Está en la página 1de 33

Título: «Gracias a mamá»

Autora: Clara Perez

3 personajes:
1. Carmen: Madre dedicada a educar a su hija.
2. Susana: Hija de Carmen.
3. Fernando: Entrevistador.

ACTO I
Ambientación: Comedor de la casa.
Introducción: Susana está al teléfono mientras ambas comen el almuerzo, no mira a su madre,
solo a la pantalla del móvil.
Carmen (Hablando animadamente): No vas a creer lo que compré en el mercado. Encontré una
oferta buenísima de vestidos hechos con tela reciclada ¡Te van a encantar!
Susana (Murmura sin despegar la vista del móvil): ¡Qué bien! Más estropajos para mi armario
Carmen (Alzando la voz disgustada): ¡Mírame a la cara mientras estamos conversando! Esas son
normas del buen hablante y buen oyente. Estropajo es lo que deberías usar para lavar la loza
como te pido y nunca lo haces.
Susana (Mirando a su madre con molestia): ¿Por qué debo lavar la loza? Eso se llama esclavitud.
Carmen (Desaprobando con la cabeza): No es esclavitud hija, es responsabilidad. Si quieres tener
derechos, debes cumplir tus deberes.
Susana (Diciendo con ironía): Tu deber es darme de vestir y llevo meses pidiéndote un par de
pantalones de la tienda de la esquina. Pero lo que me traes son vestidos de tela que nadie sabe
de dónde la han sacado.
Carmen (Decepcionada): ¡Qué mal agradecida eres! Sabes muy bien que no tenemos recursos para
derrochar en ropa de buena marca, aun así hago el esfuerzo de siempre comprarte cosas lindas
que estén dentro de nuestro presupuesto. Por supuesto que cumplo mis deberes como madre y
por eso tengo todo el derecho de exigirte que cumplas los tuyos.
Susana (Con expresión de fastidio): Como digas madre.
Carmen (Levantándose de la mesa): Ve a estudiar, haz tus deberes antes de las 4:00 de la tarde,
recuerda que debes ir a casa de tu abuela a llevarle su medicina y es mejor esperar a que te
esperen.
Susana (Bostezando): Pero mamá, la maestra jamás revisa las tareas, solo las manda por molestar.
Carmen: No importa si no las revisa, debes estudiar si quieres ser exitosa en el futuro. Una
buena profesión te ayudará a conseguir el mejor empleo, así tendrás mucho dinero y podrás
comprarte todo lo que yo no puedo darte.
Recoge la vajilla, limpia una lagrima que quiere salir de sus ojos y se aleja con tristeza.

1
ACTO II
Ambientación: Oficina con un escritorio y dos sillas. Sala de espera con una silla
Introducción: Ya siendo mayor, Susana se encuentra en la sala de espera con documentos en
sus manos. Fernando llega y se sorprende al verla.
Fernando (Mira su reloj): Buenos días ¿Vienes por la entrevista para el empleo?
Susana (Se levanta y estrecha la mano de Fernando): ¡Así es! Mucho gusto, soy Susana.
Fernando (Señala su oficina y la deja pasar): Soy Fernando. Aun es un poco temprano, había
programado las entrevistas para las 8:30.
Susana (Respondiendo con orgullo): Es mejor esperar a que te esperen.
Fernando: Excelente forma de pensar, en nuestra empresa premiamos la puntualidad.
Permíteme por favor tu hoja de vida para leerla.
Susana (Entregando los documentos que llevaba en sus manos): Aquí mi hoja de vida, y estos son
certificados de los cursos que he realizado.
Fernando (Asombrado mientras lee): Eres una chica muy preparada, pareces estar muy capacitada
para el empleo.
Susana: Los estudios son importantes para tener éxito.
Fernando (Con una sonrisa): Estoy de acuerdo. Estamos buscando a alguien que organice
nuestros archivos, pero según tus estudios mereces un puesto mejor. ¿Te interesaría trabajar con
nosotros en el área de economía? Tendrías muchos beneficios, todos los derechos que por ley
se dan a nuestros trabajadores.
Susana (Entusiasmada): ¡Por supuesto! ¿Cuáles serían mis deberes?
Suena el teléfono de Susana, ella lo coloca en silencio y vuelve a mirar a Fernando.
Fernando: ¿No vas a contestar?
Susana: Ahora no, estoy hablando con usted.
Fernando (Toma una planilla y se la entrega a Susana): Aquí verás los deberes y derechos del empleo.
Léelo, fírmalo y comienzas el lunes. Mis felicitaciones y admiración para la universidad que
formó a una chica tan preparada y educada.
Susana (Con una enorme sonrisa): La universidad solo me enseñó teorías. Toda mi educación viene
de casa. Las felicitaciones y mi total admiración son para mi madre.
FIN

2
Título: «Un macho muy dócil»
Autora: Clara Pérez
3 personajes:
1. Fausto: Hombre machista
2. Cantinero: Compadre de Fausto.
3. Mara: Esposa de Fausto.

Único acto
Ambientación: Una cantina
Introducción: El cantinero se encuentra limpiando las mesas de la cantina que aún se encuentra
cerrada, cuando llega Fausto muy animado.

Fausto (Hablando alto y muy animado): Hola compadre ¿Cómo me le va? Sírvame una copa que
tengo la garganta seca.
Cantinero (Haciendo cara de pocos amigos): Compadre son las 11 de la mañana, la cantina está
cerrada ¿no ve que estoy limpiando?
Fausto (burlándose de su compadre): Compadre parece una vieja limpiando mesas, contrate una
mujer que limpie, los hombres no estamos para trapear.
Cantinero (sonriendo con desgano): Déjese de hablar estupideces compadre, que en el pueblo se
dice que usted hasta tiende las camas cuando la comadre se pone fuerte.
Fausto (poniendo cara de impresionado): ¿Quién dijo eso? Yo soy un macho compadre, yo no hago
cosas de viejas, eso de limpiar y oficios es para ellas, para eso las trajo Dios al mundo, pues ¡para
servirnos!
Cantinero (desaprobando con la cabeza): Usted finge haberse quedado en el pasado compadre, ahora
con eso del feminismo y la igualdad, la mujer limpia si quiere, sino, pone al marido, como lo
ponen a usted.
Fausto (molesto): Mire compadre, mejor sírvame un trago y deje de estar repitiendo los chismes
del pueblo, en mi casa mando yo, y si mi mujer no le gusta, se aguanta, cuando una mujer se
casa, sabe que tiene que obedecer al marido, Sino que se quede vistiendo santos.
Cantinero (riendo ya con más ganas): Como habla estupideces compadre, seguro que viene a
gastarse el dinero del mandado, yo no quiero problemas con la comadre Mara, así que mejor
vaya a hacer su mandado y no venga a gastarse la plata aquí.
Fausto (subiendo el tono de voz): ¿Y quién le dijo a usted que Mara puede decirme que hacer con
el dinero? Usted si se nota que su mujer lo trae con la cuerda bien corta compadre, lo
compadezco.
Cantinero (burlándose): Si compadre, como le digo pues, mi mujer me trae bien sometido, al
menos no me pega, eso hay que agradecerlo.
Fausto: Sírvame el trago pues ¿Va a pasar toda la mañana diciendo sandeces en vez de servirme?
Cantinero: Bueno compadre, pero no me hago responsable, si la comadre se molesta, usted se
echa la culpa.
El cantinero sirve el trago y cuando ya lo acerca a Fausto entra una mujer gritando su nombre.

3
Mara (Gritando y en tono amenazante) ¡Fausto! ¿Me puedes decir qué demonios haces tú en la
cantina?
Fausto (petrificado y con los ojos muy abiertos por el asombro, aún de espaldas contesta en voz muy baja) Amor
¿Qué haces aquí?
Mara (sin dejar de hablar fuerte y muy molesta): Eso pregunto yo, ¿Qué haces tú aquí? Yo te mande
a comprar la comida para los cochinos, y en la casa hay una ruma de platos que lavar y hay que
limpiar el patio, ¡Qué bello! Y el señor perdiendo el tiempo.
Fausto (tratando de recuperar la dignidad): Bueno amor, pero tú no haces nada, podías lavar los
platos al menos.
Mara (indignada): ¡¿Qué?! ¿Qué dijiste Fausto? Y usted compadre de alcahueta
Cantinero (excusándose): No comadre a mí no me meta, yo estaba limpiando la cantina y el llego
solo aquí.
Mara: Te pregunte ¿Qué dijiste fausto?
Fausto (asustado): Nada mi amor.
Mara (Tomando su cartera y comenzando a golpear a Fausto) Párate de ahí y vamos a la casa,
sinvergüenza, ya vas a ver cuando lleguemos, ¡muévete!
Fausto se levanta tratando de cubrirse de los golpes de Mara y el cantinero riendo los ve alejarse.
Cantinero (Gritando para que Fausto lo escuche y riendo a la vez): Así es compadre, no se deje que
usted es el que manda ¡es un macho!
FIN

4
Título: «Soñar es posible»
Autora: Clara Pérez

3 personajes:
1.- Carlos: Joven soñador, que tiene una gran idea y sueña con comercializarla.
2.- Santiago: Amigo de Carlos pesimista y temeroso a los retos.
3.- Sebastián: Tercer amigo que no cree en los sueños y se burla de las ilusiones de Carlos.

ACTO I
Ambientación: Salón de estar donde se encuentra una mesa, sillas y una computadora.
Introducción: Carlos está concentrado en la computadora cuando entran Santiago y Sebastián.
Santiago (acercándose a Carlos y realizando un juego de manos a manera de saludo): ¿Cómo
estás hermano, que te tiene tan concentrado?
Sebastián (dando dos palmadas en el hombro de Carlos y asomándose a ver lo que hace en la
computadora): ¿Que estará inventando hoy el señor cerebrito?
Carlos (sonriendo sin despegar la vista de la pantalla): ¿Cómo están amigos? Esperen, estoy
terminando una súper idea ¡con esta si voy a hacerme rico!
Sebastián: ¿otra vez tú y tus ideas? ¿Hasta cuándo sueñas con esas cosas imposibles?
Carlos No son imposibles, yo sueño con vender alguna de mis ideas y ganar mucho dinero.
Santiago (halando una de las sillas y sentándose, mientras pone la mano en su quijada) ¿Y no te
da miedo perder tanto tiempo en esas ideas y al final no lograr nada? El tiempo no se recupera
amigo y tu pierdes mucho soñando, además ¿cómo contactas a alguien que te ayude a vender
esas ideas?
Carlos (ya algo molesto): ¡Bah! ustedes son aves de mal agüero ¿quieren dejarme solo? Necesito
comunicarme con alguien a quien le voy a ofrecer mi última creación, un juego que va a estar
espectacular, y cuando este forrado en plata, no los quiero a mí alrededor como si me apoyaron
mucho.
Sebastián (riéndose mientras empujaba suavemente a Santiago hacia la salida): Tú estás loco,
vamos Santiago, dejemos que el nerds siga soñando con hacerse rico, de los sueños no se vive
iluso ¡despierta!
Ambos salen del lugar y Carlos vuelve a concentrarse en su trabajo.

ACTO II
Ambientación: Mismo salón donde se habían reunido anteriormente.
Introducción: Carlos con cara de asombro lee algo en la computadora, se levanta y toma el
teléfono móvil para llamar a sus amigos.
Carlos (Con cara de asombro y alegría): Santiago amigo ¿pueden venir a mi casa? Tengo algo
que contarles ¡pero es ya! vengan pronto… Ok, los espero.
Mientras sus amigos llegaban, Carlos se pasea con el móvil aun en la mano, de un lado a otro
con una sonrisa en la cara, sin saber ¿qué hacer? ni como ocultar su alegría. Sus amigos
interrumpen sus movimientos al entrar.

5
Sebastián (Con un dejo de fastidio): ¿Ahora que paso Carlos? Nos hiciste venir corriendo, ojala
no sea otro de tus sueños bobos y nos hayas hacho dejar de hacer lo que hacíamos para
escucharte.
Santiago (más comprensivo que Sebastián): No hagas caso, cuéntanos ¿Qué sucede?
Carlos (mirando a ambos con una sonrisa en la cara y tardando en emitir palabra) hmm, ¿cómo
se los digo?
Sebastián (ya obstinado) ¿y si pruebas diciéndonos y ya? Deja de perder tiempo Carlos, termina
de contarnos tu último sueño, que nosotros estábamos en los videos juegos pasándola muy bien.
Santiago (calmando a Sebastián) Déjalo que hable, por su cara es importante lo que va a decir
¿o no Carlos? Por tu bien, más te vale que sea así.
Carlos (sin perder su cara de asombro y la sonrisa en su cara): ¡lo logré! Van a comprar mi juego,
mi sueño, me avisaron hace un rato que lo harán y voy a ganar mucho dinero.
Sebastián (incrédulo): ¿a qué llamas mucho dinero? Nadie va apagarte mucho dinero por soñar
que serás rico.
Santiago (alegrándose): que bueno amigo, pero ¿no te da miedo la responsabilidad, y si no
funciona?
Carlos (ya más calmado y tomando un papel de la mesa): Vamos por partes, este es el monto
que me van a pagar Sebastián – acercando el papel a la cara de Sebastián- Y no me da temor
Santiago, ellos lo revisaron, harán los ajustes necesarios y yo voy a lograr mi sueño, soñar es
posible, y hacer los sueños realidad también si se es perseverante ¿captaste eso Sebastián?
Los tres amigos rompen en risa, abrazándose felices mientras Sebastián responde a la pregunta
de Carlos.
Sebastián: Si lo capte y creo que voy a empezar a soñar amigos.
Vuelven a abrazarse alegres por la noticia.
FIN

6
Título: Somos amigas, ¿eso es lo más importante?
Autor: María Gabriela Méndez

Tema: Una coincidencia inesperada. Una chica decide hablar con su amiga acerca de que le ha
sucedido una algo terrible. Está enamorada de un chico, amigo de ambas; pero resulta que su
amiga también siente lo mismo por la misma persona.
Género: Drama
Personajes:
1. Narrador
2. Vero
3. Daniela
Nota: Entre paréntesis () se encuentran sugerencias de expresiones no verbales, (Acotaciones)
Ambiente.
La habitación de una adolescente.
Narrador: lo que veremos a continuación suele suceder, y aunque parece ser un evento sin
importancia, realmente puede ser un problema muy serio, y la forma en que las involucradas lo
resuelvan va a decir mucho de los valores que ellas han cultivado y de lo que realmente
consideren importante en la vida.

Acto Único.
Vero: (ambas están en la habitación en la cama, conversando cómodamente) – sabes que te
quería contar algo. De verdad necesito hablar.
Daniela: yo también amiga, pero tú primero.
Vero: Ah bueno, pero cuéntame tú, ¿de qué se trata?.
Daniela: se trata de Victor.
Vero: (Se pone seria, como preocupada) En serio?, a ver cuéntame.
Daniela: amiga, me gusta, no sé lo que me pasa.
Vero: (Solo se queda seria, no dice nada).
Daniela: Eso era lo que te iba a decir, ahora cuéntame tú.
Vero: Bueno, no sé qué decirte.
Daniela: Por qué?, qué piensas?.
Vero: Lo que pasa es que yo te iba a decir… bueno, no, olvídalo. ¿Desde cuándo te gusta?
Daniela: No bueno, desde hace días, desde que hicimos el trabajo de geografía juntos, es que
fue muy gentil conmigo, cuando nos tocó caminar por el río, fue tan lindo, en serio, me ayudó
mucho, fue muy caballero, todo un príncipe.
Vero: Ah chévere, me alegra por ti de verdad.
Daniela: bueno, no sé qué siente él pero a mí me gusta. Te noto seria, ¿no te gusta él para mí?
Vero: No, nada, en serio me alegra.
Daniela: No amiga, a ti te pasa algo, cuéntame. ¿Qué era lo que me ibas a contar?
Vero: Nada, bueno, te cuento otro día… y me parece bien que te guste Victor, quizá él gusta de
ti también.

7
Daniela: No sé, creo que no, pero en fin, solo quería contártelo, pero en serio amiga, cuéntame
tú.
Vero: La verdad es que lo que yo te quería contar era que….
Daniela: Dale amiga, con confianza, ya me preocupas
Vero: A mi… (largo silencio)… a mí también me gusta Victor, lo siento amiga, eso era lo que te
iba a decir, solo que me contaste primero, y es muy incómodo.
Daniela: Wow, yo lo siento amiga, no me lo imaginé, si no, no te digo nada.
Vero: No te preocupes amiga, de verdad, lo mío no tiene importancia, eso se me va a pasar.
Daniela: ¿Por qué?, no vale, y si él gusta de ti y no de mí, en serio amiga, no te preocupes.
¿Desde cuándo te gusta?
Vero: Hace unos días también, de verdad, qué pena contigo. Solo me gustó cómo hizo su
exposición de Ciencias, me pareció que es muy inteligente y su traje formal le quedaba muy bien.
Ay no amiga, ambas hablando de la misma persona, esto es muy extraño. De verdad olvídalo, yo
lo voy a superar.
Daniela: No amiga, no tienes por qué superarlo, somos amigas, y ambas queremos lo mejor
para la otra, y antes que más nada somos amigas no?. Hagamos algo, un trato, si Victor decide
acercarse a una de nosotras, la otra lo va a aceptar y ya, te parece?
Vero: No quiero que sufras si él se acerca a mí. Ya no sería igual para mí.
Daniela: Es verdad, pienso lo mismo de si se acercara a mí. Somos amigas, eso es lo más
importante, quizá esta confusión lo que intenta es separarnos. (Se abrazan)
Vero: dejemos que el tiempo sane lo que sentimos, puede que sea solo una atracción
momentánea.
Narrador: La amistad es un valor importante, ellas saben que están en un momento cambiante
en sus vidas, aunque sienten intensamente, todo puede cambiar, en cambio su amistad sí tiene
un valor duradero que ambas quieren cuidar. Aplausos para ellas.

8
Título: «Esta es mi parte»
Autor: María Gabriela Méndez
Tema
Un conflicto de espacio. Dos hermanas comparten habitación pero el espacio se hace
pequeño,por lo que comienzan una disputa por el espacio que disponen, y cómo debe ser
distribuido. Al final deciden pedirse perdón porque reconocen que ambas se aman y aunque han
tenido una necesidad momentánea de pelear un espacio y privacidad, saben que igual son las
mejores amigas y hermanas, y se necesitan mucho la una a la otra.
Personajes:
1. Narrador
2. Patty
3. Ori
Nota: Entre paréntesis () se encuentran sugerencias de expresiones no verbales, (Acotaciones)
Ambiente
La habitación de ambas. En el comienzo de la historia mientras el narrador habla ellas deben
estar cada una en su cama, una lee un libro (Ori), la otra revisa su laptop (Patty), entre cada cama
hay una línea divisoria, muy notoria, puede ser una reja o algo que pueda ser jocoso. Ambas
tienen audífonos porque realmente no quieren escucharse, están molestas.
Narrador: Patty tiene quince años, Ori catorce, cuando eran bebés generalmente dormían
juntas.
Siempre compartieron los juguetes, la ropa, las fiestas, los amigos, la escuela, los padres
(obviamente), la comida. Algunos piensan que son morochas, pero ambas siempre lo aclaran.
¿Se aman?, claro que sí, solo que no pueden reconocerlo en este momento. Quieren trazar una
frontera entre ellas, creen que es lo mejor, el espacio se ha hecho pequeño entre ellas. Compartir
todo ya no es tan divertido, aunque son tan iguales en muchas cosas, hay diferencias, muchas
diferencias. Quizá necesitan tener su propia habitación cada una o quizá necesiten reconocer que
se aman y realmente es una tontería lo que sienten ahorita.
Allí están Patty y Ori, creo que es una habitación de dos jóvenes y lindas adolescentes, aunque
ya sé lo que están pensando, luce como un campo de batalla.

Acto Único.
Patty: (desde su cama) – Por cierto, aquel libro es mío, dámelo, él debe estar de éste lado.
Ori: Ah sí, bueno, entonces, la blusa rosada debe estar de este lado, por si no lo recuerdas, me
la regalaron a mí.
(Ambas se lanzan los objetos respectivos)
Patty: – Ok, el pantalón negro brillante de este lado, por favor.
Ori: La bufanda verde debería estar en mi armario.
Patty: El porta retrato de nuestros padres en mi mesa de noche.
Ori: Te equivocas, ese porta retrato me lo regalaron en mi cumpleaños.
Patty: ¿Qué?, ese porta retrato me lo regalaron cuando terminé mi proyecto de ciencias,
nonrecuerdas.

9
Ori: Ese día te regalaron el álbum, no el porta retrato. Ahora que recuerdo, ese porta retrato nos
lo regalaron a las dos cuando nos mudaron a esta habitación. ¿Qué hacemos con él?
Patty: Bueno, este… no sé… pero dame entonces mi zapatillas grises.
Ori: Ok, hablando de zapatos, quiero mis botas, las que casi no uso porque a ti te gustan más
que a mí, pero lo siento, son mías.
Patty: Ah sí, no me importa, pero a ti sí te va a importar….
Ori: La bufanda verde debería estar en mi armario.
Patty: Ok, yo te la doy, no hay problema. Ahora, ¿qué haremos con el porta retrato?
Ori: Bueno, es de las dos.
Patty: Y nos lo regalaron nuestros padres.
Ori: Y es una linda foto
Patty: Sí, somos una linda familia
Ori: Parece que nos amamos en esa foto
Patty: Es que nos amamos, solo que…
Ori: Es cierto, siempre hemos sido muy unidas.
Patty: Qué tontas somos ¿verdad?
Ori: tienes razón, sí que lo somos
(Rompen la malla y se abrazan y están un tiempo solo riéndose y compartiendo entre ellas)
Patty: ¿Qué quieres hacer ahorita?, te invito a ver una película en mi laptop, es decir, nuestra
laptop (ambas se rien).

Título: «Todo lo que haces se devuelve multiplicado»


Autora: Clara Pérez
3 personajes
1. Sara: Bailarina que se queda sin instructor en el peor momento
2. Ernesto: Instructor que se ofrece a ayudarla, sin conocerla.
3. Enfermera: Atiende al instructor.

ACTO I
Ambientación: Salón de ensayos de una academia.
Introducción: Sara se encuentra sentada en el suelo llorando, cuando el instructor entra y se
percata de la situación, acercándose a ella.
Ernesto (Hablando amablemente y acercándose a la chica): ¿Puedo saber qué te pasa?
Sara (Tratando de secar sus lágrimas): Nada, es una tontería.
Ernesto (Sin perder la amabilidad): A tu edad no se llora por nada, cuando lo haces es porque
algo se pierde, te importa o es muy importante.
Sara (Tratando de regalar una sonrisa): Tiene razón, pero lo que me pasa no tiene remedio, no
hay tiempo.
Ernesto (Sonriendo): lo único que no se arregla o no nos da tiempo es la muerte, sea lo que sea
puede arreglarse, cuéntame, a lo mejor yo veo una solución que tu no.

10
Sara (Volviendo a romper en llanto): Mi instructora se ha ido de la academia, yo debo ensayar
una coreografía y enviar un video en un par de días, sola no puedo hacerlo y perderé la
oportunidad, he trabajado mucho para cuando llegara este día y ahora todo está perdido.
Ernesto (Levantando la cara de Sara y sonriendo): ¿Quién dijo eso? ¿Eres buena en lo que haces?
Sara: Si pero necesito una coreografía profesional es una competencia dura, si lo hago sola no
tendré oportunidad.
Ernesto: Te dije que tal vez yo tuviera una solución, y la tengo, yo soy instructor y te voy a
ayudar si me prometes trabajar muy fuerte. En dos días tendremos ese video que necesitas ¿te
arriesgas?
Sara (Con una sonrisa y sus ojos iluminados): ¿En serio? ¿Haría eso por mí? Pero si apenas me
conoce ¿Por qué se tomaría esa molestia?
Ernesto: Porque nada es más satisfactorio que ver a un alumno sonreír.
Sara: Me has salvado la vida.
Sara abraza a Ernesto dispuesta a trabajar.

ACTO II
Ambientación: Recepción de un hospital
Introducción: Sara llega algo triste al hospital acercándose a la enfermera.
Sara: Buenos días, vengo a donar sangre para Ernesto Márquez
Enfermera: No estamos aceptando cualquier tipo de sangre, el paciente sufrió un accidente y
está muy mal, ya no tenemos sangre de su tipo y solo podemos aceptar la sangre universal.
Sara: Por eso estoy aquí, yo tengo ese tipo de sangre
Enfermera: Entonces no perdamos más tiempo, el paciente la necesita urgentemente.
Sara y la enfermera se dirigen a sacar la sangre para la donación.

ACTO III
Ambientación: Salón de ensayos.
Introducción: Sara ensaya distraída cuando escucha alguien aplaudir de tras de ella, voltea
sorprendida y ve a Ernesto parado detrás de ella.
Sara (Alegre corriendo a abrazarlo): ¡Ernesto! Estás bien que alegría.
Ernesto (Sonriendo y correspondiendo a abrazo): Ya me entere que el video fue un éxito y que
la señorita se nos va a estudiar con una beca a otra academia.
Sara (Sin dejar de sonreír y tomándolo de la mano para sentarse): Si, gracias a ti lo logré, nunca
sabré como agradecértelo.
Ernesto (Mirándola fijamente): ¿Aun crees que me debes algo Sara?
Sara: Claro, tú me salvaste la vida esa tarde que llegaste a ofrecerme tu ayuda.
Ernesto (Sonriendo): Entonces no nos debemos nada, porque tú me salvaste la vida, esa mañana
que llegaste a darme tu sangre.
Sara: No fue nada Ernesto, solo un gesto de gratitud.
Ernesto: Un gesto que me dio el triple de lo que yo te di a ti. Yo no salve tu vida, solo te ayude
a lograr un sueño, pero tú si salvaste la mía.
Ernesto abraza de nuevo a Sara y ambos sonríen felices.
11
Título: “Sana competencia”
Autora: Clara Pérez
3 personajes
1. Daniel: Niño egoísta que no entiende que competir no es ser enemigos.
2. Alfredo: El mejor corredor de toda la escuela.
3. Henry: Niño nuevo que se incluye en la carrera.
Ambientación: Pista de 3 carriles donde se llevara a cabo una carrera.
Introducción: 3 niños preparados para una competencia sostienen una conversación antes de
que esta comience.
Daniel (Con aires de superioridad): Es el colmo, ahora también traen al niño nuevo a competir
conmigo. Ustedes dos no tienen idea de lo que es un buen entrenamiento, mi entrenador es el
mejor, me ha preparado para vencer al enemigo y ser siempre el mejor.
Alfredo (Algo sorprendido): ¿El mejor? Si no me equivoco el mejor corredor de la escuela hasta
hoy soy yo Daniel, y no somos enemigos, solo competimos sanamente. El ejercicio no es una
guerra, es salud y distracción, ustedes no son mis enemigos.
Daniel: Pues ustedes si son mis enemigos y los voy a vencer hoy para que tengan que cerrar la
boca hasta la próxima competencia, donde también les voy a ganar, obvio.
Henry (Hablando mientras acomoda su zapato): Que sea nuevo no quiere decir que no sepa
correr o que no esté preparado Daniel, y pienso igual que Alfredo, esto no es cosa de enemigos,
si no gano, no me importa, vine a participar, competir y a conocerlos a ustedes que serán mis
compañeros de aquí en adelante.
Daniel (Riendo en tono de burla): Que bonito suena todo eso, pero los quiero ver en la
competencia si tienen que elegir entre ser amigos o ganar ¿Qué harían?
Anuncian que la competencia va a empezar y los chicos dejan de hablar para colocarse en sus lugares, mientras
lo hacen, Henry y Alfredo se regalan una sonrisa y Henry hace una señal de que todo está bien con su dedo, y
volteando hacia Daniel le habla.
Henry: Suerte amigo.
Daniel (En tono de desprecio): La vas a necesitar nuevo.
Comienza la carrera y todos dan lo mejor de ellos, Alfredo y Henry van uno al lado del otro a la cabeza de la
carrera pero de pronto ven que Daniel tropieza y cae dando varias vueltas, ambos se detienen y sin pensarlo se
devuelven a ayudar a Daniel.
Henry (Preocupado): Creo que está lastimado ¿te duele mucho?
Daniel (Quejándose de dolor): Si me duele, pero tengo que ganar, me tengo que levantar y correr
Alfredo (Tratando de enderezar la pierna del chico): Así no puedes correr, pero veo que es muy
importante para ti, la ayuda ya viene, pero no te dejaran correr, tengo una idea, Henry, ayúdame
a levantarlo.
Ambos chicos toman a Daniel por los brazos haciendo que se apoye en ellos y en vez de ir hacia la ayuda,
comienzan a caminar hacia la meta, los tres al mismo paso, ayudando a Daniel a sostenerse hasta cruzar la meta
todos al mismo tiempo, colocando a Daniel en el piso y chocando sus manos Alfredo y Henry.
Henry (Dirigiéndose a Daniel): Este año no hay ganador, sino ganadores, los tres cruzamos la
meta al mismo tiempo, acabas de ganar la carrera Daniel.
Daniel (Sin entender mucho): ¿Por qué lo hicieron? Era una competencia.
12
Alfredo (Sentándose al lado de él): Era una sana competencia entre tres amigos, y un amigo
necesitó ayuda. Aprende algo Daniel, no hay competencia ni trofeo que sea más importante que
un amigo.
Henry (Asintiendo con la cabeza): Así es y nosotros competimos contigo, pero somos tus
amigos.
Daniel (Con una sonrisa tímida en sus labios): Tuve que romperme un tobillo para entenderlo,
pero aprendí la lección ¿me ayudan a levantar amigos?
Los tres chicos sonríen, Alfredo y Henry ayudan a levantar a Daniel y comienzan a caminar para
salir de la pista.
FIN

13
Título: «No dejaré que la vida se detenga»
Autora: Clara Pérez
3 personajes:
1. Armando: Hombre de 65 años que descubre que tiene cáncer.
2. Leticia: Esposa de Armando mujer de 60 años, pesimista que nunca tiene
esperanzas de nada
3. Doctora: Quien se encarga de atender a Armando durante su enfermedad.

ACTO I
Ambientación: Salón de la casa de Armando y Leticia
Introducción: Una pareja de adultos quienes tienen un matrimonio de muchos años, de clase
media, quienes se ven en la obligación de enfrentarse a una noticia terrible y de la cual cada uno
toma una posición distinta. Leticia se encuentra en el salón de la casa barriendo cuando entra
Armando decaído y derrotado.
Leticia (Sin soltar la escoba y en tono de reproche): ¡Al fin llegas! Me llamaste nada más para
preocuparme, desde que te dio ese dolor en la espalda no haces más que darme sustos ¿Se puede
saber para que llamó la Doctora?
Armando (sin prestar mucha atención a los reproches de Leticia, se sienta en el sofá y
pausadamente comienza a hablar): Ya tenían los resultados de los análisis, me llamó para decirme
que tengo cáncer de pulmón.
Leticia (asombrada deja caer la escoba y mientras habla se dirige al sofá junto a su esposo):
¿¡Cáncer!? Armando dime que estas bromeando, tú no puedes tener esa enfermedad.
Armando (Cada vez más compungido): Ya quisiera poder decirte que es una broma pero no es
así, comenzaré el tratamiento la próxima semana. Estoy asustado. Me pregunto… ¿Por qué a
mí? No deje de pensar en todo el camino que fue lo que hice para que se me castigara de esta
manera y llegué a una conclusión. No importa por qué el mal está ahí; está y no puedo hacer más
nada, solo luchar, hacer lo que toca y voy a salir de esta.
Leticia (tomando la mano del esposo): Esta enfermedad es mortal Armando ¿Cómo lo vamos
a superar?
Armando (tratando de dar ánimo a su esposa): Luchando Leticia, no vamos a abandonar la
lucha, haremos todo lo que sea necesario, yo por esta enfermedad no dejaré que la vida se detenga
y espero contar con tu apoyo. Deja el pesimismo y vamos a lograrlo juntos, ya verás.
Leticia abraza a su esposo ambos dejando correr unas lágrimas.

ACTO II
Ambientación: El mismo salón de la casa de Armando y Leticia.
Introducción: Ya ha pasado tiempo desde que Armando comenzó el tratamiento, llega a su
casa, ya sin cabello, más delgado pero manteniendo el ánimo.
Armando (Hablando fuerte para hacerse oír): Leticia ya llegué.
Leticia (Caminando apresurada sale al salón) Hola viejo ¿Cómo te fue?
Armando (Resignado): Bien vieja, cada día falta menos, la Doctora dijo que cada vez es más
pequeño, deberíamos invitar a los chicos a cenar para celebrar que lo estoy venciendo.
14
Leticia (asombrada): ¿Tienes ánimo para fiestas? Te sientes tan mal luego del tratamiento que
no es conveniente que te agites tanto ¿no crees?
Armando (sonriendo): El malestar es solo un par de días, ya después me siento bien. Vieja estoy
luchando para vivir, así que no perdamos las ganas de hacerlo. Llama a los chicos y diles que en
dos días los queremos aquí para celebrar que su padre tiene un día más de vida.
Leticia (con una sonrisa en sus labios y tomando la mano de su esposo): Esta bien viejo, los
llamo enseguida.
Leticia sale del salón y Armando se recuesta en el sofá.

ACTO III
Ambientación: Salón de la casa de Armando y Leticia
Introducción: Leticia se encuentra encendiendo una vela en una de las mesitas del salón y
parada frente a ella comienza a rezar.
Leticia (encendiendo la vela): Ay Diosito que las noticias sean buenas, tu sabes que nosotros
peleamos mucho, pero son tonterías ¿Qué me haría yo sin mi viejo?
Armando (entrando alegre tarareando una canción y bailando): ¡Vieja!
Leticia (Mirándolo extrañada): ¿Por qué gritas? Aquí estoy, ¿Qué te pasa, te volviste loco?
Armando (riendo y dejando de bailar): Algo así, pero de felicidad. Ha pasado más de un año
desde que llegue aquí esa tarde a decirte que estaba enfermo; ha sido muy duro vieja, quimio y
radio terapias, dietas, “deje de hacer esto y no haga aquello”, no tengo cabello, ni cejas y estoy
muy delgado, pero vivo.
Leticia (aun extrañada): Y… ¿Estás feliz porque no tienes cabello?
Armando (riendo fuerte): Claro que no vieja, estoy feliz porque se fue, desapareció, ya no más
vieja, ¡Lo logramos! ¡El tumor ya no está! ¡Luche y le gané!
Leticia (dejando salir lágrimas de felicidad y con sus manos cubriendo su boca asombrada pero
feliz): ¿Me estás hablando en serio?
Armando (estirando los brazos hacia ella): Claro vieja, te dije que no dejaría que la vida se
detuviera y cumplí mi promesa.
Leticia (lanzándose a sus brazos): Ay viejo, esta es la mejor noticia que he podido recibir.
Leticia deja de abrazarlo, lo toma de la mano y lo lleva hasta donde había encendido la vela.
Leticia: Gracias Diosito por este milagro
Vuelve a abrazar a Armando llorando ambos de felicidad.
FIN

15
Título: «Perdóname mamá»
Autora: Clara Pérez
3 personajes:
1. Carlos: hijo siempre ocupado
2. Mamá: Anciana, madre de Carlos, que vive sola en una ciudad cercana.
3. Rosa: Esposa de Carlos.
Ambientación: dos salas, una de la casa de Carlos y la otra de la casa de su mamá.
Introducción: Carlos está sentado en el sofá de su sala, leyendo la prensa cuando suena el
teléfono.

ACTO ÚNICO
Rosa (levantándose a responder la llamada): ¡Aló! ¿Hola suegra cómo está? Espere un segundo
ya le paso a Carlos. Amor es tu mamá.
Carlos (con cara de fastidio y levantándose a responder la llamada): ¿Y ahora que le pasará? Aló
Mamá (emocionada): Hijo amado, ¿cómo estás?
Carlos (respondiendo con tedio): Muy bien mamá ¿Cómo estás, te pasa algo?
Mamá: No hijo, te llamé para saludarte y saber de ti, la última vez que hablamos fue hace 20
días y pensé que te había pasado algo.
Carlos (con tono de molestia): Mamá, si algún día me pasa algo serás la primera en enterarte,
estoy bien pero muy ocupado, no he tenido tiempo de llamarte, tengo que trabajar, ocuparme
de las cosas de mi familia, cuando tengo tiempo sabes que te llamo.
Mamá (algo triste): Lo sé hijo, no quería molestarte, te extraño, me siento a veces muy sola y
hablar contigo me hace bien.
Carlos (sin mejorar su forma de hablar): Tienes que entender que las responsabilidades hay que
cumplirlas mamá, no puedo dejar de trabajar para hablar por teléfono, te mandé el dinero del
mes, estas bien, estoy bien, cuando tenga tiempo te llamo ¿Está bien?
Mamá (sintiéndose más triste y rechazada aun): Si hijo, está bien, disculpa que te haya llamado,
esperaré que seas tú quien me llame la próxima vez, solo recuerda que te amo y te extraño y que
a veces me mata la soledad, te quiero mucho, dios te bendiga.
Carlos (aun en tono de fastidio): Amen mamá, yo también te quiero.
Carlos Tranca la llamada y se dirige al sofá nuevamente a seguir leyendo la prensa, mientras Rosa lo mira
desaprobatoriamente.
Carlos (extrañado): ¿A ti que te pasa?
Rosa (sentándose a su lado): Cuando mi mama estaba aún viva, yo también muchas veces corté
sus llamadas porque pensé que estaba muy ocupada, el día que ya no estuvo más, me di cuenta
cuantos momentos hermosos perdí por mi egoísmo.
Carlos (molesto al darse cuenta que Rosa estaba haciendo un reproche): ¿De qué hablas? Yo no
soy egoísta con mi madre, la mantengo, le doy lo que necesita.
Rosa (aun reprochando): Todo menos tú atención y tú cariño ¿Carlos tú te das cuenta las excusas
que usas para no atenderla? Estas muy ocupado, tu madre también lo estuvo toda la vida y aun
así, te cuidó, prestó atención, lavó y planchó tu ropa. Que estás trabajando, ella trabajo toda su
vida y siempre tuvo tiempo para ti. Que tienes que encargarte de tu familia, ella se encargó de la
16
suya siempre y a ti nunca te faltó el amor. Que la mantienes, ella te dio una profesión, te mantuvo
media vida y eso nunca la hizo despreciarte.
Carlos soltando la prensa y levantándose del sofá, se dirige al teléfono
Mamá: Aló
Carlos (esta vez en tono más dulce): Hola mami, ya estoy desocupado, cuéntame ¿cómo estás?
He pensado que este fin de semana iremos a visitarte ¿quieres que te lleve algo? ¿Sabes? Te amo.
Mamá (conmovida): lo único que quiero que me traigas es tu presencia, aquí te estaré esperando
hijo, yo también te amo.
Carlos (con la voz quebrada): ahí estaremos y ojala puedas perdonarme mamá.
Carlos cierra la llamada y voltea a ver a Rosa quien sonríe feliz de ver su cambio de actitud.
FIN

17
Título de la obra: ¿Me ayudas?
Autora: Ángeles Spinoza
3 Personajes:
1. Susana
2. Rebeca
3. Maestra

Parte uno
Están dos chicas universitarias en un patio o jardín. Conversan sobre los trabajos a entregar por
fin de semestre
Susana: Dices que ¿todos van a ser exámenes finales?
Rebeca: Todos
Susana: Pero entonces… se cancelan los trabajos.
Rebeca: No. Examen y trabajo.
Susana: ¿De todas las materias?
Rebeca: (Exasperada) Que sí, ningún profesor exentó a nadie, y lo de los trabajos sabes que es
de siempre; la producción es lo más importante.
Susana: ¡Pero es muchísimo! No lograré aprenderme toda la teoría y además entregar obra…
(pausa) ¿cuándo empezamos?
Rebeca: La próxima semana.
Susana: ¿Qué?
Rebeca: Sí sabías ¿no?
Susana: No, no tenía idea…
Rebeca: Ya es diciembre, o sea, vacaciones, y generalmente, antes de vacaciones, hay finales.
Susana: ¡No lo lograré!
Rebeca: No es tanto, además, no tienes nada más que hacer (pausa) y de la producción… la
sacas rápido.
Susana: ¿Cómo que no tengo nada más que hacer? El fin de semana me voy con Julián a la
playa.
Rebeca: Pues cancela o estudia en el camino y produce en la playa; seguro te inspiras más.
Susana: No voy a cancelar ni a trabajar en mi descanso.
Rebeca: Pues no y ya está; te presentas a los exámenes y a ver que sale.
Silencio
Susana: ¡Ya lo resolví! Falto a clases esta semana para estudiar… lo que no sé es si me va a
alcanzar el tiempo para los trabajos.
Rebeca: Eso te sale fácil.
Susana: Los reportes sí… y escultura… pero dibujo de figura humana ¡es un horror! No se me
da, tardo muchísimo y siempre me quedan deformes los dibujos, totalmente
desproporcionados…
Rebeca: Ese es el primero.
Susana: ¿Qué?
Rebeca: Que ese se entrega el lunes a las 10 am.
18
Susana: Pero las entregas son en horario de clase y tenemos clase jueves y viernes…
Rebeca: Si, pero acuérdate que la profesora adelantó el examen y la entrega porque se va de
congresos o algo (pausa) en serio, ¿Qué nunca pones atención?
Susana: (Muy preocupada) Pero ¿qué voy a hacer?… no voy a alcanzar a hacer un dibujito para el
lunes.
Rebeca ríe y se pone a dibujar.
Susana: ¡Ya sé!
Rebeca: ¿Qué?
Susana: ¡Ayúdame!
Rebeca: ¿Cómo?
Susana: Hazme el dibujo.
Rebeca: ¿Qué! Estás loca, yo tengo que hacer el mío
Susana: Si, pero tú los haces en dos minutos; (suplicante) ayúdame ¿sí?
Rebeca: ¿Para qué te vayas a la playa muy tranquila? Olvídalo, además, se va a dar cuenta.
Susana: Claro que no; le ponemos colores diferentes o hacemos… tu hombre y yo mujer… o
a ver que… además, yo también te he apoyado cuando me necesitas.
Rebeca: ¿Cuándo?
Susana: ¿Quién te sirve de cuartada cuando vas a salir con…?
Rebeca: ¡Ni lo digas! No es necesario que me amenaces.
Susana: No te estoy amenazando, sólo….
Rebeca: (interrumpe bruscamente) Nada más porque eres mi amiga… pero me invitas a cenar
después
Susana: Pizza.
Rebeca: ¡Hecho!
Parte dos
Está Rebeca sentada en un salón. Luego entra Susana
Rebeca: (Al ver a Susana) ¿También a ti te llamó?
Susana: (Preocupada) Sí
Rebeca: ¡Te dije que se iba a dar cuenta!
Susana: Cálmate, todavía no sabemos de qué se trata. Además, si ninguna confiesa no se nos
puede juzgar.
Rebeca: ¿Qué estás diciendo?
Susana: ¡Que te calmes! Espera a ver que nos dice; quizá quiere hablarnos de otra cosa.
Rebeca: (exasperada) ¿De qué?
Susana: No sé… del concurso, o de la presentación de nuestro portafolio.
Rebeca: Ella no tiene nada que ver en eso.
Susana: A lo mejor sí, no sabemos quiénes van a ser los dictaminadores, ni nada.
Rebeca: Entonces estaría haciendo algo en contra de las reglas, la pueden echar de la universidad
por eso
Susana: ¿Quién sabe? Quizá hasta es más corrupta que nosotras.
Rebeca: ¡Susana!
Susana: ¡Rebeca!
19
Entra la profesora
Profesora: Señoritas, buen día.
Susana: Hola.
Rebeca: Buenos días.
Profesora: ¿Cómo están? ¿todo bien?
Ambas asienten con la cabeza; Susana un poco más a prisa. Largo Silencio
Profesora: ¿No tienen nada que decirme?
Susana: (Levantando la mano) ¿estamos aquí por el concurso?
Profesora: ¿qué concurso?
Susana: el de cartel de aniversario de la facultad. Metimos una propuesta. El premio es
estupendo y…
Profesora: (interrumpe) No, no están aquí por el concurso (pausa) ¿Rebeca?
Rebeca: ¿Sí?
Profesora: ¿Quieres decir algo?
Rebeca: No… sí…. ¿hay algún problema?
Profesora: Esperaba que me lo dijeran ustedes.
Silencio
Profesora: El asunto es, que revisando sus trabajos finales…
Susana: ¿El dibujo de figura humana?
Rebeca: (Entre dientes) Cállate
Profesora: Sí, el único trabajo final que entregaron para mi materia.
Susana: (Nerviosa) ¿Qué pasa con el dibujo de figura humana que entregamos para su materia?
Rebeca: (Entre dientes) ¡Que te calles!
Profesora: Que sus dos dibujos se parecen demasiado.
Susana: Es porque lo hicimos juntas.
Rebeca: Sí, es por eso.
Profesora: ¿E hicieron exactamente los mismos trazos? Siendo más precisa, se parecen
demasiado a los dibujos que Rebeca ha estado haciendo durante todo el semestre
Ambas balbucean
Rebeca: Es que… (pausa) es que estuvimos practicando juntas y le di algunos tips de cómo
hago yo para trazar más rápido y…. seguro por eso se parecen tanto.
Susana: Pero los colores son muy distintos, y yo dibujé a una niña y ella a un hombre
Rebeca: Al revés.
Susana: ¿Qué?
Rebeca: Yo dibuje a la niña y tú al hombre.
Susana: Ajá…
Profesora: Les creo…
Rebeca y Susana: ¿Sí?
Profesora: Sí, pero sospecho que Susana tiene algunas imprecisiones en la técnica de trazado,
sólo para corroborar, (incrédula. acercándole un gis) ¿podrías dibujar en el pizarrón la silueta de la
niña? Sólo la silueta, es fácil ¿no?
Susana: (preocupada, a Rebeca) ¿Me ayudas?
20
Título: “Si quieres tenerlo todo, esfuérzate”
Autora: Clara Pérez
2 personajes
1.- Alexander: Hombre acomplejado y que se queja de su vida.
2.- Miguel: Hombre triunfador que le da una lección.
Ambientación: Esquina de una plaza.

Introducción: Alexander está sentado en la acera de una plaza, matando el tiempo sin hacer
nada provechoso cuando Miguel pasa frente a él.
Alexander (en tono burlón): ¡Mira quién viene ahí! El riquito del barrio.
Miguel (tratando de seguir su camino): Hola Alexander. ¿Cómo estás?
Alexander (tomándolo del brazo): Pero, ya va ¿ahora hablas con la chusma?
Miguel (zafando el brazo): ¿Cuál chusma? A mí la gente de este barrio no me parece chusma, aquí
crecí y me crié, además aquí sigue viviendo mi mamá.
Alexander (irónico): Si pero como ahora eres un ingeniero y vives en un lugar de ricos, tienes
auto y una esposa bonita, los del barrio debemos parecerte inferiores.
Miguel (mirando incómodo): Para mí todo el mundo es igual, unos que se esforzaron más y otros
menos, pero lo material no decide cuánto vales.
Alexander: Tu lo que tuviste fue suerte.
Miguel (riendo con ironía): ¿Suerte? ¿Tú piensas que la suerte te hubiese dado a ti todo lo que dices
ahora yo tengo?
Alexander (encogiéndose de hombros): Claro amigo, si yo hubiese tenido la suerte de encontrarme
un trabajo como el tuyo, que me pagaran así de bien, también hubiese salido de este barrio.
Miguel (sin dejar de sonreír de manera irónica): ¿Y cómo lo ibas a conseguir? Porque para tener este
trabajo que tengo, yo tuve que estudiar mucho, hacerme una carrera y trabajar desde bien
jovencito para poder ayudar a mi mamá a pagarme los estudios y para poder tener mis cosas ¿tu
hiciste eso mismo?
Alexander: No, yo no pude estudiar, no tenía recursos
Miguel: Yo tampoco tenía dinero, pero tenía ganas de salir adelante, y el poco tiempo que tenía
libre lo use para trabajar y ganar dinero para poder estudiar ¿tu recuerdas lo que hacías mientras
yo trabajaba en lo que fuera para estudiar?
Alexander: Bueno yo si salía con los amigos, me iba a fiestas, tomaba…
Miguel: ¿Y los fines de semana que te ibas a la playa a gastar más de lo que producías y le
quitabas dinero a tu mamá para irte de fiesta? ¿Sabes qué hacía yo ? Me desvelaba estudiando
para mis exámenes. Así que no creas que la suerte te va a dar las cosas que otros se esforzaron
por tener. La gente trabaja por lo que quiere, lucha por lo que espera sea su vida.
Alexander: O sea ¿no tuviste suerte?
Miguel (algo molesto): No, no tuve suerte, tuve empeño, y tú todavía estás a tiempo, deja de querer
lo que otros tienen con su esfuerzo y esfuérzate por lo que tú quieres, párate de esa acera y sal a
trabajar, trabaja día y noche, ahorra y ponte una meta. La suerte la haces tú mismo y para tener
lo que tienen otros, tienes que esforzarte lo que se esfuerzan ellos. Tú no eres chusma, eres un
conformista.
21
Miguel comienza a caminar dejando a Alexander sin saber que responder.
Alexander (viendo a miguel alejarse y hablando alto): Está bien pues, yo no tengo nada por vago, tú
tienes razón amigo.
FIN

22
Título: «El regalo de la abuela»
Autora: Silvina Carrasco
2 Personajes:
1. Luci: Es una joven de unos 21 años. Recientemente ha sido madre de una
beba llamada Abby. Con los años y la llegada de Abby, su visión de la vida ha
cambiado.
2. Mónica: Es la madre de Luci.

ACTO ÚNICO
Personajes que intervienen en este acto: Luci y Mónica.
Escenario: El ambiente es ameno y más bien despejado; basta con un sofá, una iluminación
cálida y un oso de peluche tejido y rellenado de forma muy artesanal (está viejo y ya un poco
deforme).
Introducción: Luci recuerda a su abuela en el aniversario de su fallecimiento.
Luci está sentada en su sofá, pensativa, con su oso en la mano.
(Entra Mónica sigilosa)
–Mónica: Hola hija, ¿cómo estás? ¿Abby duerme?
–Luci: Si, hace un rato se durmió.
–Mónica: Lo imaginé, por eso traté de no hacer ruido.
–Luci: ¿Le llevaste flores a la abuela?
–Mónica: Si, vengo de ahí. (Mira al osito que su hija tiene en la mano) ¿Tú también estuviste
pensando en ella?
–Luci: Si, ya han pasado siete años pero aún no me acostumbro a que no esté con nosotras… y
la extraño, hay tantas cosas que hoy me gustaría compartir con ella. (Pequeña pausa) Estaba
recordando el día en que me regaló este oso.
–Mónica: Sí, lo recuerdo; estuvo días buscando la lana y la tela del color perfecto y otros tantos
días tejiendo y cosiendo. Quería que fuera un regalo especial para tí.
–Luci: No lo sabía, sí recuerdo el día en que me lo dió. Era mi cumpleaños, yo esperaba una
muñeca que hablaba y en su lugar apareció este osito hecho a mano… Me apena reconocerlo,
pero mi decepción fue grande.
–Mónica: (Risueña) Casi tuve que obligarte a que le agradecieras el regalo a tu abuela y cambiaras
la cara.
–Luci: Es que en ese momento me sentí realmente desilusionada, pero es increíble cómo cuándo
creces, los gestos más pequeños se vuelven lo más importante.
–Mónica: No tienes que sentirte mal, eras una niña de seis años, es lógico que prefirieras otra
cosa.
-Aún así tu abuela sentía que quería demostrarte su amor de esa manera: haciéndote algo ella
misma y no comprándote algo extravagante.
–Luci: Si me hubiera regalado la muñeca, yo habría jugado con ella un tiempo y luego la habría
tirado en un rincón o a la basura. En cambio este oso me ha acompañado toda mi vida y es una
de las cosas más valiosas que tengo.
–Mónica: Bueno, pues; finalmente logró su objetivo: darte un regalo especial.
23
–Luci: Era una abuela maravillosa. Ojalá Abby hubiera podido conocerla y disfrutar de ella
cómo lo hice yo.
–Mónica: La va a conocer a través de ti; cuando le cuentes los recuerdos que tienes de ella: las
cosas que te cocinaba, los lugares a los que te llevaba de paseo, los juegos que jugaba contigo,
los cuentos que te contaba…
–Luci: Si, es cierto. Es que las personas que amamos mucho, nunca se van del todo.
–Mónica: No. Se quedan en los recuerdos, en las cosas que nos enseñaron y hasta en esos
pequeños gestos, que cómo tú dices se vuelven lo más importante.
–Luci: Sí, mi osito por ejemplo, que para mí representa todo lo bueno de mi abuela.
–Mónica: Y que seguramente un día será de Abby.
–Luci: Si, un día se lo daré, junto con todos los demás recuerdos.
(Luci y Mónica se toman las manos con el osito presente.)
FIN

24
Título: «Amor on line»
Autora: Clara Pérez
2 personajes:
1. Karina: Chica que se enamora a través de una página en internet de manera
prudente.
2. Sofía: Chica imprudente.

ACTO I
Ambientación: Habitación de Karina, sentada frente a su computador.
Introducción: Dos chicas hablan en la habitación de una de ellas sobre su experiencia en una
página de internet donde se inscribieron para conocer chicos, una de ellas es muy centrada y la
otra muy relajada.
Sofía (Entrando a la habitación de Karina): ¡Hola! Ayer te mandé un mensaje para que fueras a mi
casa y no me respondiste.
Karina (concentrada en el monitor de su computador): Hola, disculpa, cuando me escribiste estaba
chateando con Francisco.
Sofía (con una sonrisa pícara en los labios): ¿Y quién es Francisco, no me digas que ya conociste a
alguien en la página?
Karina (Devolviendo la sonrisa y levantando la mirada hacia su amiga): Así es y es un chico maravilloso,
respetuoso, con muy buena conversación, muy agradable, ¡Me encanta!
Sofía (acercándose a su amiga entusiasmada): ¿Y ya lo viste, como es, le mandaste fotos, te envió
alguna?
Karina (riendo de buena gana): Cálmate Sofía, estas sobresaltada, hablas como un loro, nada de
fotos, solo estamos conociéndonos, no puedo mandar información a alguien que no sé quién es.
Sofía (mirando a su amiga con cara de desaprobación): ¿Pero no dices que te encanta? ¿Entonces? Yo
conocí a un chico lindo, parece un galán de telenovelas, ya nos intercambiamos fotos, números
de teléfono y pronto nos vamos a conocer.
Karina (asombrada): ¡Sofía estás loca! ¿Cómo le das tanta información a alguien que no sabes si
realmente es quien dice ser? No debiste hacer eso amiga.
Sofía (molesta): Ay tu siempre con esa moral tan estricta. Relájate amiga, son chicos y lo único
que va a pasar es una historia de amor muy emocionante
Sofía sale de la habitación de su amiga sin despedirse, y Karina se queda pensativa pero luego vuelve a distraerse
en su computador.

ACTO II
Ambientación: Patio de la casa de Sofía
Karina llega alarmada respondiendo al llamado de su amiga, Sofía se encuentra sentada en el
piso, llorando disimuladamente.
Karina (Asustada por el llanto de su amiga): ¡Sofía! ¿Qué pasa amiga? ¿Por qué lloras?
Sofía (poniéndose la mano en la boca para indicar a Karina que baje la voz y hablando en un tono apenas
audible): Ay amiga, es horrible, no sabes lo que ha pasado. El chico que conocí por internet me
dijo que quería verme, estuvo preguntándome sobre mi casa, la ventana de mi cuarto, la entrada
25
al jardín, mi dirección, y yo pensé que realmente quería conocerme. Le conté todo lo que
preguntó y ayer debía venir en la tarde, nunca llegó, pero anoche entraron por el jardín y forzaron
una ventana, se llevaron cosas de valor de mis padres y yo sospecho que él tiene que ver con eso.
¿Ahora como se lo cuento a mi mamá y mi papá?
Karina (boquiabierta): Odio decir esto, pero te lo dije Sofía, y ahora voy a odiar lo que te voy a
decir, pero no puedes callártelo, tienes que decírselo a tus padres, cuéntale todo.
Sofía (negando con la cabeza): Me van a castigar, no puedo decírselo, nunca más voy a encender esa
computadora, es horrible lo que puede pasar ahí.
Karina (acercándose a su amiga y tomando su mano): No es horrible amiga, si se toma con precaución
y responsabilidad. Yo sigo chateando con el chico que conocí y todo va bien, no hablamos de
cosas personales, cuido mis datos y pasamos el tiempo muy bien, pueden pasar cosas buenas y
malas, todo depende de cómo manejes tú la información. Ya pasó, espero que hayas aprendido
la lección y ahora levántate del piso que debemos ir a contarle a tus papás, asume la
responsabilidad de lo que hiciste.
Sofía (Levantándose del piso): Tienes razón amiga, merezco el castigo por imprudente, si aprendí la
lección, no debo dar mi información personal a nadie por internet, ni enviar fotos a
desconocidos, vamos a hablar con mis padres.
Karina toma del brazo a Sofía en señal de apoyo y juntas salen de escena caminando a contar todo a los padres
de Sofía.
FIN

26
Título de la obra: «Juan, el pequeñín de la clase»

Autora: Nathalie Marin

6 Personajes (o más):

1. Narrador (Voz en off)


2. Juan (El pequeñín de la clase)
3. Ana Clara (La maestra de Juan)
4. Compañeros (Compañeros de clase de Juan, al menos 2 pero pueden ser más)
5. Yamal Gabán (El superhéroe amigable)
Si quieren profundizar sobre el preocupante tema del bullying, pueden leer este ensayo que
explica un poco más y puede ser un añadido interesante a la utilización de la propia obra.
Acto I

Narrador: Juan, el más pequeño de la clase y el favorito de la maestra Clara, con su elevado
coeficiente intelectual, solía crear un ambiente ameno dentro del aula. No obstante, su
autoestima decaía día a día, a causa del frecuente bullying del que era víctima.

(Juan, su maestra y compañeros en el salón de clase)

Ana Clara: Buenos días mis estimados, por favor abran su libro en la página número 13. ¡Juan,
querido! ¿podrías realizar la lectura?

Juan: ¡Con gusto maestra!.

Narrador: En el instante que Juan se levantó, todos sus compañeros de clase comenzaron a
mirarse entre sí, y a emanar risas entre ellos, como pretendiendo hacerle una travesura.

(Juan camina tímidamente hasta el lugar donde está su maestra)

Maestra: Lee desde el párrafo dos por favor.

Juan: “Al caer la eterna noche, se encontraba la bella dama durmiendo en su aposento, cuando
de pronto Felipe decide declararle su amor…”

Narrador: En seguida y sin razón alguna, todos sus compañeros comenzaron a reírse a gran
carcajada.

Compañeros: ¡Ja ja ja ja ja!

27
Narrador: Juan, al ver la burla de sus compañeros, tiró el libro al piso e inmediatamente salió
corriendo del salón refugiándose en el armario de albañilería. Cuando de pronto, como por arte
de magia escuchó unos pasos cercanos a la puerta.

Acto II

(Juan empieza a temblar imparablemente crujiendo sus dientes. Seguidamente Yamal abre la
puerta)

Yamal Gabán: ¡No temas pequeñín!, vengo ayudarte y a levantarte el ánimo.

Juan: Pero…Pero ¿quién eres tú?

Yamal Gabán: Soy Yamal, el gran amigo de todos los pequeñines. Vamos amiguito tengo algo
que mostrarte, sígueme.

Narrador: Tras el asombro de Juan al ver a Yamal con su gran fuerza y fortaleza, sintió que por
fin había encontrado la solución a todo abuso sufrido.

Acto III

(Juan y Yamal miran de lejos a los chicos abusadores situados en el comedor)

Juan: ¡Mira allí están!, siempre me esperan en el comedor para comenzar a burlarse de mí, ya sea
por mi estatura, por mi inteligencia o por cualquier cosa que se les ocurra. A veces quisiera no
ser así.

Yamal Gabán: Nunca digas eso amiguito, esos talentos te hacen único. Espera un momento…

(Yamal camina por el comedor y comienza a vociferar un excelso acontecimiento)

Yamal Gabán: ¡No puedo creer que me haya salvado ese pequeñín!. De no ser por él, ya hubiese
muerto ahogado por un trozo de carne.

(Los compañeros de clase de Juan, se acercan a Yamal)

Narrador: Al ser Yamal conocido por los niños como el superhéroe amigable, todos deciden
acercarse para escuchar con detenimiento los detalles de tan importante noticia. Es así, como
Hassín líder innato y curioso realiza la siguiente pregunta.

28
Hassín: Yamal, pero…¿Quién te salvo? cuéntanos por favor.

Compañeros: Sí, ¡dinos!, ¡dinos! (al unísono)

(Yamal pensativo, mientras Juan se queda mirándolo desde el fondo del comedor)

Yamal Gabán: ¡Me salvo aquel pequeño!…

(Yamal señala a Juan, y todos los compañeros colocan cara de asombro)

Compañeros: ¿Qué…?

Yamal Gabán: Sí, fue ese pequeño. ¡Pequeñín ven acá!.

Narrador: Juan muy tímido con paso presuroso va hacia donde esta Yamal y sus compañeros.

(Yamal lo mira juntos con todos sus compañeros, con total silencio por la conmoción)

Juan: ¡ehhh!, aquí estoy… (Con timidez)

Compañeros: ¡eeeehhhhhhh! (Gritan de alegría)

(Juan recibe un gran abrazo colectivo)

Narrador: Lo que menos esperaba el pequeño Juan, era ser sorprendido ante la reacción de
felicidad por parte de sus compañeros, gracias a lo declarado por el individuo que sin pensar,
marcaría un elemento significativo en la vida de aquel niño. Recordando, que a veces solo basta
con cambiar la perspectiva de las cosas, sin importar las personas y el lugar.

29
Título: ¡Basta de abusos, basta de bullying!. Autor: Fabián Choque

Obra de 3 personajes

Personajes:

• Jenny
• Silvia
• Carlos
Se abre el telón y aparece Jenny sentada con un polo manga de larga y con la capucha puesta, en una silla en
medio del escenario, con la cabeza gacha. Aparece Silvia con mirada seria y fija. Luego, se dirige hacia ella

– Silvia: ¡Mira cómo estás vestida! Pareces una pordiosera ¿¡Qué no tienes algo mejor que
ponerte!? (Jenny comienza a agachar un poco más la cabeza) Ni eso sabes hacer bien

Se retira molesta por el otro lado del escenario. Luego, entra a escena un joven llamado Carlos con una actitud
déspota

– Carlos: (Se inclina frente a ella) ¡Qué fea eres! (Mueve la cabeza en señal de negación) Con razón que
ningún chico quiere estar contigo (Jenny agacha más la cabeza, todavía) ¿Qué? (Acerca su oído a
ella) ¿Me vas a refutar en algo? (Se pone de pie) ¡Claro! ¡Qué me vas a refutar si todo lo que he dicho
es verdad! ¡Qué triste vida la tuya! (Se retira de escena)

Vuelve a aparecer Silvia y camina pasando frente a Jenny; inmediatamente la ve y regresa con ella.

– Silvia: (Con sorpresa) ¿¡Sigues aquí, todavía!? ¿¡No entiendes que pierdes el tiempo tratando de
ser feliz!? (Jenny se agacha aún más, todavía) ¡Jamás lo serás! (Le grita) ¡Buaahh…! (Jenny retrocede un
poco) ¡Miedosa, aparte de fea! (Mira al público) ¡Esto es el colmo! (La vuelve a mirar) Deberías
meterte en su saco y lanzarte al mar, así le haces el favor al mundo ¡Ay!

Se retira de escena saliendo por el otro extremo. Aparece ahora Carlos.

– Carlos: ¡Hola fea! ¿Cómo estás? (Jenny se coloca en posición fetal colocando la cara en las rodillas) ¡Eso!
¡Así debes estar! Con la cabeza gacha, sin mostrar esa… “cara” que tienes (Cruza los brazos) El
chico que encuentres, estará contigo solo por pura lástima (Le golpea en la cabeza) ¡Ey! ¿¡No me
escuchas!? (Coloca las manos en la cintura) ¡Y encima sorda! Ni para eso sirves (Se retira de escena)

Ya sola, Jenny levanta la cabeza lentamente

– Jenny: (Totalmente seria) No sé de qué me sirve la vida que tengo que vivirla con una espina
siendo clavada todos los días en mi corazón. Una espina que me causa un dolor tan inmenso,
que ni la costumbre lo puede aliviar. (Suspira) Será mejor no salir al mundo y quedarme
únicamente aquí, en dónde el sufrimiento sea menos intenso y tanto mi corazón como mi alma
no tenga que pasar por las penalidades que la duras palabras les hagan pasar. Adiós al mundo.
Adiós, Jenny. Fin

30
BULLYNG

Personajes:

• Emilio (acosador 1)
• Rodrigo (acosador 2)
• Manuel (víctima)
• Elisa (maestra)

(La escena ocurre en una escuela a la hora del receso. Entran Emilio y Rodrigo jugando con
una pelota. Se acerca Manuel).

MANUEL.- ¡Hola!, ¿Puedo jugar con ustedes?

EMILIO.- Mmm déjame lo pienso.

(Se ríen Emilio y Rodrigo).

RODRIGO.- Ya lo pensamos, no puedes jugar con nosotros.

MANUEL.- ¿Por qué no puedo jugar?

EMILIO.- Porque tú eres gordo.

RODRIGO.- Sí, y nosotros no jugamos ni nos llevamos con gordos.

MANUEL.- Oigan pero yo no estoy gordo.

EMILIO.- ¿Qué no te has visto?

(Risas de Emilio y Rodrigo).

MANUEL.- Bueno tal vez sí un poco pero no importa, puedo jugar con ustedes .

RODRIGO.- Mmm mejor no, sólo nos vas a atrasar. Ya vete, no puedes jugar.

MANUEL.- ¿Por qué son así conmigo?

EMILIO.- Por gordo… jaja.

MANUEL.- Ustedes son muy malos conmigo, los voy a acusar con la Maestra Elisa.

RODRIGO.- Aparte de gordo, acusón.

31
EMILIO.- Si nos acusas con la maestra y nos regaña, te vamos a patear igual que a
esta pelota.

(Emilio y Rodrigo salen de escena. Manuel se queda triste y con miedo. Entra la Maestra).

MAESTRA.- ¿Qué te pasa Manuel?

MANUEL.- Nada maestra, estoy bien (contesta con miedo).

MAESTRA.- Puedes confiar en mí y decirme lo que pasa. Dime.

MANUEL.- Bueno, es que no debería decirlo porque después me dirán que soy un
acusón y me patearán.

MAESTRA.- ¿Quién te dijo eso?

(Manuel se queda en silencio).

MAESTRA.- ¿Fueron Emilio y Rodrigo verdad? Vi que estaban hablando contigo hace
un momento, ¿qué fue lo que te dijeron?

MANUEL.- Pero no les diga nada maestra, me dijeron que no podía jugar con ellos
porque estoy gordo.

MAESTRA.- No te preocupes Manuel no te harán nada, voy a hablar con ustedes.

(La maestra llama a Emilio y a Rodrigo).

MAESTRA.- Emilio y Rodrigo, ¿pueden venir un momento por favor?

(Se acercan Emilio y Rodrigo).

EMILIO.- ¿Qué pasa maestra?

MAESTRA.- ¿Por qué no dejan que su compañero Manuel juegue con ustedes?

RODRIGO.- Es que maestra, Manuel está gordo y sólo nos va a atrasar en el juego.

MAESTRA.- No deberían de molestarlo por su cuerpo, a él ni a nadie. Todos tenemos


cuerpos diferentes y eso no afecta la manera en la que somos por dentro.

MANUEL.- Siií, además soy muy rápido.

MAESTRA.- No creo que a ustedes les gustaría que no los dejaran jugar por su
peinado, o por su altura o por lo que sea.

32
RODRIGO.- Tiene razón maestra, no me gustaría. Manuel ven a jugar con nosotros.

EMILIO.- Sí, perdónanos, no volveremos a molestarte, vamos a jugar.

MANUEL.- Gracias maestra, iré a jugar ahora.

MAESTRA.- Sí, Manuel y recuerda que siempre que alguien te moleste o te diga cosas
que no te gusten, debes de decirlo y no quedarte callado.

(Emilio, Rodrigo y Manuel salen de escena riendo y jugando con la pelota. La maestra se
queda feliz).

FIN.

Elaborado por: Valeria Limón Viadest

33

También podría gustarte