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Canto I: Al comienzo de esta obra, se nos presenta a Dante extraviado en medio de

una selva oscura; lugar al cual no sabe cómo llegó, sino que ya estaba ahí, desorientado. Se
menciona que, al llegar al pie de una colina, puede visualizar los rayos del sol tras ésta.
En el camino por el cual se dirigía, se le interponen tres fieras: una onza, un león y una
loba, animales que en su sentido alegórico representan a la lujuria, soberbia y a la codicia,
respectivamente. Para auxilio de Dante, se presenta la figura de Virgilio, el mantuano que será
el guía en el camino a través del Infierno y Purgatorio de nuestro protagonista.
En mi opinión, destaco que la palabra desorientado hace no solo mención al estado
físico de Dante, sino que también a los sentidos de él: al ver a Virgilio no distingue si es una
sombra, un humano, o inclusive si era mudo. Luego de que el poeta se presentara como aquel
que narro sobre el hijo de Anquises, ambos comienzan a caminar por la senda.
Canto II: En el primer terceto del segundo canto, se hace mención al tiempo,
mencionando que el día estaba llegando a su fin, marcando una pauta con respecto al
momento del inicio de este viaje.
Una fórmula que se presenta en los versos 7 a 9 es la invocación a las musas, utilizada
usualmente en los poemas épicos con el fin de que ayuden al poeta a escribir los hechos,
inspirándolos con la verdad en lo que relatarán.
La desorientación de Dante, hace que en este canto hace que se pregunte el ¿por qué
yo? Virgilio, luego de comprender el pesar en el ánimo del poeta, explica que tal viaje es
apadrinado por tres mujeres de quien fue devoto: la Virgen, Santa Lucía y Beatriz, quienes se
apiadaron del estado inicial de Dante. La elección de Virgilio como guía es por ser un alma aún
recordada en el mundo, así también como fue un maestro para el toscano.
Si se tiene en cuenta las descripciones, se puede observar que el ambiente que se
describe a lo largo de esta caminata es sombrío, salvaje, oscuro.
En este canto se presenta a Beatriz, desde la mirada de Virgilio. La descripción que nos
hace una diferencia entre el ambiente general
Brillaban más que estrellas sus pupilas; 55
Y a hablarme comenzó, clara y suave, 56
Con voz angelical, en sus palabras 57
Esta descripción que se realiza de ella, responde al estilo poético del Dolce Stil Novo.
Conjuntamente con esta descripción que se hace de Beatriz, podemos mencionar el símil que
nos muestran los versos 127- 132, mostrándonos una descripción del estado de animo con los
elementos de la naturaleza.
Canto III: Ya comenzado el camino de Dante y Virgilio, se encuentran en la puerta del
infierno, donde las inscripciones de la puerta atemorizan a Dante por su sentido. Virgilio, con
su gran sabiduría, le dice- hay que dejar los titubeos/ toda flaqueza aquí debe morirse – y hace
mención que las almas que llegan a ese lugar, perdieron el bien del entendimiento.
La construcción del lugar en este canto, se hace mediante los sonidos: hay suspiros,
quejas, todo bajo un cielo sin estrellas, batidos por un aire oscuro cual tormenta de arena. Las
almas que se presentan aquí son aquellas indiferentes a Dios, junto a los ángeles que fueron
neutrales en la lucha suscitada por Lucifer. Estas almas no esperan condenación.
La aparición de Caronte en este canto tiene dos funciones: una como conductor de las
almas de los muertos, entre los cuales Dante no se encuentra; y otra es de profeta, ya que
menciona que el madero que lo conducirá es una más liviana, haciendo referencia no tendrá
que pasar por esas riberas al momento de morir.
Dante se desmaya al final del canto.
Canto IV: Nuevamente, aparece un titubeo por parte de Dante, es especial porque
percibe que Virgilio se muestra amortecido al ingresar al primer círculo. Virgilio menciona que
esto es consecuencia por lástima por quienes se encuentran ahí y no por miedo.
En este lugar, no había llantos ni gritos, solamente suspiros de quienes se
encontraban. Virgilio menciona que este círculo está conformado por aquellos quienes no
fueron bautizados y no adoraron al Dios verdadero.
Se hace mención de un campo verde y fresco, donde se encontraban las almas de los
pensadores antiguos y otros héroes épicos. Este campo apacible, se lo podría tomar como una
referencia o alusión a los campos Elíseos.
En el limbo, Dante hace un catálogo de quienes se encuentran, de los cuales, Virgilio es
uno de estos. Si bien el catálogo es extenso, mencionaré algunas de los personajes que
aparecen:
Homero es el mayor de los poetas; 88
va tras él Horacio el de las sátiras 89
Ovidio es el tercero; al fin Lucano. 90

En este tercero, Dante menciona a cuatro poetas a los que se une en su recorrido junto
con Virgilio
A Electra vi con muchos compañeros, 121
y pude distinguir a Héctor y a Eneas 122
y armado César, con rapaces ojos. 123

Y vi a Pantasilea y a Camila, 124


Y al rey Latino vi por la otra parte, 125
Que con su hija Lavinia se sentaba. 126
En estos versos, se hace mención a personajes épicos, los cuales también se pueden
ver en la extensión de la Divina comedia.

Canto V: En la entrada del segundo círculo, se presenta el rey Minos, quién juzga y
manda a los círculos correspondiente a cada alma, dependiendo de sus pecado. Aquí se hace
mención de que Minos tiene una cola con la cual se ayuda para juzgar, mostrando como estas
almas perdieron parte de su humanidad en el infierno.
Cuando Dante ingresa, identifica a varias parejas que fueron condenadas por haber
cedido al deseo de la carne. Entre los que se mencionan, aparecen Helena y Paris, Dido,
Cleopatra, Aquiles y a los protagonistas de este canto: Francesca y Paolo.
Dante, luego de que Virgilio le permitiera, habla con Francesca, quien cuenta que fue
lo que la llevo a ese circulo infernal. Al momento de hablar, en los versos 100, 103 y 106, hace
mención al amor. Pero a diferencia del amor estilnovista, este amor es desenfrenado, el cual
los hizo pecar, haciendo que la razón quede de lado.
Durante esta escena el poeta se muestra interesado en la narración de Francesca y
hace que ella misma le cuente ese momento que tuvo con Paolo y cómo supo que estaban
enamorados. Se nos muestra a un Dante compasivo, que siente lástima por ellos. Al final, se
desmaya nuevamente.
Canto VI: Una vez recompuesto Dante, se encuentra en un nuevo recinto, en el de los
glotones, donde estos se ven embarrados y azotados por una tormenta.
Llego al tercer recinto, el de la lluvia 7
Eterna, maldecida, densa y fría; 8
nunca son nuevos su caudal ni forma. 9

Granizo grueso, y agua oscura y nueve 10


se vierten por el aire tenebroso; 11
la tierra hiede cuando en ella caen. 12
En la entrada de ese círculo, aparece el can Cerbero, quien ladra sobre la gente que se
encuentra hundida.
Una de las almas aquí presentes, le pregunta a Dante qué hacía en ese sitio antes de su
muerte; pide que trate de reconocerlo, pero termina presentándose como Ciacco, uno de los
primeros florentinos con los que se encuentra Dante.
Ciacco hace mención a la ciudad que se encontraba dividida en ese momento; a que
uno de los bandos sería derrotado, por el contrario, tomando el poder del que estaba en ese
momento al frente de la ciudad.
Retomando la conversación con Virgilio, Dante pregunta si los próximos castigos serán
más leves o más dolorosos. Virgilio insta a que utilice la razón, dando a entender que mientras
más adentrados estén, más fuertes serán los castigos. Siguen su camino y encuentran a Plutón.

Canto VII: Dante y Virgilio se encuentran con el dios griego Plutón, quien trata de
impedirles el paso. El mantuano hace referencia a que su llegada se debe por una razón.
En la cuarta fosa, quienes son castigados se encuentran arrastrando grandes pesos con
el pecho, chocando entre sí.
Dante reconoce entre los condenados algunos con tonsura y consulta a Virgilio si estos
fueron clérigos. Éste explica que quienes ahí estaban habían sido papas y prelados, los cuales
fueron avaros en vida. Dante comenta que podría reconocer a algunos que se encuentran ahí,
lo cual el maestro Virgilio arguye que la vida que habían tenido, los hizo oscuros, siendo
difíciles de reconocer (otra vez se hace una referencia a la confusión)

Canto VIII: Ambos poetas se encuentran al pie de una torre, de donde pueden ver la
barca que se acerca por la laguna, con un solo marino quien la gobierna. Esta persona es
Flegías, uno de los hijos del dios Marte. Virgilio le pide que los conduzca a ambos por la laguna.
Aquí se hace una mención con respecto a la corporeidad de Dante ya que, al subir a la
barca se hunde por el peso del poeta.
Ya navegando, uno de los condenados se dirige a Dante, pero él lo rechaza sabiendo de
quién se trataba a pesar de estar sucio. Al sujetarse de la barca, Virgilio lo echa. El alma
condenada que se le había presentado era Filippo Argenti dei Adimari, un contemporáneo de
Dante.
Ya en la orilla, Dante se detiene a observar como los otros condenados hacían una
carnicería con él. El poeta decide dejar de hablar de él, dejándolo allí (verso 64, canto VII,
Infierno)
Los poetas italianos llegan a la ciudad de Dite. En la entrada de este lugar, algunas
almas se preguntaban quién era aquel que aun sin haber muerto caminaba por ahí. Instan a
Virgilio a dejarlo y que Dante vuelva solo por donde había caminado.
En esta escena, Dante se dirige al lector con el fin de poderlo incluir en su miedo al
momento de escuchar estas palabras. El poeta le suplica a su maestro que no lo abandone y en
caso de que no pudiesen avanzar, que retrocedan por los pasos antes realizados. Virgilio lo
tranquiliza diciendo que lo conducirá ya que eso estaba así establecido. Los demonios, luego
de hablar con el mantuano, cierran las puertas dejándolos fuera de la ciudad de Dite.

Canto IX: Aun en la entrada de la ciudad, Dante le pregunta a Virgilio si anteriormente


alguien había bajado con la misma misión que tenía actualmente. Virgilio confirma que él ya
había hecho ese recorrido anteriormente lo cual, en mi opinión, es algo a favor de que Virgilio
sea el guía ya que conoce el camino.
Se produce una escena mostrando que el camino de Dante estaba apadrinado por
personas que lo guiaban desde otro plano. Cruzando por la laguna, Dante ve y tomando como
ejemplo a Virgilio, se inclinan y ven que un ángel los ayuda abriendo las puertas con su báculo,
permitiéndoles entrar en la ciudad.
Ya dentro, observan un campo donde había tumbas, pero con la particularidad de que
estaban abiertas y de cada una salía una fogata.

Canto X: Virgilio le explica a Dante que en cada una de esas fosas estaban los herejes
junto con sus seguidores. Estando hablando los poetas, una de los condenados supo, por su
habla, que Dante era toscano. Quien habla es Farinata degli Uberti, uno por los cuales Dante
había preguntado a Ciacco en el canto VI. Este italiano, de la facción gibelina, le pregunta a
Dante sobre quienes eran sus mayores, y luego de que obtuvo su respuesta, mencionó las
etapas con respecto a los güelfos, a quienes desterró en dos oportunidades de Florencia.
Junto a Farinata, Dante observa otra figura, quién mirando alrededor, se dirige
preguntándole por su hijo Guido Cavalcanti.
En mi opinión, aquí se presenta un pasaje contradictorio o bien, para continuar con la
obra, se lo presentó de esa forma: Cavalcante busca a su hijo y siente inquietud ante el silencio
de Dante, deduciendo que Guido murió. A diferencia de otros personajes que tienen la
capacidad de augurar el futuro o saber hechos, Cavalcante rompe esos ejemplos. Inclusive, el
mismo Farinata menciona el futuro destierro de Dante luego de que Cavalcante volviese a la
fosa.
Canto XI, XII, XIII y XIV: Virgilio presenta la estructura de este círculo, mencionando que
está divido en tres sectores, todos integrados por violentos contra el prójimo, contra sí mismos
o contra dios.
Partiendo de esto, tenemos la presencia de seres mitológicos. En el descenso de
Virgilio junto con Dante, estos se encuentran con el minotauro quien los observaba desde una
cima mientras ingresaban por un barranco. Luego de bajar, ambos poetas tienen un encuentro
con los centauros, quienes vigilaban a lo largo de un río de sangre que las almas no
abandonaran el foso. Se hace mención de la corporeidad de Dante: Quirón, uno de los
centauros, hace mención que todo lo que el poeta pisaba, se movía tras de sí.
Con la ayuda de uno de los centauros, recorren la ribera del río, donde Neso, explica
que, quienes estaban ahí eran quienes rapiñaron sangre y posesiones.
Cuando Neso deja a los poetas, se encuentran en un bosque, el cual Dante lo describe
de la siguiente manera.

Su fronda no era verde, sino oscura;


sus ramas no derechas, mas torcidas;
sin frutas, mas con púas venenosas.

Dante escucha el quejido de las personas, mas no puede verlas. Virgilio lo insta a que
corte una rama de uno de los árboles y el toscano comprueba que comienza a brotar sangre y
palabras del árbol. Quien se dirige a Dante en este bosque es Pier della Vigna, un servidor de
Federico II de Sicilia que se suicido luego de haber sido acusado de traición. En su charla con
Dante, le pide que, al momento de volver, pide que haga que su fama se rehabilite.
Siguiendo su camino, Dante y Virgilio se internan en el tercer sector del circulo, lugar
donde ve almas que se encuentran corriendo y otras que se encuentran sentadas o boca
arriba; todas siendo castigadas por una lluvia de fuego.
Canto XV: Abandonando la selva, Dante ve un grupo de almas, de la cual una lo toma
por el brazo y, a pesar de estar quemado, se identifica como Brunetto Latini.
En este canto se observa el cariño que mantiene Dante con Brunetto quien, al igual
que Farinata, predicen sobre el futuro del poeta. Brunetto hace mención que, al querer obrar
bien, Dante se encontrará siendo solicitado por las partes que se encuentran en disputa, mas
él no tomará partido como menciona en el verso numero 72
Tal honra tu fortuna te reserva, 70
que hambre de ti tendrán los dos partidos; 71
mas lejos estará del chivo el pasto. 72

Aquí Dante escucha las palabras de su amigo, y menciona que el estará sujeto a lo que
la Fortuna dicte; pero también comenta que todo esto que se le esta mencionando pediría que
se lo explique una mujer que sabe, ya que tal augurio había sido oído anteriormente

Luego de este resumen y acotaciones con respecto a estos cantos destaco también que, en
todos los círculos, se puede observar que las construcciones de estos ambientes son
sensoriales ya que Dante describe que puede observar u oír.
Además, algo que es recurrente es el movimiento constante de las almas, pero a pesar
de esto, todas permanecen en este lugar: su estado no varía, siempre permanecen en su
espacio asignado.

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