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Este documento discute cómo las dinámicas emocionales e inconscientes entre padres e hijos pueden afectar la salud mental y el desarrollo del niño. Específicamente, señala que los niños a menudo asumen inconscientemente las tensiones emocionales de sus padres, y que los síntomas que manifiestan pueden reflejar las angustias de los padres. También sugiere que los trastornos orgánicos en bebés y niños a menudo surgen de los conflictos psicológicos de la madre,
Este documento discute cómo las dinámicas emocionales e inconscientes entre padres e hijos pueden afectar la salud mental y el desarrollo del niño. Específicamente, señala que los niños a menudo asumen inconscientemente las tensiones emocionales de sus padres, y que los síntomas que manifiestan pueden reflejar las angustias de los padres. También sugiere que los trastornos orgánicos en bebés y niños a menudo surgen de los conflictos psicológicos de la madre,
Este documento discute cómo las dinámicas emocionales e inconscientes entre padres e hijos pueden afectar la salud mental y el desarrollo del niño. Específicamente, señala que los niños a menudo asumen inconscientemente las tensiones emocionales de sus padres, y que los síntomas que manifiestan pueden reflejar las angustias de los padres. También sugiere que los trastornos orgánicos en bebés y niños a menudo surgen de los conflictos psicológicos de la madre,
LAS RELACIONES DINÁMICAS INCONSCIENTES PADRES-HIJOS, SU VALOR ESTRUCTURANTE SAN Y
PATÓGENO
• Mad Mannoni nos habla de un fenómeno inducido en la escucha analítica y muestra la
imposibilidad de la comunicación de ir más allá de determinados umbrales. • Donde el lenguaje se detiene, lo que sigue hablando es la conducta. • El niño es quien soporta inconscientemente el peso de las tensiones e interferencias de la dinámica emocional sexual inconsciente de sus padres, cuyo efecto de contaminación mórbida es tanto más intenso cuanto mayor es el silencio y el secreto que se guardan sobre ellas. • El niño o adolescente se convierte en portavoz de sus padres . De este modo, los síntomas que reflejan se convierten en un reflejo de sus propias angustias y procesos de reacción frente a las angustias de sus padres. • Muchos desórdenes orgánicos de bebés y niños surgen a raíz de los conflictos psicoafectivos de la madre originados de la neurosis de la materna. Lo que el padre o la madre está padeciendo es transferido al infante, lo hace sufrir lo mismo que el sufre. • En la primera infancia, y a menos que haya consecuencias de tipo obsesivo frente a enfermedades o traumatismos del encéfalo, casi siempre los trastornos son de reacción frente a dificultades de los padres, y también ante trastornos de los hermanos o del clima interrelacional ambiente. • Posteriormente en la segunda infancia o en la adolescencia y cuando no hay perturbaciones en la primera infancia los trastornos pueden originarse debido a las exigencias del medio social • Ya no puede confiar ni en sus padres ni en el medio social, por lo que surgen cadenas de decepciones mutuas y mucha angustia