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EL ABUSO LABORAL INFANTIL

Una de las más importantes violaciones a los derechos fundamentales de los


niñas y niños es el trabajo infantil definido como la labor que priva a los infantes
de su niñez, su potencial y su dignidad, perjudicando su desarrollo físico y
psicológico, quitándole la posibilidad de asistir a clases, obligándolo a
abandonar las escuelas de forma prematura y exigiéndole combinar el estudio
con un trabajo pesado.

El trabajo infantil en Honduras no solo es una vulneración a los derechos del


niño, también perpetua un ciclo de pobreza al evitar que tengan acceso a la
educación y a las diferentes oportunidades de crecimiento y desarrollo.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas, la mayor concentración


del abuso laboral infantil se agrupa en el área rural con el 68%, mientras que
en el sector urbano se encuentra el 32% restante. El 75% son niños y el 25%
niñas.

A pesar de que el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo,


OIT, “sobre las peores formas de trabajo infantil” esta ratificado por Honduras,
muchos de los niños desempeñan trabajos de recolectores de basura o
pescadores, son explotados o están en la mendicidad. Otros trabajan como
agricultores, sirvientes, comerciantes o mineros, mientras que a las niñas se les
recargan las labores domésticas no remuneradas.

El telón de fondo del trabajo infantil es la pobreza, un flagelo que en Honduras


alcanza el 74 por ciento de la población. No obstante, para la socióloga Mirna
Torres, el trabajo infantil se origina principalmente, de la exigencia de la familia,
ya que muchos padres empiezan a depender de los niños. Es así como los
menores “crecen sin la educación necesaria porque el tiempo que les dedican
al trabajo, no se lo dedican a la educación” ha expresado.

De acuerdo con la organización privada de desarrollo Visión Mundial, en


Honduras más de 500 mil niños, niñas y adolescentes se ven obligados a
trabajar para subsistir, lo que representa el 20 por ciento de la población de
entre 5 y 17 años que en el año pasado ascendió a cerca de 2 millones 500 mil
compatriotas.

Para el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, la cantidad de niños en


situación de trabajo infantil alcanza 411 mil hondureños; sin embargo, la
organización privada sostiene que la cifra es mayor porque el INE no incluye en
sus datos la cantidad de menores que se dedican al “trabajo oculto”, es decir, a
un empleo informal o doméstico.
Señaló, además, Visión Mundial, que es evidente que el trabajo infantil es un
problema al que “no se le ha dado la importancia que requiere” y por ello,
estamos lejos de cumplir con la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible que procura la eliminación del trabajo infantil en todas sus formas
para el año 2025.

El COLPROSUMAH, en cumplimiento de su propia naturaleza gremial


educativa y de los fines consignados en su Ley constitutiva, reclama las
acciones inmediatas para erradicar este flagelo que abate a una gran cantidad
de población infantil del país.

De igual manera, demanda más y mejores derechos para los niños y niñas y
jóvenes; los jóvenes deben de estar en la escuela, tener un hogar digno, contar
con la atención a la salud, poder jugar y crecer en un ambiente que haga de la
niñez una etapa de alegría y no la explotación del trabajo diario.

Seguro estamos que el actual gobierno, identificado plenamente con las causas
populares y de bienestar colectivo será muy receptivo a estas justas demandas
porque con su cumplimiento se garantiza el futuro seguro para la niñez y la
juventud de Honduras.

Tegucigalpa, M.D.C., lunes 24 de julio de 2023.

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