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Artículo 4: Los mecanismos genéticos moleculares básicos

MEZA INGA, Grace Marshall

TDC 14%
En 1953, se produjo un descubrimiento revolucionario: la estructura del ADN. Este hallazgo histórico sentó las
bases para la comprensión de la doctrina central de la biología molecular, que explica cómo el ADN actúa como
una guía para la síntesis de ARN y, a su vez, el ARN dirige la formación de proteínas. Estos avances
significativos marcaron el inicio de una nueva era en la biología molecular y sentaron las bases para
investigaciones posteriores en este campo fascinante. Además, los nucleótidos son macromoléculas que albergan
la secuencia de codificación, lo que a su vez es elemento clave en la determinación de la estructura y función de
todas las proteínas presentes en una célula. Estas macromoléculas son componentes esenciales de las estructuras
celulares que se encargan de seleccionar y alinear los aminoácidos en el orden correcto, mientras se sintetiza una
cadena poli peptídica. Además, actúan como catalizadores en numerosas reacciones químicas vitales,
involucrando la creación de enlaces peptídicos entre aminoácidos durante la síntesis de proteínas. A
continuación, se explicará sobre la transcripción de genes codificadores de proteínas y formación de RNA
mensajero funcional, la organización de los ácidos nucleicos y el control de la expresión génica de los
procariontes.

La estructura de los ácidos nucleicos, como el ARN y el ADN, está compuesta por unidades básicas llamadas
nucleótidos, que se organizan en cadenas lineales, las cuales son cuatro. En primer lugar, la direccionalidad de
una hebra tanto en el ARN como en el ADN se debe
a la secuencia de cuatro nucleótidos distintos. En el
ARN, se encuentra la ribosa como azúcar presente,
mientras que en el ADN se encuentran las
desoxirribosas. Además, en cuanto a las bases
nitrogenadas, el ADN está compuesto por adenina,
timina, citosina y guanina. Por otro lado, en el ARN,
se encuentra adenina, citosina y guanina,
sustituyendo la timina por el uracilo. Estas
diferencias en las bases nitrogenadas son cruciales
para las funciones y características específicas de
cada tipo de ácido nucleico. En segundo lugar, las
hélices del ADN están compuestos por dos cadenas
de polinucleótidos que se unen para formar una
estructura de doble hélice. La estabilidad de estas
hebras se debe a la formación de pares de bases. En
una hebra, la adenina (A) se empareja con la timina
(T), y la guanina (G) se empareja con la citosina (C). En tercer lugar, en la separación de las hebras ocurre la
duplicación y la transcripción del ADN, separándose las dos cadenas de la doble hélice. Este proceso se conoce
como desnaturalización, que implica el desenrollamiento y la separación de las cadenas del ADN. Por último, a
pesar de que la estructura primaria del ARN guarda similitudes con la del ADN, existen diferencias en los
componentes de azúcar y la ausencia de timina en el ARN. No obstante, las hélices formadas por moléculas de
ARN a ARN y ARN a ADN poseen estructuras tridimensionales compactas, que son relevantes en la función y
actividad de estas moléculas en la célula.

La transcripción de genes codificadores de proteínas


es un proceso fundamental en la expresión génica;
en el cual, el ADN da lugar a la síntesis de un ARN
mensajero (ARNm) funcional mediante
transcripción; a continuación, se detallará los
procesos de la transcripción. En primer lugar, es
importante destacar la diferencia en la organización
del ADN entre los organismos procariontes y
eucariontes. En la organización del ADN de los
organismos procariontes, el ADN se encuentra
altamente compactado y con pocos espacios no
codificantes entre los genes. Además, en los
organismos eucariontes, los genes a menudo se
encuentran físicamente separados del ADN en una
única vía. En segundo lugar, es relevante resaltar los
procesos involucrados en la formación del ARNm funcional en los organismos eucariontes y procariontes.
Mientras que los organismos procariontes llevan a cabo la transcripción y la traducción de manera simultánea en
el citoplasma, en los organismos eucariontes se produce una separación espacial entre el núcleo y el citoplasma.
Los transcriptores primarios de los genes se encuentran en el núcleo; mientras, que la traducción de estos
transcriptores en proteínas tiene lugar en el citoplasma. Por último, es importante mencionar el corte y empalme
alternativo del ARN como otro proceso crucial en la generación de variantes proteicas. Mediante este
mecanismo, se producen diversas isoformas de proteínas a partir de un mismo gen. El corte y empalme
alternativo de los intrones es responsable de esta diversidad, ya que genera diferentes patrones de empalme,
resultando en más de 20 isoformas identificadas hasta ahora.

La regulación de la expresión génica en los procariontes


es fundamental para controlar la síntesis proteica y
ajustarse a diversas condiciones ambientales. En primer
lugar, en la etapa de la regulación de los genes
bacterianos, la molécula inductora se une al represor, se
regula la actividad de unión del represor al ADN, lo que a
su vez afecta la frecuencia de transcripción de genes
específicos de acuerdo con las necesidades de la célula. El
receptor es responsable de disociar al triptófano. Por su
parte, las proteínas activadoras tienen la capacidad de
controlar la transcripción de algunos genes bacterianos,
aunque no todos. En segundo lugar, en relación con la
controlación de la transcripción por RNA polimerasa, la
iniciación de la transcripción está mediada por factores
que comparten similitudes. En esta etapa, la regulación de
la transcripción es llevada a cabo por receptores y
activadores que ejercen control sobre la expresión génica.
Los activadores juegan un rol crucial en el control de la
actividad de los amplificadores, cuyos sitios de unión se
encuentran en el ADN. Es a través de esta interacción entre los receptores, los activadores y los amplificadores
que se logra una precisa controlación de la expresión y la transcripción de los genes. Por último, en cuanto a la
controlación de las respuestas bacterianas, es importante destacar que el gen A de E. Coli está bajo la
dependencia de las proteínas NtrC y NtrB. Estas proteínas desempeñan un papel crucial en la regulación de las
respuestas bacterianas. Además, se ha observado que los iones tienen la capacidad de difundirse libremente entre
el medio externo y el espacio periplasmático. Esta capacidad se debe a la presencia de poros proteicos de gran
tamaño en la membrana exterior. Estos poros permiten el intercambio de iones y moléculas entre el ambiente
externo y el espacio periplasmático, lo cual es fundamental para la respuesta bacteriana adecuada a diferentes
estímulos del entorno.

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