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Tromboembolia pulmonar
I. Definición:
La tromboembolia pulmonar (TEP) es una entidad clínica que combina la embolia
pulmonar y la trombosis venosa profunda (TVP). La embolia pulmonar es la obstrucción
de la vasculatura pulmonar por un émbolo, frecuentemente por un trombo, mientras
que la TVP es la formación de un trombo al interior de una vena del sistema venoso
profundo, generalmente en miembros inferiores.
II. Fisiopatología:
Los factores de riesgo para la formación de trombos se resumen en la triada de Virchow:
● Estasis sanguínea o flujo turbulento.
● Daño endotelial.
● Estado protrombótico.
Cuando se forman trombos en las venas, estos pueden embolizar y viajar a lo largo del
sistema venoso hasta el corazón, y desde ahí a los pulmones. Una vez allí, ocluyen la
vasculatura funcional (no la nutricia, que está dada por arterias bronquiales),
disminuyendo la perfusión en el sitio afectado, con el consiguiente aumento en la
relación ventilación/perfusión (V/Q). Esta obstrucción causa, a su vez, una sobrecarga
del ventrículo derecho que puede llevar a disfunción del mismo.
III. Diagnóstico:
Anamnesis
Los síntomas son poco específicos, por lo que no permiten realizar el diagnóstico de
certeza. Cabe señalar que estos se presentan tempranamente en el 80% de los pacientes.
El síntoma más común es la disnea, sea de reposo, sea de esfuerzo, con una sensibilidad
del 80% y una especificidad del 27%. El segundo síntoma más relevante es el dolor
pleurítico, con una sensibilidad del 47% y una especificidad del 41% (el dolor es
pleurítico cuando el émbolo afecta la vasculatura pulmonar periférica, lo que en general
es menos grave). Otros síntomas son: dolor torácico no pleurítico, tos, hemoptisis,
síncope y, cuando hay TVP (25% de las TEP), edema y dolor de los miembros,
principalmente de las piernas. Otra forma de presentación es el síndrome febril.
También debe evaluarse la presencia de factores de riesgo, puesto que aumentan
significativamente la probabilidad de que el paciente curse con un episodio de TEP.
Estos son:
● Mayores:
○ Cirugía, especialmente intervenciones ortopédicas de la cadera y
procedimientos mayores del abdomen y la pelvis.
○ Neoplasia.
○ Acontecimientos obstétricos, tales como embarazo y puerperio.
○ Traumatismos.
○ Inmovilización prolongada
○ Antecedentes personales de TVP o de TEP.
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● Menores:
○ Eventos cardiovasculares como insuficiencia cardíaca e hipertensión
arterial.
○ Estrógenos, como en el uso de terapia de reemplazo hormonal y la
anticoncepción oral.
○ Obesidad.
○ Catéter venoso central.
○ Trombofilias.
○ Enfermedad neurológica invalidante.
Examen físico
Al igual que los síntomas, los signos de la TEP son poco específicos. El más común es la
taquipnea, con sensibilidad del 57% y especificidad del 53%). Otros signos son:
taquicardia, crepitaciones pulmonares, acentuación del segundo ruido cardíaco a la
auscultación y shock.
Escalas de probabilidad
Para evaluar la probabilidad diagnóstica, se recomienda la escala de Wells simplificada,
que tiene un rendimiento similar a la escala de Ginebra, la escala de Wells y el criterio
médico.
Criterio Puntaje
Expectoración hemoptoica 1
Si un paciente tiene un puntaje menor o igual que cuatro, se clasifica como de baja
probabilidad, mientras que si es mayor que cuatro, es de alta probabilidad.
Exámenes complementarios
● Dímero-D: este examen se realiza a todos los pacientes con sospecha de TVP o
TEP. Niveles elevados de este producto de la fibrinolisis (> 500 ng/mL) sugieren
el diagnóstico, mientras que un valor bajo prácticamente descarta el diagnóstico.
Cuando el paciente tiene más de cincuenta, el valor normal máximo se ajusta por
la edad (se multiplica la edad en años por diez, obteniéndose el límite superior).
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V. Tratamiento:
Terapia anticoagulante
● Heparina: debe administrarse de forma precoz a todo paciente con TEP, puesto
que reduce en gran medida la mortalidad asociada. De hecho, en pacientes con
probabilidad clínica alta a intermedia para el diagnóstico de TEP, debe iniciarse
la terapia anticoagulante sin esperar la confirmación del diagnóstico. En la
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mayoría de los casos se prefieren las heparinas de bajo peso molecular (HBPM)
por sobre las heparinas no fraccionadas (HNF), aunque hay excepciones.
○ HBPM: es preferible por sobre la HNF, pues presenta mejor perfil de
seguridad (menor riesgo de hemorragia y trombocitopenia), mayor
rapidez de acción, mayor eficacia, la administración es fácil (una o dos
dosis diarias por vía subcutánea) y no requiere ajuste de dosis en función
del International normalized ratio (INR). Se requiere una función renal
conservada.
○ HNF: actualmente su uso se limita a pacientes con inestabilidad
hemodinámica, insuficiencia renal (velocidad de filtración glomerular <
30 mL/min) o con obesidad severa.
● Fondaparinux: es una alternativa excelente a las heparinas, tanto por su
excelente nivel de eficacia como por su conveniente farmacocinética. Se requiere
una función renal conservada.
HNF HBPM
VKA
Fármacos - Acenocumarol.
- Warfarina.
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VI. Bibliografía
● 2019 ESC Guidelines for the diagnosis and management of acute pulmonary
embolism developed in collaboration with the European Respiratory Society
(ERS). ESC, 2019.
● Embolia pulmonar. Gil, 2014.
● Diagnóstico y tratamiento del tromboembolismo pulmonar. Sandoval y
Florenzano, 2015.
Damián Muñoz
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