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La primera ecografía: ¿qué pasa cuando no se ve el embrión?

¿Qué pasa cuando en la primera ecografía no se ve el embrión? ¿Significa que el embarazo no está
progresando bien?

La ansiedad por el embarazo, las ganas de saber cómo va, de ver al bebé aunque sea superchiquito pueden
verse opacadas cuando en la primera ecografía no aparece el embrión y solo se visualiza el saco gestacional.

¿Qué sucede cuando no se ve el embrión? ¿Necesariamente se trata de que el embarazo no está


progresando?

Si bien el médico no puede confirmar nada hasta la siguiente ecografía, esto puede deberse a que el tiempo
de embarazo al momento de realizar la eco transvaginal no es el que se cree. Es decir que tal vez la mujer
está de menos semanas de las que se calcularon y por eso no se puede vislumbrar el embrión.

De todas maneras, el profesional no puede diagnosticar ni una cosa ni la otra hasta la próxima eco, que suele
hacerse a las dos semanas, porque hay casos que, al no verse el embrión, pueden tratarse de un embarazo
que no va a progresar. Para la siguiente ecografía ya debería verse el embrión o, al menos, el saco vitelino.

Hay que tener en cuenta que el embarazo puede verse a través de una ecografía transvaginal a partir de la
semana 6 o 7, y con la ecografía convencional por vía abdominal, entre las semanas 7 y 8. Es posible ver el
botón embrionario o el saco gestacional un poco antes de estos tiempos, pero para evitar dudas puede que el
médico espere hasta la semana 6 o 7 para realizar la primera ecografía.
 
Si no se ve el embrión, ¿hay otros indicadores que pueden confirmar que el embarazo está progresando o
no?

La ecografía, realizada con un buen ecógrafo y un buen profesional, es hoy en día la principal herramienta
para evaluar estos casos.

De todas maneras, hay una hormona que puede ayudar a determinar cómo va avanzando el embarazo: la
hCG, llamada “la hormona del embarazo”, aumenta notablemente durante esta etapa. Para tener una idea,
suele duplicar sus niveles cada 48 horas aproximadamente.

A las seis semanas de embarazo el valor de hCG debería ser como mínimo de 1800 mUI/ml, es decir que si
los estudios muestran una hCG más baja de lo indicado o que va bajando, hay pocas posibilidades de que el
embarazo progrese.

En todos los casos hay que consultar con el médico y esperar sus indicaciones para realizar los estudios y
cuidados necesarios, tratando siempre de mantener la calma y no sacar conclusiones apresuradas. 

El embarazo anembrionario: Causas, Síntomas y Tratamiento


El embarazo anembrionario es la causa de hasta el 50% de los aborto espontáneos. Por lo general, sucede
alrededor de la semana 5 de embarazo, incluso antes de que la mujer sepa que está embarazada.

El embarazo anembrionario es un tipo común de aborto espontáneo. Este sucede cuando el óvulo fecundado
se implanta en el útero pero no se desarrolla. 

La Asociación Americana del Embarazo , estima que el 50% de las pérdidas del embarazo durante el primer
trimestre están asociadas a esta causa.
Las células comienzan a desarrollarse y forman el saco amniótico, pero no el propio embrión. Por lo general,
esto sucede en el primer trimestre del embarazo, a menudo, antes de que la propia mujer sepa que está
embarazada, en la semana 5 o 6. Sin embargo, el cuerpo sigue produciendo hormonas durante algunas
semanas más.

Según Puleva salud, en más de un 80% de los casos se produce antes de la semana 12. 
Un alto nivel de anomalías cromosómicas hace que por lo general, el cuerpo de la mujer aborte de forma
natural.
 
Es probable que la mujer sienta los primeros síntomas de embarazo, como la falta del período menstrual o un
test de embarazo positivo. Esto se debe a que la placenta sigue creciendo y se puede encontrar la hormona
gonadotropina coriónica (hCG), conocida como hormona del embarazo, en la orina.
 
¿Qué causa un embarazo anembrionario?

El embarazo anembrionario puede estar causado por la división anormal de células o la mala calidad del
esperma o de los óvulos. El cuerpo de la mujer reconoce esta anormalidad y detiene el embarazo, dando
lugar a un aborto espontáneo.

La causa principal es la alteración genética que sucede durante la fecundación. Las alteraciones
cromosómicas más frecuentes son las trisomías autosómicas, monosomía X y poliploidias , que dependen de
factores como la edad de la madre, fertilidad tardía o traslocaciones equilibradas de los padres.

Aunque el embarazo anembrionario no se puede prevenir, sí se ha comprobado que la frecuencia de abortos


y trastornos del embarazo aumentan con la edad de la madre, sobre todo a partir de los 40 años. De manera
que, existe un 15% de probabilidad entre los 30 y 40 años y a partir de los 40 la probabilidad de tener un
embarazo anembrionario aumenta hasta un 51%.

No obstante, un estudio del Instituto de Pediatría de la Universidad de Pekín (China) asocia el embarazo
anembrionario con niveles bajos de ácido fólico y vitamina  B o K en la gestante.
 
¿Qué debes saber?
El embarazo anembrionario no se puede evitar de ninguna forma y en la mayoría de los casos sólo se
produce una vez. Por tanto, la mujer podrá tener un embarazo normal si vuelve a intentarlo.
 
¿Qué síntomas puedes presentar?

Debido a que la placenta comienza a secretar hCG, aparecerán los primeros síntomas de un embarazo
normal, como cansancio, náuseas o dolor en los pechos. Además, también pueden presentarse calambres
abdominales similares a los de la menstruación.

Por lo general, el saco gestacional se expulsa al final del tercer trimestre, aunque puede suceder antes. Esto
es lo que produce el sangrado vaginal.

Cuando los niveles de esta hormona comiencen a bajar los síntomas irán desapareciendo y es posible que la
mujer presente un sangrado vaginal moderado.
 
El Diagnóstico

Para realizar el diagnóstico suele ser necesario una prueba de ultrasonido donde se verá el útero o el saco
gestacional vacío a las 7 semanas de embarazo.
Generalmente el ultrasonido se repite en 48 o 72 horas, para descartar un error en la fecha de la última
menstruación y que el embarazo tuviera menos semanas de desarrollo, ya que con pocas semanas es normal
que el embrión no se vea.

Lo mismo sucede si se toma una muestra de sangre, esta debe repetirse a las 48 horas y si los niveles de la
hCG no aumentan e incluso comienzan a disminuir, quiere decir que el embarazo se ha visto interrumpido.
 
¿Cuál es el tratamiento?
Por lo general, el propio cuerpo de la mujer puede expulsar el saco gestacional. Sin embargo, en ocasiones el
médico puede aconsejar utilizar medicación para expulsarlo o bien, recurrir a un raspado uterino para eliminar
por completo todo los tejidos relacionados con el embarazo anembrionario.

Los efectos secundarios son poco probables, pero en algunos casos, la mujer puede presentar una
hemorragia que requieran una transfusión de sangre o infecciones que pueden ser tratadas con antibióticos . 
Aquellas parejas que sufran varios abortos causados por este motivo, pueden realizarse pruebas genéticas.
 
¿Cuánto tiempo hay que esperar para quedarse embarazada?
Según la Asociación Americana del embarazo, es muy poco probable que el embarazo anembrionario se
produzca más de una vez en la misma mujer.

Los médicos suelen recomendar esperar al menos 1- 3 ciclos menstruales regulares antes de intentar
concebir de nuevo después de cualquier tipo de aborto involuntario. Aunque la Organización Mundial de la
Salud, considera que el tiempo de espera para intentar un nuevo embarazo debe ser de 6 meses.

A pesar de que nunca existió un feto, la mujer puede sentir que realmente ha perdido a su bebé. Es posible,
que en estos casos necesite un tiempo mayor para recuperarse a nivel psicológico y volver a intentar quedar
embarazada.
Resumiendo
El embarazo anembrionario es aquel en el que el óvulo es fecundado pero el embrión no se desarrolla. El
cuerpo de la mujer detecta la anormalidad y lo expulsa de forma natural en la mayoría de los casos. Puede
ser detectado a través de una ecografía alrededor de la semana 7 de gestación, aunque en ocasiones se
produce el aborto y la mujer puede confundirlo con la menstruación. No es una condición que se pueda
prevenir, sin embargo, los últimos estudios han relacionado el embarazo anembrionario con una deficiencia
de ácido fólico y vitaminas B o K, y con la edad de la mujer. De manera que, a mayor edad existe mayor
probabilidad de tener un embarazo de este tipo. 
El primer trimestre del embarazo es el de los descubrimientos. La mayoría de pruebas son de
carácter exploratorio, para saber las condiciones en las que empieza tu embarazo y prever
como se va a desarrollar.

PRUEBA ¿CUÁNDO?
Ecografía translucencia nucal Entre las semanas 10 y 14
Análisis de orina y sangre Uno por trimestre
Control de peso En todas las visitas al ginecólogo
Exploración En la primera visita al ginecólogo
Control de tensión En todas las visitas al ginecólogo
Ecografía temprana Entre las semanas 6 y 11
Ecografía de alta resolución-Doppler Una por trimestre si hay riesgo
Biopsia corial Entre las semanas 10 y 12

Calendario de pruebas: segundo trimestre


Durante el segundo trimestre del embarazo te realizarán numerosas pruebas que te ayudarán a
quedarte más tranquila al saber que todo va bien: Triple screening, ecografía de alta resolución,
alfafetoproteína, análisis de sangre y orina, control de peso…

PRUEBA ¿CUÁNDO?
Triple screening Entre las semanas 14 y 16
Ecografía de alta resolución Semana 20
Alfafetoproteína Entre las semanas 14 y 16
Análisis de sangre y orina Uno por trimestre
Control de peso En todas las visitas al ginecólogo
Test de O’Sullivan Entre las semanas 24 y 28
Control de tensión En todas las visitas al ginecólogo
Cordoncentesis Semana 16
Amniocentesis Entre las semanas 16 y 18
Doppler Una por trimestre, si hay riesgo
Fetoendoscopia Semana 16

Calendario de pruebas: tercer trimestre


Durante el tercer trimestre, la mayoría de pruebas irán enfocadas a vigilar las posibles
complicaciones que puedieran surgir de cara al parto y a la salud del bebé.

PRUEBA ¿CUÁNDO?
Ecografía Entre las semanas 28 y 37
Análisis de sangre y orina Uno por trimestre
Cultivo vaginal A partir de la semana 35
Control de peso En todas las visitas al ginecólogo
Doppler Una por trimestre, si hay riesgo
Monitorización fetal A partir de la semana 40
Control de tensión En todas las visitas al ginecólogo

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