Ante lo cambiante del arte y dado que uno de sus componentes claves es la
creatividad, cabe reflexionar el hecho que las expresiones artísticas representan
contundentemente las formas de pensamiento, sentimientos, anhelos y luchas de los pueblos, emergen en su mayoría de experiencias de vida y valores que son representados simbólicamente, además donde el aprendizaje de la historia y de la técnica artística, sólo es un medio para lograr dicha expresión.
En principio aquí se acoge el término “estética” dentro de la acepción usada por
primera vez por el filósofo alemán Alexander Baumgarten en 1750, quien expresó que el objeto de la Estética es el estudio de las representaciones sensibles y por ende del arte; lo que implica que las representaciones sensibles del humano sobre su realidad, se dan a través de los sentidos: oído, vista, tacto, gusto y olfato, que son los órganos que envían mensajes al sistema nervioso central, cuyo órgano principal es el cerebro; procesa todas las percepciones sensoriales y todos los contenidos de conciencia. El hemisferio derecho de ese órgano maneja el conocimiento sensible, lo que se da a gran velocidad de manera tácita, intuitiva o sobreentendida.
En cambio, el conocimiento racional o conceptual del hemisferio izquierdo del
cerebro, que se desarrolla principalmente a través de la educación escolarizada y de lecturas constantes que se complementan con el sensitivo, intercambiando información, generan un ser humano completo, intelectual y creador de cultura. Este aprendizaje conceptual se da lentamente, paso a paso, es decir, sobre un alcance cognoscitivo anterior para producirse el posterior, hasta alcanzar el propósito predeterminado; en consecuencia, el conocimiento conceptual es a largo plazo. Estas dos maneras de conocer son propias de todo ser verbo-pensante o humano sin distinción alguna.
Enfatizando, la percepción o conocimiento sensible se da a grandes
velocidades como ya se mencionó, muy propio de todo niño que aún no racionaliza y también del humano analfabeto cuyo potencial conceptual es muy limitado, los artistas por su práctica con la realidad lo desarrollan con creces. Así mismo, se da en operadores manuales y en el investigador “creativo” quien no obstante de procesar el conocimiento progresivamente, en algún momento da un salto intuitivo que le genera una visión holística del problema o asunto de su investigación. En Venezuela, se ha aplicado la técnica del conocimiento sensible previo al conceptual en la enseñanza de artes plásticas, principalmente en el dibujo y pintura mediante el Pedagógico de Caracas, por la docente Gladys Medina, quien a partir de la década de los ochenta del siglo pasado, desarrolló este método. De igual manera en música las Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, así como algunas corales, siendo estos ejemplos de destreza y habilidades musicales para el mundo.
En consecuencia, se hace necesario desarrollar las potencialidades para el
conocimiento sensible, a través de la educación artística, porque ésta facilita la adquisición de destrezas y habilidades que permiten a su vez conocer la realidad a través de los sentidos y por ende, comprender el desarrollo de la humanidad, no solo el pertinente a las culturas ágrafas, sino las que tuvieron sistemas de escritura ideográfica o pictográficas solo utilizadas por grupos culturales muy reducidos en la etapa “protohistórica” pudiendo también ayudar a la reconstrucción de la historia científica escrita, a través de la recepción sensorial de los hallazgos arqueológicos y las producciones artísticas de todos los tiempos.
Esta potencialidad sensible o estética del humano ha permitido dar respuestas
y pasos agigantados en la solución de problemas tal como lo demostraron las culturas pre americanas de Venezuela y de otras geografías del mundo, Estas culturas, a través de su conocimiento sensitivo y de manera expedita, dieron solución a sus problemas existenciales, físicos y espirituales con la creación de construcciones, objetos de uso doméstico, armas, arte, creencias, escrituras pictográficas, etc.
Las oleadas humanas que paulatinamente se fueron estableciendo hacia el Sur
de América, principalmente hacia el territorio primeramente llamado Abya Yala, alcanzando algunos pueblos o culturas el nivel de civilización por sus construcciones, escrituras, calendarios y otras manifestaciones entre ellas las artísticas, desarrollándose algunos pueblos como fueron las civilizaciones Azteca, Maya e Inca. Asimismo, Otros grupos se esparcieron y establecieron por el territorio venezolano y otros espacios latinoamericanos, y caribeños; manifestaciones culturales de diferentes índoles, que dan fe de esos pueblos y que aún los descendientes de esos indígenas conservan y generan productos culturales que reafirman los principios, saberes y quehaceres de esos pueblos que dieron inicio a nuestra condición multiétnica y pluricultural.
Priorizando los aportes de las culturas indígenas autóctonas, se ha de seguir
conocimiento del aporte “impositivo” cultural hispano que data de la época colonial, arte donde no se pintaban angelitos negros, como reclamó el poeta Andrés Eloy Blanco, paralelamente con el aporte artístico de los esclavos africanos, cuyos afro descendientes conservan de manera sincrética sus prácticas estético artísticas en forma intensiva en casi todas las regiones de Venezuela, contagiando esas costumbres a los otros pueblos que conformaron nuestra nacionalidad. Se debe resaltar el arte de los pardos y mulatos como el caso de Juan Lovera, quien dio un vuelco a la pintura colonial sustituyendo la temática religiosa impuesta, por la pertinente a los sucesos políticos que dieron paso a la República de Venezuela.
En razón de lo anterior, este texto reflexivo de la cultura venezolana debe
conducirse principalmente dentro del criterio del aporte de los tres pueblos culturales: indígenas autóctonos, hispano lusitano y africanos, para reafirmar nuestra condición multiétnica y pluricultural, que permitan conocer lo que fuimos y saber lo que somos a objeto de proyectar lo que queremos ser; empoderamiento que sirva a su vez de escudo a la homogeneización cultural que pretende imponer el capitalismo hegemónico en todo el mundo, para formar masas humanas alienadamente consumidoras. Así mismo, ha de tratarse con prudencia el aporte de otras oleadas culturales posteriores, europeas y asiáticas, detectando su contribución o su perjuicio ideológico en algunos productos artísticos. Por último, bajo este enfoque debe conducirse hacía una práctica libertaria, dialógica y de toma de conciencia sobre nuestros auténticos y originarios valores culturales.