piel intensa.
 Fiebre o tº mayor de 37´5º que no cede al desabrigar.
 Rechazo de la alimentación continuada y/o vómitos importantes repetidos.
 Mal olor del ombligo.

¿Qué tipos de cambios suceden en tu vida en el postparto?


Altibajos emocionales
Durante el posparto, las nuevas mamás experimentan sentimientos y sensaciones
intensas de alegría, desilusión, temor, agotamiento, soledad y enojo. Incluso,
puedes sentir que cuidar a un bebé es más trabajo del que imaginabas,
básicamente, sientes una crisis de la vida que ha cambiado de forma radical.

Pero todos estos altibajos se deben a los cambios hormonales en tu cuerpo, al


cansancio y a la falta de sueño, el dolor, a los senos hinchados y a la tensión que
tienes en ese momento.

¡No es raro tener baby blues!


Se le llama baby blues a esos primeros días o semanas después del postparto, y
puedes experimentar sentimientos de decepción, una necesidad de llorar sin
motivo, irritabilidad, impaciencia y ansiedad. Pero la buena noticia es que
desaparecen conforme pasan los días.

Aun así, si estos cambios siguen por más tiempo o aparecen otros como los
siguientes, podrías tener depresión posparto:
● Tristeza
● Miedo
● Baja autoestima
● Llanto incontrolable
● Sentimientos de culpa
● Cambios en patrones de sueño y de alimentación
● Aislarse de amigos y familiares
● Pensar en hacerse daño a ti misma o a tu bebé
● Perder el interés en las actividades que te resultaban agradables
● Padecer dolores de cabeza frecuentes, problemas estomacales y dolor
muscular

Recuerda que si bien esta etapa implica cambios y desajustes, cuando se trata de
depresión posparto no se soluciona con el tiempo ni con consejos, sino con un
tratamiento especializado con un profesional de la salud.

¡No olvides los cambios físicos!


En esta etapa también se presentan cambios físicos, pues es el momento en que
tu cuerpo está sensible y adolorido, se está acomodando nuevamente y está
experimentando nuevos procesos como la lactancia.
Tampoco hay que dejar de lado el cansancio, ahora no solo tienes que cuidarte a
ti y a tu cuerpo, sino que tienes que cuidar de una personita que depende de ti por
completo. Por esa razón, el posparto es útil para recobrar la fuerza y dar lo mejor
de ti. Pero, ¿cómo lograrlo?

1. Toma siestas cuando tu bebé duerme.


2. Aliméntate de forma saludable.
3. Coloca hielo sobre tus senos y usa un brasier sin varillas que te brinde el
soporte adecuado, recuerda que están muy sensibles en ese momento. También
deja los pechos al aire el mayor tiempo posible.
4. Si te hicieron cesárea, mantén la herida limpia y seca.
5. Aprende a pedir y a acaparar ayuda. No estás diseñada para hacer esto sola.
6. Tómate este tiempo con mucha calma. Debes cuidarte y conocer a tu bebé, por
lo que las visitas, la limpieza de la casa o cambiar los regalos, pueden esperar.
Como puedes darte cuenta, la vida en el posparto puede ser caótica y muy
cansada, pero mientras tu cuerpo se recupera, tu ánimo y alegría se incrementan
al por mayor.
Lo importante es que tengas a tu lado a alguien con quien puedas compartir tu
alegría y tus preocupaciones y que sientas el apoyo que justo necesitas en esta
hermosa transición y que también te enfoques en aprender cómo cuidarte durante
la cuarentena.
¿Cómo cuidarme durante la cuarentena?
Llamamos cuarentena o puerperio, a las seis semanas posteriores al nacimiento
de tu bebé; en este lapso de cuidados postparto, pasarás por un proceso de
cambios en donde los órganos de tu cuerpo volverán a su tamaño y lugar. Por otro
lado, las hormonas que intervienen podrían provocarte cambios de humor,
irritabilidad, o episodios de tristeza, ansiedad o angustia.
A pesar de ser comunes, éstos podrían complicarse y convertirse en depresión
posparto.
¿Cómo debo cuidarme si tuve un parto vaginal?
Agua y jabón para los cuidados postparto

Si te practicaron episiotomía (incisión para facilitar la salida del bebé), es posible


que sientas dolor durante los primeros días, sin embargo, debes saber que suele
sanar más rápido de lo que imaginas. Para evitar que se infecte, lava la zona con
agua y jabón después de evacuar, y seca perfectamente la herida.
Algunas mujeres podrían tener problemas de incontinencia urinaria, para reforzar
el suelo pélvico puedes hacer ejercicios de Kegel, que consisten en relajar y
contraer los músculos vaginales; cinco minutos diarios, pueden ayudar a una
pronta recuperación.
¿Cómo debo cuidarme si tuve una cesárea?
Mamá cargando a su bebé realizando cuidados después de la cesárea
No cargues nada más pesado que tu bebé; recuerda que acabas de pasar por un
proceso quirúrgico en el que cortaron varias capas para llegar a tu pequeño.

Lava la herida y aplica un antiséptico.


Ya sea en parto o cesárea se presentan:

Mujer apretando su vientre sufriendo malestares después de la cesárea

Loquios: es el sangrado que ayuda a limpiar el útero, dura entre 10 y 15 días


(aproximadamente), y su tonalidad va cambiando, de rojo vivo a marrón. La
cantidad debe disminuir poco a poco.
Entuertos: son dolores en la zona pélvica como consecuencia del proceso que
ayuda al útero a volver a su tamaño; suelen aparecer mientras amamantas a tu
bebé, debido a que la lactancia libera oxitocina, hormona que estimula las
contracciones.
Es posible tener episodios de estreñimiento, por lo que se recomienda llevar una
dieta con mucha fibra y suficientes líquidos.
En ambos casos:

Mamá y recién nacido duermen al mismo tiempo

Evita tener relaciones sexuales durante este periodo y hasta que tu profesional de
la salud te lo indique.
Intenta dormir cuando tu bebé duerme, así descansarás mejor.
Procura tu arreglo personal para evitar la depresión, recuerda que todo irá mejor si
te sientes bien contigo.
Pide ayuda si lo sientes necesario; recuerda que no estás sola.
Aprende a disfrutar esta etapa. En los primeros días habrá muchos cambios;
aprende a disfrutar mientras te adaptas a esta nueva vida.
Signos de alarma
Mujer en cuclillas preocupada por los cuidados postparto

Acude con tu profesional de la salud si:

Notas que tienes un sangrado muy abundante, con mal olor, contracciones muy
dolorosas o problemas graves de estreñimiento.
Tienes problemas con la bajada de la leche.
Aunque llegan a ser normales, presta atención a los episodios de tristeza o
frustración, pues el tener pensamientos negativos hacia tu bebé o estar
demasiado agobiada como para cuidarte a ti misma o a tu pequeño, podrían ser
indicadores de depresión posparto.
Consulta a tu profesional ANTES de medicarte o usar algún remedio casero;
recuerda que es el único que conoce las particularidades de tu situación, por lo
que automedicarte o usar remedios populares podrían complicar la situación.

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