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La Santidad Escritural.

TEMPLO “LA SANTÍSIMA TRINIDAD”


GRUPO DE MATRIMONIOS Y FAMILIAS.

CIUDAD DE MÉXICO, A 26 DE MARZO DEL 2023.


FONDO BÍBLICO: 1ª de Pedro 1:14-25. (DHH).
22
Ahora ustedes, al obedecer al mensaje de la verdad, se
han purificado para amar sinceramente a los hermanos.
Así que deben amarse unos a otros con corazón puro y
con todas sus fuerzas.
23
Pues ustedes han vuelto a nacer, y esta vez no de
padres humanos y mortales, sino de la palabra de Dios,
que es viva y permanente.
24
Porque la Escritura dice:
«Todo hombre es como hierba, y su grandeza es como la
flor de la hierba. La hierba se seca y la flor se cae, 25 pero
la palabra del Señor permanece para siempre.» Y esta
palabra es el evangelio que se les ha anunciado a
ustedes.
TEXTO AUREO.

Seguid la paz con todos, y la santidad,


sin la cual nadie verá al Señor.

Hebreos 12:14.
OBJETIVOS.
❖ Explorar el concepto de la Santidad de Dios.

❖ Entender que la Santidad es la vocación a la que


somos llamados como hijos de Dios.

❖ Discernir a la santificación como el proceso en el cual


el Espíritu Santo transforma nuestro carácter y
conducta.

❖ Reconocer que el fundamento de la santificación es


la perfección en el amor, teniendo como meta la
transformación total de nuestra vida (la perfección
cristiana).
BOSQUEJO.

I. La Santidad de Dios.

II. La Santificación.

III. Nuestra meta: La perfección cristiana.


Para Reflexionar...

✔ Si te hubieran pedido escribir el primer cántico de la


Biblia, ¿qué tema habrías escogido?

✔ Cuando usted piensa en Dios como Santo,


¿qué viene a su mente?

✔ Para usted ¿qué significa –santo-?


I.- La Santidad de Dios.

En realidad, no solo el primero sino también el último cántico


registrado en las Escrituras exalta la Santidad de Dios.

En el primer caso, registrado en Éxodo 15, se describe a Dios como


majestuoso en santidad. En el último cántico, en Apocalipsis 15:3-4, los
santos cantan: «Pues solo tú eres Santo».

El concepto que una persona tiene de Dios


determinará más que cualquier otra cosa la
clase de vida que esa persona llevará.
I.- La Santidad de Dios. (1ª de Pedro 1:14-16.)

La Santidad de Dios es su naturaleza, y la naturaleza de Dios es su Santidad.


Los objetos, los seres humanos y los ángeles tienen una santidad derivada―
una santidad por su relación con Dios, pero en Dios es su esencia.

La santidad es la característica de la naturaleza de Dios que está


en el centro mismo de su ser. Solo cuando nos encontramos con
Dios en su santidad se nos hace posible vernos a nosotros mismos
como verdaderamente somos.

Para el cristiano es imposible quedar indiferente al ser confrontado


con la santidad de Dios. La vida práctica del cristiano fluye de la
visión del Dios de la santidad.
I.- La Santidad de Dios.
Él es Santo, Santo, Santo (Isaías 6:3-4).

• Dios es santo en su posición. No hay nadie como Él. (Apocalipsis 15:4).

• Dios es santo en su comportamiento. Él es Santo en todo lo que hace.


(Oseas 14:9, Isaías 55:8-9).

• Dios es santo en su naturaleza. Él es luz, en quien no hay tinieblas. Su


carácter es cien por ciento puro, sin ninguna indicio de maldad. (Santiago 1:17).

Esto define nuestra meta como cristianos.


Dios ha declarado, “Sed santos porque yo
soy santo” (Levítico 11:44).
Para Reflexionar...

✔ ¿Qué impacto debería tener la santidad de Dios en


nuestra vida diaria?

✔ ¿Puede un cristiano ser santo?

✔ Para usted ¿qué es la santificación?


II.- La Santificación.
“Santidad es, un sentido de pureza de intención,
dedicación de toda la vida a Dios. Es darle a Dios todo
nuestro corazón, es decir, el permitir que Él gobierne
nuestra vida. Es, además, dedicar no sólo una parte,
sino toda nuestra alma, cuerpo y bienes a Dios. Bajo
otro punto de vista, es tener toda la mente que hubo en
Cristo, que nos capacita para andar como Él anduvo.
Es la circuncisión del corazón de toda inmundicia, tanto
interior como exterior. Es una renovación del corazón a
la completa imagen de Dios, a la completa semejanza
Rev. John Wesley.
de Aquel que nos crio. Por otra parte, es amar a Dios
con todo nuestro corazón, y a nuestro prójimo como a
nosotros mismos.”
II.- La Santificación. (Hebreos 12:14, 1ª de Pedro 1:17-21)

Wesley señala que la “justificación implica lo que Dios hace por nosotros por
medio de su Hijo; la santificación es lo que Dios obra en nosotros por medio
de su Espíritu” (Sermón V)

La santidad en el creyente es nada menos que una conformidad al carácter


moral de Dios. Un Dios Santo llama a su pueblo a vivir de manera santa. Es
inconcebible que sea de otra manera.

Cada vez que pecamos, estamos haciendo algo que Dios aborrece.
Necesitamos cultivar en nuestros propios corazones ese mismo
aborrecimiento que Dios siente por el pecado.
II.- La Santificación.
“Creo que el Espíritu infinito y eterno de
Dios, igual al Padre y al Hijo, es no solo
perfectamente santo en sí mismo, sino la
causa inmediata de toda santidad en
nosotros: iluminando nuestro
entendimiento, rectificando nuestras
voluntades y afectos, renovando nuestra
naturaleza, uniendo nuestras personas a
Cristo, asegurándonos la adopción de hijos,
guiándonos en nuestras acciones,
purificando y santificando nuestras almas y
cuerpos, al goce pleno y eterno de Dios…” Rev. John Wesley.
II.- La Santificación.
La santificación es precisamente este proceso de crecer en la fe, de llegar a ser
lo que el apóstol llama “un varón (cristiano) perfecto” que va creciendo
“edificándose en amor”. (Efesios 4:13)

y ya no soy yo quien vive, sino que


¡Fariseo ciego: primero limpia por es Cristo quien vive en mí. Y la vida
dentro el vaso, y así quedará que ahora vivo en el cuerpo, la vivo
limpio también por fuera! por mi fe en el Hijo de Dios, que me
amó y se entregó a la muerte por mí.
Mateo 23:26 (DHH)
Gálatas 2:20 (DHH)
II.- La Santificación.
El hombre espiritual ha sido santificado por el poder del Espíritu Santo. Vive la
santidad que Dios demanda en espíritu, alma y cuerpo. Progresa
espiritualmente porque saca tiempo para leer y estudiar la Palabra de Dios
hasta que esta se convierte en parte de sí mismo.
Mantiene una intima relación con el Padre, llegando a conocerle profundamente
a través de las enseñanzas y el ministerio de Cristo Jesús. Reconoce a Cristo
como su Salvador y Señor, pero también le reconoce como su Sumo Sacerdote
y Mediador. Conoce al Espíritu Santo como Consolador, Consejero, Ayudador,
Intercesor y Maestro. El Espíritu Santo lo capacita para servir en amor.

Y quienes los fabrican o adoran son tan necios como sus ídolos.
Salmo 115:8 (NBV)
Para Reflexionar...

✔ Lea Mateo 5:48.

✔ ¿Es posible alcanzar la perfección?

✔ ¿En qué consiste la perfección cristiana?


III. Nuestra meta: La perfección cristiana.
Podríamos resumirlo así: el cristiano perfecto (enteramente santificado) es aquel
que, viviendo por fe en el amor de Dios revelado en Cristo, ha recibido mediante
el Espíritu Santo una medida tal del amor a Dios y a su prójimo que este amor
perfecto ha llegado a ser el motivo dominante en su vida y el único motivo por el
cual es impulsado conscientemente.

La santificación y la perfección cristiana, entonces, antes que


referirse a la “ausencia del pecado”, o a la búsqueda egoísta de la
perfección, más bien se refieren a la presencia activa del amor a
Dios y a nuestro prójimo. Algo que se expresa no sólo en nuestras
convicciones y palabras, sino también a través de nuestras
acciones y gestos de amor (Mt. 22:37; cf Mr. 12:30, Lc. 10:27).
III. Nuestra meta: La perfección cristiana.
Wesley habla del amor como el fruto necesario de la fe y el motivo
determinante del nuevo hombre en Cristo; y el amor del que habla es el amor
perfecto, porque es el propio amor de Dios infundido en nuestros corazones
por el Espíritu Santo.

Así pues, queridos hermanos, éstas son las


promesas que tenemos. Por eso debemos
mantenernos limpios de todo lo que pueda
mancharnos, tanto en el cuerpo como en el espíritu;
y en el temor de Dios procuremos alcanzar una
completa santidad.

2ª a Corintios 7:1 (DHH)


III. Nuestra meta: La perfección cristiana.

La completa santidad o perfección cristiana,


es la obra del Espíritu Santo centrada en la
transformación de seres humanos de
pecadores a santos.
La santidad no debe concebirse como algo
que sucederá solo en un futuro glorioso, en el
más allá, sino debe verse también en el más
acá, en el aquí y ahora; la santidad se vive y
se disfruta, pero no pretendiendo estar
desconectados con el mundo.
Conclusión.
Hablando de ser santos como una experiencia de vida, cito las palabras a manera de
esquema de Steve Harper contenido en su libro Cinco Marcas de un Metodista,
confirman nuestra identidad como cristianos metodistas como seguidores genuinos y
fructíferos de Cristo:
1. Un metodista ama a Dios
2. Un metodista se regocija en Dios
3. Un metodista da gracias
4. Un metodista ora sin cesar
5. Un metodista ama y sirve a su prójimo
La santidad en perspectiva wesleyana, nos lleva a tener la vida y el ministerio
de Cristo como nuestro modelo, como el ejemplo que debemos seguir en todas
nuestras acciones y actitudes.
Obispo Rodolfo E. Rivera de la Rosa (2022), La santidad según Juan Wesley,
www.elevangelistamexicano.org
Seguid la paz con todos, y la santidad,
sin la cual nadie verá al Señor.

Hebreos 12:14.

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