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GUION

OBRA TEATRAL

“TIENDA
DE
MADRES”

ESCRITA POR: EUDYS CORDERO

1
OBRA TEATRAL

“TIENDA DE AMDRES”

ARGUMENTO

AMAIA Y TEREZA, son dos jovencitas que añoran tener una madre diferente, ya que la que
tienen, es una madre que les prohíbe comer demasiados dulces, no les deja salir de noche, es
muy estricta para que hagan las tareas, las pone a hacer oficios en la casa, las pone de castigo
cuando se pelean, les motiva para que sean corteses, cariñosas, educadas y les inculca valores
cristianos. Pero esto es un tormento para ambas, quienes ven poco esas actitudes en las
madres de sus amigos.

Un día se les aparecen unos personajes mágicos que venden corazones de madres y ellas
deciden experimentar cambiando su madre por otras escogidas a su medida, solo para darse
cuenta con el tiempo que cada una de las madres que compraron, vienen con defectos y
errores que solo se ven con el tiempo.

Al final se dan cuenta de que extrañan a su verdadera madre y se concientizan de que la mejor
madre que podemos tener es aquella que Dios nos regalo.

Personajes: ACTORES/ACTRICES:

1. AMAIA........................................................SAMAIRA
2. TERESA...........................................................GINA
3. DOÑA JUANA...................................................SAMANTA
4. ERR PAPUCHIS.................................................RONNY
5. ANGEL:.............................................................. DOÑA LILA
6. LA MAMUCHIS................................................
7. LAURA FINA Y EDUCADA.................................LIA
8. MARCOS DISCIPLINADO....................................
9. BRAULIO COMELON .......................................NOEL
10. MARIA DESACATADA.......................................
11. MADRE FINA Y EDUCADA.................................
12. MADRE COCINERA...............................................
13. MADRE DISCIPLINADA...........................................
14. MADRE DESACATADA............................................

2
Se ve una casa, con su sala, comedor y un sofá. En la casa se encuentra Amaia y Teresita
conversando con 4 de sus amigos.

Maria: ¿Entonces, tú no vas para la fiesta?


Marcos: Jajaja
Maria: ¿Y tu porque te ríes?
Marcos: Nada, por tu pregunta. Tu sabes bien que a estas dos no la dejaran ir.
Maria: Bueno, pero no te burles.
Marcos: No me pegues.
Maria: Mono.
Marcos: Loca.
Laura: Ya, ya basta.
Braulio: Tengo hambre, aquí no hay nada de comer?
Teresa: No, mi mama no me deja comer dulces.
Braulio: Pero y que trapo de madre es que tu tienes.
Laura: Si, no te dejan salir,
Braulio: No cocina bueno, porque los vegetales que me diste el otro día, estaban....guacala.
Teresa: Si, pero...
Amaia: Pero ella nos quiere.
Maria: Ay amiga, disculpa que te lo diga, tu mama es muy arcaica. La mía me deja salir a todas
horas.
Amaia: ¿Verdad?
Maria: Si. No le importa a la hora que llego ni con quien me voy.
Teresa: Ay amiga, que envidia.
Marcos: Bueno. Ustedes van a tener que hacer algo. Porque tú mama esta out.
Laura: Y el sábado. No pueden ir a mi cumple?
Amaia: No.
Laura: ¿Por qué?
Amia: Estamos de castigo.
Braulio: Anda.
Teresa: Si, es que nos peleamos.
Marcos: Pero eso no es nada, a mi hermano yo le partí todos los dientes ayer y luego le hable
una mentira a mi mamá de que fue él. Y a mí no me hicieron nada.
Braulio: Además teresita. Tu mamá siempre tiene un bajo a cebolla arriba.
Amaia: Es que vive cocinando para nosotras.
Laura: Si pero que se bañe. Mi madre es muy fina y educada, tenemos servicio que hace todas
esas cosas de chusma. Tú deberías tener una madre fina como la mía.
Marcos: O como la mía, que nos disciplina para el futuro.
Braulio: O como la mía que cocina platos gourmet siempre.
Maria: O como la mía que me deja salir. No me pone de castigo. No me obliga a hacer las
tareas.
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En ese momento llega Doña Laura y les interrumpe la conversación.

Doña Juana: Hola chicos.


Laura: Hola Doña Juana.
Doña Juana: Una abrazo para todos. Besos, más besos por aquí. Yo aquí llegando de trabajar
para alimentar estas dos niñas... ¿y ustedes? ¿En que están?
Maria: Aquí hablando maravillas de usted.
Doña Juana: ¿Ah sí?
Marcos: Claro. Diciéndole a sus hijas los afortunadas que son de tener una madre tan especial.

Hacen una Pausa y se miran con disimulo.

Braulio: Ya lo creo.
Doña Juana: Bueno, que bueno que están aquí, vamos a hacer el rosario juntos y darle gracias
Dios por el día.
Maria: Ahh, este. Yo ya me tengo que ir.
Laura: Sí, yo deje un locrio de pica pica en el caldero.
Braulio: Y yo tengo que hacer tarea.
Marcos: Y yo... yo... yo no sé qué decir, pero a dios.

Todos salen
.
Amaia: ¿Mamá?
Doña Juana: ¿Qué?
Amaia: Hiciste que se fueran.
Doña Juana: Bueno, solo les invite a orar.
Teresa: Es que tú con esa recadera.
Doña Juana: Hijas, hay que dar gracias a Dios todos los días por lo que nos da. ... a propósito.
¿Porque esta cas esta tan desordenada?... Vamos, a recoger.
Amaia: Pero mamá.
Doña Juana: Mamá nada. A recoger. Que cuando yo vuelva este todo ordenado. Y no se
peleen para no quitarles la televisión. Ahh, otra cosa. Y se me lavan los dientes antes de
dormir. ¡Ahh! Y no las quiero oír discutiendo, ustedes son hermanas y no deben pelearse.

Doña Juan sale y las deja sola.

Teresa: ¡Ayyy pero que pique! que enojada estoy.


Amaia: Yo también.
Teresa: Nuestros amigos tienen razón. Esta madre que nos toco es la peor madre del mundo.
Amaia: Si, si tan solo pudiéramos cambiarla por otra.

En ese momento suena una música y se ven entrar a a dos personas vestidos ridículamente,
quienes bailan y cantan. Llegan hasta donde están ellas, las cuales se asustan.
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Teresa: ¿Quienes son ustedes?
Papuchis: No se asusten niñas. Yo soy err Papuchis
Mamuchis: y yo la Mamuchis. Y ambos somos personas que recorremos el mundo en nuestro
negocio, el cual es exitoso.
Papuchis: Si, somos vendedores de corazones de madre.
Amaia: ¿Cómo?
Teresa: Si.
Mamuchis: Les oímos quejarse y aquí venimos a solucionarles sus problemas de madre
defectuosa.
Amaia: No entendemos.
Papuchis: Sencillos.

Se ponen dramáticos y sobreactuados, fingiendo el llanto

Papuchis: Nosotros, somos dos seres de luz, que nos condolemos de los corazones tristes.
Mamuchis: Agobiados.
Papuchis: Desolados.
Mamuchis: Apagado.
Papuchis: Amargados.
Mamuchis: Y todo lo terminado en Ado.
Papuchis: Vendemos corazones de madres a jóvenes angustiada como ustedes, que ya no
soportan mas a sus madres actuales.
Amaia: ¿Es cierto?
Mamuchis: Si. Tenemos madres como las que ustedes elijan.
Teresa: ¿Cómo?
Papuchis: Como lo oyes querida. Dígannos solamente que madre quieren y se las venderemos.
Lo más importante de esto es que andamos con la tienda.
Amaia: No entiendo
Mamuchis: Ay que ver que la amiguita es bruta.
Papuchis: Si, no entiende nada.
Mamuchis: Miren nuestra tienda móvil... Que pase nuestra mercancía.

En ese momento inicia una música y empiezan a entrar varias chicas que modelan ante las
dos niñas. Se pasean por el escenario como si se tratara de una pasarela. Finalmente se
frisan en escena.

Amaia: ¡Wao!, cuantas madres chulas.


Papuchis: Así es nenas. Y pueden escoger, le venderemos la que les gusten.
Teresa: Déjennos consultar. ¿Pueden?
Mamuchis: Si. Claro.

Las niñas se hacen a un lado y en secreto se consultan.

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Amaia: ¿Qué crees?
Teresa: Vamos a probar.
Amaia: ¿Y que pasara con nuestra madre?
Teresa: No importa. ¿Acaso no queríamos una madre diferente?
Amaia: Sí, pero.
Teresa: Pero nada. Vamos a escoger la madre que queramos.

Vuelven donde los vendedores.

Mamuchis: ¿Ya pensaron en que es lo que desean?


Amaia: Sí, pero antes queríamos preguntar. ¿Que pasara con nuestra madre verdadera?
Papuchis: Pues se irá.
Amaia: ¿Se irá?
Mamuchis: Si, para siempre...Pero ya no la necesitaran.
Teresa: ¿Y si no nos gustan las que nos vendad?
Papuchis: Pues se las cambiamos hasta que encuentren la que buscan.
Amaia: Pues si es así, aquí están los ahorros de nuestras alcancías. Queremos una. ¿Cuánto
cuesta?
Mamuchis: Son US$8.95 mas impuestos.
Teresa: ¿Tan baratas?
Papuchis: Si, las madres que vendemos son desechables, nos cuestan muy poco... ¿La quieren
sí o no?
Amaia: Claro que sí.

Teresa busca el dinero de la alcancía.

Teresa: Bien, aquí tienen.


Papuchis: Cuenta Mamuchis a ver si esta todo.
Mamuchis cuenta el dinero.
Mamuchis: Bien. Está todo. Aquí tiene el corazón.
Amaia: ¿Cómo funciona?
Mamuchis: Entren a nuestra tienda y escojan la que gusten. Nosotros debemos seguir pues
nuestros clientes nos esperan, ya pasaremos a ver como se ha ido. Y si tienen alguna queja nos
la dejan saber.de acuerdo.

Inicia la misma música con la que habían entrado y salen del mismo modo, bailando y
cantando. Las niñas se quedan solas paseándose por la tienda de madres.

Amaia: Wao! No lo puedo creer.


Teresa: Si, se nos dio nuestro sueño de tener madre diferente.
Amaia: ¿Cual escogemos?
Teresa: Pues ya estoy cansada de que Laura me eche cosas con su madre fina. Vamos a
escoger una que se vea muy fina y educada.
Amaia: Pero primero llamemos a los muchachos para que la conozcan, tú ve activándola.
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Amaia empieza a pasarle la mano por la cabeza a una de las madres, que se veia bien
refinada. Esta comienza a moverse. Camina hasta la sala, se sienta con gran porte en el
mueble y se lima sus uñas. En ese momento llegan los muchachos. Y entran.

Laura: ¿Oye, para que nos llamaste?


Amaia: Quería que fueran los primeros en ver a nuestra nueva madre.
Laura: ¿Ah si?
Amaia: Si. Véanla.
Braulio: Ahh! Pero es muy fina.
Amaia: Si...Quédense mirando desde aquí, la vamos a saludar.

Amaia camina hasta su nueva madre

Amaia: Hola.

La madre solo las mira de arriba abajo.

Amaia: ¿Es usted nuestra madre?


Madre fina: Lamentablemente.
Teresa: Este. Y vemos que es usted muy fina.
Madre fina: Claro. Pero la montablemente veo que ustedes no lo son.

La madre se pone de pie y les ve el pelo a ambas.

Madre fina: ¿Y a que salón es que han estado yendo? Segurito que al de Lucy. ¿Oh Dios, qué
dirán mis amistades? ¿Cómo es que te llamas?
Teresa: Teresa
Madre fina: ¿Y ese nombre tan cursis? Segurito que te lo puso tu padre.... ¿A que es que
hueles?
Amaia: Es una vitamina para...

La madre fina saca un espray y les rocía.

Madre fina: Qué asco, no te me pegues.


Amaia: Pero tú eres mi madre, danos abrazos y besos.

Les vuelve a rociar.

Madre fina: No, aléjense ambas, están llenas de gérmenes y piojo. Vamos a poner las cosas
clara, seré su nueva madre, pero mantendrán su distancia a 3 metros siempre de mí. Hasta que
se refinen. No puedo estar cerca de dos niñas tan... poco refinadas. ¡Oh Dios! ¿Qué dirán mis
amistades? Tengo que ir a tomar el té con mis amigas y...

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En ese momento alcanza a ver a los amigos que estaban medio escondidos.

Madre fina: ¿Y estos quiénes son?

Los rocía

Teresa: Son nuestros amigos.

Madre fina: Pero niñas. Escojan mejor a sus amistades. Eso niños son chusmas.

Los rocía varias veces.

Madre fina: Con acepción de aquella que se ve un poco fina. Tú te puedes quedar, pero los
demás, se me van.

Los ahuyenta con el espray. Los amigos salen huyendo.

Amaia: Mamá, no les hagas eso a mis amigos.


Madre fina: No se me acerquen ningunas. Adiós. Nos vemos después de mi te. De lejitos, de
lejitos conmigo.
Marcos: Manita, ¿y qué paso?
Teresa: No lo sé, no esperaba que fuera así.

En ese momento inicia la música y entran Papuchis y Mamuchis. Cantan y baila.

Mamuchis: Aquí estamos para ver que tal su experiencia.


Amaia: Si, ¿cómo les fue?

Teresa: Miren par de locos, esa madre fina que escogimos está loca.
Papuchis: Sí, nos roció con aerosol y boto a nuestros amigos. Queremos que nos la cambien.
Mamuchis: Tranquilas, tranquilas, a veces no funciona a la primera.
Amaia: ¿Qué hacemos entonces?
Mamuchis: Vuelvan a la tienda y sigan probando.

Inicia la música y ellos salen.

Amaia: Bueno, vamos a la tienda nuevamente.


Teresa: Si.

Se pasean por donde estaban las madres frisadas.

Amaia:¿Cual escogemos ahora?


Teresa: Una que nos deje salir y hacer lo que queramos.
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Amaia: Que no nos mande a hacer tareas.
Teresa: Que le gusten las fiestas y que sea cool.
Amaia: Si, mira...Esta se ve bien. Como ahorita. Déjame llamar a los muchachos. Tú ve
despertándola.

Entran los muchachos.

Maria: Mira, si es para que me rocíen aerosol como si yo fuera un insecto.


Amaia: No, les aseguro que esta es diferente, es una madre chula.

En ese momento la madre despierta y sale a la sala, se sienta.

Amaia: Ya verán...Este...
Teresa: ¿Usted es nuestra madre?

La madre mastica chicle, se rasca los oídos y tiene mala educación.

Madre descuidada: Si yo soy su mai.


Amaia: Este... ¿y usted no nos obligará a hacer tarea?
Madre descuidada: ¿Y para qué?... Eso no deja.
Teresa: ¿Podemos desordenar la casa?
Madre descuidada: Claro, hasta yo le ayudo.

La madre se para y comienza a hacer reguero.

Amia: ¿Y podemos acostarnos a la hora que queramos?


Madre descuidada: Si ombe no pregunten tanto. Váyanse a la hora que quieran, salgan con
quien quieran, hablen con extraños, fumen, beban y emborráchense. No me importa, pero
déjenme ver mi novela.

Las niñas van donde sus amigos.

Teresa: ¿Qué les parece?


Maria: Bueno, la mía es permisiva, pero esta ta loca.
Teresa: ¿Cómo?
Braulio: Si. Ninguna madre te aconseja esas cosas.
Teresa: Pero ustedes me dijeron.
Maria: Se lo que te dijimos, pero...
Laura: Mira a ver si le gustan las fiestas.
Teresa: Esperen, ya le pregunto...Mamá,
Madre descuidada: ¿Qué?
Teresa: ¿Podemos hacer una fiesta?
Madre descuidada:¿Fiesta dijiste? Hasta que amanezca. Ahora mismo enciendo el radio.

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La madre va y enciende el radio. Inicia una música y comienza a bailar como loca. Hala a
bailar a los amigos hasta cansarlo.

Madre descuidada: Bailemos, bailemos. Fiesta, fiesta, fiesta fiesta.

Los amigos se agotan de tanto bailar y deben salir huyendo.

Braulio: Es una loca, una loca.

La madre le cae atrás bailando.

Teresa: Amaia, estoy empezando a pensar que es una mala idea.


Amaia: Bueno, lo malo es que ya no tendremos jamás a nuestra madre.

En ese momento entran los vendedores.

Papuchis: Y que dicen nuestras...


Ambas: Vengan acá.

Las niñas le caen atrás para golpearlos.

Mamuchis: Pero esperen.


Papuchis: ¿Qué le pasa?
Teresa: Vengan para decirles lo que nos pasa.
Mamuchis: Hablemos como personas civilizadas.
Amaia: Ustedes nos dijeron que resolverían nuestros problemas.
Papuchis: Si pero, a veces se toma un poco de tiempo en encontrar lo que buscan.
Mamuchis: Claro, sigan intentado.
Papuchis: Perseveren y encontraran lo que buscan. Vamos, vayan a la tiendan y busquen
otra...Nosotros vendremos en un rato. ¿De acuerdo?...Adiós

Salen asustados para que las niñas no les peguen

Amaia: ¿Y qué haremos con estos dos?


Teresa: Bueno, yo espero que no nos hayan engañado. Vamos a seguir buscando.

Entran a la tienda de madres y se pasean por las que quedan.

Amaia: ¿Cual escogeremos ahora?


Teresa: Una que sea disciplinada.
Amaia: Sí, porque la que paso dejó un reguero, que necesitamos una que nos ponga reglas.

Se paran frente a una que se ve muy recta.

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Teresa: Esta se ve bien...Llama a los muchachos.
Amaia: Si, ya los llamo.

Los chicos entran.

Marcos: ¡Ay no! Otra vez no.


Amaia: Disculpen amigos.
Marcos: ¿Y quién es que les está ayudando a escoger en esa tienda de madres que nos
contaste?
Laura: Sí, porque la ultima me piso un cayo y me hizo sudar la gota gorda.
Maria: Era una loca.
Braulio: ¿Con que nos vienen ahora?
Amaia: Ya verán que la que tenemos ahora es más disciplinada.
Marcos: ¿Disciplinada?
Amaia: Si.
Maria: Mira, ve y nosotros veremos desde aquí por si hay que salir corriendo.
Amaia: Bien, ya verán que con esta si funcionan las cosas.

Las niñas van hasta donde la madre recta y la despiertan.

Teresa: ¡Hola!
Madre recta: Buenos días.
Amaia: Es usted nuestra nueva madre.
Madre recta: Si. Pero no me digan madre díganme señora.
Amaia: Buenos, como guste, señora.
Madre recta: Párense firmes.
Teresa: ¿Qué?
Madre recta: Que se paren firmes. Saludo militar. Ocho pechadas. .. ¿Y ustedes quienes son?
Marcos: Somos sus amigos.
Madre recta: Vengan acá.
Maria: Pero...
Madre recta: Ya les dije que vengan acá.
Braulio: Si.
Madre recta: Si señora.
Laura: Si señora.
Madre recta: Firmes.

Todos se colocan en línea y firme.

Madre recta: Saludo militar.

Todos saludan.

Madre recta: Firmes.


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La madre se pasea con un palo en las manos. Todos hacen silencia y le saludan asustados en
forma militar.

Madre recta: ¿Alguien me puede decir quien hizo este reguero?


Teresa: Fue mi otra madre.
Madre recta: ¿Y porque no lo han recogido?
Teresa: Es que estábamos de fiesta
Madre recta: ¿Y quién les dio permiso para fiesta?
Teresa: Fue...
Madre recta: Cállese.
Amaia: Pero.
Madre recta: Cállese. A las 0600 quiero ver todo recogido y limpio.

Saca un silbato y pita. Ya.


Madre recta: A recoger.

Todos recogen y organizan rápidamente, se caen, se chocan.

Madre recta: Limpien, limpien. Vamos. Haragán. Baje esa columna, lave aquí. Friegue los
platos. Batallón, alto ya.

Todos toman su posición militar en la línea. La madre estricta se pasea mirando si todo está
en orden.

Braulio: Bueno muchachos, yo no sé ustedes pero yo me voy.

Sale corriendo.

Madre recta: Mire, ¿usted donde corre que va? Desertor. Venga a limpiar.

La madre se para frente a la puerta y todos rompen la fila y comienzan a huirle mientras ella
intenta golpearlo con el palo de escoba.

Madre recta: No huyan cobardes. Vengan a disciplinarlos. Niños mocosos y malcriados.

Los amigos logran salir y ella los persigue fuera de la casa.

Madre recta: Regimiento 44 al ataque.

Amaia y su hermana quedan sofocadas y cansadas, en ese momento entran Papuchis y


Mamuchis cantando y bailando y ellas le persiguen. Los pegan contar la pared.

Teresa: Ustedes nos engañaron.


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Papuchis: No. De verdad que no.
Amaia: Todas no han salido locas. Le prometemos que las que faltan estarán bien.
Mamuchis: Si, es que algunas vienen con defectos de fábrica.
Papuchis: Si, vayan por favor.
Amaia: Ya no queremos probar más. Queremos a nuestra madre de verdad.
Mamuchis: Les dijimos que no se puede, ustedes filmaron un contrato.

Ellas lo sueltan y tristes se sientan a llorar.

Teresa: ¿Nos quedamos sin nuestra madre?

Ambos se ponen dramáticos y sobreactuados.

Papuchis: Pero perseveren. Las mejores cosas en la vida se logran cuando se persevera.
Mamuchis: Si, luchen, luchen como nunca nadie lo ha hecho. Luchen con gallardía.
Papuchis: Con valentía.
Mamuchis: Con coraje y con devoción.
Papuchis: Ay ya, cállense la bocota esa.
Mamuchis: Bueno, venimos en un rato. Adiós.

Ambos salen huyendo. Las niñas caminan por la tienda.

Teresa: Ya no se que escoger.


Amaia: Sí, yo tampoco.

Teresa: Creo que metimos la pata.


Amaia: Si.

Teresa: Pero debemos seguir probando.


Amaia: Extraño a mamá

Teresa: Yo también.
Amaia: ¿Qué te parece esta?

Se detienen frente a una madre con un delantal.

Teresa: A lo mejor una madre que cocine bueno.


Amaia: Sí, porque para convencer a nuestros amigos de que vuelvan para acá, solamente con
comida lo lograremos.
Teresa: Ve y llámalos, convéncelos por favor.
Amaia: Bueno, espero que quieran venir.

Los chicos entran.

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Marcos: Mira amiga, ya no nos llame más por favor. No queremos volver a pasar malos ratos.
Amaia: Por favor, esta vez funcionara.
Teresa: Si, les trajimos una madre cocainera que preparara ricos platos para todos.
Maria: Si, hule bien
Amaia: Si ella está en la cocina...Vengan. Siéntense.

En ese instante entra la madre cocinera con un rico pastel en sus manos. Lo pone en la mesa

Madre cocinera: Hola niños.


Braulio: Hola señora.
Madre cocinera: ¿Cómo están ustedes?
Todos: Bien.
Madre cocinera: ¿Son los amigos de mis hijas?
Todos: Si.

Ellos llaman las niñas al frente.

Laura: Miren, esta si se ve buena, amable, educada.


Braulio: Y si ese pastel sabe como huele, estamos ante la madre soñada.

Vuelven a la mesa.

Marcos: ¿Señora?
Madre cocinera: Si.
Marcos: ¿De qué es este paste?
Madre cocinera: Bueno, tiene almendras, avellanas.

Ellos comienzan a saborease y a frotarse las barrigas.

Maria: ¿Y qué más?


Madre cocinera: Es un pudin francés, con salsa especial. Crema y mantequilla de maní,
obleas y frutas silvestre.
Braulio: Pero eso suena muy bien señora
Marcos: Y huele mejor.
Amaia: Pues mamá, vamos a bendecirlo.
Madre cocinera: No, no es necesario hija, lo hice yo, eso esta bendito.

Todos se miran.

Braulio: ¡Uhh!. Como que comenzó a dañarse la cosa.


Teresa: Pues mamá, vamos a compartirlo.
Madre cocinera: ¿A qué?
Teresa: A compartirlo. A repartirlo para comérnoslo.
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La madre toma el pastel en su mano con egoísmo.

Madre cocinera: ¿Repartirlo? ¿Comérnoslo? ¿Y quien les dijo que este pastel es para ustedes?
Amaia: Pero...
Madre cocinera: Pero nada, este pastel es mío.

La madre comienza a agarrar grandes pedazos en sus manos y atragantárselos, mientras les
pelea.

Madre cocinera: Así es que se me van. No quiero que me quiten mi comida, todo lo que se
coma en esta casa es exclusivamente mío. Mío.

Sigue comiendo.

Madre cocinera: Se me van todos, esta es mi comida, salgan de mi casa. Mi pastel. Es mío. Solo
mío.

Maria: Lo siento por ustedes dos. Se morirán de hambre.

Todos los amigos salen de la casa y la madre los prosigue. Las niñas quedan muy tristes

Amaia: Ahora sí que ya sé que no funcionara.


Teresa: ¿Pero y si seguimos probando?
Amaia: Ya no quiero probar mas, solo quiero a mi mama.

Inicia una música suave y ambas cantan una canción a su desaparecida madre.

CANCION

Termina la canción y entra un ángel que pone las manos en su espalda. Ellas se asustan.

Teresa: ¿Qué?
Amaia: ¿Quién es usted?
Ángel: No teman, soy un ángel enviado del cielo.
Teresa: ¿Y no nos engañaras como hicieron el Papuchis y la otra esa?
Ángel: No, ellos era unos mentirosos, yo soy el ángel de la verdad. Dios me envió porque vio
que sus corazones estaban tristes.
Amaia: Pero llegaste tarde, ya perdimos a nuestra madre.
Ángel: Dios les envió un corazón de madre nuevo.
Teresa: ¿Y ese cuánto cuesta?
Amaia: Si, dimos todo lo que teníamos en nuestros ahorros.
Teresa: No tenemos dinero.
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Ángel: Este corazón de madre no tiene precio, pues es la mejor madre del mundo.
Teresa: Pero podemos vender nuestras muñecas y juguetes.
Ángel: Ya les dije que no tiene precio este corazón, pues es un corazón hecho a la imagen y
semejanza de Dios.

Amaia: Entonces si no tenemos con qué pagarlo, ¿para qué viniste?


Ángel: Para decirles que Dios les ama tanto que me envió a regalárselo.
Teresa: ¿Qué?
Ángel: Así es. Tenga, es suyo. Colóquenlo debajo de la almohada de la cama de su madre y
mañana amanecerá con ustedes la mejor madre del mundo.

Amaia: ¿Gracias ángel, como agradarte?


Ángel: Cuidándola, amándola, respetándola, obedeciéndola y valorándola. Que Dios las
bendiga siempre. Paz a sus corazones.

Las luces se apagan, se oye el sonido de un gallo por la mañana, se encienden lentamente las
luces y aparecen los amigos y las dos niñas durmiendo unos en el mueble, otros en el sofa.
Algunos roncan.

Braulio: Quítame tu pie de encima.


Maria: No ronques.
Laura: Algo huele mal
Marcos: Yo no fui.
Amaia: Vamos, despiértense. Ya amaneció.

Todos se levantan.

Braulio: Yo no sé cómo les hacemos caso a ustedes.


Maria: Si, con lo que nos ha pasado aquí no deberíamos volver a pisar esta casa.
Laura: Sí, pero somos sus amigos, debemos estar con ustedes en las buenas y en las malas.
Marcos: ¿Entonces, que es lo que nos mostraran ahora?
Maria: Si ¿alguna otra madre loca o comelona?
Teresa: No sabemos.
Braulio: ¿Cómo que no saben?
Teresa: No, el ángel solo nos dijo que sería la mejor madre dl mundo.
Marcos: Bueno, lo creeré cuando la vea.

En ese momento se escucha a alguien.

Maria: ¿Esa no es...?


Braulio: Si, es doña...

Entra doña Juana.


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Doña Juana: Chicos buenos días ¿y ustedes aquí tan temprano?

Ellos se miran, hacen silencio. Uno de ellos va y le huele el pelo. Con alegría dice:

Todos: Huele a cebolla, es ella.

La abraza.

Marcos: Doña Juana, cuanto la extrañamos.


Doña Juana: ¿Pero qué les pasa?

Todos la rodean. Saltan y brincan a su alrededor.

Todos: Huele a cebolla, huele a cebolla.

Los chicos se hacen a un lado y dejan las dos niñas con su madre. La niña corre y la abrazan
fuertemente.

Amaia: Mamá, que bueno que estas aquí.


Doña Juana: Pero si nunca me he ido a ningún lado. No entiendo que pasa aquí.
Teresa: No importa madre. Lo que importa es que te tenemos con nosotras. Te prometemos
que te obedeceremos, y cuadremos siempre.

Amaia: Si mamá, haremos lo que nos digas, iremos contigo a la iglesia.


Doña Juana: ¿Qué mosca les pico?
Teresa: Ninguna madre, simplemente e que hemos descubierto, que la mejor madre del
mundo, es la que Dios nos regalo.
Amaia: O sea...Tú.
Ambas: Te amamos madre.

Inicia una canción y todos cantan y bailan...

Cierra el telón... Fin de la obra.

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