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Observa al personaje de Dante desde el inicio hasta el Canto V.

¿Qué sentimientos lo
atraviesan? ¿Cómo es su relación con Virgilio? ¿Cuál es su actitud ante los condenados?
¿Cómo responde físicamente ante cada nuevo desafío?

A lo largo de estos cantos iniciales Dante, el protagonista de la obra, se embarca en un viaje


épico a través del Infierno guiado por el poeta Virgilio. En el Canto I Dante se encuentra en
una situación desesperada por el hecho de aparecer de repente en medio de una selva oscura,
que simboliza su estado de confusión y pérdida del camino recto en su vida. En este punto
Dante se encuentra con tres fieras que simbolizan los pecados que lo llevaron a que se
encuentre ahí, luego de las fieras se le presenta el poeta Virgilio quien será su maestro y guía
durante gran parte de la obra. Dante en esta situación presenta una mezcla de miedo y duda
frente a las fieras, pero luego esperanza al ver al poeta y saber que era el mismísimo Virgilio.
Además de un shock por la situación que está viviendo transmitido en palidez y temblores.
A medida que los cantos avanzan el personaje se presenta más observador y reflexivo, y
mientras observa experimenta muchísimas emociones al encontrarse cara a cara con las almas
y los castigos a estas. En principio podemos decir que Dante se presenta bastante compasivo
con las almas que ve sufrir, pues nos muestra una gran sencibilidad, como dice en el Canto II:
“[...], y yo solo me preparaba a sostener los combates del camino y de las cosas dignas de
compasión, que mi memoria trazará sin equivocarse.” (p15). Sin embargo esta compasion que
Dante siente por las almas luego se disipa, como sostiene Erich Auerbach en su obra Figuras,
Dante comienza su viaje como un peregrino confundido y temeroso, pero a medida que
interactúa con las almas atormentadas y aprende de su sufrimiento, él se fortalece y adquiere
una comprensión más profunda sobre el castigo divino y la justicia.

Luego durante el Canto III Dante y Virgilio llegan a la puerta del Infierno, y si bien, como ya
mencionamos, el personaje experimenta compasión por las almas, también experimenta
temor y desasosiego al enfrentar la realidad del castigo divino y la existencia del Infierno
como lugar físico. El espacio era tan lóbrego que Dante se sintió muy intimidado que el
recuerdo le ponía la frente sudorosa, pero cuando se eleva un viento con rojizos relámpagos
Dante pierde el sentido y cae desmayado.
Luego en el Canto IV los personajes llegan al Limbo, en el momento en que llegan al lugar
Dante es despertado por un trueno muy fuerte que lo hace estremecer. En este círculo se
encuentran las almas de hombres, mujeres y niños no bautizados, ese sería su pecado, estas
almas no tienen un lugar en los reinos por esta razón. En este canto Dante experimenta dolor,
pena y melancolía por estas almas, pero sucede más por el hecho de que conoce a muchas de
ellas, pues son grandes figuras filosóficas e históricas, como por ejemplo: Homero, Lucano,
Horacio, Sócrates, Platón, entre otros. En el Canto V los viajeros llegan al segundo círculo
del Infierno donde se encuentran los lujuriosos, pero en especial con las almas de Paolo y
Francesca, cuyas almas iban juntas siendo castigadas por el viento infernal, esto le llamó la
atención a Dante y les preguntó cuál fue el motivo de que ahi se encontraran, cuando la pareja
cuenta lo que les ocurrió, Dante se encuentra profundamente conmovido que incluso llora por
tanta empatía que siente por ellos; “Francisca, tus palabras me hacen derramar tristes y
compasivas lágrimas. [...]” (p24).
Pero más aún fue la compasión por estas almas que nuevamente cae desmayado, y
entendemos que este pecado, el de la lujuría, le era muy familiar, pues era el que más cometía
y eran una de las causas de que ahí se enontrara.

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