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Honduras
“Nuestra Señora reina de la
paz”
Campus Global
Catedrático:
Asignatura:
“Los niños que realizan trabajos peligrosos o que los aíslan del sistema educativo y que
además también perjudica su desarrollo están protegidos bajo el convenio de Derechos
del Niños firmado por Honduras. Con forme a lo establecido a la OIT es muy
importante que atendamos que los trabajos realizados por niños con una edad debajo de
14 configuran el trabajo infantil, pero no es que todo trabajo está prohibido para los
niños”.
También explicó que el trabajo infantil se debe erradicar cuando vulnera los derechos de
la niñez, pero de igual manera la ley permite el trabajo infantil como sustento del hogar
sin que incurra explotación.
“El trabajo infantil se debe erradicar y cual es este, el realizado por niños menores de 14
años y de menor de 18 años cuando este ponga en peligro la vida de los niños. Es
permitido por nuestra legislación que los adolescentes puedan trabajar bajo condiciones
establecidas por la ley que lo que buscan es proteger y dar seguridad a los niños”.
“No podemos desconocer las situaciones de nuestras familias en las que muchos niños
se ven obligados a aportar al sustento de la familia, pero la ley establece la normativa de
cómo y cuáles pueden ser los trabajos para los niños menores de 13 y 18 años” señaló.
Según la ley, se establece que los horarios de trabajos para un niño menor de 16 años
son de cuatro horas y de 16 a 18 años es de seis horas; La explotación económica la
constituye cuando al niño se le paga un salario menor al que le corresponde.
“El nuevo código protege los delitos contra los derechos laborales y establece una pena
de dos a seis años también tipifica la explotación laboral con pena de uno a tres años y
multas de 100 a 300 días; si estas acciones se comenten contra niños se configura el
delito de explotación infantil y si esa acción se realiza contra niños menores de 16 años
esa pena se incrementa en dos tercios” explicó.
Para el fiscal Rodolfo Galo, el trabajo forzado es aquel trabajo o servicio exigido bajo la
amenaza de un daño o el deber de pago de una deuda espuria por lo que la Constitución
de la República y las leyes lo detallan como una modalidad de trata de personas.
“Nadie está obligado a realizar trabajos forzados y eso está penalizado en los delitos de
tratas de personas, la pena de este delito es de 15 a 22 años y se agrava cuando la
persona que está siendo obligada son menores de 18 años” expresó.
Galo también explico que una modalidad de trata de personas se da cuando en las zonas
rurales los niños son obligados a cortar chiles, café, trabajar en tabacaleras, entre otras,
por lo que se están haciendo investigaciones al respecto.
“También tenemos la servidumbre con niñas que van a traerlas a otros municipios
engañadas diciéndoles que van a recibir un pago y que van a tener la oportunidad de
estudiar, pero ya al momento de hacer el trabajo son explotadas y eso es penado por la
ley”.
En Honduras, según la Secretaría de Trabajo, más de medio millón de niños ejercen una
actividad laboral y se estima que ese número se podría duplicar a causa de las
consecuencias económicas que dejará la pandemia del nuevo coronavirus.
Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Joel Perdomo) – Antes tenía que salir a
la calle a pedir para poder comer, pero un día vine aquí y él (Mario) me dijo que no
debería andar pidiendo, que si yo quería podía ayudarle y él me daría al menos la
comida, y así fue como me quede aquí, dijo Elvin Sánchez, un adolescente de 14 años
que colabora en un pequeño negocio de venta de verduras y frutas.
Todos los días y muy temprano baja caminando de lo más alto de la colonia Raúl Girón
en Talanga, su caminata dura un poco más de 20 minutos hasta llegar a la avenida
principal del municipio, donde muchas personas, venden sus productos, en el lugar es
muy común ver a infantes ganarse el pan de cada día.
La población infantil en Honduras es de 2 millones 472 mil 798, esa cifra representa el
26% de en un país con más de 9.6 millones; de esa cantidad de menores, 412 mil 122
son niños y adolescentes que trabajan para ganarse la vida, es decir que el 16.67%
desarrolla labores que representan un riesgo, según cifras del Instituto Nacional de
Estadísticas (INE).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), define el trabajo infantil como toda
aquella acción que priva a los niños de su infancia, su potencial y su dignidad, es
además perjudicial para su desarrollo físico y psicológico; porque los excluye de sus
derechos como el acceso a la salud y a la educación.
Más de 400 mil menores trabajan en Honduras, según datos de la Secretaría del Trabajo.
Él (Elvin) actúa como si fuese el dueño del negocio, sabe a la perfección dónde está
ubicado cada producto, conoce el precio de más de 15 de estos, que se venden en cuatro
carretas llenas de frutas, verduras y otras mercancías; a la par está Mario, (propietario)
quien, por su parte, atiende a las personas y es quien cobra, lo que Elvin le indica.
Elvin sabe sumar y restar, no necesita calculadora para saber cuánto gastan los clientes;
siempre está listo para atender a quien llega a lugar, su faena inicia las 7:30 AM y
termina a las 4:00 PM, entre esas horas se gana dos tiempos de comida y algo de dinero
para llevar a su hogar, donde vive con su abuela y su mamá.
A su padre no lo conoció y su madre es una mujer que se dedica a lavar ropa, su abuela
por su edad, ya no puede laborar, “pero ella cuida la casa mientras nosotros salimos a
trabajar” cuenta Elvin, justo en el momento en que amarra dos libras de tomates que un
cliente le requiere.
Es muy común en las calles de Tegucigalpa y San Pedro Sula ver menores de edad
trabajando en las calles.
Como Elvin, hay al menos 412 mil 122 menores, el 16% de la población infantil de la
nación, que trabajan a diario para ganarse la vida, desarrollan labores que suelen ser
sumamente peligrosas ya que les toca salir de sus viviendas, tomar sus propias
decisiones, además por trabajar, se autoexcluyen de derechos fundamentales como la
salud y la educación.
Cuando solo faltan 10 segundos para que semáforo se ponga en verde, Carlitos,
abandona la calle y se coloca a la orilla, espera nuevamente la señal en rojo para poder
ofrecer cacahuates en el mayor tiempo posible a unos cuatro o cinco conductores de
vehículos para ofrecer sus productos, pocos le compran, pero él sigue ofreciendo.
Carlitos sale todos los días de la colonia El Carrizal, ubicada en salida al norte de la
capital, hasta el bulevar en mención, para comenzar su día a ofrecer cacahuates con sal
y dulces, los vende a cinco lempiras y generalmente se logra ganar un poco más de 130
lempiras diarios, ese dinero lo lleva a su hogar para costear la alimentación.
Dijo que no viene solo, que en la otra cuadra un amigo está trabajando. ¿Y a qué se
dedica tu amigo? – “él limpia vidrios y a veces vende mascarillas”.
La pandemia, el detonante
El “Análisis Situacional de Derechos de la Niñez y Adolescencia en el Municipio del
Distrito Central” elaborado cada año por Aldeas Infantiles SOS, Save The Children y
World Visión, indica que más de 17 mil menores en edades de entre 5 y 7 años se
encuentran laborando. Esta cifra representa un 6% de una población infantil de 400 mil
en el municipio.
Al respecto, Ramírez, sostiene que no todo lo que se mira en la calle, es trabajo infantil,
ese es un problema mayor para el país, porque esos son menores que están en un riesgo
inminente, que, pese a que desarrollan una actividad para lucrarse, no hay disciplina
para mejorar las oportunidades, su esfuerzo se encamina a obtener dinero y nada más.
El país afronta una grave crisis de mendicidad, este fenómeno se manifiesta cuando uno
de los miembros de la familia está presente en las actividades laborales que desarrollan
los menores en las calles y avenidas de una determinada ciudad, “es lamentable porque
los padres creen que si su hijo les ayuda van a mejorar su condición económica”.
Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba, Choluteca y Roatán, son las ciudades donde el
fenómeno del trabajo infantil se ha acentuado; es por ello por lo que son esos lugares los
que deberían intervenirse para reducir el impacto de este tema que afecta a más de 400
mil menores que no tienen oportunidad de estudio.
“Las cifras podrían ser mucho mayores, porque no se tiene un dato preciso, sin
embargo, estos infantes no tienen un buen futuro, porque no están estudiando, no se
están preparándose para mejorar su condición de vida, es decir están cerrando la puerta
a las oportunidades”, contó Ramírez.
A todo esto, la Secretaría del Trabajo, apenas otorgó 342 permisos de trabajo a
adolescentes a nivel nacional, esta cifra tiene que ver con que son pocas las familias
interesadas en que sus hijos trabajen conforme a la ley; porque gran parte de ellas se
dedican al comercio informal entonces sus hijos siguen esa línea.
“Yo considero que Honduras debe tomarse tiempo para revisar las peores formas de
trabajo infantil y erradicarlas, ya que aquí tenemos muchas como: la minería, cohetería,
agricultura, buceo, melón, langosta y trabajos domésticos; tenemos programas
preventivos pero los mismos no son suficientes”, indicó la funcionaria.
Añadió que una de las debilidades que afronta el país para contrarrestar ese fenómeno,
es que no se tiene un presupuesto asignado para atender como corresponde, tampoco se
tiene un dato exacto de los niños trabajando, no se sabe quiénes son y dónde están
exactamente.
Ellos tienen un poco más de dos años de trabajar juntos, y no precisamente vendiendo
productos para la bioseguridad, ya que, para poder vender, buscan mercancías de
acuerdo con la época “ahorita lo que más vendemos son mascarillas, porque ya sabe
estamos en pandemia”, comentó José.
El pequeño Alex recorre todo el centro de la ciudad con su amigo, mientras lo carga va
anunciando que lleva mascarillas, guantes, gel antibacterial y alcohol; su acompañante
acomodado en una vieja silla de ruedas muestra las mercancías a las personas que
deambulan por una de las zonas más visitadas de centro de la ciudad.
Como ya se acercan las 4:00 de la tarde, ambos se ponen de acuerdo para merendar algo
después de una cansada y soleada jornada, entonces Alex deja a José en un sector con
sombra en el parque Central de Tegucigalpa y se desplaza a comprar la comida, ese día
decidieron comprar una pizza de 100 lempiras para llevar a casa.
“A veces gano hasta 150 lempiras, para mi es bueno porque es peor no tener nada, desde
que le ayudo a él, pues tengo algo de dinero, más que todo a mí me sirve para comer y
comprar ropa de vez en cuando, hay días que nos va mal, pero al menos sacamos la
comida”, relató.
Alex no estudia porque prefiere trabajar, pues de no hacerlo, no tendría como ayudarles
con la comida a sus tíos con quienes vive desde hace 6 años. Conoce poco de sus
padres, pero vive agradecido porque al menos tiene que comer y por ello no tienen nada
de qué avergonzarse.
El Ministerio Público
Un menor de edad espera que el semáforo marque en rojo para salir a vender sus
productos.
El Ministerio Público, cuenta con dos dependencias para atender conflictos en menores
de edad, la Fiscalía Especial de la Niñez y la Unidad Contra la Trata y Explotación
Laboral; ambas constantemente están desarrollando acciones preventivas de abusos
contra niños y niñas.
“Son estas dos dependencias las que casi siempre le dan el seguimiento respectivo a los
casos que se detectan, los mismos están fuera del marco legal de trabajo de los
menores”, comentó un funcionario del Ministerio Público en conversación con Proceso
Digital, al tiempo que sostiene que las acciones son constantes durante el año.
Hace escasos días, ambas fiscalías en el marco de la Operación Omega VI, realizaron
inspecciones en sectores como: El Hatillo, La Tigra, La Cantadora, El Piliguin, Los
Plancitos, con la finalidad de verificar que no se está utilizando mano de obra infantil en
labores de agricultura en la siembra de repollo, zanahoria y cultivo de flores
ornamentales.
Sin embargo, asegura que se hacen esfuerzos máximos de parte de la Secretaría, para
realizar constantemente inspecciones a nivel nacional de manera que se verifique que en
algunas empresas no se esté utilizando fuerza laboral infantil “porque es inaceptable
desde todo punto de vista”, indicó el funcionario.
“Nuestros esfuerzos están encaminados a que esas cifras disminuyan; estamos buscando
alternativas de solución, pronto tendremos apoyo de la comunidad internacional, lograr
tener una base de datos, así como mediciones completas para saber dónde están y que
hacen los niños”, indicó Villalobos.
Según la OIT unos 160 millones de niños trabajan en todo el mundo y en los últimos
cuatro años, se registra un incremento de 8.4 millones de infantes que decidieron
trabajar; la mayoría de ellos se encuentran en situación de riesgo debido a las labores
que desarrollan y a la llegada de la pandemia del COVID-19.
Un informe publicado recientemente por el organismo, señala que “los avances para
erradicar el trabajo infantil se han estancados por primera vez en 20 años”, que además
la tendencia de esos esfuerzos se han invertido, esto, en relación a que entre el periodo
2000 – 2016, las cifras de estos casos se redujeron en 94 millones.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el 70% de los casos de trabajo infantil
-112 millones de niños y niñas- desarrollan labores en el sector agrícola, seguido del
20% -31,4 millones de infantes que se dedican a brindar servicios y el 10 por ciento -
16,5 millones de menores trabajan en el sector industrial.
El trabajo infantil sigue siendo una de las más graves violaciones de los derechos de los
niños. Más de 160 millones de niños y niñas en el mundo trabajan, lo que pone en
riesgo su desarrollo físico, mental y social.
Especialmente preocupantes son las peores formas de trabajo infantil, entre las que se
encuentra la utilización de niños como esclavos, la explotación sexual, la trata de niños
o el reclutamiento de niños soldado.
Coincidiendo con el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, nuestra compañera Amanda
Martín, especialista de protección de la oficina de UNICEF en Honduras, se ha pasado
por nuestra sede en Madrid para contarnos la labor que desempeña en el país andino.
Trabajo infantil: el 18% de los niños en Perú trabaja. En Honduras, el Estado está
haciendo importantes esfuerzos para erradicar el trabajo infantil. Sin embargo, todavía
el 18% de los niños de menos de 14 años son víctimas de trabajo infantil.
Internacional
Según el Art.3 del Convenio 182 de la OIT, las peores formas de trabajo infantil son:
• Convenio 182 sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil (arts. 2, 3, 6 y 7) de la OIT.
• Ley Federal del Trabajo (arts. 22, 22 Bis, 23, 29, 175 a 191).
Uno de los métodos más eficaces para asegurar que los niños no comiencen a trabajar a
una edad temprana es fijar la edad mínima legal de admisión al empleo o al trabajo. El
objetivo del Convenio núm. 138 de la OIT sobre la edad mínima es la abolición
efectiva del trabajo infantil, que exige a los países:
1. establecer una edad mínima de admisión al empleo o al trabajo, y
2. establecer políticas nacionales para la eliminación del trabajo infantil.
Nacional
La constitución no permite que un niño trabaje antes de alcanzar una edad mínima
adecuada. Las autoridades laborales pueden autorizar el empleo de menores de 16 años
de edad cuando lo consideren indispensable para su propio sustento o el de sus padres o
hermanos o hermanas siempre y cuando su trabajo no dificulte su cumplimiento con los
requisitos de la educación obligatoria. Para menores de diecisiete años de edad, el
periodo de trabajo, que debe ser de día, no puede exceder las seis horas diarias o treinta
horas por semana, para cualquier tipo de trabajo. El trabajo nocturno está prohibido para
niños.
Fuente: Art. 124, 128(7) de la Constitución de Honduras 1982; Art. 32-33 del Código de
Trabajo; §12-124 del Código de la Niñez y la Adolescencia; §8, 13, 20-23 de la Ley de
Educación Fundamental (Decreto 262-2011)
Honduras cuenta con nueve millones 248 mil 520 habitantes, de los cuales cuatro
millones 502 mil 391 son varones y cuatro millones 746 mil 129 mujeres.
Aproximadamente, el 56.6 por ciento de la población vive en zonas urbanas. El país es
relativamente joven, ya que el 40.6 por ciento de su población total tiene menos de 18
años.
La Fiscalía hondureña, cuenta con dos dependencias para atender el abuso infantil, se
trata de la Fiscalía Especial de la Niñez y la Unidad Contra la Trata y Explotación
Laboral; ambas constantemente están desarrollando acciones preventivas, de abusos
contra los menores.
Según la funcionaria del Ministerio Público, es claro que el trabajo infantil, no es una
labor realizada en libertad, sino que, por el contrario, se realiza en condiciones de
esclavitud, porque daña la dignidad infantil, los excluye del sistema educativo y de todo
tipo de oportunidades de crecimiento.
Acuerdos internacionales
Además, el Código de la Niñez, establece que un niño entre los 14 y 16 años puede
trabajar cuatro horas, mientras que los horarios de trabajo para un niño entre los 16 y 18
años es de seis horas “fuera de esos indicadores se puede considerar explotación
laboral”, explicó Paredes.
Artículo 24. La dignidad forma parte de la personalidad de los niños. Es deber, por
consiguiente, de todas las personas, velar por el respeto de tal derecho y de proteger a
los niños contra cualquier trato inhumano, violento, aterrorizante, humillante o
destructivo, aun cuando se pretenda que el mismo se debe a razones disciplinarias o
correctivas y quien quiera que sea el agente activo.
Artículo 25. Habida cuenta de su madurez, los niños tendrán derecho a conocer su
situación legal y a ser informados sobre las facultades o derechos de que gozan.
Artículo 26. Los derechos patrimoniales de los niños, incluidas la propiedad intelectual
y los derechos de autor, gozan de la protección del Estado. Las leyes especiales
regularán esta materia.
A LA RECREACIÓN Y
AL TIEMPO LIBRE
Artículo 51. El Estado propiciará condiciones para que los niños disfruten de manera
efectiva del derecho al descanso, al esparcimiento y al deporte, teniendo en cuenta su
condición de personas en desarrollo. Cuidará asimismo, que los niños no tengan acceso
a diversiones, espectáculos y recreaciones que puedan afectar su desarrollo físico,
psíquico o moral.
Artículo 52. Los niños tendrán libre acceso a los campos deportivos, gimnasios y
demás infraestructura oficial destinada a la práctica de deportes o de actividades
recreativas.
Las condiciones a que estará sujeto su uso serán determinadas por el respectivo centro.
Este contenido fue publicado el 22 diciembre 2021 - 18:2422 diciembre 2021 - 18:24
Tegucigalpa, 22 dic (EFE).- El trabajo infantil en Honduras evidencia la falta de
políticas públicas contra un fenómeno que antes de la pandemia afectaba a 400.000
niños y ahora, a 900.000 y cuya magnitud pretende conocer el país en 2022 cuando
lleve a cabo la primera encuesta sobre esa lacra.
El telón de fondo del trabajo infantil es la pobreza, un flagelo que en Honduras aumentó
al 70 % en 2020 a causa de la pandemia de covid-19 y las tormentas tropicales Eta e
Iota, según organismos de derechos humanos y organizaciones económicas.
Esa pobreza obliga a que miles de niños desempeñen labores incompatibles con su edad,
que ponen en riesgo su desarrollo educativo y en muchos casos su salud, para ayudar a
su familia, afirmó Valladares y afecta también a las niñas.
La situación de los niños que viven en hogares pobres es palpable en las calles de
Tegucigalpa, donde se ven grupos de menores concentrados en los semáforos,
limpiando vidrios de vehículos, haciendo malabares o pidiendo dinero o comida.
Los hogares en donde habitan niños y niñas en condición de trabajo infantil están
conformados de la siguiente forma: 1,198,841 (48.1%) niñas y niños que están
ocupados viven con ambos padres; 837,175 (33.6%) no son hijos del jefe del hogar;
251,885 (10.1%) viven solo con la madre y 205,565 (8.2%) viven solo con el padre.
El Cuadro No. 2 muestra el ingreso promedio de la población de 5 a 17 años. El ingreso
para los que estudian y trabajan es de 2,155 lempiras y para los que solo trabajan es de
2,824 lempiras, y de este grupo cabe destacar que las niñas reciben en promedio L1,
744 y los niños casi el doble: 3,113 lempiras.
El Gráfico No. 5 revela que el 44.7% de los niños y niñas de 5 a 17 años que laboran son
trabajadores no remunerados, el 31.8% es del sector privado, el 4.6% trabaja por
cuenta propia y el 3.3% son empleados domésticos.
Según el Gráfico No. 6, de la población de 5 a 17 años, la mayoría (49%) vive en el área
rural. De las dos ciudades más importantes del país, la mayoría reside en el Distrito
Central.
Expediente